Ernesto Guevara, también conocido como el Che (62 page)

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Authors: Paco Ignacio Taibo II

Tags: #Biografía, Ensayo

BOOK: Ernesto Guevara, también conocido como el Che
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Las imágenes lo registran comiendo arroz con funcionarios chinos con singular placer y avidez. Sin embargo es un diplomático sui-generis, siempre parece estar fuera de lugar, interesarle lo que otros no ven sino como paisaje, estar incómodo en las recepciones. Hay una enorme torpeza en El Che registrada por los documentales cuan-do una niña China le trae flores y lo besa.

En Pekín se entrevista con Mao. Rojo cuenta que durante la entrevista al Che le da un ataque de asma tan Inerte que le provoca un ataque cardiaco y un desmayo.

Si medimos por su informe televisado al pueblo de Cuba, un par de meses más tarde, la fascinación del Che por China será grande:
Verdaderamente China es uno de esos paises donde una se encuentra que la revolución cubana no es un hecho único
.

Los convenios resultan muy benéficos para los cubanos: un crédito de 60 millones de dólares sin intereses a 15 años y la salida de parte del azúcar cubano. Pero lo que más le importa al Che es la actitud. Sobre todo cuando conversa con Chou En Lai y el chino le señala que quieren cambiar el párrafo final sustituyendo la frase: "la ayuda desinteresada." Chou le dice que es errónea la redacción, que la ayuda sí es interesada, no monetariamente, pero sí políticamente, que Cuba está en la punta de la lucha antiimperialista. La redacción final queda en "ayuda" solamente. En esa misma conversación los chinos añaden que la palabra "préstamo" aplicada a los 60 millones de dólares es una fórmula, pero que si no pueden pagarlo
"no
tenía importancia alguna." Durante esa conversación se entera de que los chinos acaban de terminar de pagar las armas de la guerra de Corea a la URSS. El comandante Guevara palidece.

—¿Un país socialista cobrándole a otro las armas que se usaron para defender a un tercero?

El 24 de noviembre mientras está viajando, nace su hija Aleida, la primera Guevara March, que llevará el nombre de su madre. Y El Che inaugurará así la mala costumbre de estar fuera de Cuba cuando nacen sus hijos.

La delegación cubana se separará al final del recorrido. Una parte irá a Vietnam: El Che, interesado desde hace muchos años por sus lecturas, irá a Corea, El 3 de diciembre se entrevistará con Kim Il Sung, tres días más tarde firmará un convenio con los coreanos y el 6 retornará a Moscú. Corea es
quizá
es el (país) que más nos impresionara. Registra que la guerra había dejado el país destruido, asolado,
de las ciudades no
quedó nada, la industria destruida, los animales muertos, ni una casa en pie.
Corea
del Norte es un país que se hizo de muertes. Y sin embargo renace de las cenizas.

El 8 de diciembre se encuentra nuevamente en Moscú y pronuncia un discurso en la Casa de los Sindicatos. No hay más que referencias indirectas a este discurso recogido sintéticamente en cables de agencia o en obras rusas sobre El Che, pero trasluce en estas versiones una admiración simplista hacia las viejas glorias de una revolución que El Che no percibe como congelada: "dijo que desde el momento en que pisó la tierra soviética sintió que la Unión Soviética era la patria del socialismo en la tierra. Añadió que el espíritu revolucionario que originó octubre de 1917 continuaba vivo en el pueblo soviético" y el agradecimiento a las muestras de cariño popular que encontró aquí y allá a lo largo de su viaje. Lo mismo sucede en su entrevista en Radio Moscú o en el artículo "Algunas observaciones sobre la revolu-ción" que escribe a petición del periodista ruso Lavretski, quien luego será uno de sus primeros biógrafos.

Poco después viajará a la República Democrática Alemana para firmar un nuevo convenio. En la RDA los cubanos recibirán un crédito puramente solidario, porque los alemanes están pasando un mal momento económico y producen su propio azúcar. Allí ha de conocer a una jovencita de origen argentino-alemán llamada Tamara Bunke que actúa como traductora.

Los miembros de la delegación recuerdan aún con terror que ese día, al cerrar el protocolo, estaba copiado en tan mal papel, que c liando El Che se dispuso a firmar se produjo un manchón de tinta que crecía. El Che se subía por las paredes, en medio de la filmación de la televisión alemana:
¿Qué cojones está pasando? ¡Qué fauna me rodea!
la delegación tuvo que retirarse al hotel para escribir la última pagina de nuevo. Casi tan terrible como cuando se perdió la última página del convenio con los rumanos días antes.

El 18 de diciembre se cierra en Moscú el acuerdo final cuya pieza clave es el convenio azucarero. El Che conseguía dar salida a 1 millones de toneladas de azúcar a cuatro centavos la libra, un precio por arriba del precio del mercado mundial. La mayoría de estas compras las harían la URSS y China (URSS 2.7, China 1), que para El Che es un mercado esencial mirando al futuro,
por la baja cantidad de azúcar por cabeza que aún se consume en ese país
y
que podría absorber la totalidad de una cosecha de 7
millones de toneladas.

Más tarde aclarará en la televisión cubana que entiende que el convenio tiene un trasfondo político, de solidaridad ante el intento de aislamiento que los estadunidenses están imponiendo, que no son virtudes de la delegación ni de las arduas negociaciones. Tan es así, que países que no necesitan el azúcar, como Corea, compra 20 mil toneladas, Vietnam 5 y Mongolia mil, si los estadunidenses violan el a-cuerdo de compra en el futuro,
lo que parece muy probable.

Usando el primer crédito de 100 millones de pesos de Mikovan, se firmaron los contratos para instalar una siderúrgica. Firmaron un convenio para que geólogos rusos estudiaran el subsuelo cubano. Un plan de inversión minera en cobre, níquel y manganeso.
Con respecto al ni
quel
hay
una
cuestión todavía más importante: todo el mundo sabe que la
Nícaro estuvo semiparalizada y que la Moa directamente está paralizada. Pero en este caso el acuerdo fracasaría, los técnicos rusos no serían capaces de enfrentarse a la modernas técnicas de las empresas estadunidenses y no podrían ponerlas en marcha.

Además se compraban una fábrica para refacciones y una de limas, que no sé sabe por qué le parecía en esos momentos estratégica al Che.

El 22 de diciembre la delegación regresará a Cuba desde Praga, donde los checos amplían el crédito de 20 a 40 millones de dólares, fundamentalmente para la construcción de vehículos, tractores, motocicletas y motores de camiones, y El Che se confesará impresionado por la planificación industrial que los checos dicen que tienen hasta 1980.

El 6 de enero reportará en la televisión cubana el resultado de su viaje que la prensa revolucionaria ha destacado como un éxito porque
estábamos presos en una red imposible de cortar en otros tiempos que no fueran los tiempos revolucionarios.

En total se ha dado salida a una parte importante de la futura producción azucarera y en cambio se ha conseguido abastecimiento petrolero, auxilio técnico para la minería y el níquel y se compraron con créditos blandos 21 plantas industriales, quedando 100 más contratadas.

En el discurso hay una pequeña señal de alerta:
naturalmente que para un cubano, viviendo en el siglo
XX
. con todas las comodidades con las que el imperialismo nos ha acostumbrado a rodearnos en las ciudades: podrían parecer como faltas de civilización incluso: son países que tienen que emplear hasta el último centavo en su producción en el desarrollo.

Nosotros teníamos que plantear algunos problemas que nos daban algo de vergüenza,
el de las materias primas para manufacturar desodorantes y las cuchillas de afeitar.

El poeta Ernesto Cardenal cuenta: "(atando él dijo en Rusia que Cuba estaba careciendo de cierta materia prima que se utilizaba para la fabricación de desodorantes, los rusos le dijeron: ¿Desodorantes? Ustedes están acostumbrados a demasiadas comodidades." La historia es significativa. La calidad del consumo de bienes de los países soviéticos estaba muy por abajo de la que las clases medias cubanas estaban acostumbradas a encontrar en sus tiendas.

Pero El Che resumía con la razón de lo inmediato:
Al fin
y
al cabo el jabón
y
esas cosas no se comen,
y
primero tenemos que asegurar la comida de la gente porque estamos en guerra. Estamos en una guerra económica
y
casi casi en una guerra que no es económica ya; contra un
poder enorme.

A su retorno a Cuba, El Che reencuentra la paternidad con su nueva hija Aleida, también un terrible aumento de la tensión cubano-estadunidense. El 3 de enero de aquel año de 1961 Estados Unidos rompía relaciones diplomáticas con Cuba y casi de inmediato lo harían siguiendo consigna casi todos los países latinoamericanos. Curiosamente, en esos días de amenazas y presiones conoce a una de las personas que han sido más importantes en su pasado, el poeta chileno Pablo Neruda, cuyos versos ha recitado tantas veces de memoria en las carreteras de América Latina. El poeta cubano Roberto Fernández Retamar acompaña al chileno en aquella reunión nocturna en las oficinas del Banco Nacional. La conversación se centra en el convencimiento del Che de que la invasión es inevitable, que están al borde de una agresión armada apoyada o protagonizada directamente por Estados Unidos. Poco a poco la conversación se desplaza hacia la poesía de Neruda que Ernesto conoce tan bien.

Los poetas, antes de reunirse con el comandante, habían ido al cine para ver "Historias de la revolución." El Che en cambio no había ido a ver la película recién estrenada a causa de un ataque de timidez, porque el film contaba parte de su historia en la batalla de Santa Clara. Curiosamente, la cinta de Tomás Gutiérrez Alea había sido apoyada fuertemente con El Che quien lo asesoró en la segunda historia, "Rebeldes", e incluso estuvo en la filmación (una foto da fe: conversan sin mirarse, El Che con los brazos en jarras tiene la vista perdida y el joven mira el suelo, un punto adelante de sus zapatos) y convenció a varios de sus compañeros de la columna 8 para que actuaran. El pudor del Che no estaba justificado, la película es muy seca, muy influida por el neorrealismo italiano (quizá se siente más a causa de los diálogos de Cesare Zavattini), estaba a su medida.

El 15 de enero como si tuviera que dejar claro que las presiones políticas no podían detener la marcha del proceso revolucionario El Che reinicia su intervención en las jornadas de trabajo voluntario; esta vez en la construcción de casas para un barrio miserable llamado el reparto Las Yaguas. Lo acompañan Oltuski y Aleida, El Patojo, Borrego, Pancho García Valls.

Un semana más tarde, a causa del cambio presidencial en Estados Unidos, la sucesión de Eisenhower por el demócrata John F. Kennedy, el Ejército Rebelde entra en alerta roja y El Che se desplaza a Pinar del Río para hacerse cargo de la zona militar. Da ese día un discurso a las milicias, centrado en la posibilidad de la invasión:
Bien es sabido que la Unión Soviética y todos los países socialistas están dispuestos a entraren guerra para defender nuestra soberanía (¿le
habían dado algún tipo de seguridades durante la gira?) y dedica un mensaje a Kennedy:

Todos
anhelamos
que el sucesor
de
nuestro nunca bien odiado enemigo Eisen-hower sea un poquito más inteligente, no se deje dominar tanto pos los monopolios.

El 12 de febrero El Che publica "Un pecado de la revolución", un artículo recordando las viejas discrepancias dentro del frente revolucionario en el 58 y cómo evolucionaron.
Comienza
diciendo: Las revoluciones, transformaciones sociales radicales y
aceleradas,
hechas de las circunstancias: no siempre, o casi n
u
nca,
o
quizás nunca, maduradas y
previstas
científicamente en sus detalles; hechas de las pasiones, de la improvisación de hombres en su lucha por las reivindicaciones sociales, no son nunca perfectas. La nuestra tampoco lo fue. Cometió errores y
algunos
de esos errores se pagan caros.

Y repasa sus relaciones con el segundo Frente del Escambray y la contemporización que en su día se mantuvo con ellos, y cómo ahora la mayoría de sus cuadros se han pasado a la contrarrevolución. Y luego sigue con los liberales que en su día estuvieron asociados provecto equiparando uno y otro caso.
E
l
mismo
pecado
que hizo pagarles suculentos sueldos a los Barquín, los Felipe Pazos, a las Tete Casuso y
a tantos
y
tantos
botelleros internos y
externos
que la revolución mantenía eludiendo el conflicto.

Y cierra con un tono terrible agradeciéndoles a unos y otros que se hayan ido a Miami, celebrando que se tomen de la mano con el ba-tistiato. Un tono crispado poco habitual en El Che. Si un mensaje estaba explícitamente dedicado a Kennedy este segundo está claramente dedicado al exilio.

CAPÍTULO 29

Playa Girón

El 23 de febrero el gobierno cubano crea el Ministerio de Industria para organizar a las empresas nacionalizadas que han estado bajo control del Departamento de Industrialización, a las que se han sumado en las últimas semanas centenares más. Ernesto Guevara es nombrado ministro.

Manresa, su secretario, cuenta: "Cuando llegamos al despacho del Departamento de Industria, que nos había preparado Oltuski, El Che se apoyó en un archivo y me dijo:

—Vamos a pasar cinco años aquí y luego nos vamos. Con cinco años más de edad, todavía podemos hacer una guerrilla.

"El me había contado que pactó con Fidel que venía a colaborar a la revolución cubana, pero que una vez pasado un tiempo lo dejarían libre para seguir la revolución en otra parte."

Más allá de sus futuras intenciones, El Che no pierde el tiempo. Un día después de su nombramiento se constituye el Consejo de Dirección del Ministerio. El Che incorpora a su grupo: Orlando Borrego, Enrique Oltuski (como director de organización), Gustavo Machín, Alberto Mora y Juan Valdés Gravalosa, quien actúa como secretario. Se suman también sus "chilenos", Julio Cáceres (El Patojo) y Manresa como secretario de despacho.

La estructura organizativa toma su modelo del Departamento de Iudustrialización: un Consejo de Dirección que se reunirá semanalmen-te, cuatro viceministros: Industria Básica (para la industria pesada), Industria Ligera, Subsecretaría Económica (Planificación) y Cons-trucción. Bajo estos ministerios se organizan las fábricas en "empresas consolidarlas" por ramas de producción. Dentro de la estructura organizativa se crea una dirección que se encarga de las relaciones con la industria privada, que ya para ese momento es muy pequeña. Quedaban lucra de su control las industrias agropecuarias que seguían dependiendo del INRA y
el Ministerio de Obras Públicas que tiene a su cargo las industrias conexas con la construcción
.

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