Read Ernesto Guevara, también conocido como el Che Online
Authors: Paco Ignacio Taibo II
Tags: #Biografía, Ensayo
Y el país se está tensando nuevamente con las reacciones de los grandes propietarios de molinos de azúcar y de los ganaderos de Camagüey contra la Ley de Reforma Agraria, que se sentían traicionados a pesar de las 5 mil vaquillas que habían entregado sin que nadie se las hubiera pedido. Camilo, con su eterno buen humor, había respondido: "aunque entreguen las vaquillas les rompemos la siquitrilla." Y el gobierno responde interviniendo los feudos ganaderos, entre ellos varios grandes ranchos estadunidenses: "el alma de la contrarrevolución" como diría el historiador Hugh Thomas.
La acción de Fidel contra los ganaderos produce una reacción del ala derecha gubernamental que protesta por la influencia comunista en el gobierno y que se expresa en reuniones en Camagüey en las que participan el presidente Urrutia y el comandante Huber Matos, y en la primera reacción oficial estadunidense, mediante de una nota, aún tímida, sobre la reforma agraria, en la que exige indemnizaciones eficaces y rápidas.
La fuga de Díaz Lanz a Estados Unidos hará que arrecie en ese país la campaña anticomunista contra Fidel, quien reaccionará promoviendo el 11 de junio cambios en el gabinete gubernamental. Salen ministros de partidos asociados a la vieja política probatistiana y miembros del ala derecha del 26 de Julio, como Mederos, Agramonte, Sorí Marín, Ángel Fernández, y entran cuadros del ala izquierda del 26 no socialista, hombres de la sierra y un miembro del Directorio Revolucionario: Raúl Roa, Ruiz de Zarate, Miret y Pepín Naranjo.
El Che ha estado escribiendo en estos meses el texto "Una revolución que comienza", que se publicará a mediados junio en la revista brasileña "O cruzeiro", donde hace una historia resumida de la revolución y valora el impacto que puede producir en toda América Latina lo que está sucediendo en Cuba. El impacto y la responsabilidad de los futuros actos de la revolución cubana:
Ahora estamos colocados en una posición en la que somos mucho más que simples factores de una nación; constituimos en este momento la esperanza de la América irredenta. Todos los ojos, los de los grandes opresores y los de los esperanzados, están fijos en nosotros. De nuestra actitud futura que presentemos, de nuestra capacidad para resolverlos múltiples problemas, depende en gran medida el desarrollo de los movimientos populares en América, y cada paso que damos está vigilado por los ojos omnipresentes del gran acreedor y por los ojos optimistas de nuestros hermanos de América
.
Y en este momento de viraje hacia la izquierda Fidel apartará temporalmente al Che (su izquierda radical) de la escena política nacional. ¿Es parte de la eterna política fidelista de equilibrios? ¿Está encabronado El Che con las tibiezas del proceso revolucionario como sugieren varios de los cuadros que lo conocieron? ¿Uno y lo otro?
No se puede soñar a la sombra de una pirámide
El 12 de junio, El Che se convierte en uno de los primeros embajadores itinerantes de la joven revolución cubana. ¿Es necesario el viaje? El Che parece pensar en esos momentos que le han dado unas vacaciones que no ha pedido, que Fidel lo ve como alguien querido, entrañable pero molesto, al que hay que darle una cierta distancia, y el comandante Guevara, disciplinado, hace sus maletas pocos días después de su matrimonio y parte. Fidel lo despide en el aeropuerto de La Habana. El Che, por el prurito de que los viajes públicos no deben ser turismo disfrazado, se niega a llevar a Aleida con él y se siente entrampado, autocastigado, y a lo largo de todo el viaje confesará en su correspondencia familiar que la extraña enormemente.
La delegación resulta un tanto extraña. Fidel ha incluido al famoso comentarista radiofónico José Pardo Liada, con el argumento de que quiere que se sume a "las tareas de gobierno", al capitán Omar Fernández y ha sacado de un relativo retiro político a un activista de la generación anterior, el economista Salvador Vilaseca, un hombre de 50 años, porque los economistas del ala derecha del 26 de Julio no quieren acompañar al radical Guevara. Pardo caracteriza, con lo que en España se llama "mala leche", al resto del grupo: "el teniente Argudín (apenas un niño de 16 años) y Pancho García, personaje con cara de bobo que jamás tuvo nada que ver con la revolución pero que por desconocidas circunstancias aparecía como secretario del Che y su hombre de confianza (...) también formaba parte del grupo un enano guatemalteco a quien llamaban Patojo que se veía como disfrazado dentro de su uniforme verde olivo."
Más allá del sentido del viaje, El Che, con sus 31 años recién cumplidos, se tomará en serio el asunto, como se lo toma siempre, del cargo de embajador itinerante. Con la misma tenacidad y precisión con la que emprende el aprendizaje de un oficio, pero sin excesivas negociaciones con las formas que el oficio obliga, El Che se meterá de lleno en su ambigua misión de embajador: ¿Abrir puertas? ¿Establecer relaciones comerciales? ¿Difundir la imagen de la revolución?
El 16 junio, tras llegar a la República Árabe Unida se aloja en El Cairo en el palacio de verano del derrocado rey Farouk. Su primera entrevista con Nasser no resulta demasiado cálida. Ambos personajes establecen un duelo de curiosidad y sondeo. Incluso El Che no resiste cuestionar la profundidad de la reforma agraria egipcia y provoca la discusión. Su argumento supremo es que el hecho de que los latifundistas no hayan abandonado el país habla mal de la seriedad de la reforma.
La relación, que mejorará en el curso de los próximos años se mantiene en un tono de cautela. Tras la entrevista con el presidente Nasser, El Che visita Damasco, el canal de Suez, Alejandría. Realiza un obligado acto simbólico antiimperialista y participa en un homenaje a los caídos durante la invasión anglo-francesa del 56, e incluso en unas maniobras navales en el Mediterráneo.
Salvador Vilaseca, quien al igual que Pardo ha sido informado tardíamente de su inclusión en el equipo, arriba a El Cairo para reunirse con la delegación, pero pierde el avión en Madrid y lo hace con un día de retraso. El Che lo espera inútilmente en el aeropuerto.
Qué comienzo más malo voy a tener con el hombre éste
, se dirá. Pero la relación resulta muy buena. Cuando El Che descubre que Vilaseca había sido actor de los movimientos revolucionarios cubanos de la década de los años treinta, la curiosidad lo invade. Las preguntas se suceden una tras otra: ¿Eran terroristas en la lucha contra la dictadura de Machado? ¿Qué los separaba del psp? "Me hizo hacer hasta los pianitos de las bombas que nosotros hacíamos y hasta discutir los dispositivos."
El 1 de julio la delegación, a la que se ha sumado Pardo, llega a la India. El Che se entrevista con Nehru y al día siguiente deposita una ofrenda floral en la tumba de Gandhi, el héroe de su infancia. No será este el único homenaje gandhiano, más tarde visitará la mezquita de Jama Masjid, donde fue incinerado el creador de la resistencia pasiva como filosofía política. El Che reflexionará en voz alta ante sus compañeros de delegación sobre el personaje favorito de su juventud:
La resistencia pasiva en América Latina no sirve, la nuestra tiene que ser activa
.
En una cena con Nehru e Indira Gandhi, El Che tendrá su primer fracaso diplomático al mantener un diálogo de sordos con el presidente hindú. Utilizando el francés y ante una fuente de camarones a la que El Che ataca con ánimo pantagruélico, le pregunta repetidamente a Nehru qué opina de Mao y de la China socialista. Por toda respuesta obtiene prudentes silencios.
La India será objeto de una exhaustiva visita: Calcuta, Lucknow, un instituto nuclear, un instituto de investigaciones azucareras, fábricas textiles, una fábrica de máquinas de coser, entrevistas con ministros... Todo aquello que piensa puede ser útil para la revolución cubana. Sin embargo, más allá de la apariencia de energía desbordada, está pasando un mal momento. En una carta a su madre, su éterna confidente, muy abierta y hasta inusualmente fracturadora de las barreras de su habitual parquedad, fechada "aproximadamente el 2 de julio" revela lo que le está cruzando por la cabeza:
Mi sueño de visitar todos estos países se produce hoy en una forma que coarta toda mi alegría. Hablando de problemas económicos y políticos, dando fiestas donde lo único que me falta es ponerme frac y dejando de lado uno de mis placeres más puros que es ponerme a soñar a la sombra de una pirámide o sobre el sarcófago de Tutankamon...
Respecto a la India:
Nuevos complicados protocolos que me producen el mismo pánico infantil (...)
Uno de mis tenientes ha inventado la fórmula de contestara todo con algo así como "joinch-joinch" y queda perfecto. Y por último una reflexión intimista:
Se ha desarrollado mucho en mí el sentido de lo masivo en contraposición a lo personal, soy siempre el mismo solitario que era buscando mi camino sin ayuda personal, pero tengo ahora el sentido de mi deber histórico. No tengo casa ni mujer, ni hijos, ni padres, ni hermanos, mis amigos son amigos mientras piensen políticamente como yo y sin embargo estoy contento, me siento algo en la vida, no sólo una fuerza interior poderosa, que siempre la sentí, sino también una capacidad de inyección a los demás y un absoluto sentido fatalista de mi misión me quita todo miedo
.
No sé por qué escribo esto, quizá sólo sea mera añoranza de Aleida. Tómalo como lo que es, una carta escrita una noche de temporal, en los cielos de la India, lejos de mis patrias y de mis seres queridos. La inusitada seriedad de las reflexiones queda reflejada también en que en lugar de las broma habitual firma secamente con su nombre: Ernesto
.
Y exteriormente, El Che sigue siendo El Che: en casa de un diplomático chileno hace una demostración de sus habilidades con el yoga y se para de cabeza en mitad de la sala. En Agra, fascinado, no deja de tomar fotografías. En Delhi sufre una fuerte crisis asmática al descender de un torreón y se tiene que tender en el suelo para recobrar la respiración.
Se irá de la India con la sensación de que lo suyo no es la diplomacia y con dos regalos: una reproducción del Taj Majal en plata y un sari que Nehru le regaló para Aleida.
El 12 de julio parte para Birmania. Tres días más tarde estará en Thailandia. Debe estar absolutamente harto del protocolo, porque desde Rangún le escribe a su tía Beatriz:
Este mundo lleno de preciosidades que no podemos ver debido a nuestro trabajo
.
El 15 llega a Tokio. De nuevo en la inercia de la diplomacia visita ministros, fábricas de pistolas, de maquinarias de construcción, estudios cinematográficos, fábricas de fertilizantes, astilleros, acereras, fábricas de helicópteros, de maquinaria textil, ofrece conferencias de prensa, asiste a una reunión con la cámara de comercio de Osaka, visita la fábrica de automóviles Toyota, habla con banqueros.
Le sorprende la reindustrialización, pero también la pérdida del honor nacionalista, la
sujección indiscutible al poder americano.
Al mejorar el asma hace tres peticiones personales a sus anfitriones: Ver el Fujiyama, ir una exhibición de sumo y conocer Hiroshima para ofrecer un homenaje tardío a los muertos por la bomba atómica que deploró en su adolescencia.
Mientras se encuentra en Japón, en Cuba los acontecimientos se suceden vertiginosamente: el pospuesto choque entre la derecha y la izquierda de la revolución se produce. Fidel se enfrenta al presidente Urrutia, a quien acusa en televisión de estarle haciendo el juego a los sectores más conservadores; sus argumentos además incluyen la falta de decoro del presidente al fijarse un gran salario y sus veleidades anticomunistas que le hacen el juego al desertor Diaz Lanz, quien en Estados Unidos está en plana campaña contrarrevolucionaria. Para aumentar la presión renuncia como primer ministro. Se produce una reacción popular, una huelga general y una movilización campesina hacia La Habana. El que tendrá que renunciar finalmente es Urrutia. Dorticós, nombrado nuevo presidente, no acepta la salida de Fidel como primer ministro.
El 26 de julio El Che trata de comunicarse por teléfono con Fidel infructuosamente desde Tokio. La revolución cubana gira de nuevo hacia la izquierda y él se encuentra en Tokio. ¿Qué está pasando?
La gira prosigue y el 30 de julio arriba a la capital de Indonesia, Jakarta. De cómo ha sido organizada la gira habla el hecho de que en el aeropuerto sólo se encuentra para recibirlo un funcionario menor de la embajada, porque a los indonesios se les ha olvidado su visitante. El hotel en que están hospedados no tiene agua.
Allá ustedes los que se bañan, porque yo desde la sierra maestra aprendí a mantener mi pestecita
.
Sukarno lo recibe al día siguiente; en esos momentos el presidente indonesio parece ser el eje de una propuesta independiente y antiimperialista en Asia. El personaje no parece interesarle al Che que lo califica como "un viejo libidinoso." Se relaciona entonces con los cuadros claves de la izquierda del gobierno: Subandrios, el secretario de Estado, el ministro de Comercio. Y de nuevo: ingenios azucareros, fábricas de tabaco. Una pausa en Bali,
un paraíso terrenal
con todo y referencias a Gauguin.
A Indonesia le seguirá Singapur en Malaya, donde pasan dos días trabados por un desperfecto en el avión. Luego Hong Kong, donde revisará en la tienda del aeropuerto todas las cámaras, una por una, antes de decidirse por una leika y una pequeña minox.
En los ratos libres escribe, algo que a sus compañeros de viaje les parecen ser notas sobre un manual de la guerra de guerrillas y una excelente narración testimonial, "El cachorro asesinado." El clima es terrible para el asma y no puede dormir. Se levanta de la cama dos o tres veces cada noche. Según Pardo, "tambaleándose como un sonámbulo, se dirigía al baño, donde se encerraba para hacer sus largas y penosas inhalaciones. Regresaba a la cama y permanecía sentado inmóvil durante un rato, hasta que de nuevo podía sentarse a dormir." El periodista registra sus frases nocturnas:
Quiero a este inhalador más que a mi pistola...
Cuando el asma me pega duro tengo la costumbre de cavilar.
Entre el 6 y el 7 de agosto realiza una visita relámpago a Ceilán, donde se entrevista con el presidente y firma un acuerdo para vender 20 mil toneladas de azúcar. Queda fascinado por las ruinas arqueológicas locales. El 8 agosto se encuentra en Pakistán, donde se reúne con el jefe de Estado, Ayub Khan. Y tras una escala relámpago en El Cairo y Atenas (donde para su desdicha no tiene tiempo para visitar la Acrópolis, uno de sus sueños desde los días del exilio en México) viaja a Yugoslavia, el 12, para una visita de seis días. Es el primer país socialista que recorre en la gira. No parece muy impresionado. Quizá lo que está sucediendo en Cuba le ocupa el pensamiento. Se limita a constatar:
Tito nos impresionó por su popularidad inmensa, sólo comparable a la de Nasser en Egipto y a la de nuestro Fidel.