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Authors: Paco Ignacio Taibo II

Tags: #Biografía, Ensayo

Ernesto Guevara, también conocido como el Che (55 page)

BOOK: Ernesto Guevara, también conocido como el Che
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El hilo de la conferencia es la historia del Ejército Rebelde, pero sus énfasis están todos en el mismo punto. Cuando comenta la historia de la contraofensiva y luego de la ofensiva de las columnas dice:
El campesino era el colaborador invisible que hacía todo lo que el rebelde no podía hacer; nos suministraba las informaciones, vigilaba al enemigo, descubría sus puntos débiles, traía rápidamente los mensajes urgentes, espiaba en las mismas filas del ejército batistiano
. Cuando recuerda la subida de las 10 mil vacas:
Y por primera vez los niños campesinos tomaron leche y comieron carne de res
. Y señala:
Del otro lado la dictadura les daba sistemáticamente el incendio de las casas, el desalojo de la tierra y la muerte (...)
Una bomba de napalm arrojada sobre un cafetal significa la destrucción de esa riqueza en una área de 2100 metros y se necesitan cinco o seis años para reponer lo que en un minuto es destruido. En la narración de la campaña de Las Villas enfatiza:
Avanzábamos con la reforma agraria como punta de lanza del Ejér-cito Rebelde
.

Y al fin llega a este enero del 59 y arremete:
Pero no está completa la revolución agraria con la ley #3
. Señala la necesidad de atacar el latifundio. Y ataca tímidamente la idea de que la expropiación debe pagarse por adelantado en metálico de acuerdo a la Constitución. A la hora de diseñar un programa los énfasis están bien claros: el imperialismo será el enemigo y
el latifundio es la base de todos los males económicos
. Anuncia que hay que
esperar las contramedidas de quienes controlan el 75% del mercado cubano
. Prevé por tanto una futura invasión estadunidense cuando la reforma social se enfrente al imperio (tema que ya había señalado el 20 enero en "Revolución"). Por su boca habla la memoria de Guatemala.

Porque
tenemos una democracia armada
, se tiene el instrumento del cambio.
Tenemos el Ejército Rebelde y éste debe ser nuestro primer instrumento de lucha
, pero,
nuestro Ejercito no está aún capacitado para las nuevas responsabilidades adquiridas
. Hay que prepararlo, fortalecerlo, alfabetizarlo. Ojo, es el Ejército Rebelde la vanguardia en el pensamiento del Che en aquellos días, no el 26 de Julio, al que ve como un conglomerado de tendencias donde domina la clase media urbana, no los partidos del frente revolucionario; los hombres de la sierra.

Y remata:
Nuestra revolución ha significado (...)
haber destruido todas las teorías de salón (...) Hay que hacer revoluciones agrarias, luchar en los campos, en las montañas y de aquí llevar la revolución a las ciudades. Y está hablando ya no de Cuba, sino del resto de América Latina.

Su intervención es la voz pública de la izquierda del 26 de Julio, un llamado a Fidel, e incluso, un llamado al PSP. Una pregunta que es una demanda: ¿Hacia donde va la revolución cubana?

El 30 de enero un periodista ruso, Chichkov, lo visita en La Cabaña. El Che está con un ataque de asma, lo están inyectando, tirado en la cama con calcetines y camiseta. El cuarto del Che le resulta al ruso muy espartano: colgado de un clavo un M1 y una pistolera, dos camas, una cómoda, un espejo antiguo. Le pide permiso para tomar una foto, acepta ponerse una camisa sobre la camiseta, pero no calzarse.

El senador chileno Salvador Allende lo había visitado en esos días y recibido una impresión similar: "En una gran sala habilitada como dormitorio cuajada de libros, en un camastro de campaña, tendido, con el torso descubierto y sólo con sus pantalones verde olivo, estaba un hombre de mirada penetrante con un inhalador en la mano. Me hizo un gesto para que lo esperara mientras él trataba de calmar su intenso ataque de asma. Durante 10 o 15 minutos pude mirarlo y ver el brillo lacerante de su mirada inquieta (...) después conversamos. Muy sencillamente."

Esta vez el ruso le pregunta cuál es la clave de la revolución cubana y El Che contesta:

—La base de la revolución son los campesinos.

De repente entra Fidel al cuarto, y un poco más tarde Raúl Castro y Vilma Espín. Fidel y El Che dejan al periodista ruso por ahí zascandileando y se dedican a conspirar sentados en una cama.

¿Hablan del futuro de una revolución que comienza?

CAPÍTULO 24

La batalla por la Reforma Agraria

El 5 de febrero el comandante Guevara parece que al fin logra reunir horas libres, porque dedica el día a la correspondencia, a contestar cartas que sin duda le deben haber llegado a La Cabaña en esos primeros días de la revolución. Siete llegan hasta nosotros, tres de ellas dedicadas a responder a personas que se ofrecen voluntarias para ir a combatir por la libertad de Santo Domingo, quienes responde señalando que en estos momentos se les necesita en Cuba, donde
hay enormes dificultades que vencer
, una más a William Morris, de la Florida, donde habla del racismo:
Tenga usted la absoluta seguridad de que en pocos años la diferencia entre blanco y negro sólo será una cuestión de color de la piel, como debe ser
; otra a un poeta (Pedro Revuelta) agradeciéndole versos y canción, en la que se despide con un
saludo de este revolucionario que nunca llegó a poeta y
la última a un paisano en Buenos Aires donde habla del tema caliente de la actualidad cubana:
Los fusilamientos son, no tan sólo una necesidad del pueblo de Cuba, sino también una imposición de este pueblo
.

El 7 de febrero la Gaceta oficial publica un curioso decreto mediante el cual adquieren la nacionalidad cubana "por nacimiento" aquellos comandantes rebeldes de origen extranjero que hayan tenido ese cargo al menos un año en el proceso revolucionario. Se trata claramente de una ley de excepción con un sólo destinatario, el comandante Ernesto Guevara. Un homenaje y un reconocimiento.

Al día siguiente El Che estrenará su nuevo estatus con un discurso muy radical en favor de la reforma agraria, donde de nuevo expresará sus identidades con los campesinos.
Yo soy ya bastante guajiro, el aire de la ciudad no se ha hecho para mí.
En El Pedrero, donde estuvo uno de sus campamentos durante la campaña de Las Villas, lanzará un llamado a la revuelta agraria radical:
Nosotros estamos decididos hoy a llegar hasta el latifundio, hasta atacarlo y destruirlo (...)
El ejercito rebelde está dispuesto a llevar la reforma agraria hasta sus últimas consecuencias (...) La reforma agraria hay que hacerla ordenada, para que no se cometan abusos (...) Pero la tierra que el pueblo haya revolucionariamente (ocupado, tomado)
no habrá un solo comandante de nuestras fuerzas, un solo soldado de este ejército que tirará contra los campesinos, nuestros amigos de siempre... Si alguien pretende desalojarlos, tienen hasta el derecho último de agarrar un arma e impedir que los desalojen.
Incita a la formación de asociaciones campesinas, constituidas
de abajo hacia arriba por el voto popular
.

Está particularmente despeinado, particularmente tenso, en lugar de la boina negra con una sola estrella de cinco puntas, trae un gorro de kepi, por el que el pelo suelto y desordenado asoma en cada esquina. La foto de Eliseo de la Campa, su piloto, lo muestra así. Se encuentra bajo los efectos de un fuerte ataque de asma. Una mujer le pregunta si las casas de los campesinos que la dictadura quemó allí se van a poner en los libros de historia.


No, no las vamos a poner en la historia... las vamos a reconstruir enseguida
.

Ciertamente, poco después el Ejército Rebelde inicia la construcción de viviendas en El Pedrero.

Una lectura hacia atrás de la historia, ha convertido el estudio del año 59, el año 1 de la revolución cubana en el poder, en un debate sobre el enfrentamiento entre procomunistas y anticomunistas en la dirección del proceso revolucionario. Una visión desde adentro pareciera situar más bien las coordenadas de la historia en el tremendo debate sobre la necesidad y profundidad de la reforma agraria, punto de choque, elemento de fricción y de tensión entre el amplio espectro de fuerzas que podían reclamarse como triunfadoras. Siguiendo el pulso de los acontecimientos en la prensa diaria, los guiones radiofónicos, los discursos de los cuadros, las movilizaciones sociales y la memoria filtrada de los testigos, más allá de sus selectividades, el año 1 más bien parece ser sin duda el año del debate en torno a la revolución agraria prometida. Una reforma agraria que tiene que enfrentarse a un país dominado por el latifundio, donde
el 1,5% de los propietarios de la tierra tenía el 46% del país, donde dos terceras partes de los trabajadores agrícolas, eran jornaleros sin tierra, trabajadores de los ingenios azucareros, peones del latifundio o subarrendatarios
.

Es en ese marco en el que puede situarse la radical definición del Che, y con ella la definición del ala izquierda. Días antes y días después del discurso de El Pedrero se sucederán las tomas de tierra en la provincia de Las Villas. Reaccionando a las invasiones de los latifundios, el presidente Urrutia manda a llamar a Camilo Cienfuegos, responsable de las fuerzas armadas en La Habana y a Ramiro Valdés, quizá en su calidad de segundo comandante de la columna 8, la fuerza fundamental en la región de Las Villas y les pide que detengan la revuelta agraria espontánea, que hay que frenar las invasiones y esperar por la formulación de una ley. Camilo y Ramiro le dicen que sus hombres no dispararán contra los guajiros.

El Che insistirá en su visión zapatista de la reforma agraria el 11 de febrero en el programa de televisión Comentarios Económicos: Expropiación sin indemnización a los latifundistas, reparto de la tierra.

El 13 de febrero se produce el primer enfrentamiento entre las dos alas de la revolución, Miró Cardona, el primer ministro, representante de los sectores más conservadores del gobierno, vuelve a presentar su renuncia (lo había hecho el 17 de enero argumentando que existía un doble poder, el de Fidel y el Ejército Rebelde y el del gobierno, y que Fidel debería asumir el cargo para acabar con esta situación que paralizaba la institucionalización) y Fidel asume el cargo diciendo más tarde: "Yo hubiera preferido mantenerme en reserva."

Mientras tanto, El Che trabaja febrilmente en la formación cultural del Ejército Rebelde, organiza actividades recreativas en La Cabaña, entre ellas la creación de un club infantil, para que confraternice con los soldados. Los rebeldes les cuentan historias de la sierra, hacen piñatas y enseñan a armar y desarmar rifles a los miembros del club llamado "los barbuditos"; El Che participa en varias reuniones con los niños, quizá en los mismos días en que se enfurece con un compatriota suyo, el propietario del teatro Shanghai; un club porno, en el que se presentan actos de animalismo y sadismo. El Che enfurecido quería meter a la cárcel al empresario e incluso hablaba de que no sería mala idea fusilarlo.

El 15 de febrero es el cumpleaños de su hija Hilda, asiste a la fiesta, pero se encuentra físicamente muy débil. Hacia la tercera semana de febrero el comandante Guevara está pasando por un mal momento. Núñez Jiménez recordará: "El Che se sentía sumamente agotado. Una notable palidez se había apoderado de su rostro. Al mirar su propio retrato en un periódico, me dijo con la ironía que le era tan propia:

"—¡Cómo me parezco a Cantinflas!"

El agotamiento se convierte en enfermedad. Fernández Mell lo critica por el descuido profundo con el que está viviendo, no durmiendo, se cuidaba poco, fumaba como chimenea, comía cuando se acordaba... Y al descubrirle la fiebre le diagnostica una neumonía peligrosa. Más tarde el doctor Conradino Polanco, analizando una radiografía le descubre un enfisema pulmonar doble y difuso en el pulmón derecho.

Los médicos lo obligan a guardar reposo y pasando por encima de su voluntad Fidel le ordena que se vaya a restablecer en una residencia de la playa de Tarará, en las cercanías de La Habana, una casa situada sobre una colina con una visión espléndida del mar que había pertenecido a un conocido batistiano. Pese a las protestas del Che, al que el lugar le parecía lujoso, se traslada a ella junto con Aleida y sus escoltas.

Los tres médicos guerrilleros que se mueven en torno al doctor Guevara, Óscar Fernández Mell, Adolfo Rodríguez de la Vega y Serafin Ruiz de Zárate se ponen de acuerdo para prohibirle al Che seguir fumando. El Che se enzarza en una discusión con ellos y termina cediendo que sólo un tabaco al día. Núñez Jiménez, a la sazón secretario del Che, registra: "Al día siguiente fui por la mañana a recibir las instrucciones diarias del Che. Lo encontré fumando un tabaco como de medio metro de largo, obra de sus admiradores, los tabaqueros de La Habana, y con una sonrisa picaresca me explicó:

"—No te preocupes por los médicos, yo estoy cumpliendo con mi palabra: un tabaco al día ni más ni menos."

Una breve nota del columnista Antonio Llano Montes aparecida días más tarde en la revista "Carteles" ("El comandante Guevara fijó su residencia en Tarará...") provocará la indignación del Che haciendo que le envíe a Franqui, el director de "Revolución", una carta abierta:
No analizaré aquí quién es el señor periodista mi daré noticias sobre lo que él tiene en los archivos a mi custodia encomendados, no es mi intención hacer acusaciones o contraacusaciones, me debo a la opinión pública y a quienes han confiado en mí como revolucionario
.

Le aclaro a los lectores de Revolución que estoy enfermo, que mi enfermedad no la contraje en garitos ni trasnochando en cabarets, sino trabajando más de lo que mi organismo podía resistir para la revolución.

Los médicos me recomendaron una casa en algún lugar apartado de las diarias visitas y Recuperación de Bienes me prestó ésta que habitaré en la referida playa hasta que los colegas que me atienden me den de alta; debí ocupar una casa de personeros del antiguo régimen porque mi sueldo de 124 como oficial del Ejército Rebelde no me permite alquilar una con suficiente amplitud para albergar a la gente que me acompaña.

El hecho de ser una casa de antiguos batistiano hace que sea lujosa; elegí la más sencilla, pero de todas maneras es un insulto a la sensibilidad popular. Prometo al señor Llano Montes, y sobre todo al pueblo de Cuba que la abandonaré cuando esté repuesto.

Te agradeceré la publicación de estas líneas para mejor ilustración de nuestro pueblo, sobre la actuación de quienes hemos contraído una responsabilidad con él. Che
.

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