Read Ernesto Guevara, también conocido como el Che Online

Authors: Paco Ignacio Taibo II

Tags: #Biografía, Ensayo

Ernesto Guevara, también conocido como el Che (91 page)

BOOK: Ernesto Guevara, también conocido como el Che
10.04Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

El Che reconcentra una parte de las tropas, envía un grupo a reforzar la base del lago y a otro que se reúna con él. Se comunica con Fernández Mell:
El decaimiento de la gente es terrible y todo el mundo quiere echar para el lago; probablemente te caigan muchos por allí, envíamelos inmediatamente bien provistos de parque.
En respuesta Fernández Mell y Aragonés le sugieren que reúna a toda la columna porque puede quedar aislado.

Es en esos días que la radio congoleña reporta repetidamente la muerte en el Congo del Che Guevara. Ha existido alguna filtración? ¿Se trata de una medida de propaganda sin ninguna base? La noticia ni siquiera trasciende a la prensa internacional.

La descomposición del frente se ve aminorada por buenas noticias que llegan de la zona donde actúa Santiago Terry, que con su columna ha derrotado por dos veces a las fuerzas del gobierno, aunque chocaba continuamente con el comandante congoleño y habían desertado el 60% de los soldados Africanos.
Se capturó allí un informe secreto en el que se establecía bastante
precisión las posiciones de los cubanos y rebeldes, mostrar las fuerzas desplegadas para la ofensiva, el apoyo aéreo (Wigmo, 4 T28 y 2 B26 con base en Albertville) y marítima, 4 PT boats Ermens-

Luka que tenían como misión
"prohibir el cruce del lago por elemeatos rebeldes." La intención era ocupar toda la costa del lago y destruir todas nuestras instalaciones cercanas a Kigoma
.

El 30 de octubre, ante los reiterados llamados de Aragonés y Fernández Mell de que reúna a las tropas cubanas ("Como te dijimos en el anterior informe la posición en la que tú estás no nos gusta nada sabemos que hay caminos desde el lago, que los guardias puedes tomar y dejarnos aislados. Creemos que la mejor solución sería una barrera donde tú estás y trasladar el grueso de la tropa cubana pára acá"), se dirige hacia la base dejando a Martínez Tamayo en tareas de contención.

La imagen que se presentaba a mi
llegada a la base no era nada halagüeña;
sabíamos lo que quería el enemigo, pero no necesitábamos para eso tomarle esos documentos porque ya estaba claro, y el espectáculo de decaimiento era terrible. Sólo parece contar con los ruandeses de Mudandi, pero su estado militar es desastroso.

Curiosamente, El Che no habría de conocer los desalentadores informes que la inteligencia estadunidense intercambia, donde valoran el Congo como la zona de mayor actividad guerrillera en el mundo después de Vietnam y piensan que las tropas gubernamentales son incapaces por sí mismas de triunfar, por lo que deben aumentar la intervención estadunidense.

En la base montañosa de Luluabourg se organiza la defensa. El Che piensa que quizá haya que evacuar parte de la columna y lo comenta con Dreke. Surge ahí la idea de que se queden tan sólo unos 15 hombres para iniciar desde abajo una guerrilla en forma, basada en la creación de un ejército campesino a largo plazo y no en el desastroso Ejército de Liberación Congolés. Dreke observa: "El Che estaba bien, muy delgado, un poco preocupado, se le notaba, no per día el aliento. Preocupación por la pérdida del contacto con Dar es Saalam."

El 1º de noviembre El Che baja al lago. Su aparición es seguida por la llegada de la lancha de Lawton. Su
llegada fue anunciada desde mucho antes por el trazado en el cielo d
e
las balas lumínicas, ya que se produjo una verdadera batalla naval al ser sorprendido por las lanchas de patrullaje traía a un hombre herido en la mano por una bala de ametralladora y el propio Lawton tenía la cara herida por el rebufo de una baz
u
ca con la que habían disparado sus compañeros. La tripulación congoleña venía muy
ate
morizada y hubo dificultades para hacerlos retornar en los días siguientes.

Lawton es portador de un mensaje preocupante enviado al Che des de Dar es Salaam, donde se informaba que el gobierno de Nyeren había convocado a Rivalta y le informó que "en vista de la decisión de los Estados africanos respecto a no intervenir en los asuntos internos de otros países, tanto ellos como los demás gobiernos que hasta ahora han venido dando ayuda al Movimiento de Liberación del Congo, habrán de cambiar el carácter de esa ayuda. Que en consecuencia, nos pedían que retiráramos lo que teníamos allí, como contribución nuestra a esa política. Que reconocían que habíamos dado más que muchos Estados africanos y que por ahora no se diría nada al Movimiento de Liberación Congolés, hasta en tanto nosotros no nos hayamos retirado, que entonces el propio presidente llamará a esos dirigentes y les informará de la decisión tomada por esos Estados africanos. Se ha mandado una información al respecto para La Habana. Esperamos conocer tu opinión."

Ese era el golpe de gracia dado a una revolución moribunda. Debido al carácter de la información no dije nada a los compañeros congoleses, esperando a ver qué sucedía en los días siguientes.
La respuesta de La Habana, bajo la forma de un cable de Fidel a Dar, retransmitido al Congo, llega poco después. "Debemos hacer todo menos lo absurdo. Si a juicio del Che nuestra presencia se hace injustificable e inútil debemos pensar en retirarnos. Deben actuar conforme situación objetiva y espíritu hombres nuestros. Si consideran deben permanecer, trataremos de enviar cuantos recursos humanos y materiales consideren necesarios. Nos preocupa que ustedes erróneamente tengan temor actitud que asuman sea considerada derrotista o pesimista. Sí deciden salir, El Che puede mantener status quo actual regresando aquí o permaneciendo otro sitio. Cualquier decisión la apoyaremos. Evitar todo aniquilamiento."

El 4 de noviembre llega un nuevo mensaje de Dar es Salaam diciendo que los mercenarios no se han retirado del Congo, y remata: "En este caso sería traición retirar nuestro apoyo revolucionario congoleses a menos que ellos lo soliciten o decidan abandonar la lucha." Las líneas de comunicación se encuentran cruzadas, pero los mensajes son coincidentes. El Che escribe a Dar para que lo retransmitan a Fidel, y tras dar información sobre el estado de la guerra, opina:
Hubo un momento en
que se habló de la
fuga masiva de todos los jefes congoleses, yo había tomado la decisión de permanecer en ese caso
c
on una veintena de hombres
escogidos (la chiva no da más leche) y enviar al resto al otro lado y seguir peleando hasta desarrollar esto o agotar las posibilidades y en ese caso toman la decisión de ir a otro frente por tierra o acogerme al sagrado derecho de asilo. Frente a la última noticia mi reacción fue igual a la de Fidel, nosotros no podemos irnos de aquí. Más aún, ni un cubano debe irse en las condiciones propuestas. Y se debe hablar seriamente con los dirigentes de Tanzania para puntualizar hechos.

Estas son mis proposiciones: Que una delegación cubana de alto nivel viste-Tanzania o Aragonés desde aquí, o
una
conjunción de las dos. El planteamiento debe ser más o menos así: Cuba ofreció ayuda sujeta a la aprobación de Tanzania, ésta aceptó y la ayuda se hizo efectiva. Era sin condiciones ni limite' de tiempo. Comprende
m
os las dificultades de Tanzania hoy, pero no estamos de acuerdo con sus planteamientos. Cuba no retrocede de sus compromisos ni puede aceptar una fuga vergonzosa dejando al hermano en desgracia a merced de los mercenarios. Sólo abandonaríamos la lucha si por causas fundadas o razones de fuerza mayor los propios congoleses nos lo pidieran, pero lucharemos p
a
ra que esto no suceda.

La situación militar en los primeros días de noviembre sólo parece relativamente estable, pero la descomposición prosigue. Los rumores de que los mercenarios y las tropas del gobierno atacarán hacia el lago están en todos lados, se trata de una fuerza de mercenarios sud-africanos y belgas, con algunos cubanos de la CIA, apoyados por tropas de la vieja gendarmería de Katanga. La aviación bombardea. Se han hecho trincheras y están montadas varias emboscadas, pero la descomposición es enorme. En el frente de Aly las tensiones con los congoleses están a punto de la ruptura. Martínez Tamayo a duras apenas logra que no deserten los congoleses que quedan con él y esta desmoralización influye en los cubanos que hablan de retirarse.

El Che está pensando en un ataque en la zona de Kazinia, pero teme que una derrota pueda producir
uno desbandada y cayera aún más la moral; antes quería asegurarme la posesión de algunas armas pesadas para poder sostener un intenso fuego sobre el enemigo e impedir que contraatacara.

Pero el desplome del frente es inevitable. Los ruandeses abandonan la zona de Front de Forre y arrastran tras ellos a los cubanos. Por lo menos lo hacen ordenadamente y se concentran en la zona de Nganja con sus armas. Mundandi le envía una nota al Che: "Soy incapaz de mantener la posición y asegurar su defensa (...) le ruego comprenderme, he decidido hacer una retirada, yo no abandono a los compañeros, cubanos (...) no puedo exponer a todas las fuerzas de los camaradas ruandeses de ser aniquiladas (...) yo he buscado ayudar a esta revolución para poder hacer otra en nuestro país, si los congoleses no luchan prefiero morir en nuestro suelo."

Ante esta situación El Che enviaba un telegrama a Cuba:
Presión enemiga aumenta y tentativa del bloqueo de
l
lago se mantiene. Urge cantidades sustanciales de dinero congolés previniendo aislamiento. Ofensiva se mantiene y avanza. Hay que moverse rápido Nos preparamos para defender la base.

En esos momentos El Che cuenta con Martínez Tamayo, quien con un grupo de ruandeses bajo sus órdenes dominaba el camino que va de Nganja directamente al lago y con Azima y los congoleses que defienden el otro acceso a la base. Dreke estaba encargado de la defensa del lago desde Kazima y Terry estaba en Kabimba.

Se decide la evacuación de mujeres y niños hacia Kigoma y se acuerda montar una base clandestina en Tanzania para utilizarla en caso de que se produzca el aislamiento.

Alrededor del 15 de noviembre El Che ordena concentrar en la base del lago las tropas de Terry, y recibe un informe de Martínez Tamayo de que ante un amago de avance del enemigo en el entronque en Jungo "ni congoleños ni ruandeses ocuparon sus posiciones." Las defensas las sostuvieron ocho cubanos en cada una de las alas. Se piensa que hay unos 400 guardias enfrente. Un par de horas más tarde recibe una segunda nota en que se le informa que los ruandeses se habían ido, se cree que rumbo a su país. Martínez Tamayo se repliega.

El Che discute con su estado mayor:
O hacemos una defensa elástica, ir cediendo terreno y retirarnos hacia otro punto, o, simplemente, hacer una defensa rígida, luchar hasta el límite de nuestras fuerzas. Lo que no podemos hacer es estar cruzados de brazos esperando que los guardias avancen hasta un nuevo lugar y nos lo quiten sin combate, provocando la deserción de más hombres. Esa táctica o falta de táctica iba a conducir a que perdiéramos todo y quedáramos completamente desorganizados.
Se discute la opción, pero para El Che es puramente pedagógica, no siente que haya la menor posibilidad de una defensa rígida. En la noche del 17 ordena un segundo repliegue hacia el anillo interior de defensa. Con las tropas se repliegan combatientes congoleños y campesinos con mujeres y niños.

CAPÍTULO 45

Los días finales de aquel Noviembre

El 18 de noviembre El Che analizó las posible zonas de reserva que; les quedaban en caso de perderse la base del lago y Luluabourg. Los congoleños por boca de Chamaleso, quien transmite las decisiones del jefe del frente, Masengo, dicen estar a favor en abandonar la lucha.
Le respondí que esa era una decisión muy seria; había hombres en Fizi y en Mukundi, dentro de ese frente organizados todavía; además estaban los de Uvira y quedaba el frente de Mulele; en cuanto nos fuéramos las tropas enemigas estarían libres para atacar esas agrupaciones; nuestra fuga contribuiría a su dispersión, porque sabíamos que no tenían fuerzas para resistir. Le pedía que nos diera una carta donde Masengo expusiera esa decisión. Tremendo Punto se mostró asombrado y algo dolido, pero insistí, le dije que había una cosa llamada historia que se compone a partir de muchos datos fragmentarios y puede ser tergiversada.

La conversación quedó trunca, porque en ese momento les avisan de la base superior, vía teléfono, que las tropas del gobierno avanzaban en tres columnas y gran número y que los cubanos se retiraban sin combatir bajo el fuego.

Los rumores de que los congoleños han tomado la decisión de retirada corren por el campamento y el caos lo domina todo. El Che no se resigna. Conversa con sus hombres de confianza y sugiere la posibilidad de organizar la evacuación y luego con una pequeña guerrilla cruzar el país hasta enlazar en él norte con las fuerzas insurrectas de Pierre Mulele. Pero ello implicaba una caminata de más de mil kilómetros por zonas desconocidas, atravesando selva virgen, sin guías, sin ni siquiera saber en qué estado se encontraba Mulele, con el que nunca se había podido tender una línea de comunicación.

El Che envía un telegrama a Dar Es Salaam:
La situación se derrumba, tropas enteras y campesinos se pasan al enemigo. No hay tropas congolesas seguras. Desde hoy nuestra salida al aire por la planta principal puede interrumpirse, mantendremos comunicación con Kigoma por planta auxiliar. Lawton aquí por dificultades mecánicas. Urge tripulación y lancha en buen estado.

Luego, abandonada la idea de marchar hacia el norte, insiste en quedarse en el Congo con un pequeño grupo de combatientes. Manda un nuevo telegrama a Dar:
Pensamos evacuar este lugar y hacer evacuación de la mayoría de cubanos como segunda etapa. Quedaremos un grupo pequeño corno símbolo del prestigio de Cuba. Informa Cuba.

Meses más, tarde explicaría su idea: Mí
intención era enviar a los en
fermos, a los débiles y a todos los que estuvieran flojos de piernas y quedarme con un grupo pequeño para continuar la lucha. Con vistas a este objetivo efectué un pequeño test (...) entre los compañeros combatientes lo que arrojó resultados desalentadores, casi nadie estaba dispuesto a seguir luchando, eso dejaba a mi propia decisión...

Al día siguiente, el 19 de noviembre, una parte de los congoleses comenzó a retirarse rumbo a Fizi. Sin contacto con la lancha que había salido hacia Tanzania antes de conocer el acuerdo de evacuación, El Che decide ordenar la quema del campamento y los documentos; sin que nadie lo ordene, alguien da fuego a los polvorines.
Observamos los fuegos artificiales del valioso cargamento ardiendo y explotando, desde la primera loma del camino a Jungo, mientras esperaba a los rezagados. Estos eran muchos y venían con un cansancio que parecía de siglos, con falta de vitalidad alarmante; dejaban piezas de las armas pesadas buscando aliviar el peso, sin importar lo que pudiera significar el arma en un combate. Prácticamente
n
o quedaban congoleses en los grupos y todo lo traían los cubanos; les insistí en la necesidad de cuidar esas armas vitales para nosotros si teníamos que aguantar un último ataque, y salieron los hombres, arrastrando los pies y haciendo frecuentes paradas, con la carga de un cañón y una ametralladora.
Aragonés recuerda: "A Coello El Che le había pedido que recogiera la mochila con los libros, éste se llevaba las manos a la cabeza, quería llorar. Yo le di permiso de dejarla enterrada, ya habrá libros en Cuba, no te angusties; la mochila pesaba 30 kilos."

BOOK: Ernesto Guevara, también conocido como el Che
10.04Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

Other books

Values of the Game by Bill Bradley
Blackbird Fly by Erin Entrada Kelly
Afterglow by Adair, Cherry
Evidence of Guilt by Jonnie Jacobs
Borrowed Time by Robert Goddard