Read Ernesto Guevara, también conocido como el Che Online

Authors: Paco Ignacio Taibo II

Tags: #Biografía, Ensayo

Ernesto Guevara, también conocido como el Che (87 page)

BOOK: Ernesto Guevara, también conocido como el Che
2.69Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

Hacia el 11 de julio,
cinco días después de llegar Kabila, me mandó a llamar para decirme que esa noche debía partir con rumbo a Kigoma. Me explicó entonces que Soumaliot estaba allí, e hizo una crítica severa de este dirigente, de sus errores organizativos, de su demagogia, de su debilidad. Lo acusa de haber sacado de la cárcel a gentes que él hizo encarcelar por el gobierno de Tanzania, a gentes de Gbenye o directamente enemigos. Dice que tiene que aclarar el papel de Soumaliot, que lo habían hecho presidente para que hiciera relaciones no para que organizara, en lo que era un desastre. En la conversación se le escapa que Soumaliot está en Dar Es Salaam.

El Che duda y hace explícita su duda, preguntándole a Kabila hacia dónde se dirige, a la frontera de Tanzania o a Dar. Kabila le dice que estará de vuelta al día siguiente, que volverá enseguida.
Cuando se supo la nueva de la partida de Kabila, entre congoleses
y cub
anos cundió el desanimo una vez más. Changa, nuestro esforzado "almirante" del Lago, mientras echaba rayos y centellas, decía:
"¿y para qué este hombre habrá traído tantas botellas de whisky como trajo, si se
iba
a quedar cinco días?"
(...) El descrédito caía sobre Kabila, era imposible superar esta situa
ció
n si no retornaba inmediatamente. Tuvimos una última conversación en la cual insinué este problema con la mayor elegancia de que era capaz; hablamos también sobre algunos otros tópicos y me planteó de soslayo, como era su método, cuál seria mi posición si hubiera una ruptura. Le manifesté que yo no venía al Congo a intervenir en cuestiones de política interna, que eso sería nefasto, pero que había venido enviado por el gobierno a esa zona y que trataríamos de serle leal y de ser leales al Congo por sobre todas las cos
a
s (...)
Al día siguiente, el ritmo de la base que con su presencia y dinamismo había empezado a ajustarse, Ile cayó. Los soldados encargados de las trincheras dijeron que ese día no iban a trabajar porque se había ido el jefe.
El doctor Zerquera comentará: "Ni El Che ni nosotros supimos cuándo se fue."

La retirada de Kabila coincidió con una nueva presencia de la aviación gubernamental que bombardeaba toda la zona del lago de manera muy imprecisa. Los rebeldes tenían orden de no tirarle para no descubrir las posiciones, pero los cubanos de la base, ansiosos de vengar la derrota de Force hicieron sonar las ametralladoras y todo el mundo comenzó a tirar, incluyendo cubanos y congoleses y un cañón que habían emplazado. Cuando los aviones vieron tanta trazadora pasándoles cerca, se elevaron. El Che se apareció por el lago enfurecido para ver quién había roto la disciplina.

Es por esos días que El Che choca con sus guardaespaldas, Villegas y Coello, que han sido enviados desde La Habana personalmente por Fidel y a los que El Che no quiere desperdiciar en labores de custodia en una columna tan pequeña. Todo parece ser motivo de conflicto, de tensión. Entre los ruandeses se ha fusilado a uno de 1os capitanes acusado de haber hablado antes del combate de Forte con los campesinos y haber provocada una delación, cosa por demás absurda. Poco tiempo después el dirigente de los ruandeses Mundandi, enfermo, se tomó un mes de vacaciones.

Afortunadamente una de las emboscadas, dirigida por Martínez Tamayo, integrada por 25 cubanos y 22 ruandeses, porque otros 57 se declararon enfermos, ataca el 22 de julio un camión del ejército congoleño.

Un bazukazo de Sultán abrió el fuego y durante unos minutos se concentraron las armas sobre el vehículo, acribillando a balazos a los mercenarios, negros todos. Solamente uno portaba armas, ya que era un camión de transporte que llebaba comida, cigarros y bebidas. Desde el punto de vista de la preparación gradual para acciones de más envergadura no podía ser mejor la presa, pero varios accidentes empañaron la acción. A punto de iniciarse el fuego, los ruandeses empezaron a correr hacia atrás disparando sus armas, esto puso en peligro a todos nuestros hombres, pero concretamente el compañero Arobaini fue herido en una mano perdiendo un dedo.
Zakarías, el jefe de los ruandeses, propuso que le cortaran dos dedos al que le había disparado por accidente. Martínez Tamayo con tacto lo impidió. Un cubano que intentó que un ruandés no corriera, recibió de premio un mordisco en la mano. La tragicomedia de esta emboscada no acaba aquí. En el camión había cerveza y whisky. Martínez Tamayo trató de hacer cargar los comestibles y destruir la bebida, pero imposible; a las pocas horas todos los combatientes ruandeses estaban borrachos ante la mirada de los cubanos, a los que no se les permitía beber. Se reunieron en asamblea y decidieron volver a la base. Zakarías mató a un campesino en el retorno.
.

El Che escribiría francamente deprimido:
Cinco años constituyen una meta muy optimista para llevar a la revolución congolesa a fin exitoso si todo debe basarse en el desarrollo de estos grupos armados.

En estos momentos la columna cubana se encuentra repartida en cuatro frentes: El Che y un grupo importante en Luluaburg y Kibamba, subiendo y bajando de la montaña. Santiago Terry en Kabimba, Eduardo Torres con los congoleses en Makungo, Dreke en el frente de Fort de Force. La rutina en la base es más o menos estable: A las seis de la mañana todos en pie, se trabaja en la elaboración de refugios y trincheras, comunicaciones telegráficas con Kigoma y con Dar Es Salaam; desayuno: café con leche. El Che ha formado una escuela con los nativos, en la que participan algunos de los cubanos y a veces él mismo se hace cargo de las clases utilizando una pizarra apoyada contra un árbol. Continúan sus clases de swahili. Ilanga cuenta: "En ocasiones cuando yo cometía un error gramatical en swahili me lo discutía, aunque no lo hablaba. Nunca llegó a hablarlo. Palabras sueltas. Me decía:
"profesor, aquí dice tal cosa, ¿por qué este verbo aquí?"
Yo respondía una forma idiomática, Se escribe tal como se pronuncia: 'Kukula': comer; ninakula': yo como, nitakula': yo comí, 'nilikula': yo comeré. Es muy fácil. Lo esencial para comunicarse es fácil." Los que si habían avanzado con el lenguaje eran Marco Antonio Herrera y Martín Chibás, quienes andaban por ahí intercambiando información sobre malas palabras con los congoleses.

El asma se le recrudece al Che a causa de la humedad de la selva tropical, ha descubierto que tiene un efecto benéfico el chile local, que los cubanos llaman por extensión del que se encuentra en Cuba ají guaguau. Videux cuenta: "cuando estaba un poco desesperado por el asma se tragaba dos o tres ajís de esos sin masticar y luego se tomaba un buche de té y se quedaba mirando al cielo."

El Che, a pesar de los ataques de asma, no resiste el forzado cautiverio y participa en frecuentes exploraciones para controlar los territorios circundantes. Se progresa en las distancias, primero un kilómetro, luego dos, tres, cubiertos por la selva espesa, encontrándose monos y elefantes.

Durante todo el tiempo la base del lago y la montaña están bajo bombardeo, en el caso de Luluaburg de muy poca efectividad, porque los aviones bombardean a ciegas; incluso en una ocasión les arrojaron bombas de napalm que no explotaron y la base estuvo abastecida de gasolina permanentemente gracias a eso.

El Che va imponiendo su estilo y al menos afecta a los cuadros congoleses más cercanos, como Ilanga, quien frente al igualitarismo a ultranza del Che se dirá: "Este blanco es de pinga. Me brinda su hamaca. Lo veo que siempre es el primero en repartir, que no tiene privilegios, y el tipo me va ganando." El joven traductor será el primero en descubrir la identidad del Che al hojear un viejo número de la revista "Bohemia":

—Camarada Tatú, éste eres tú.

—No, no, ese es un hermano mío.

Durante una reunión de jefes de zona a la que asisten Mundandi, el capitán Salomón, segundo de Calixte y Lamben, jefe de operaciones de la zona de Fizi, El Che planteó de nuevo su deseo de ir al frente, Masengo trató de frenarlo con argumentos de seguridad. El Che lo enfrentó preguntándole si no le tenía confianza.
El hecho de que el jefe de las tropas expedicionarias cubanas pudiera ir a participar en la vida del frente y no así los responsables de la lucha, podría crearles nuevos motivos de crítica.

Los congoleños se resisten, pero la presión era mucha y El Che logró al menos convencerlos de que tenían que permitirle que se moviera en el territorio. Se organiza un viaje con Masengo a Kazima, a 27 kilómetros al norte de Kibamba. Las observaciones del Che en su diario recogen anécdotas que revelan una tremenda indisciplina, caos. Sigue la exploración, navegando por el lago, ahora hacia Kayamba, una zona de influencia de Maulana. Masengo no tiene autoridad apenas. Encuentran un grupo de ruandeses independientes de Mundandi.
Allí había un cañón de 75 mm sin retroceso, emplazado en una loma; era la disposición más disparatada, ya que el punto no tenía ninguna importancia estratégica y lo único que podía hacer el arma era hundir algún barco que pasara cerca. Ya
había disparado sus salvas, por supuesto sin dar en el blanco, pues los artilleros no conocían su manejo, y las embarcaciones pasaban a distancia suficiente como para ponerse fuera del alcance en tiro directo del cañón. El Che propone llevárselo a Kibamba, pero no le hacen ningún caso.

No dirá que Musengo no comprendiera estas cosas, simplemente no tenía autoridad, no se sentía con fuerzas para imponer sus decisiones contra la costumbre establecida. Arma que caía
en un grupo era sagrada y
el único que podía arrebatársela
(y
lo hacía con
relativa facilidad) era el enemigo. Musengo le propone al Che un ataque a Uvira. El Che rechazó la propuesta: No había una previa exploración y existe una falla absoluta de combatividad en los hombres. El Che propone en cambio infiltraciones y embostadas del lado opuesto de la población, en el punto extremo del Lago Tangañica. Ahí serían relativamente fáciles las infiltraciones. Nadie quiere acompañar a los cubanos. Finalmente se les niega el permiso argumentando que se estropearía el ataque que se preparaba.

El proceso de crisis en la tropa cubana que se produjo tras la derrota de Force afectará a mas combatientes. Al menos una docena fueron desaliñados y se propuso el regresarlos en un futuro a Cuba.
Los rajados, obligados a permanecer contra su voluntad, tratan de justificar su actitud haciendo propaganda negativa que encontraba fácil eco entre otros compañeros. Fuí extremadamente duro con ellos, negándome de plano a considerar su traslado, pero ordenándoles quedar en la base para las tareas de abastecimiento.
Junto a ellos hay una baja más lamentable, Ilanga, el traductor del Che que sufre de ataques de epilepsia y se impone su traslado obligatorio a Tanzania durante unos 15 días. Esto, y el hecho de que gracias a documentos capturados en los cadáveres de Force se conoce de la presencia cubana en el Congo, tienen al Che muy enfadado y se verá obligado a hacer esfuerzos extra para que su optimismo aflore. En su balance del mes de julio escribe:
Mi impresión es que se puede avanzar aunque a un ritmo muy lento
y
que tengo un chance de que Kabila me deje hacer algo. Por
ahora sigo de becario. El abastecimiento de víveres ha sido uno de los puntos neurálgicos de las tropas en campaña; en la zona donde tenían sus campamentos fijos existía la posibilidad de encontrar alguna carne y yuca, que es la base del alimento, pero las plantaciones importantes de este tubérculo están situadas en el llano, ya que los campesinos las cultivaban en esa zona donde vivían,
y
sólo ante las depredaciones de los soldados enemigos abandonaron sus sembradíos para r
efugiarse en las tierras más inhóspitas de la montaña. Para buscar yuca es necesario hacer incursiones muy largas y con algo de peligro. Estas incursiones fueron inauguradas por los cubanos, ya que los ruandeses se negaban sistemáticamente a hacerlas, alegando que el mando tenia la obligación de suministrarles la comida. Días hubo incluso, en que no había alimentos suficientes. Entonces se negaban a seguir las clases de armas pesadas que se estaban impartiendo o hacer cualquier tipo de trabajo preparatorio. "llapana chakula, hapana navaillé", "No hay comida, no hay trabajo."

A la base llegan noticias de frecuentes conflictos internos entre los revolucionarios congoleses en el exterior: Soumaliot había destituido al presidente Gbenye, lo que había provocado una respuesta de Kabila diciendo que no tenía atribuciones para hacerlo.

El trabajo de fortificaciones en el lago después de que se había ido Kabila estaba detenido, varios congoleños habían desertado, se produjeron riñas por falta de autoridad de los jefes suplentes. En frase del Che, las labores se
habían disuelto en el pandemónium. En una oportunidad se dio el caso vergonzoso de que uno de los responsables huyera a refugiarse en la
c
asa de los cubanos, porque un soldado le pidiera arroz, y al negarse a darlo, le corrió con el arma montada y el hombre vino a refugiarse en el "Templo" de los cubanos, que afortunadamente eran respetados. Para evitar contaminaciones, limpié la base de cubanos útiles, dejando solamente en ella a los que ya habían planteado su regreso a Cuba, a los ametralladoristas en el lago, los enfermos y algunos instructores. Me puse como meta esperar algunos días, y si durante ese lapso no pasaba nada, salir directamente al frente sin mendigar más autorizaciones.

El 12 de agosto de 1965, El Che escribe, un "Mensaje a los combatientes" en el que menciona, entre otras cosas:
No podemos decir que la situación sea buena: los jefes del movimiento pasan la mayor parte del tiempo fuera del territorio (...) el trabajo organizativo es casi nulo, debido a que los cuadros medios no trabajan, no saben hacerlo, además, y todo el mundo les tiene desconfianza (...) La indisciplina y la falta de espíritu de sacrificio
son tu característica dominante de todas (estas)
tropas guerrilleras. Naturalmente, con esas tropas no se gana una guerra.

El Che se pregunta si la presencia de la columna cubana ha representado algo positivo, y se responde que sí, dado que las dificultades emanan de las grandes diferencias, y hay que convertir esto en algo utilizable.

Reitera:
Nuestra misión es ayudar a ganar la guerra.
(Hay que)
mostrar con nuestro ejemplo las diferencias, pero sin hacernos odiosos a los cuadros (...).
Compañerismo revolucionario en la base (...) Tenemos en general más ropa y más comida que los compañeros de aquí: hay que compartirla al máximo, haciéndolo selectivamente con aquellos compañeros que demuestren su espíritu revolucionario.

BOOK: Ernesto Guevara, también conocido como el Che
2.69Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

Other books

Meeks by Julia Holmes
The Crystal Child by Theodore Roszak
El Embustero de Umbría by Bjarne Reuter
Joanna Davis - Knights In Shining Armor by Haven; Taken By The Soldier
Rebound Therapy (Rebound #1) by Jerica MacMillan
Secret Seduction by Jill Sanders