Ernesto Guevara, también conocido como el Che (36 page)

Read Ernesto Guevara, también conocido como el Che Online

Authors: Paco Ignacio Taibo II

Tags: #Biografía, Ensayo

BOOK: Ernesto Guevara, también conocido como el Che
11.12Mb size Format: txt, pdf, ePub

Dos días más tarde continúan los combates en esa zona con un batallón prácticamente destruido, mientras en la zona de Las Mercedes es El Che quien contiene a las tropas que avanzan hacia las Minas. Villegas narra: "Frente a una casa nos dieron el alto y cuando nos dimos cuenta allí estaba el ejército que comenzó a disparar, nosotros a correr, ellos a tirarnos y nosotros a correr más rápido, hasta que logramos salir. Yo creo que esa fue la vez que más corrió El Che en su vida, porque aquello parecía una competencia de campo y pista."

El 11 de julio se inicia la batalla del Jigüe, cuando un batallón es emboscado y frenado y más tarde cercado en una operación que dirige personalmente Fidel. Simultáneamente El Che mantiene la presión en Las Minas y continúan los combates en Santo Domingo. Ese día una bomba de mortero acierta en un impacto directo en una casa donde los redactores de "El Cubano Libre" están comiendo y mueren Carlitos Más y Geonel Rodríguez, uno de los cuadros más queridos del Che.

Mientras Fidel mantiene con éxito el cerco en el Jigüe, el ejército, da el empujón definitivo en la zona de Minas del Frío y toma la escuela desalojando a un grupo de defensores mal armados. El Che, quien retorna de la zona de La Plata, se encuentra con los estudiantes en el momento del repliegue. Su primera reacción es:

—Ah, por pendejos les tomaron Minas del Frío. Bien, ahora tienen que ir ustedes a tomarla de nuevo.

Más tarde y ya en frío verá que resulta una misión imposible. El arribo continuo de heridos lo obliga a retomar la medicina y hacer allí mismo entre los árboles alguna operación de emergencia.

Poco después El Che organiza una emboscada exitosa en el río cuando los soldados tratan de abastecerse de agua. La escuela no podrá ser recuperada, pero unas pequeñas emboscadas frenan el avance del ejército para evitar que socorra a los cercados en el Jigüe. La Mina del Frío fue el último punto que tomó el ejército. Fidel le escribe: 'Te felicito de que hayas logrado superar la crisis por allá mejorando mucho nuestro ánimo al sabernos sin peligro desde esa dirección."

El cerco se mantiene, Fidel utiliza altoparlantes para bombardear con palabras a los sitiados, da falsos informes por radio que hacen que la aviación bombardee a sus propias tropas. El 18 de julio destruyen uno de los refuerzos que suben desde el mar. Durante los siguientes días los intentos de socorrer al batallón cercado fracasan. Y Fidel en una operación magistral ofrece la libertad a los cercados a cambio de la rendición con mediación de la Cruz Roja. El día 20 comienzan las negociaciones y Fidel ordena al Che que se movilice hacia Las Vegas, donde el 22 se hace la entrega de 253 desmoralizados prisioneros.

Cuando la comisión formada por Franqui, Faustino y Horacio Rodríguez está haciendo la entrega de prisioneros se produce la "espectacular aparición el comandante Guevara montado en un burro", como a él debe gustarle. El Che ofrece al capitán que manda las tropas en Las Vegas y al que ha cercado en las últimas horas la posibilidad de salir si dejan las armas, y le advierte que no podrán salir combatiendo.

Mientras se hostiga a este nuevo grupo de soldados sitiados, el 25 de julio se produce un nuevo choque en Santo Domingo. Paz y Ramos Latour pescan a una compañía del batallón 22 que iba hacia Santo Domingo con víveres y parque y la destruyen. Pero en los siguientes días la tropa de Sánchez Mosquera logra romper el cerco dejando bajas en todo el camino, incluso el propio Sánchez Mosquera, a quien El Che ha convertido en su enemigo personal, se retira herido en la cabeza. Los rebeldes pierden en el combate a otro de sus capitanes más valientes, Ramón Paz.

Fidel comienza a movilizar hombres para fortalecer el cerco en Las Vegas. Camilo toma posición, "estoy rogando para que algún dios ignoto nos traiga una tropa por este lugar." Fidel aprieta a los batallones que intentan liberar a los cercados. El Che vuelve a conversar con el jefe de los cercados, el capitán Durán, Rafael Mompié cuenta: "Los únicos que hablaron fueron El Che Guevara y el jefe enemigo, la conversación fue muy rápida, quizá duró unos quince minutos (...) Ellos propusieron que nos entregaban toda la comida que tenían en los almacenes a cambio de que los dejáramos salir. El Che Guevara respondió que había que ser iluso para imaginarse que estuviéramos alzados por un plato de comida (...) El Che miró su reloj y le dijo: Son las diez, a las diez y media estaremos frente a frente otra vez, se dieron la mano, se despidieron."

Poco más tarde se escuchan disparos y los guardias comienzan a salir aparentemente desarmados. No sólo han quemado parte del parque sino que traen ocultas las armas. Cubiertos por un tanque y bajo bombardeo que trata de protegerles la retirada, los soldados tratan de escapar y los rebeldes se les van encima guiados por la eterna obsesión de conseguir armas y municiones. La tanqueta se traba y la abandonan, un poco más tarde será bombardeada por la aviación para impedir su captura por los rebeldes. Mark Herman dispara la bazuca y destruye un camión blindado. El Che está ahí, al frente de su banda de adolescentes, empujando. Mientras unos se detienen para trabar combate con los guardias más retrasados, El Che se adelanta con un pequeño grupo de rebeldes y captura a decenas de soldados. Y ya corre entre las palmas y la tupida vegetación para detener a los que huyen. Silva logra rendir a un grupo en el que se encuentra el capitán Durán. Un centenar de soldados caen prisioneros, pero en las emboscadas de contención muere René Ramos Latour, quien se mantuvo dirigiendo la retirada de su escuadra aún herido. El Che arriba cuando el sucesor de Frank País ha muerto. Su caída representa un golpe tremendo para la guerrilla, y en particular para El Che, quien ha polemizado fuertemente con él y sin embargo lo respeta. Nunca tendrá la oportunidad de hablar con él. Queda la deuda.

Comienza casi de inmediato una nueva operación de cerco, ahora sobre Las Mercedes. Fidel le escribirá al Che el 31 de julio: "Creo que la gente está rindiendo mucho menos que los días anteriores a consecuencia del agotamiento general y de las muertes de distintos oficiales." Han caído Verdecia y Paz, Ramos Latour y Cuevas. Y no hay respiro. Ese mismo día Camilo le informa al Che que por el camino de Sao Grande se aproximan refuerzos con tanques al frente.

El frente se mantiene en tensión. Fidel obsesionado con el tanque que han capturado y que trata de reparar, El Che con la pérdida de su mulo Armando que ha sido herido durante un bombardeo que hizo volar al Che de la montura. El cinco de agosto se inicia el combate contra los refuerzos que son frenados. Dos días más tarde se repliegan. El Che, quien estaba molesto por no haber podido capturar a los soldados cercados, cuando se da cuenta de que en el repliegue se han atascado dos tanques en un arroyo le dice a un grupo de sus hombres.

—Vamos a tumbarles los dos tanques.

Andrés Menes cuenta: "Cuando dijo eso se me enfriaron los huesos, porque ya nosotros sabíamos lo que hacían los tanques. Cuando El Che repite: Síganme, que vamos a tomar los tanques, contamos hasta diez. Lo seguimos porque él marchaba adelante y no por otra cosa. Cuando llegamos al arroyo, que vemos que los tanques se han ido del atasco (...) me volvió el alma al cuerpo y no es que tuviera miedo al ejército, era el respeto que le tenía en esos momentos a esos almacenes de hierro."

El 10 de agosto, en el último episodio de la ofensiva, se discute en Las Mercedes la última entrega de prisioneros. Nuevamente el talento de Fidel para lograr que un prisionero devuelto sea más útil, al herir profundamente la moral del enemigo, que un prisionero al que hay que mantener y vigilar.

El Che había mandado por delante a Teté con la consigna de proponer que se abrieran negociaciones con la Cruz Roja de intermediaria, confraternizar con los soldados y observar trincheras y emplazamientos. Bueno, Teté, lava tu uniforme, plánchalo, tienes que ir bien bonita y con tu brazalete del 26 de Julio, que no puedes permitir que te lo quiten.

Más tarde Fidel con Celia y El Che entrará en el campamento para negociar con el coronel Neugart que sondea a los rebeldes respecto a cómo reaccionarían ante un golpe militar que depusiera a Batista.

Con la entrega de prisioneros se ha terminado la contraofensiva, los rebeldes son dueños de nuevo de la Sierra Maestra. En los dos meses y medio de duro batallar, el enemigo perdió más de mil hombres entre muertos, heridos, prisioneros y desertores (además el ejército tenía al final de la ofensiva cerca de 600 soldados detenidos por insubordinación o deserción). Dejó en nuestras manos seiscientas armas, entre las que contaban un tanque, doce morteros, doce ametralladoras de trípode, veintitantos fusiles ametralladoras y un sinnúmero de armas automáticas; además, enorme cantidad de parque y equipo de toda clase, y cuatrocientos cincuenta prisioneros, que fueron entregados a la Cruz Roja al finalizar la campaña. El ejército rebelde había sufrido 50 bajas, la quinta parte de los efectivos que había opuesto a las tropas en esa zona, pero al final de los combates se le habían incorporado unos 600 voluntarios.

El ejército batistiano salió con su espina dorsal rota, de esta postrera ofensiva sobre la Sierra Maestra, pero aún no estaba vencido.

CAPÍTULO 18

Invasión

Cuando la revolución apenas comenzaba a recuperar el aliento tras la derrota de la ofensiva batistiana, Fidel, en la más brillante de sus decisiones militares, pensó aprovechar la debilidad y el desconcierto y pasar al ataque instantáneamente. Con un plan que era extraordinariamente arriesgado, se estableció entonces la estrategia final, atacado por tres puntos: Santiago de Cuba sometido a un cerco elástico, Las Villas a donde debía marchar yo, y Pinar del Río, en el otro extremo de la isla, a donde debía marchar Camilo Cienfuegos.

Originalmente El Che pensaba que el desplazamiento al centro de la isla, al otro gran macizo montañoso, la sierra del Escambray, de una gran columna de 120-150 hombres podría hacerse en vehículos porque, tengo ordenado el estudio hasta la cuarta parte o mitad del camino y creo que se puede hacer todo motorizado y estaba tratando de conseguir los camiones que me interesan sobremanera.

El 17 de agosto Fidel cita al Che en el alto de Mompié, dos días después, para ultimar detalles. Guevara asiste acompañado por Zoila Rodríguez. Fidel y El Che mantendrán en La Plata una larga conversación en solitario. Todo debe haberse concretado en esta reunión, porque un día después, desde Radio Rebelde, Fidel da noticia del fin de la ofensiva y anuncia, en abstracto, la salida de "columnas invasoras" desde la Sierra Maestra hacia otros puntos de la isla, volviendo a poner por delante el efecto sicológico a la prudencia militar. Al igual que en el 56, cuando se anunció lo que sería la expedición del Granma, Fidel prefiere el tremendo efecto político del anuncio del contraataque, que sube la moral de la población, ya que se ha acostumbrado a que los mau mau cumplen su palabra.

El 21 Fidel extiende una orden por escrito: "Se asigna al comandante Guevara la misión de conducir a la provincia de las Villas... La Columna 8 Ciro Redondo partirá de Las Mercedes, entre el 24 y 30 de agosto... La columna tendrá como objetivo estratégico batir incesantemente al enemigo en el territorio central de Cuba e interceptar hasta su total paralización el movimiento de tropas enemigas..." Fidel está pensando en que una fuerte posición en Las Villas creará un tapón que permitirá operar con mayores garantías en el centro estratégico de la campaña, Santiago de Cuba, pero también piensa en términos de presencia en una zona que ha visto alzamientos de otras fuerzas sociales diferentes al 26 de Julio, como el Directorio Revolucionario y una escisión de éste, más próxima a los grupos políticos tradicionales, el II Frente del Escambray. Dos días antes se le ha entregado una orden similar a Camilo para que conduzca a la columna 2, Antonio Maceo también hacia el occidente de la isla...

En esos días Fidel le presenta al Che a un guajiro de nombre afortunado, Edilberto Enamorado, quien será el guía en la primera fase de la operación. ¿Dan suerte personajes con nombres así? Pepín Magadán y Enamorado tienen un grupito que llevaba abastos a la Sierra Maestra y Fidel los hace responsables de la seguridad del Che en la primera etapa de la Invasión.

—Bueno, sabrás que salgo para afuera.

—¿Para afuera?

—Sí, voy para el llano...

La conversación se repite una y otra vez. En esa época se decía en la Sierra Maestra que si los guardias no subían bajaban por ellos. Pero no resulta tan fácil el asunto de conseguir voluntarios. La contraofensiva ha dejado cuadros agotados tras tres meses de marchas y combates continuos, además muchos campesinos serranos no quieren combatir en territorio desconocido, el "llano" les daba un particular pánico. Una cosa era enfrentar a los soldados, y otra bajar a territorio desconocido para aquellos que en su enorme mayoría nunca habían estado en ninguna de las capitales del país.

El combatiente Enrique Acevedo acaba de cumplir 16 años, ha cambiado su fusil M1 por un garand, cuenta: "Se produce un cisma en el pelotón, son pocos los que aceptan dejar la sierra; seis voluntarios dan el paso al frente, entre ellos mi jefe de varios meses, el teniente Alfonso Zayas. Intento hacer proselitismo y un bromista me vacila:

"—Tú debes tener alma de masoquista, con los palos que te ha dado El Che y ahora caes de nuevo en su columna."

El Che, mientras tanto, toma notas de quiénes serán los combatientes, consigue fusiles, balas, mejora la situación de sus descamisados. Existen varios manuscritos suyos donde garrapatea la posible composición de la columna. Bajo su nombre: "Comandante Ernesto Guevara", escribe: "El Che Guevara." De acuerdo con Fidel selecciona a Ramiro Valdés como segundo jefe de la columna. Fidel opera como cuartel maestre: "Esta mañana te mandé los hombres que tienen garands del pelotón de Crespo. Haz lo que creas con los hombres y con los garands. El que no te convenga le das otra arma y lo devuelves. Tienes que decirme cuántos garands vas reuniendo y cuántos crees necesitar."

Un run run recorre toda la sierra diciendo que El Che "de apagafuegos" baja al llano. De nuevo el jovencísimo Acevedo atestigua: "A pesar del silencio que cubre los movimientos de la columna, el telégrafo subterráneo funciona a plena máquina. Fuentes bien informadas dan como cierto que salimos el 1º de septiembre, otros se estrenan como estrategas y sitúan como objetivo la Sierra de Cristal; los menos consideran que Camagüey..."

Other books

Languish by Alyxandra Harvey
Her Only Hero by Marta Perry
Starpilot's Grave: Book Two of Mageworlds by Doyle, Debra, Macdonald, James D.
Barbarian's Mate by Ruby Dixon
The World Forgot by Martin Leicht