Ernesto Guevara, también conocido como el Che (122 page)

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Authors: Paco Ignacio Taibo II

Tags: #Biografía, Ensayo

BOOK: Ernesto Guevara, también conocido como el Che
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Felipe Pazos tenía una personalidad propia, prestigio de gran economista y, además, una fama de persona honesta ganada por el sistema de no asaltar el erario público en un gobierno de dolo y latrocinio extremos como lo fue el de Prío Socarrás, donde ejerció la presidencia del Banco Nacional. Magnífico mérito, podrán pensar, mantenerse impoluto en aquella época. Mérito quizá, como funcionario que sigue su carrera administrativa insensible a los graves problemas del país; pero, ¿cómo puede pensarse en un revolucionario que no denuncie día a día los atropellos inconcebibles de aquella época? Felipe Pazos se las ingenió para no hacerlo y para salir de la presidencia del Banco Nacional de Cuba, después del cuartelazo de Batista, adornado de los más grandes prestigios; su honradez, su inteligencia y sus grandes dotes de economista. Petulante, pensaba llegar a la sierra a dominar la situación, era el hombre elegido en su cerebro de pequeño Maquia-velo para dirigir los destinos del país. Quizá ya hubiera incubado la idea de su traición al movimiento o esto fuera posterior, pero su conducta nunca fue enteramente franca." (Pasajes...)

CAPÍTULO 14

1)
Fuentes

El Che dejó varios relatos sobre esta etapa recopilados en "Pasajes de la guerra revolucionaria": "El ataque a Bueyrito", "Lucha contra el bandidaje", "Pino del agua 1", "El cachorro asesinado", "Altos de Conrado", "Lidia y Clodomira", "Se gesta una traición", "El combate de Mar Verde", "Alto de Escudero". Además resultan esenciales las comunicaciones entre Fidel y El Che registradas en el libro de Carlos Franqui "Diario de la revolución cubana" y otras reproducidas en diferentes periódicos y revistas.

La muerte de Frank País en "El más extraordinario de nuestros combatientes" de Alvarez Tabío y en el libro de Yolanda Portuondo: "Sus últimos treinta días." El levantamiento de Cienfuegos en Franqui/"Diario" y en el libro de Prendes: "Piloto de Oucrra."

Aportan datos interesantes para este capítulo los testimonios de Guile Pardo, Han y Villegas y Zoila Rodríguez en el libro de Cupull y González "Entre nosotros" y las entrevistas que hice a Leonardo Tamayo y René Pacheco.

Entre los recuerdos de combatientes es muy interesante el de Joel Iglesias: "En la guerra revolucionaria junto al Che", republicado como "Mis vivencias con El Che", los de Rogelio Acevedo en "El Che que yo conocí" y Enrique Acevedo en "Descamisado" (un excelente texto sobre la vida cotidiana de la guerrilla) y "El hombre que me hizo guerrillero"; Ameijeiras: "Dibujó con flores su sonrisa en el mar", así como el libro de Almeida "La sierra maestra y más allá."

Fundamental el libio inédito de Mariano Rodríguez aún sin título definitivo y el artículo de Helio Vilier: "Che en Buey Arriba", así como la película de Sergio Gil al "Un relato del jefe de la columna 4."

En las notas biográficas de Sergio Bacallao recabadas por Betancourt hay una interesante explicación desde dentro de la enorme red campesina que sostenía a la guerrilla; respecto a la red suburbana puede consultarse el libro de Oreste Adán: "El Dorado."

Para las interioridades de las maniobras y tensiones en el exilio ver Llerena: "La revolución insospechada."

Los periodistas Walsh: "Guevara", Sarabia: "Ernesto Che Guevara, fundador del Cubano Libre", y Masetti: "Los que luchan y los que lloran", aportan elementos sueltos.

Además: Debray: "El castrismo...", Ana Núñez: "El Che Guevara, un hombre a llaves de sus anécdotas", Javier Rodríguez: "Era muy humano...", Roland Castillo, "Alto de Escudero", Lázaro Torres, "Lidia y Clodomira", Meneses: "Castro comienza la revolución", Zúñiga: "El armero del Che" y el artículo de Carlos María Gutiérrez: "Una madrugada de febrero."

2)
El suicidio de Roberto Rodríguez

Che: "Roberto Rodríguez fue desarmado por insubordinación. Era muy indisciplinado y el teniente de la escuadra a que pertenecía lo desarmó, ejerciendo un derecho disciplinario. Roberto Rodríguez arrebató el revólver a un compañero y se suicidó. Tuvimos un pequeño incidente debido a mi oposición a que se le rindieran honores militares, ya que los combatientes entendían que era uno más caído y nosotros argumentábamos que suicidarse en unas condiciones como las nuestras es un acto repudiable, independientemente de las buenas cualidades del compañero. Tras un conato de insubordinación, solamente se veló el cuerpo del compañero, sin rendirle honores.

"Uno o dos días antes me había contado parte de su historia y se notaba en él un muchacho de exagerada sensibilidad que estaba haciendo enormes esfuerzos por acoplarse a la vida dura de la guerrilla y, además, a la disciplina del ejército, cosas que chocaban con su naturaleza física débil y su instinto de rebeldía." (Pasajes...)

3)
El cachorro asesinado

Che: "Todo hubiera estado perfecto si no hubiera sido por la nueva mascota: era un pequeño perrito de caza, de pocas semanas de nacido. A pesar de las reiteradas veces en que Félix lo conminó a volver a nuestro centro de operaciones, una casa donde quedaban los cocineros, el cachorro siguió detrás de la columna. En esa zona de la Sierra Maestra, cruzar por las laderas resulta sumamente dificultoso por la falta de senderos. Pasamos una difícil "pelúa", un lugar donde los viejos árboles de la "tumba", árboles muertos, estaban tapados por la nueva vegetación que había crecido y el paso se hacía sumamente trabajoso; saltábamos entre troncos y matorrales tratando de no perder el contacto con nuestros huéspedes. La pequeña columna marchaba con el silencio de estos casos, sin que apenas una rama rota quebrara el murmullo habitual del monte; éste se turbó de pronto por los ladridos desconsolados y nerviosos del perrito. Se había quedado atrás y ladraba desesperadamente llamando a sus amos para que lo ayudaran en el difícil trance. Alguien pasó al animalito y otra vez seguimos; pero cuando estábamos descansando en lo hondo de un arroyo con un vigía atisbando los movimientos de la hueste enemiga, volvió el perro a lanzar sus histéricos aullidos; ya no se conformaba con llamar, tenía miedo de que lo dejaran y ladraba desesperadamente.

"Recuerdo mi orden tajante: "Félix, ese perro no da un aullido más; tú te encargas de hacerlo. Ahórcalo. No puede volver a ladrar." Félix me miró con unos ojos que no decían nada. Entre toda la tropa extenuada, como haciendo el centro del círculo, estaban él y el perrito. Con toda lentitud sacó una soga, la ciñó al cuello del animalito y empezó a apretarlo. Los cariñosos movimientos de su cola se volvieron convulsos de pronto, para ir poco a poco extinguiéndose al compás de un quejido muy fijo que podía burlar el círculo atenazante de la garganta. No sé cuánto tiempo fue, pero a todos nos pareció muy largo el lapso pasado hasta el fin. El cachorro, tras un último movimiento nervioso, dejó de debatirse. Quedó allí, esmirriado, doblada su cabecita sobre las ramas del monte.

"Seguimos la marcha sin comentar siquiera el incidente. La tropa de Sánchez Mosquera nos había tomado alguna delantera y poco después se oían unos tiros; rápidamente bajamos la ladera, buscando entre las dificultades del terreno el mejor camino para llegar a la retaguardia; sabíamos que Camilo había actuado. Nos demoró bastante llegar a la última casa antes de la subida: íbamos con muchas precauciones, imaginando a cada momento encontrar al enemigo. El tiroteo había sido nutrido pero no había durado mucho; todos estábamos en tensa expectativa. La última casa estaba abandonada también. Ni rastro de la soldadesca. Dos exploradores subieron el firme "del cojo", y al rato volvían con la noticia: "Arriba había una tumba. La abrimos y encontramos un casquite enterrado." Traían también los papeles de la victima hallados en los bolsillos de su camisa. Había habido lucha y una muerte. El muerto era de ellos, pero no sabíamos nada más.

"Volvimos desalentados, lentamente. Dos exploraciones mostraban un gran rastro de pasos, para ambos lados del firme de la Maestra, pero nada más. Se hizo lento el regreso, ya por el camino del valle.

"Llegamos por la noche a una casa, también vacía; era en el caserío de Mar Verde, y allí pudimos descansar. Pronto cocinaron un puerco y algunas yucas y al rato estaba la comida. Alguien cantaba una tonada con una guitarra, pues las casas campesinas se abandonaban de pronto con todos sus enseres dentro.

"No sé si sería sentimental la tonada, o si fue la noche, o el cansancio... Lo cierto es que Félix, que comía sentado en el suelo, le dio un hueso. Un perro de la casa vino mansamente y lo cogió. Félix le puso la mano en la cabeza, el pero lo miró; Félix lo miró a su vez y nos cruzamos algo así como una mirada culpable. Quedamos repentinamente en silencio. Entre nosotros hubo una conmoción imperceptible. Junto a todos, con su mirada mansa, picaresca con algo de reproche, aunque observándonos a través de otro perro, estaba el cachorro asesinado." (Pasajes...)

CAPÍTULO 15

1)
Fuentes

Sobre los acontecimientos narrados en este capítulo El Che dedica varios de sus "Pasajes": "Lidia y Clodomira", "Un año de lucha armada" y "Pino del agua 2", así como unas breves líneas en el artículo "Una revolución que comienza" y un discurso tras el triunfo de la revolución en la escuela de Minas del Frío.

La mejor y más documentada historia de radio rebelde es "7RR" de Ricardo Martínez, basada en entrevistas a todos los protagonistas excepto a Franqui, cuyo papel ha sido minimizado tras su ruptura, quien se hará cargo de la dirección de la emisora más tarde. Franqui/Diario.

Además: Mariano Rodríguez: "Con la adarga al brazo", Castillo Bernal: "La batalla de Pino del Agua", Harry Villegas: "Recuerdos del Che", Joel: "En la guerra revolucionaria...", Ramos Zúñiga: "El armero del Che", Schlachter: "Che innovador técnico". Chinea: "La primera armería de la guerra", Zoila Rodríguez en "Entre nosotros", Juana Carrasco: "Sin darle tregua al enemigo" (una entrevista con Rivalta), C. M. Gutiérrez: "El Che en lo suyo; Meneses: "Castro, comienza la revolución". Rubén Fonseca: "La primera escuela del ejército rebelde", Sarabia: "Ernesto Guevara, fundador del cubano libre" y los dos libros de Escobar y Guerra: "El fuego..." y "Che sierra adentro."

Me resultó muy útil la entrevista que le hice a Jesús Parra.

2)
La dirección del Movimiento 26 de Julio en versión del Che:

"En la etapa de preparación, hasta que Fidel partió para México, la Dirección Nacional estaba compuesta por el mismo Fidel, Raúl, Faustino Pérez, Pedro Miret, Nico López. Armando Hart, Pepe Suárez, Pedro Aguilera, Luis Bonito, Jesús Montané, Melba Hernández y Haydée Santamaría, si mi información no es incorrecta, ya que en esta época mi participación personal fue muy escasa y la documentación que se conserva es bastante pobre.

"Posteriormente, por diversas incompatibilidades fueron separándose de la Dirección Pepe Suárez, Pedro Aguilera y Luis Bonito, y, en el transcurso de la preparación de la lucha, entraban en la Dirección Nacional, mientras nosotros estábamos en México, Mario Hidalgo, Aldo Santamaría, Carlos Franqui, Gustavo Arcos y Frank París.

"De todos los compañeros que hemos nombrado, llegaban y permanecían en la sierra, durante este primer año, Fidel y Raúl solamente. Faustino Pérez, expedicionario del Granma, se encargaba de la acción en la ciudad. Pedro Miret era apresado horas antes de salir de México y quedaba allí hasta el año siguiente en que llegaría a Cuba con un cargamento de armas, Ñico López moría en los primeros días del desembarco, Armando Hart estaba preso al finalizar el año que estamos analizando (o principios del siguiente). Jesús Montané era apresado después del desembarco del Granma, al igual que Mario Hidalgo, Melba Hernández y Haydée Santamaría permanecían en la acción de las ciudades, Aldo Santamaría y Carlos Franqui se incorporarían al año siguiente a la lucha en la sierra, pero en 1957 no estaban allí. Gustavo Arcos permanecía en México en contactos políticos y de aprovisionamiento en aquella zona, y Frank París, encargado de la acción en la ciudad de Santiago, moría en julio de 1957.

"Después, en la siena, se irían incorporando Celia Sánchez, que permaneció con nosotros todo el año 58, Vilma Espín, que trabajaba en Santiago y acabó la guerra en la columna de Raúl Castro, Marcelo Fernández, coordinador del Movimiento, que reemplazó a Faustino después de la huelga del 9 de abril y solamente estuvo con nosotros algunas semanas, pues su labor era en las poblaciones. René Ramos Latour, encargado de la organización de las milicias del llano, que subiera a la sierra después del fracaso del 9 de abril y muriera heroicamente como comandante en las luchas del segundo año de guerra. David Salvador, encargado del Movimiento obrero.

"Además, se incorporaron tiempo después algunos de los combatientes de la sierra, como Almeida.

"Como se ve en esta etapa los compañeros del llano constituían la mayoría y su extracción política, que no había sido influenciada grandemente por el proceso de maduración revolucionaria, los inclinaba a cierta acción "civilista", a cierta oposición al caudillo, que se temía en Fidel, y la fracción "militarista" que representábamos las gentes de la sierra. Va apuntaban las divergencias, pero todavía no se habían hecho lo suficientemente fuertes como para provocar las violencias que caracterizaron el segundo año de la guerra." (Pasajes...)

CAPÍTULO 16

1)
Fuentes

Sobre esta etapa. El Che dejó dos narraciones en sus "Pasajes de la guerra revolucionaria". "Interludio" y "Una reunión decisiva." Ha\ menciones a la huelga de abril en "Notas para el estudio de la ideología de la revolución cubana" y en su prólogo al libro "El partido marxista-leninista", así como en "Una revolución que comienza."

Sobre la huelga de abril es muy importante el capítulo que Franqui le dedica en "Diario de la revolución cubana" y el capítulo escrito por Rodríguez Loeches en "La Sierra y el llano." Son fundamentales las páginas de Ameijeiras en "Más allá de nosotros", la entrevista a Faustino Pérez realizada por Mirta Rodríguez Calderón titulada "Semillas de fuego" y otro de sus trabajos. "Anverso y reverso de una página de lucha."

Otros elementos útiles para este capítulo en el citado manuscrito de Sergio Bacallao, "Che sierra adentro" de Guerra y Escobar, el artículo de Milagros Escobar: "Guerrilleros", el libro de Yolanda Portuondo: "El sacerdote comandante". Guerra: "Camilo Cienfuegos. Un tránsito fulgurante". Masetti: "Los que..." y Gálvez: "Camilo, señor de la vanguardia."

CAPÍTULO 17

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