Read Ernesto Guevara, también conocido como el Che Online
Authors: Paco Ignacio Taibo II
Tags: #Biografía, Ensayo
La última foto del Che vivo, 9 de octubre 1967. En el poblado de La Higuera tras su captura; a su izquierda el agente de la CIA. Felix Rodríguez, con uniforme de los rangers bolivianos. En ese momento el Che está herido en la pierna derecha de un balazo. Tres horas más tarde lo asesinarán en el interior de la escuela.
El cadáver del Che aún en La Higuera, rodeado por los rangers bolivianos.
El cadáver del Che en el hospital de Malta, Vallegrande, Bolivia.
Conferencia de prensa de los militares bolivianos, donde se informa que recibió 10 balazos en combate, los que causaron su muerte en un enfrentamiento con los rangers en la Quebrada del Churo.
En el aeropuerto de Vallegrande, el oficial de la CIA, "Doctor González", se sube a un jeep.
El cadáver, 9 de octubre de 1967.
Las 18 horas de La Higuera
Hacia las siete y media de la tarde, Ernesto Guevara entró por segunda vez en su vida, ahora derrotado, en el pueblo de La Higuera, un caserío miserable de no más de 30 casas de adobe, que contaba con unos 500 habitantes y que debía su nombre a que alguna vez abundaron allí los higos, ahora inexistentes; un pueblo aislado, cuyo único acceso se produce por un camino de herradura en el que no pueden transitar vehículos. La Higuera, un lugar donde según la mitología campesina sólo son eternas las piedras.
En las afueras del pueblo se han concentrado algunos campesinos atemorizados. Una anciana, veinte años más tarde, contará que vio pasar al Che en medio de una procesión frente a su casa en La Higuera y que luego se lo llevaron volando por el cielo... en un helicóptero, dirá finalmente, como aceptando una explicación que le han dado muchas veces y que le resulta ajena, al hecho cierto de que se fue por los cielos.
Lo están esperando el mayor de los rangers Ayoroa y el coronel Selich, quien arribó en el helicóptero. Los prisioneros y los muertos de la guerrilla son llevados a la escuela, una construcción de adobe y tejas de altura irregular, con tan sólo dos cuartos separados por un tabique a los que se accede desde el exterior, paredes descarapeladas y puertas de madera mal encajadas en la construcción de ladrillo y argamasa. En uno de los cuartos encierran a Simón con los cadáveres de Olo y René, en el otro al Che al que desamarran y dan una aspirina para el dolor de la herida en la pierna.
El Chino Juan Pablo Chang, con una herida en el rostro, se sumará a los detenidos. ¿Fue detenido en el mismo momento o después? Las fuentes ofrecen explicaciones contradictorias.
Gary Prado envía el mismo mensaje que ha repetido a lo largo de la tarde una y otra vez, por telégrafo ahora, son las 8:30 de la tarde: "Papá herido." Luego junto con el mayor Ayoroa y el coronel Selich revisan las tristes pertenencias de la mochila del Che, 12 rollos de película, un par de docenas de mapas corregidos por El Che con lápices de colores, una radio portátil, dos pequeños libros de claves, dos libretas con copias de los mensajes recibidos y enviados, un cuaderno verde con poemas y un par de cuadernos, ¿diarios?, repletos de anotaciones con la apretada y veloz letra del Che.
A las nueve Selich pide instrucciones por teléfono al comando de la viii división. Diez minutos después le contestan: "Prisioneros de guerra deben mantenerse vivos hasta recibir órdenes comando superior." Una hora más tarde llega un nuevo mensaje de Vallegrande: "Mantenga vivo a Fernando hasta mi llegada mañana a primera hora en helicóptero. Coronel Zenteno."
Mientras tanto, en La Higuera los tres oficiales superiores intentan interrogar al Che, no obtienen de él mayor cosa, se niega a hablar con ellos. Prado cuenta que Selich le dijo:
—¿Qué tal si lo afeitamos primero?— mientras trataba de mesarle la barba y que El Che le dio un manotazo.
Según el telegrafista de La Higuera, Selich va más allá, al enfrentarse a las negativas del Che a darle cualquier tipo de información lo amenazó de muerte y le quitó dos pipas y el reloj.
El pueblo está en estado de alerta, en cualquier momento se espera el ataque de los guerrilleros sobrevivientes. Se han colocado dos anillos de guardias concéntricos en torno a la escuela y una guardia de vista.
A las 22:10 de la noche "Saturno" (Zenteno) en la vii División en Vallegrande telegrafiaba al Comando en Jefe del ejército (General Lafuente) en La Paz una propuesta de clave para tratar el espinoso asunto de la captura del Che:
"Fernando (El Che) 500. Vivo: 600, por morse sólo esto primero, lo demás por radiofonía, muerto: 700.
"Muy buenas noches. Parte último ratifica encontrarse nuestro poder 500 deseamos recibir instrucción concreta sobre si 600 o 700."
El comando en jefe respondía: "Debe mantenerse 600. Máxima reserva, hay filtraciones."
Los altos mandos del ejército boliviano estaban deliberando en La Paz. El mensaje inicial había sido recibido por los generales Lafuente Soto (comandante ejercito), general Vázquez Sempertegui (jefe del estado mayor del ejército) y el teniente coronel Arana Serrudo (de inteligencia militar). Jorge Gallardo ha dejado una poco amable descripción de los tres personajes: Lafuente, individuo chato, cara de orangután, abundante barba, lo apodan Chkampu (cara peluda en quichua). Vázquez, grueso, sonrisa cínica, autor de las matanzas de mineros. Arana es deforme, tiene un cuello muy largo y grueso que contrasta con el cuerpo, muy moreno.