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Authors: Paco Ignacio Taibo II

Tags: #Biografía, Ensayo

Ernesto Guevara, también conocido como el Che (101 page)

BOOK: Ernesto Guevara, también conocido como el Che
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Ese mismo día la policía detiene en el poblado de Lagunillas a Rocabado y a Pastor Barreras cuando estaban tratando de vender un arma. Rocabado, quien había sido miembro de la Policía de Investigación Criminal de donde había sido expulsado por corrupto, trata de hacer méritos con sus ex compañeros y cuenta más de lo que sabe y buena parte de lo que ha oído. Identifica al jefe (Olo Pantoja) como "el cubano Antonio" habla del "gran jefe", al que nunca vio, y dice que es El Che, habla de que en el campamento hay argentinos y peruanos y un francés (Debray), da los datos del jeep de Tania, entrega los nombres de los miembros de su grupo reclinados por el dirigente minero Moisés Guevara y ofrece guiar al ejército hacia la Casa de Calamina y el campamento inicial. Incluso asegura que se ha sumado a la guerrilla en misión de información, para ver si más tarde podía sacarle algún beneficio.

Coco Peredo, en un arranque de cólera diría más tarde que "los guerrilleros bolivianos reclinados por Moisés Guevara, dirigente minero de la época, fueron extraídos de burdeles y chicherías en busca de salario." Aunque la frase resulta injusta, al generalizar, es cierto que Guevara había realizado un reclutamiento muy superficial, en el que entre la docena de hombres que llegan al campamento, se mezclaban militantes sindicales probados, con elementos del lumpen marginal de las zonas mineras.

El 15 de marzo el centro de la pequeña columna, dirigido por El Che intenta cruzar el Ñancahuazú y lo logra parcialmente. Nuevamente la balsa falla y los arrastra un kilómetro río abajo dejando a dos guerrilleros de su grupo y la retaguardia en la otra orilla. Parte de los miembros del grupo sufren de enfermedades en los pies y continúa la falla de comida, produciendo que los guerrilleros sufran por la carencia de proteínas y de grasas.

Desde el inicio de la expedición la guerrilla marcha con un caballo que han encontrado perdido. Cuando el hambre apretaba, varios se acercaron al Che para proponerle que se comiera el animal. Hubo un momento en que El Che amenazó a dos compañeros con dejarlos sin comer si volvían a insistir sobre el tema. El 16 de marzo, El Che quien se había encariñado con el animal y quería usarlo en la finca, toma la decisión.
Decidimos comernos el caballo, pues ya era alarmante
l
a hinchazón. Manuel Hernández, Inti, Leonardo Tamayo, Gustavo Machín, presentaban diversos síntomas;
yo
una debilidad extrema. Desde
las
1
7
horas fue una orgía de caballo. Mañana serán las consecuencias, probablemente.

La radio funciona correctamente y se recibe un mensaje de La Habana que confirma la llegada de Regis Debray a Bolivia. El Che piensa que ya debe de encontrarse en el campamento central, lo cual es cierto. Tania lo ha recogido en La Paz desde los últimos días de febrero junto al argentino Ciro Roberto Bustos y el 5 de marzo llegan al campamento llevados por Coco Peredo. Debray ha sido enviado por segunda vez a Bolivia directamente por Fidel que esta vez le informa de que allí se encontrará con El Che. No está muy claro cuál será su función. Debray piensa que Fidel quiere que ayude al Che a ampliar la base de apoyo en Bolivia por la izquierda ante las tensiones con los comunistas, estableciendo apoyos con grupos con los que el francés se ha relacionado en sus viajes anteriores: maoístas y troskistas.

El 17 de marzo la guerrilla sufre un nuevo percance, cuando al intentar cruzar la retaguardia el río Ñancahuazú la balsa naufraga y se pierde un hombre, el boliviano Lorgio Vaca
(hasta ese momento, era considerado el mejor hombre de los bolivianos en la retaguardia, por su seriedad, disciplina y
entusiasmo)
quien se ahoga. También desaparecen armas y mochilas. El Che debe estar dudando en esos momentos de las virtudes de la zona elegida, pero sin duda era ya demasiado tarde como dirá Debray para "abandonarla y dirigirse a otra más favorable."

Al mismo tiempo, la mencionada patrulla del capitán Silva arriba a la finca de Ciro Algañaraz. Y en un interrogatorio muy violento, en que el capitán le pone en la boca una pistola al patrón, obtiene la misma información que la policía sabía hace días, la presencia de un grupo de gente extraña a unos cuantos kilómetros, probablemente narcotraficantes. El ejército despliega en la zona acerca de 60 hombres, Silva avanza hasta la Casa de Calamina con unos nueve soldados, pero no encuentran nada. La casa ha sido abandonada. Dos bolivianos, Aniceto y Antonio observan emboscados a los soldados. Ya anocheciendo se produce un tiroteo contra otra patrulla del ejército, cuando Vázquez Viaña, quien regresa al campamento, se tropieza con los soldados y hiere a uno. En los siguientes momentos el ejército detiene a Salustio, uno de los peones bolivianos que cuidaban la finca.

En el campamento central se tienen noticias confusas de todos estos movimientos del ejército la vanguardia de la columna del Che encabezada por Pacho y Alarcón ha arribado hace un par de días y San Luis, a quien El Che ha enviado por delante para llevar noticias sobre su demora en el río aparece de repente. Debray registra: "San Luis había llegado sin avisar, de pronto, el día anterior, con su fusil, pero sin mochila. Un niño salvaje, con la piel pegada a los huesos nadie le oyó llegar. Los demás andan o titubean. Él, con su cabeza de niño imberbe y pequeñito, se desliza en la selva como gato entre las hojas."

Mientras El Che progresa lentamente hacia el campamento central, se establecen emboscadas en los alrededores del segundo campamento que ahora es conocido como Campamento del Oso y Pacho sale en una patrulla para buscar al comandante infructuosamente. Debray habría de registrar que en el campamento que dirigía Olo Pantoja existía una especie de vacío de mando, relajamiento de la disciplina, sensación de caos. ¿Combatir al ejército? ¿Esperar al Che?

El 19 de marzo El Che continúa su marcha apretando a sus hombres, que se enfrentan por tonterías a causa del agotamiento. Hacia las cinco y media de la tarde se encuentran con una avanzada.
Allí nos recibió el médico peruano, José Cabrera que ha venido c
on
el Chino
y
el telegrafista Lucio Galván con la noticia de que Dariel Alarcón esperaba con comida y de que habían desertado dos hombres de Guevara y la policía había caído a la finca (...) No estaban ni Ol
o
Pantoja ni Coco; éste había ido a Camiri a buscar otro lote de hombres de Guevara
y
Olo salió enseguida a avisarle la deserción.

El Che ordena que Manuel retorne sobre las huellas para buscar a la retaguardia. En la madrugada, todos los que han hecho la expedición se reúnen nuevamente.

Al día siguiente parten hacia el campamento, en el camino El Che conocerá el resto de las noticias: la captura de Salustio, la presencia del ejército en la Casa de Calamina, la desaparición del Lor
o
Vázquez Viaña, la pérdida de la mula y el jeep (primero la mula, escribirá, luego el jeep, fiel a sus amores eternos). La columna continuará camino. Debray los verá llegar: "A lo lejos, una procesión de mendigos jorobados emerge poco a poco de la noche con una rígida lentitud de ciego. El centro, por fin (...) Y ahora, en la madrugada gris, a orillas de la selva; sobre esa planicie de sabana desolada que extiende hasta el horizonte sus promontorios y sus huecos, las siluetas de color caqui se acercan contra el verdeamarillento de los matorrales, zigzagueando entre las altas hierbas cortantes, los juncos de los árboles desperdigados aquí y allá. Parecen sonámbulos en fila india, con arreos o más bien albardas bamboleantes, harapientos, inclinados hacia adelante por el peso del morral (por lo menos 30 kilos). Los cañones de los fusiles, en horizontal; portafusiles en ángulo recto sobre el hombro, recogen y reverberan las primeras luces. Pronto tintinean las cantimploras, los revólveres al cinto, las insoportables y ruidosas cacerolas ennegrecidas por el fuego atadas por encima de las mochilas, las tazas y los machetes. Por muy taciturno que sea un guerrillero con todo y sus bártulos a cuestas, suena igual que un hombre-orquesta. El Che anda en el medio: busto casi derecho con una mochila que rebasa la cabeza, la carabina M-1 vertical, su boina de fieltro café en la cabeza y un esbozo de barba.

—Excúsenos por el retraso,
dice, quitándose la mochila con una sonrisa flemática. Queda de pie, los demás se desploman, a medida que van llegando, se seca el rostro y recupera el aliento.


A cocinar
—ordena El Che al ver a un cuadrúpedo ya desollado, colgado por las patas. Durante 24 horas y para todo el mundo.—
Vamos, cocineros, ¡a moverse!

—¿Podemos hacer fuego, comandante? ¿En pleno día?

—Sí,
excepcionalmente, Pero hasta que no llegue la retaguardia, nadie tocará nada.

El Che se encuentra en el campamento con Tania y Juan Pablo Chang, el jefe del ELN peruano.
Un clima de derrota imperaba. Poco después llegó un médico boliviano recién incorporado con un mensaje para San Luis en el que se le comunicaba que Pinares y Olo Pantoja estaban en la aguada, que fuera a entrevistarse. Le mandé a decir con el mismo mensajero que la guerra se ganaba a tiros, que se retiraran inmediatamente hacia el campamento y allí me esperaran. Todo da la impresión de un
caos terrible; no saben qué hacer.

Mientras trata de reorganizar a sus fuerzas, El Che conversa con el chino Chang.
Pide 5 mil dólares mensuales durante 10 meses y de La Habana le dijeron que discutiera conmigo (...)
Le dije que en principio sí, sujeto a que en 6 meses se alzara. Piensa hacerlo con 15 hombres y él como jefe en la zona de Ayacucho. Convinimos además, en que le recibiría 5 hombres ahora y 15
más, con algún lapso y les enviaría con sus armas luego de entrenarlos en combate (...)
Parece muy entusiasmado.

CAPÍTULO 51

Combates

A pesar de que intuía que pronto habrían de producirse combates, El Che dedicó el día 21 de marzo con tranquilidad y paciencia, con la frialdad que fascinaba a sus hombres, a darle forma a su proyecto multinacional. Con Debray (quien según un informador le traía noticias de casa, una escuela nota de Aleida: "Estoy bien, me preocupo de los niños, traen buenas notas"), deja claro que lo prefiere en el exterior como vínculo internacional de la guerrilla que como combatiente, incluso que como enlace con las fuerzas de izquierda de La Paz. Le sugiere que antes de retornar a La Habana y a Europa pase por Brasil y enlace con el grupo de Carlos Marighella, escindido del P.C.B. que está en labores de organización y entrenamiento. La labor del francés será sobre todo montar una red de solidaridad europea. El Che se propone escribir cartas que llegarán por su conducto a Sartre y Bertrand Russell.

Al argentino Ciro Roberto Bustos, El Che le encargará una misión fundamental dentro de su proyecto: debe ponerse en contacto con
los grupos de Jozamy, Gelman y Slamponi,
un abanico de militantes y tendencias organizadas que van desde el peronismo revolucionario a los desprendimientos por la izquierda del PC y que tienen en común el estar a favor de la lucha armada. No debe haber demoras, si estos hombres aceptan participar en el movimiento que está a punto de iniciarse,
deben comenzar la acción exploratoria en el norte argentino y mandarme un informe.

En las últimas horas de la tarde El Che recibe un informe de Olo Pantoja sobre la situación en la base y llega el Ñato desde el campamento central, a unas tres horas de marcha, con las noticias de las deserciones y la presencia del ejército.

Según Debray, El Che se indigna: "Le cambia el rostro. Fuera de sí se levanta y explota:
¿Pero qué está pasando? ¿Qué cabronada es ésta? ¿Es que estoy rodeada de cobardes o de traidores? Nato, tus Bolivianos comemierdas, no quiero aquí ni uno. ¿De acuerdo? Expulsados, hasta nueva orden. ¿Entendido?

—Sí, comandante.


Vilo, vele a la retaguardia, corre al campamento. Ahí estamos y ahí nos quedamos, Que Pinares y Olo Pantoja no hagan nada, carajo, van a oír hablar de mí. Váyanse ahora mismo ahí, mañana los alcanzo con mi gente. Hasta mañana.
Sus descargas son de cólera fría, que rompe el sentimiento de superioridad fraterna que normalmente inspira a su alrededor. O uno si quisiera romper la comunión, blindar su soledad. Hay como un temor reverencial bajo el respeto silencioso que muestran sus hombres, los cubanos que han combatido a sus órdenes en Cuba y fuera de Cuba."

Al día siguiente El Che emprende la marcha y pocas horas más tarde, hacía las 12 de la mañana, unifica a la guerrilla en un solo grupo de 47 combatientes,
contando visitantes y todo.

Sobre el río está montada una emboscada de cinco hombres y hay una exploración de otros tres para impedir sorpresas. Inti reporta con El Che los problemas que ha creado la actitud de Pinares; Cuando El Che se entrevista con él, explota:
Le dije a Pinares que de ser cierto sería expulsado de la guerrilla, contestando él que moriría antes fusilado.

—Nos has faltado al respeto, a todos nosotros en primer lugar a mí. Ya no mandarás la vanguardia. Manuel Hernández te sustituirá. Sal de aquí. Y si continúas con tus actos de indisciplina serás expulsado.

—Preferiría que me fusilaran.

—Sí
es tu voluntad...

La reunión fue explosiva e intempestiva y no dejó hiten saldo.
Pero El Che aprovecha para fijar la estrategia: Si se retiran en estos momentos sin dar la batalla traerían tras de sí al ejercito, con la moral alta y fresco, con todos los datos que les debían haber suministrado los desertores; era mejor esperarlos y dar un golpe fuerte.

Tendrá razón, a las 7 de la mañana del día siguiente, el 23 de marzo, la emboscada dirigida por San Luis y Alarcón, en la que además están seis de los guerrilleros bolivianos, hace trizas a una columna del ejército que avanza por el río, tras haber detenido a Serapio en las cercanías de la Casa de Calamina. El tiroteo sólo fluía seis minutos pero quedan siete soldados muertos, cuatro heridos y 14 prisioneros, entre ellos un mayor y un capitán. Se
capturó el plan de operaciones que consiste en avanzar por ambos cabos del Ñacahuasú para hacer contacto en un punto medio. Trasladarnos aceleradamente gente al otro lado y puse a Pinares con casi toda la vanguardia en el final del
ca
mino de maniobras mientras el centro y parte de la retaguardia queda en la defensa e Israel Reyes hace una emboscada al final del otro camino de maniobras. Así pasaremos la noche para ver si mañana llegan los famosos rangers.

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