Flashman y la montaña de la luz (52 page)

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Authors: George MacDonald Fraser

Tags: #Humor, Novela histórica

BOOK: Flashman y la montaña de la luz
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Cómo lo hizo es algo que cuenta Flashman muy bien y con mucho más detalle que en cualquier otra parte. Era una operación peligrosa y delicada que ella manejó con considerable habilidad, y a diferencia de muchas guerras inhumanas posteriores, lo consiguió, por un tiempo al menos. Después de la guerra, continuó como regente hasta 1846, cuando bajo un nuevo tratado, al Residente Británico en Lahore (Lawrence) se le concedió plena autoridad, y Jeendan fue despedida. Ella no se lo tomó demasiado bien y tuvo que ser apartada de la corte —«arrastrada por el cabello», según propias palabras— y puesta bajo custodia. Bajo sospecha de conspiración, fue deportada del Punjab y de repente, al crecer el descontento contra los británicos, se convirtió en una heroína nacional y la favorita del khalsa de nuevo. Pero no hubo ningún feliz retorno, y cuando acabó la segunda guerra
sij
y Dalip salió hacia el exilio en Inglaterra, ella le siguió. Tenía sólo cuarenta y tantos años cuando murió, en 1863, y su hijo devolvió sus cenizas a la India.

Mangla
(o Mungela) fue quizás una influencia más importante en el
durbar
de Lahore de lo que Flashman relata. Hija de unos tratantes de esclavos, nació hacia 1815 y fue vendida por sus padres cuando tenía diez años. Trabajó en un burdel de Kangra y fue vendida a un
munshi
(o escapó con él) como concubina, antes de establecerse como prostituta por su propia cuenta en Lahore. Prosperó y se convirtió en querida de Gulloo Moskee, un ayudante personal de Runjeet Singh. Éste se la pasó a su sobrino, un amante de Jeendan. Esto fue en 1835, y las dos jóvenes iniciaron una camaradería que iba a durar muchos años, compartiendo sus intrigas. Mangla se convirtió en miembro del harén de Runjeet, y jugó un importante papel a la hora de convencerle de que él era el padre de Dalip Singh. Durante los siguientes diez años se convirtió en indispensable para Jeendan como consejera y correveidile, se hizo amante de Jawaheer Singh y después de su muerte obtuvo el control de la tesorería, añadiéndola a suya considerable fortuna. Menos bella que su amiga y señora, Mangla tenía sin embargo «unos finos ojos color avellana de los cuales podía hacer un uso muy efectivo, y una conducta y modales agradables y atractivos».

(Véase Carmichael Smyth, Gardner, Khushwant Singh, Bruce.)

APÉNDICE III: El Koh-i-noor

El Koh-i-noor tiene una historia más larga y exótica que cualquier otra joya existente y, hasta el descubrimiento del diamante Cullinan en 1905, era la piedra preciosa más grande del mundo. Se cree que la encontraron en una mina de Golconda, Hyderabad, antes del siglo XII, y posteriormente pasó por las manos del sultán Ala-ed-din, los emperadores mogoles, el conquistador persa Nadir Shah (que se dice le puso el nombre de «Montaña de Luz» en 1730), los gobernantes del Punjab y la reina Victoria, antes de ir a descansar entre las joyas de la corona británica en el presente siglo. Muerte, tortura, prisión, ruina y exilio cayeron sobre muchos de sus propietarios orientales, así que su mala suerte (para los hombres) se hizo proverbial; en su época fue escondida, sin éxito, en el turbante de un monarca derrotado, en el muro de adobe de la celda de una prisión y durante un tiempo estuvo olvidada en el bolsillo de John Lawrence, el hermano de Henry.

A pesar de su fama, al Koh-i-noor nunca se le ha considerado una piedra especialmente buena. Originalmente tenía casi ochocientos quilates (el Cullinan tiene 3.106, unos 620 gramos) pero después fue tallada más de una vez para incrementar su brillo. En 1852, un tallador holandés empezó el trabajo en presencia del príncipe Alberto y el duque de Wellington, y la talló hasta los 108 quilates; el resultado fue una piedra de alrededor de 3,8 por 3 centímetros, muy mejorada pero aun así demasiado débil.

Sólo los miembros femeninos de la familia real británica han llevado el Koh-i-noor. La reina Victoria la llevó como broche en la exhibición del Crystal Palace en 1851, en París, y fue engarzada en las coronas de la reina Alexandra, Mary y Elizabeth (la reina madre), que la llevó en la coronación de su marido, Jorge VI. Ahora está en su corona de platino en la Torre.

El último hombre en llevar el Koh-i-noor, el pequeño maharajá Dalip Singh, tuvo su propia cuota de desgracia. Depuesto y exiliado, vio el gran diamante de nuevo cuando se lo mostró la reina Victoria a su llegada a Inglaterra, y expresó su placer de que ella pudiera llevarlo. A la sazón él tenía dieciséis años, era muy guapo y la reina (sin duda ignorante de que uno de sus parientes se refería a ella como «la señora Fagin») se sintió muy atraída por él; desgraciadamente, su belleza no fue el único legado que le transmitió Jeendan, porque se convirtió en un notorio libertino, para disgusto de la reina, y murió «pobre, gordo y promiscuo» en 1893. Está enterrado en los terrenos de su hogar, Elveden Hall, en Suffolk.

(Véase
Las joyas de la reina
, de Leslie Field, 1987; Weintraub.)

GLOSARIO

Babu.
— Oficinista

Badmash.
— Bandido

Bahadur.
— Campeón

Basha.
— Casa nativa

Chabeli.
— Cariño

Chaggle.
— Bolsa para agua de lona

Charpay.
— Cama india

Chi
-
chi.
— Media casta

Chico.
— Niño

Chata
-
wallah.
— Compañerito

Chawkidar.
— Policía

Chubbaraa.
— ¡Callaos!

Cas.
— Dos kilómetros y medio

Daffadar.
— Comandante de caballería de diez hombres

Durbar.
— Audiencia con la realeza, cámara de audiencia y también Gobierno del Punjab.

Feringhee.
— Extranjero

Ghat.
— Desembarcadero del río

Gora sahib.
— Inglés

Gorracharra.
— Caballería irregular
sij

Hakim.
— Farmacéutico

Havildar.
— Sargento

Huzoor.
— Título de respeto

jampan.
— Especie de silla sedán

jangi lat.
— Señor de la guerra (Comandante en jefe británico)

jawan.
— Soldado nativo

jemadar.
— Teniente

jezzail.
— Mosquete afgano

John Company.
— Honorable Compañía de las Indias Orientales

Khalsa.
— El ejército
sij

Kunwari.
— Título honorífico aplicado a Jeendan (
Kunwar
: hijo de maharajá).

Maidan.
— Llanura

Malki lat.
— Señor de la tierra (Gobernador General)

Mallum.
— ¿Entendido?

Munshi.
— Profesor

Naik.
— Cabo

Nautch.
— Bailarina

Palki.
— Litera

Panch,Panchayat.
— Comité de soldados
sijs

Parwana.
— Convocatoria

Pice.
— Monedas de cobre

Poshteen.
— Abrigo

Puggaree.
— Turbante

Punkah.
— Gran abanico

Rissaldar
-
major.
— Sargento mayor de caballería

Shabash.
— ¡Bravo!

Shave.
— Rumor

Sirdar.
— Jefe

Sirkar.
— Gobierno británico

Sowar.
— Soldado de caballería

Subedar.
— Subalterno superior

Tik hai
!
.
— ¡Está bien!

Tulwar.
— Espada
sij

Vakil.
— Agente

GEORGE MACDONALD FRASER, (Carlisle, 2 de abril de 1925 - 2 de enero de 2008) fue un autor anglo-escocés tanto de novela histórica como de libros de no ficción.

Sirvió en el ejército británico durante la Segunda guerra mundial, trabajó después como periodista, y después de obtener fama, como novelista y como guionista. Fue nombrado Oficial de la Orden del Imperio Británico en 1999. Es famoso sobre todo por la serie de novelas históricas de Harry Paget Flashman, escritas supuestamente por Harry Flashman, un cobarde y matón de ficción creado originalmente por Thomas Hughes en su libro Tom Brown's School Days. Los libros se presentan como "paquetes" de memorias escritas por un nonagenario Flashman, que recuerda sus tiempos de héroe del ejército británico durante el siglo XIX. Son novelas que destacan por sus adecuadas ambientaciones históricas.

Notas

[1]
«Un espectáculo extraordinario e interesante», como registró la reina en su diario el 11 de mayo de 1887.
<<

[2]
Purdah
: sistema de reclusión de las mujeres originario de la India. (N. de la T.)
<<

[3]
Siguiendo
Los Diarios
de Flashman, la reina, contrató a dos ayudantes indios, un mes después, uno de los cuales fue el enérgico y codicioso Abdul Karim, conocido como «Munshi» (profesor); éste se convirtió casi en un favorito de la reina como había sido el celebrado sirviente John Brown, y fue incluso más impopular en la corte. «Munshi» no sólo enseñó indostaní a la reina, que empezó a aprenderlo en agosto de 1887, sino que tuvo acceso a su correspondencia, pasaba el secante en su firma e incluso le ponía mantequilla en las tostadas al tomar el té. Decía que era hijo de un eminente cirujano (se rumoreaba que era cirujano general del Ejército Indio) pero una investigación sobre el caso demostró que su padre era un farmacéutico de prisión en Agra. Hubo, tal como dice Flashman, un sabor auténticamente indio en las celebraciones del cincuentenario de la reina en 1887. Durante su reinado, la población del resto del imperio se había incrementado de cuatro millones de personas a dieciséis millones, mientras la del subcontinente había aumentado desde noventa y seis millones a doscientos cincuenta y cuatro millones. Las festividades indias empezaron el 16 de febrero, y hubo desde fuegos artificiales y banquetes hasta la inauguración de nuevas bibliotecas, escuelas, hospitales y universidades por todo el país; en Gwalior, todos los atrasos de impuestos sobre la tierra (un millón de libras en total) fueron perdonados. En Gran Bretaña misma las celebraciones no alcanzaron su clímax hasta el 21 de junio, cuando la reina, a la cabeza de una procesión dirigida por los príncipes indios, asistió a un servicio en la abadía de Westminster; hubo demostraciones de lealtad por todas partes (excepto en Cork y en Dublín, donde hubo conatos de amotinamiento), y mucho regocijo en Estados Unidos, donde el alcalde de Nueva York presidió un gran festival de Acción de Gracias. (Véase
La vida y tiempos de la reina Victoria
, vol. II, 1888, por Robert Wilson, que contiene un detallado relato del cincuentenario y
Victoria
, de Stanley Weintraub, 1987.)
<<

[4]
Véase
Flashman y señora
<<

[5]
La memoria de Flashman le engaña un poco. No estaba, como dice, «retirado con media paga» en aquella época; en realidad, se encontraba en Singapur inspeccionando caballos australianos para el ejército de la Compañía de las Indias Orientales, y durante esa visita su esposa, Elspeth, fue secuestrada por los piratas de Borneo y empezó una aventura que culminó con el rescate de Flashman en Madagascar en junio de 1845. En estas circunstancias, su incapacidad de recordar su estatus militar exacto es bastante comprensible. En cuanto a que le obligaran a ir a la India, quizás él mismo no se mostrara tan reacio como sugiere. El gobernador de Mauricio, ciertamente, no tenía poder para obligarle, y quizá lo que ocurrió fue que la crisis del Punjab (que todavía no había adquirido serias proporciones) le pareciera una perspectiva menos intimidante que volver a enfrentarse con sus enemigos en Inglaterra.
<<

[6]
Ghee
: manteca clarificada de leche de búfala. (N. de la T.)
<<

[7]
Véase
Harry Flashman.
<<

[8]
«Elphy Bey» era el mayor general William Elphinstone, comandante de las fuerzas británicas que fue barrido en la retirada de Kabul en 1842, en la que Flashman ganó sus laureles de forma tan poco gloriosa. Elphinstone, que se distinguió como buen soldado en Waterloo, se mostró desesperadamente inepto en Afganistán; con fuertes ataques de gota, exhausto y prematuramente senil según algunos historiadores, fue incapaz de oponerse a sus consejeros políticos y ni siquiera a los afganos, pero en justicia fue menos culpable que aquellos que le nombraron para un puesto para el cual no estaba capacitado. Flashman da un retrato penetrante pero característicamente inmisericorde de él en el primer volumen de
Los Diarios
de Flashman. (Véase también la
History of the British Army
, de J. W. Fortescue, vol. XII, 1927;
From Sepoy to Subedar
, de Subedar Sita Ram, 1873 y
Signal Catastrophe
, de Patrick Macrory, 1966.)
<<

[9]
John Company… la Honorable Compañía de las Indias Orientales, descrita por Macaulay como «el más extraño de todos los gobiernos… del más extraño de todos los imperios», era la presencia británica en la India, con sus propias fuerzas armadas, servicio civil y judicial, hasta después del motín de la India de 1857, cuando fue reemplazada por el gobierno directo de la Corona. La definición de sus fronteras por Flashman en 1845 es bastante correcta, aunque en aquel período controlaba menos de la mitad del subcontinente, su expresión «señor de la tierra» está bien elegida: la Compañía era probablemente la fuerza más potente de Asia, y en sus mejores momentos tenía unos ingresos superiores a los de la propia Gran Bretaña y gobernaba casi la quinta parte de la población del mundo. (Véase
The East India Company
, de Brian Gardner, 1971.)

Flashman, que escribía en los primeros años del presente siglo, ocasionalmente usa la palabra
Sirkar
refiriéndose al poder británico; la palabra en este sentido significa «gobierno», pero es probable que no se aplicara exclusivamente a la autoridad británica en una época tan temprana como 1845.
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