Read El Periquillo Sarniento Online
Authors: José Joaquín Fernández de Lizardi
Tags: #clásico, humor, aventuras
[89]
Frazada o sábana vieja y
raída para cubrirse. E.
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[90]
Paseando por ellas sin objeto y por
sólo andar o pasar el tiempo. E.
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[91]
Arrancársele, quiere decir entre
jugadores, quedarse sin blanca. E.
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[92]
Para tener con qué amanecer. E.
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[93]
Aguardiente de caña. E.
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[94]
Echada la sábana o frazada sobre el
hombro izquierdo y terciada bajo el brazo derecho como acostumbran
esas gentes, queda descubierta la teta derecha cuando no hay camisa u
otra ropa; y como
chichi
en mexicano quiere decir
teta
o pecho, la frase se aplica a los que tienen el pecho de
fuera o andan sin camisa por no usarla. E.
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[95]
Lo mismo que Pepe o José. E.
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[96]
Estar con la tranca quiere decir: estar
borracho. E.
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[97]
Satisfaciendo la curiosidad, o mirando todo
lo que ocurre. E.
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[98]
Frazada. E.
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[99]
Barajar. E.
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[100]
Sólo eso le faltaba, porque no puede
ser bendito de Dios lo que se adquiere malamente.
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[101]
No hay tal. Es verdad que el mundo abunda
de gentes necias que califican a la persona por su exterior, y
así tal vez honran al pícaro decente; pero al primer
chasco que llevan, se desengañan.
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[102]
Dos famosos ladrones que hubo en
México.
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[103]
Este nombre damos a aquellos que andan
reclutando tahures para los juegos. A éstos también se
les paga su diligencia.
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[104]
Y los banqueros de los
Imperiales
. Éste es otro jueguito peor que el monte,
porque incita más la codicia con el exceso del premio que
ofrece. He visto a los hombres andar como locos con el lápiz y
el papel haciendo cábalas y cálculos
imaginarios. ¡Caramba en el juego que, después de dejar a uno
sin blanca, puede despacharlo imperialmente a buscar un número
a San Hipólito!
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[105]
No hay hospital de este título en
México. Este disimulo es para que la crítica no recaiga
sobre ningún hospital determinado. Los abusos que se critican
son ciertos. ¡Ojalá se remedien!
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[106]
A esta ceremonia de
indolencia y poca caridad llaman en los más hospitales
poner el Tecolote
.
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[107]
Este modo de hablar
es vulgar. Ya se sabe que quiere decir que no tenía ni chupa,
ni chaleco.
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[108]
Muchas veces sucede
esto mismo a algunos, que se exponen y previenen un robo, y otros son
los aprovechados.
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[109]
Los tunos llaman
ir a misión
o
ir de misión
a ciertas
viajatas que hacen fuera de las ciudades a robar con la baraja a los
infelices que se descuidan y caen en sus manos. En rara entrada de
cura o subdelegado, o fiestecita, no hay de estos misioneros
malditos. Son la polilla de los pueblos. Suelen mil veces ir sin un
real, desnudos y a pata, y volver a caballo, vestidos, y con muchos
pesos que han robado. Sería bueno que todos los jueces hiciesen
lo que el de Tixtla. Esto es, no consentirlos en sus territorios.
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[110]
El tratamiento de
tú
, lejos de aumentar la amistad como se creen algunos
vulgares, la disminuye; porque a la demasiada confianza ordinariamente
sigue el menosprecio, a éste el sentimiento, y al sentimiento
el enojo, y ¡adiós amistad! Un tratamiento
político y cariñoso conserva los buenos amigos.
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[111]
Llaman
regla
los jugadores a cualquier orden de cartas o
combinaciones que eligen para jugar. Así es que grande y chica
es una regla, y ésta no tiene que explicar pues que dos cartas
que se echan sobre la mesa, una tiene tantos superiores, y ésa
es grande, así como la que tiene tantos menores es chica. Si
una por ejemplo es 4 y la otra 3, la primera será grande y la
segunda chica.
Judía
quiere decir la más grande
en las figuras y la más chica en las cartas
blancas.
Contrajudía
, viceversa.
Pares y
nones
: los números pares o impares; pero la gracia
está en saber distinguirlos cuando las dos cartas son de una
misma clase, (verbigracia) salieron 2 y 4, ambos son pares:
¿cuál será el par y cuál el non? Salieron
7 y 5, ¿cuál de los dos es el par? Esto la explican con
alguna confusión, pero sabiéndose que
la mayor
conserva su valor
se aclara todo. Así es que en el primer
caso, el 4 es par y el 2 non. En el segundo caso, 7 es non y 5 par. En
las figuras hoy la sota representa 8, el caballo 9 y el rey 10; pero
en la época de que se habla en la obra, como las barajas
tenían ochos y nueves, la sota representaba 10, el caballo 11 y
el rey 12. Así es que siempre para los pares y nones quedan
sujetos a la regla general de
la mayor
etc.
Lugar de
dentro y de afuera
: el primero es en el que se echa la primera
carta que sale o el que en las carpetas o cueros está marcado
con el número 1, y el segundo el número 2.
Hay otras muchísimas reglas que se inventan según el
capricho de cada jugador; pero esta nota debe reducirse a
aquéllos de que hace mención la obra en este
lugar. E.
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[112]
Sólo
Januario podía hablar con tanta generalidad, porque era un
perdido. De la abundancia del corazón se vienen a la boca las
palabras. No todos roban; pero son tantos los ladrones, y puede tanto
el interés, que apenas hay de quién fiar. Se pierden los
hombres de bien entre los que no lo son, y en asunto de intereses no
son comunes los que hacen mucho escrúpulo ya de defraudar, o ya
de quedarse con lo ajeno. Ésta es una verdad amarga, pero es
una verdad. Examinémosla sin pasión.
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[113]
Como decir de
presente: yo hurto, tú hurtas, aquél hurta, nosotros
hurtamos, vosotros hurtáis, aquéllos hurtan. De
pretérito: yo hurté, tú hurtaste, aquél
hurtó, etc. De futuro: yo hurtaré, tú
hurtarás, y así todos los demás tiempos y
personas. ¡Qué desgracia!, muchos no saben ni leer, y
conjugan este verbo sin turbarse.
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[114]
A muchos les sucede
lo mismo, y no enmiendan a los jóvenes estos ejemplos. El amigo
bueno se debe conservar a toda costa; y el malo se debe huir luego que
se conoce, porque más vale andar sólo etc.
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[115]
Trosco
, o
trusco
. Voz corrompida que usa la gente vulgar en vez de
trozo, si no es sincopada de trocisco. E.
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[116]
Rigurosamente
hablando no es otra cosa el
honor
sino el conato de conservar
la virtud; esto es, que cualquier hombre puede decir con razón
que le ofenden su honor cuando lo calumnian de ladrón, le
seducen a su mujer o le imputan algún vicio, y en este caso,
esto es, estando inocente, le es muy lícito el defenderse y
vindicar su honor según el orden de la justicia; pero por
desgracia esta palabra honor se ha corrompido, y se ha hecho
sinónima de la venganza, vanidad y demás caprichos de
los hombres. Muchos hacen consistir su honor en el lujo, aunque para
sostenerlo se valgan de unos medios indecorosos y prohibidos; otros en
vengar la más mínima ofensa, y los fueros siempre fueron
canonizados por el honor; otros quieren que su honor consista en
salirse con cuanto quieren, como el marqués; otros exigen con
puntualidad la más minuciosa veneración de sus
súbditos, y otros en tales cosas como éstas; pero, a la
verdad, nada de esto es honor.
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[117]
Un hermoso bosque
extramuros de México, aunque sin cosa más notable que el
palacio que fabricó en él el señor don Bernardo
de Gálvez, virrey que fue de Nueva España; sin embargo,
suele servir de paseo.
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[118]
Parece que la tal
gabela impuesta por la codicia fuera razonable en el reino para
eximirse con una corta cantidad del pesado oficio de hacer la
limpieza; pero esto debería ser en el caso de que no hubiese
reos destinados por castigo al servicio de la cárcel; mas,
habiéndolos, claro es que éstos lo hacen, y así
jamás deberían obligar a esto a los infelices que no
tienen para pagar esta contribución injusta, que siempre para
en la bolsa de los más criminales, como por lo ordinario son
los presidentes que la cobran. Aún se le verá peor cara
a este abuso si se considera que cobrar tales pechos a los presos
está prohibido por las leyes.
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[119]
Verdad es que a los
criados se los llama enemigos domésticos, que, por lo regular,
ni tienen buena cuna ni educación, y que casi siempre
más sirven por el salario que por amor; pero no es menos cierto
que ésta no es regla general. Hay de todo, así como hay
amos altaneros y soberbios cuyo trato duro no merece el amor de sus
domésticos. Trátense los criados con cariño y
humanidad, y rara vez dejarán de corresponder a sus
señores con amor, gratitud y respeto.
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[120]
No siempre la
turbación prueba delito. Ésta es una prueba muy
equívoca; antes el hombre de bien se aturde más presto
que el pícaro procaz cuando se vea acusado de un delito que no
ha cometido. El inmutarse, desfigurarse el semblante y balbucir las
palabras, probará terror o vergüenza, pero no siempre la
realidad del delito.
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[121]
Es de advertir que
cuando los romanos echaban fieras a los delincuentes, les cercenaban
el alimento para hacerlas más feroces con el hambre.
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[122]
Plinio y otros
autores usan la frase
Herbam porrigere
en boca del que
confiesa haber sido vencido. Por esto antiguamente en las escuelas y
cátedras de gramática se usó que los que
habían dicho algún disparate se hincasen ante el que se
lo corrigió, diciéndole
pórrigo tibi
, y
a esto alude la frase poco usada hoy de
rendir el
pórrigo
, que para su inteligencia pareció necesario
explicar en esta nota. E.
<<
[123]
Aún se
acuerdan en esta ciudad de aquel negrito lego, pero poeta improvisador
y agudísimo, de quien entre muchas de sus repentinas agudezas
se celebra la que dijo al sabio padre Samudio, jesuita, con
ocasión de preguntar éste al compañero si nuestro
negro, que iba cerca, era el mismo de quien tanto se hablaba; lo
oyó éste y respondió:
Yo soy el negrito poeta
Aunque sin ningún estudio,
Si no tuviera esta geta
Fuera otro padre Samudio
.
<<
[124]
Frase familiar con
la que se da a entender que dos o más se disculpan mutuamente,
encubriendo así sus picardías o manejos comunes. E.
<<
[125]
Trapos viejos y
hechos pedazos. E.
<<
[126]
Esto es, ponte en
pie, levántate. Es comunísimo este provincialismo entre
nosotros, aunque el verbo
pararse
no tiene tal
acepción o significación en castellano. E.
<<
[127]
¡Oportuna
reflexión de Periquillo! Algunos equivocan las ideas de la
hombría de bien con las del lujo y del dinero, y en su concepto
esta palabra hombre de bien, equivale a rico o semi-rico, así
como la de pobre la juzgan limosna de pícaro, de manera que
según estos falsos principios no es mucho que deduzcan unos
disparates como éstos: Pedro es rico, tiene dinero, anda
decente; luego es hombre de bien. Juan es pobre, no tiene destino,
anda trapiento; luego es un pícaro. ¡Consecuencias
absurdas e ideas torpísimas que no debían tener lugar en
el entendimiento de los hombres! Si una conducta arreglada a la sana
moral es el testimonio más seguro que califica la verdadera
hombría de bien, ¿quién duda que ésta
muchas veces se observa en los pobres, así como suele faltar en
los que no lo son? Evidente prueba de que el brillo o la opacidad de
la persona no son termómetros seguros para graduar el
carácter de los hombres. Es verdad que el relumbrón o la
miseria son muchas veces el premio o castigo de nuestro buen o mal
proceder; pero esta observación padece tantas excepciones que
no se puede adoptar como regla infalible.
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[128]
En el
prólogo del
Febrero
ilustrado se hallan citadas las
respectivas leyes.
<<
[129]
Es imposible
ejercer los escribanos su oficio,
dice don Marcos
Gutiérrez en el lugar citado,
sin saber mucho de
Jurisprudencia; pues de lo contrario forzosamente han de cometer
infinitos absurdos que originen costosos e interminables litigios, y
de que sean víctimas innumerables ciudadanos en sus bienes y
derechos.
<<
[130]
Aliaga en su
Espejo de Escribanos
, tom. 2, cap. 1, cláus. 13,
fol. 62.
<<
[131]
En aquella
época sólo la gente muy infeliz carecía de ropa
más decente o aseada para salir a la calle, y así es que
por
desnudarse
se entendía quitarse esa ropa y
quedarse con la de dentro de casa. E.
<<
[132]
Por
comedirse
, y con más frecuencia
acomedirse
,
se entiende vulgarmente prestarse con voluntad y gusto a ayudar a
otros en sus trabajos y quehaceres, o desempeñarlos por
ellos. E.
<<