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Authors: Maurice Nicoll

Tags: #Autoayuda, #Esoterismo, #Psicología

Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky (15 page)

BOOK: Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky
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Hemos hablado del significado que deriva de la imaginación y del significado que deriva de la realidad. Ahora hablaremos del significado que deriva del Trabajo.

PARTE II.

El Trabajo en su conjunto, todas las ideas relacionadas con el Trabajo, todo cuanto dice acerca de que el hombre está dormido, acerca de la posibilidad del despertar del hombre, acerca de la vida, acerca de la mecanicidad, acerca del estado interior del hombre, acerca de los esfuerzos sobre sí, acerca de la conciencia, acerca del ser, acerca de las nuevas maneras de pensar, de las nuevas maneras de comprender, de las nuevas maneras de tomar las cosas —todo ello puede convertirse en la más importante fuente de significación que le sea dable a un hombre poseer. Los significados que el Trabajo —es decir, los significados que el esoterismo y sus conceptos sobre el posible renacimiento interior— ofrecen al hombre, pertenecen a un orden de ideas que puede transformar todos los significados que la vida nos da. Si un hombre empieza a tomar la
vida como trabajo,
entonces todas sus relaciones con la existencia empiezan a cambiar, porque el
significado de la vida
cambia para él. Ve la vida bajo otra luz, no como un
fin,
sino como un
medio,
y esto le permite no identificarse con la vida y sus sucesos, como lo hacía antes, No espera necesariamente que la vida lo llevará a todas partes, pero sabe que si toma la vida a la luz del Trabajo, hará de ella su maestra. Es decir, el Trabajo le muestra gradualmente cómo tomar lo que sucede en la vida de modo que aprende de la vida y de todo cuanto sucede en la vida y de esta manera la vida se convierte en su maestra. Suceda lo que sucediere, se afirma en el Trabajo, y sabe que la explicación que le da sobre el verdadero significado de su vida no puede ser destruida por cosa alguna en la vida misma. Pero si toma la vida como
fin,
en este caso todo es diferente: Entonces nunca comprenderá el Trabajo y nunca captará sus nuevos significados. Desde el punto de vista del Trabajo, la vida es un medio, y todo el Trabajo le enseña que la evolución de sí es el verdadero fin. Esto, empero, no se comprende fácilmente, ni suponemos que sea fácil tomar la
vida como trabajo.
Cuando una situación desagradable surge en la vida, no es fácil considerarla desde el punto de vista del Trabajo, especialmente si toca los significados de nosotros mismos mediante los cuales sentimos nuestra autosatisfacción o, los que derivan de la imaginación y la falsa personalidad, y moran en nosotros con tanta complacencia como si fueran nosotros mismos. Nadie, desde luego,
comprende
el trabajo. Sabemos un poco sobre él. Pero son escasos quienes lo han aplicado a su ser. Es decir, el Trabajo no es para nosotros la
tercera fuerza.
La vida lo es. Sólo de una manera vaga y a veces por medio de la ayuda de otra persona, el trabajo es la
tercera fuerza
para alguien —es decir, una
fuerza neutralizante
más fuerte que la fuerza neutralizante de la vida y las formas de imaginación que derivan de la vida.

Es muy difícil cambiar y ningún cambio es posible mientras la vida y la imaginación siguen siendo la fuente de significado para usted. Pensar de una manera nueva es el punto de partida del desarrollo interior. Y esto, como lo saben todos ustedes, es exactamente lo que dicen los Evangelios. También los Evangelios son una "enseñanza esotérica" —es decir, una enseñanza sobre la posible evolución interior del hombre. Los Evangelios dicen: "A menos que un hombre piense de una nueva manera, no podrá ganar el Reino de los Cielos". Desdichadamente esto se tradujo: "A menos que un hombre se arrepienta". Pensar de una nueva manera es encontrar nuevos significados, y recibir nuevas ideas es tener nuevos pensamientos. Pero la gente no ve muy bien qué significa esto. Escuchan el trabajo y siguen pensando como antes. Por eso creen que muchas de las ideas de este trabajo son extrañas o fantásticas. Pero son ellos quienes son así. Ninguna de las ideas de este sistema es extraña o fantástica. Cuánto tiempo nos toma y cuántas experiencias duras y horribles necesitamos antes de tener una vislumbre del hecho de que el Trabajo, y los Evangelios, y todo el Esoterismo, no dicen nada de extraño y fantástico, sino que en realidad dicen algo verídico y absolutamente necesario para nosotros.

Una vez que empecemos a darnos cuenta de esto, una experiencia individual, una nueva significación nos penetra, y en seguida se produce un cambio en nuestra relación con la vida. Los antiguos significados pierden algo de su fuerza. Vivimos psicológicamente en un mundo de diferentes significados y los nuevos significados sólo entran en nosotros cuando los viejos significados mueren. ¿Comprende usted que no se puede servir a los viejos significados y esperar tener al mismo tiempo
nuevos significados?
Pero esto es muy difícil de comprender. Tiene usted todos sus significados —los significados que observa—. ¿Quizá crea que sus significados son los únicos, y son absolutamente correctos: o quizá crea que hay significados fijos para todas las cosas —de hecho,
significados uniformes—
? Esto no es así. El significado de cada cosa puede cambiar. Piense en algunos cambios generales de significado desde que la guerra empezó. Una cosa puede perder todo su significado para usted; entonces carece de sentido y ya no tiene relación alguna con usted. Está usted en relación con una persona a través de lo que ella significa para usted. Si este significado cambia, su relación cambia.

El significado nos pone en relación con una cosa o una persona, y si todo el significado se desvanece, ya no hay relación posible. Pero dependerá de la fuente de su significado. La vida separa a la gente: el Trabajo une a la gente.

Si un hombre toma la
vida como Trabajo,
todo puede cobrar un nuevo significado. De resultas del nuevo significado, nuevas partes de los centros son tocadas y nuevas conexiones se producen internamente, y nuevas interpretaciones son posibles. Es decir, si un hombre llega a ser un poco más libre, no tan mecánico. Pero ya que el gérmen de estos nuevos significados le llega a través de las ideas del Trabajo, este cambio depende de cuánto siente las ideas, de cuánto valoriza el Trabajo. Por lo tanto, es preciso que piense en el significado del Trabajo y en lo que significa la valoración del trabajo, con el fin de comprender mejor esta tercera fuente inagotable de significado, cuyo origen está más allá de la vida mecánica, en el círculo consciente de la humanidad.

Birdlip, 18 de octubre, 1941
Algunas notas sobre el trabajo equivocado de los centros parte I

Una de las más interesantes ideas que se encuentran en este sistema de enseñanza es que el hombre tiene diferentes mentes y que el intelecto es sólo una de las mentes que posee. Tomemos el diagrama de los diferentes centros en el hombre con arreglo a la enseñanza.

Cada uno de estos centros es una "mente". Cada uno de ellos representa una
diferente clase de mente.

Se
pueden comparar aproximadamente los centros, con máquinas muy delicadas y extremadamente complejas, y pensar que cada máquina fue proyectada para un diferente propósito y empleo. Además, cada máquina está compuesta por máquinas separadas más pequeñas o por máquinas que están dentro de máquinas, y éstas pueden trabajar por sí mismas. Es decir, el centro entero o la máquina entera puede trabajar, o sólo una pequeña parte de ella. Todos los hombres poseen estas muy complejas y delicadas máquinas, pero al no saber nada o casi nada acerca de ellas, están propensos a usarlas en una forma equivocada. De hecho, creen que sólo tienen
una
mente y esta
única
mente puede ocuparse de todo. Y la idea de
una mente
está ligada a la ilusión de que el hombre es
uno
—es decir, a la forma de imaginación que todos tienen— a saber, que el hombre es internamente uno, una unidad, que tiene una voluntad y un "Yo" permanente, y que posee plena conciencia y conocimiento de sí y el poder de hacer. Es una cosa muy extraña e interesante sobre la cual nadie ha reflexionado con bastante profundidad —porque conduce al origen de la "enfermedad" interior del hombre —y se necesita mucho tiempo antes de que el hombre sea capaz de soportar la idea de que internamente no es uno sino muchos, que no hay unidad en él ni armonía sino multiplicidad y falta de armonía, que no tiene un "Yo" permanente y real sino centenares de diferentes y muy contradictorios "Yoes" que se hacen cargo de él en diferentes momentos, que no tiene verdadera voluntad sino una hueste de cambiantes y antagónicas voluntades, pertenecientes a cada uno de esos "Yoes", que rara vez tiene momentos de conciencia sino que por lo general está en un estado peculiar de soñar despierto, y de resultas de ello carece del poder de hacer y así vive en un mundo donde todo sucede y nadie puede impedir que todo suceda. Aun la idea de que un hombre no tiene
una
mente sino diferentes centros o mentes suele ser resistida o considerada tan fantástica como decir que la gente no es consciente. De hecho, nadie quiere enfrentarse consigo mismo y su verdadera situación.

Por eso un hombre se aferra a lo que se imagina que es, y al aferrarse de este modo a lo que no existe, a lo que es irreal, hace que le sea imposible existir y ser real, es decir, llegar a ser lo que podría ser y para lo que en realidad fue creado. Quizá haya oído en este Trabajo el dicho de que todos pueden llegar a ser millonarios, pero a fin de ser millonario es preciso comprender primero que no se es millonario. A este respecto cada cual se asemeja al joven rico en la parábola, el hombre rico en el sentir de su propio mérito, que atribuye la bondad a sí mismo como si fuera su propia posesión y que estaba profundamente identificado con sus virtudes. Recuerdan ustedes que se le dijo de vender todo y dárselo a los pobres, es decir, a la verdadera o esencial parte interior aún no desarrollada en él, a la que la "rica personalidad" hacía padecer hambre. Ahora bien, es poco probable que el hombre aprehenda algo de lo que se dice sobre el trabajo equivocado de los centros a menos que llegue a reconocer por sí mismo que existen en realidad diferentes centros en el. Todos ustedes deben comprender que esto no es una idea fantástica o una mera idea teórica. Es un hecho y es un hecho de la mayor importancia para quienquiera que desee dar un buen uso a su vida y no hacer de ella algo borroso, informe y sobre todo carente de sentido. Por esa razón lo primero que debe hacerse con respecto al trabajo práctico sobre sí es observar cuál es el centro o cuáles son los centros que están trabajando en un momento dado. Es decir, se les hace practicar la observación de sí, que es el único camino que conduce a un cambio, ante todo en relación con la observación de los diferentes centros que existen en el hombre. Pero esto es muy difícil y la gente no se da realmente cuenta, aun al cabo de largo tiempo, que esos centros existen en ella. O tratan de observarlos por un momento y creen que es todo lo que se necesita. Para empezar, hay tres personas diferentes en cada hombre —el Hombre Intelectual, el Hombre Emocional y el Hombre Instintivo Motor, que corresponden a estos tres centros o mentes. Es decir, un hombre piensa que es una cosa, siente que es otra, y percibe por los sentidos que es una tercera cosa— es decir, sus sensaciones, que pertenecen al Centro Instintivo, son diferentes de sus sentimientos, que pertenecen al Centro Emocional, y de sus pensamientos, que pertenecen al Centro Intelectual. Supongamos que usted trata de cumplir un propósito, y se ha tomado el trabajo de aclarar el significado de su propósito. Supongamos ahora que algo lo trastorne: ¿qué sucederá, si nos ocupamos de esta cuestión sólo desde el punto de vista de los distintos centros? Si usted está trastornado significa que el Centro Emocional se ha vuelto negativo. Se siente furioso, enfadado, desengañado, o quizá no siente nada que merezca la pena. Supongamos ahora que se deje guiar por la mente del Centro Emocional tal como es
en ese momento,
¿podrá usted cumplir con su propósito, sea cual fuere éste? No, de seguro no. Pero si penetra usted en su Centro Intelectual —si puede hacerlo— y piensa acerca de su propósito y acerca de las razones que le hicieron tomar este propósito puede aun cumplir con él. ¿Porqué? Porque está usando el centro correcto para este menester. No está usando el centro equivocado, porque seguir el Centro Emocional cuando es
negativo
es
siempre usar
el centro equivocado. Pero ya hemos hablado bastante sobre este tema. Hoy tenemos que hablar del trabajo equivocado de los centros no tanto en el sentido de usar los centros equivocados para una tarea particular, como por ejemplo, tratar de
pensar
en bajar rápidamente una escalera, sino en el sentido de usar la parte equivocada de un centro. Como ustedes saben, cada centro se divide en tres partes y cada una de estas partes en otras tres. No me refiero ahora a la división de algunos de los centros en un lado positivo y otro negativo. Cada centro se refleja en los otros y en sus tres divisiones y tres subdivisiones. Por ejemplo, el Centro Intelectual tiene tres divisiones, que representan el Centro Instintivo Motor, el Centro Emocional y el centro Intelectual, pero todo en
escala más pequeña.
Y éstos a su vez se subdividen de la misma manera en una escala aun más reducida.

La parte Instintiva Motora de cualquier centro es la parte más mecánica y es en esas divisiones mecánicas de los centros en las que la gente pasa su vida por regla general. Pero antes de hablar en detalle sobre las divisiones de los centros en general, es preciso aprehender un principio que se relaciona con sus divisiones. ¿Por qué la gente pasa su tiempo en las divisiones mecánicas de los centros? La respuesta es simple: porque no requieren
atención alguna.
Cuando la atención es prácticamente igual a cero, se está en las partes más bajas y automáticas de los centros. De resultas de ello una persona dice y hace cosas sin tener idea alguna de lo que está haciendo. Otro de los resultados es que una persona no puede adaptarse a cualquier cambio o a cualquier empleo de su conocimiento sino que se comporta en una forma absolutamente mecánica en todas las ocasiones y repite lo que conoce como una máquina. Habrán observado todos ustedes cuánto les cuesta a algunas personas adaptarse a nuevas ideas o condiciones, y cómo repiten como escolares todo cuanto les fue enseñado.

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