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Authors: Maurice Nicoll

Tags: #Autoayuda, #Esoterismo, #Psicología

Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky (16 page)

BOOK: Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky
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Para llegar a las divisiones superiores de los centros es preciso un esfuerzo de
atención.
Este es el
principio.
Ahora tomemos como punto de partida la parte mecánica del Centro Intelectual. Tiene como función el trabajo de
registrar
los recuerdos y las impresiones y las asociaciones y esto es todo lo que debe hacer normalmente —es decir, si se la
usa correctamente—.
Nunca debería contestar a las preguntas dirigidas al centro entero. Sobre todo nunca debería decidir nada importante. Ahora tenemos aquí el primer ejemplo del trabajo equivocado de los centros en lo concerniente a sus partes y divisiones. La división mecánica del Centro Intelectual, llamada Parte Formatoria o Centro Formatorio, está contestando continuamente preguntas y tomando continuamente decisiones. Contesta a cualquier cosa, en términos populacheros, en frases típicas y en cualquier clase de jerga. Contesta automáticamente y dice lo que está más acostumbrada a decir, como una máquina. O en una escala un poco más elevada, contesta siempre de un modo estereotipado, como un maestro de escuela o un funcionario del gobierno, usando oraciones bien conocidas, máximas de partido, slogans, proverbios, dichos sabios, etc. Y lo extraño es que mucha gente siempre contesta de este modo y no se da cuenta de ello, ya sea porque no puede pensar sobre un tema cualquiera y se fía de expresiones mecánicas y hasta automáticas del Centro Intelectual, o porque no ve la importancia de pensar por sí misma y liberar así sus pensamientos de las palabras y expresiones mecánicas que pertenecen a las divisiones inferiores del centro.

Nos ocuparemos ahora de la
atención.
La atención nos pone en las partes mejores o más conscientes de los centros. Hay tres clases de atención:

  1. La atención cero, que caracteriza las divisiones mecánicas de los centros.
  2. La atención que no requiere esfuerzo, sino que es atraída y necesita mantenerse alejada de las cosas no pertinentes.
  3. La atención que debe ser dirigida por el esfuerzo y la voluntad.

Como ya se dijo, la atención cero acompaña el trabajo de las divisiones mecánicas de los centros; la segunda nos pone en las divisiones emocionales de los centros; y la tercera en las divisiones intelectuales. Tomemos otra vez el centro intelectual como un breve ejemplo, ya que habremos de regresar a este tema la próxima vez. La parte emocional del Centro Intelectual produce el deseo de conocer, de comprender, de buscar conocimiento, de descubrir, de acrecentar nuestra comprensión, de aprehender e investigar, de tener la satisfacción de saber, de abarcar más; e inversamente, el dolor de no conocer, la insatisfacción de ser ignorante, de carecer de información, etc. El trabajo de la parte emocional requiere plena atención, pero en esta parte del centro la atención no exige esfuerzo alguno. Es atraída y mantenida por el interés del tema mismo. La parte intelectual del Centro Intelectual incluye la capacidad de creación, de construcción, de inventiva, el hallazgo de métodos, el ver las relaciones, y poner juntas cosas aparentemente aisladas en un orden o una unidad o formularlas de tal modo que podamos ver la verdad de algo hasta entonces oscuro. Esta parte no puede trabajar sin una
atención dirigida.
La atención no es atraída sino que debe ser controlada y mantenida por el esfuerzo y la voluntad; por lo general evitamos hacer el trabajo que pertenece a esta parte del centro, que debido a esto a menudo no es
usado.

Ahora bien, de lo dicho anteriormente podemos observar en qué partes de los centros estamos. La próxima vez nos extenderemos más sobre este tema.

Birdlip, 23 de octubre, 1941
El trabajo equivocado de los centros parte II

La última vez hemos hablado del trabajo equivocado de los centros desde el punto de vista del empleo de sus divisiones equivocadas y según el principio de
Atención.

Como se dijo, la gente mora o vive en pequeñas divisiones de los centros, es decir, en las divisiones mecánicas. Es preciso comprender que todos los diferentes "Yoes" en nosotros viven en las más pequeñas o en las más amplias divisiones de los centros. Es decir, tenemos "Yoes" más mecánicos o menos mecánicos. En las pequeñas divisiones, en las partes de los centros mecánicas o hasta automáticas moran la mayoría de los "Yoes" que controlan nuestra vida ordinaria. En este sentido, la gente habita o vive en pequeñas divisiones mecánicas de los centros. Es decir, nuestra vida ordinaria es en gran parte controlada por muy pequeños "Yoes" mecánicos, que moran en esas pequeñas subdivisiones dé los centros. Tendrían que ser nuestros sirvientes y nuestros amos, porque tenemos "Yoes" de diferente poder, calidad o capacidad. Por ejemplo, los "Yoes" que viven en pequeñas subdivisiones de los centros son incapaces de comprender este Trabajo. Son muy limitados. No pueden cambiar. Son como campesinos que desconfían de todo lo nuevo. Los pequeños "Yoes" que ustedes usan en la vida ordinaria, los "Yoes" que querellan y se sienten descontentos, que se ocupan de pequeños planes, de pequeñas sospechas, de pequeñas cosas y de pequeños intereses son las partes mecánicas de los centros. Son muy útiles para la vida ordinaria. Pero no pueden comprender el Trabajo. Pertenecen a las pequeñas partes de los centros. A veces se encuentran personas que están tan sumergidas en sus pequeños "Yoes" cotidianos que son incapaces de comprender cosa alguna salvo lo que pertenece a sus intereses inmediatos y a las perspectivas de esos mínimos "Yoes" que se ocupan sólo de las cosas superfluas de la vida, las que son muy importantes en la escala de las pequeñas cosas. Esto quiere decir que esos pequeños "Yoes" tienen su lugar correcto y si se ocupan de lo que les incumbe, hacen su trabajo como deben hacerlo; y todas las personas deben poseer "Yoes" adiestrados de esta suerte. Como ustedes saben, una persona debe estar desarrollada hasta cierto punto en todas las partes de los centros con el fin de llegar a ser un hombre Nº 4 u hombre equilibrado. Pero, como se dijo, esos pequeños "Yoes" no pueden aprehender el Trabajo, no pueden adaptarse a las ideas del Trabajo, y si esas ideas llegan a caer sólo en esos pequeños "Yoes" de la vida cotidiana, el Trabajo no puede ser recibido y colocado correctamente en el ser de la persona. En suma, si los pequeños "Yoes" cotidianos, capaces de interesarse sólo por pequeñas cosas, se hacen cargo del Trabajo, éste será comprendido en su reducido nivel de comprensión. Este trabajo debe recaer en mayores "Yoes" y nunca se debe permitir que baje a los pequeños "Yoes". Este es un aspecto muy legítimo e importante del trabajo sobre sí, es decir, importa mucho no permitir que los "Yoes" que viven en las pequeñas partes de los centros piensen y decidan acerca de las ideas de este Trabajo. Puesto que es tan importante y desde un punto de vista práctico constituye un ejemplo tan patente del trabajo equivocado de los centros, que es el tema que ahora estudiamos, es preciso comprender mejor lo que esto significa. Como se dijo, el estudio del trabajo equivocado de los centros no es una mera cuestión, tal como el uso del centro del pensamiento para bajar velozmente las escaleras —en cuyo caso se cae uno— sino también la cuestión de usar la
parte
correcta de un centro en relación a lo que se debe hacer en un momento dado. Porque hay muchas diferentes
clases
de cosas de las que debemos ocuparnos en diferentes momentos y no sólo poseemos diferentes centros o mentes —el intelectual para las comparaciones y los pensamientos complejos, el motor para los movimientos complejos que son mucho más rápidos que el pensamiento, el emocional para ver la calidad de las cosas y las relaciones y los significados ocultos al intelectual, y así sucesivamente— pero cada centro está dividido y subdividido en partes, teniendo cada una su exacto lugar en el esquema de las cosas y su propia función.

Volvamos al centro intelectual. La parte
mecánica
incluye en sí todo el trabajo del
registro de recuerdos, asociaciones e impresiones,
y éste es el trabajo que debe hacer normalmente, es decir, cuando los otros centros y partes de los centros están haciendo
su
propio trabajo. Sólo debería ocuparse del trabajo de registro o grabado, como un secretario que escribe lo que se le dicta. Y, como se dijo, nunca debería contestar a las preguntas que se hacen al
centro íntegro
y nunca decidir nada importante: pero, desdichadamente, está siempre decidiendo y siempre replicando por su modo limitado y estrecho, con frases ya hechas, y sigue diciendo las mismas cosas y trabajando de la misma manera mecánica bajo todas las condiciones. Esta es la parte fija y cuando un hombre mora intelectualmente en las divisiones mecánicas del centro intelectual, no cambiará, y nada puede ser nuevo en él, pues siempre verá la vida de cierta manera y dirá las mismas cosas, como un gramófono. Pero si tiene otra parte de él desarrollada en una división más amplia, en este caso todo será diferente. Tendrá entonces el lado mecánico muerto y un lado diferente, que es más consciente y vivo, a saber, que está en la división emocional o en la intelectual. En realidad, un hombre equilibrado en el sentido dado por el Trabajo desarrolla hasta cierto punto todas las partes —mecánica, emocional e intelectual— de todos los centros. Es decir, está representado en ellas por algunos "Yoes" y no se asemejan a cuartos vacíos. Esto distribuye su energía, y confiere armonía a la vida psíquica, pero sólo a través de ideas similares a las del Trabajo, a saber, ideas provenientes de las influencias
C,
desde el
círculo consciente de la humanidad,
desde aquellos que han alcanzado su plena estatura interna, es posible el desarrollo armonioso de los centros. Los intereses sensuales de la vida sólo llevan a un desarrollo parcial; y ningún hombre puede desarrollarse a través de su propio interés porque entonces desarrollará nada más que ciertas partes del centro emocional.

Ahora bien, si el Trabajo actúa sobre el lado mecánico del centro intelectual caerá en los "Yoes" que se ocupan de los asuntos ordinarios de la vida cotidiana. Esos "Yoes" están alimentados por las influencias "A" y están destinados a ser usados en la vida, y no pueden comprender de qué trata el Trabajo o por qué es necesario el Trabajo. Están vueltos hacia el lado exterior y visible de la vida que para ellos es la suma total de realidad. Para ellos sólo lo que pueden ver y tocar es real. Por lo tanto las
ideas de Trabajo
no tienen allí un
suelo
que les permita crecer, porque el Trabajo no se refiere a las cosas sensoriales que pueden ser vistas o manejadas, sino que empieza con la observación de
sí,
es decir, con lo que no puede ser visto ni manejado. Por eso comprenderán ustedes cuan peligroso es para aquellos a quienes se les dio la oportunidad de recibir el Trabajo en las partes más amplias de los centros, en los "Yoes" más grandes, permitir que dichas ideas caigan en los pequeños "Yoes" mecánicos donde serán divididas o hasta desmenuzadas, por así decir. En realidad es ésta la idea fundamental en el sacrilegio o la profanación, es decir, pertenece al trabajo equivocado. Es menester pensar en el Trabajo con
atención,
porque esto sitúa a un hombre en la parte intelectual de los centros.

En relación a las ideas del Trabajo con los pequeños y estrechos "Yoes", todos ustedes conocen la parábola del Sembrador y la Semilla. La persona que solo vive en las pequeñas partes de los centros, en las pequeñas cosas personales, al escuchar este trabajo sólo lo comprenderá de una manera muy imperfecta. Esta situación se menciona en la parábola. La semilla significa las ideas del esoterismo, las ideas de este Trabajo. Si las ideas de este Trabajo caen, como las semillas vivientes, en los muy pequeños "Yoes", en las pequeñas partes de los centros habitadas por muy pequeños, por diminutos "Yoes", es como si la semilla —es decir, las ideas de este Trabajo— cayeran "junto al camino". Recordemos esta parábola:

"El sembrador salió a sembrar su semilla: y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino, y fue hollada, y las aves del cielo las comieron. Otra parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó, porque no tenía humedad. Otra parte cayó entre espinos; y las espinas que nacieron juntamente con ella la ahogaron. Y otra parte cayó en buena tierra, y nació y llevó fruto a ciento por uno."

(Lucas, VIII 5-8)

Al interpretar esta parábola a sus discípulos. Cristo dijo: "La semilla es la palabra de Dios. Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo, y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven." ¿Comprenden ustedes por qué es llamado junto al camino? Significa que las ideas del Trabajo caen en medio del tránsito de nuestra mente, entre los pensamientos de nuestra vida ordinaria, y son recibidas por el lado
mecánico
de la mente al cual Cristo llama el
diablo,
porque la mecanicidad es el diablo.

Ahora todos ustedes saben que, en el sentido del Trabajo, una persona sólo puede comprender en su nivel de ser. Esto significa que si usted se encuentra con un hombre que está en un nivel superior al que está usted, no lo comprenderá. Y si usted vive en "Yoes" muy pequeños, muy diminutos, muy limitados, mecánicos, entonces esto representa su nivel de ser. Sólo comprenderá entonces lo que es muy pequeño, muy diminuto, muy personal, como dije, si usted se centra en esos pequeños "Yoes", esos pequeños "Yoes" que se relacionan con los pequeños asuntos de su vida cotidiana y con sus pequeños celos, pequeños odios y deseos y vilezas, le será imposible adaptarse a nada nuevo, de modo que las ideas del Trabajo "caerán junto al camino" y carecerán de significado para usted o serán ridículas, estúpidas, innecesarias y fantásticas. Esto significa que usted comprenderá el Trabajo en este nivel de su ser. Pero todos tienen una
escala de ser.
Es decir, un hombre tiene, a
condición de que tenga un centro magnético,
un mejor nivel y mejores "Yoes" en él, si trata de encontrarlos, para poder comprender el Trabajo a través de ellos. Y la señal de haberlo encontrado es la posesión del "centro magnético" que puede distinguirse entre las influencias "A" y las influencias "B".

Birdlip, 9 de noviembre, 1941
El trabajo equivocado de los centros parte III

Las divisiones mecánicas de los centros tienen su propio trabajo y pueden trabajar correctamente sin atención alguna o con muy poca atención. Cuando usted camina, esta acción requiere muy poca atención, y sólo de vez en cuando, y todos los movimientos complejos implicados en el acto de caminar son realizados exactamente por las divisiones mecánicas del
centro motor.
Lo prueba el hecho de que este trabajo es efectuado por las divisiones mecánicas del centro motor porque mientras camina sus manos pueden estar ocupadas en movimientos que requieren una dirección consciente —por ejemplo, atención— como sacar la punta de un lápiz o desenredar una cuerda, y así sucesivamente. Pero debido a que las partes mecánicas de los centros pueden trabajar con atención cero o con muy escasa atención u ocasionalmente, a menudo actúan de manera independiente, por ejemplo, un hombre se viste para asistir a una cena mientras reflexiona sobre un problema y eventualmente se encuentra, para gran sorpresa suya, metiéndose en la cama. Todos habrán observado ejemplos similares.

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