—Ve con cuidado, querido —dijo Tommy en voz baja—. Creo que he crecido un poco más en este tiempo que no me has visto.
Sasha, arrodillado, lo acarició con la lengua, saboreándolo antes de comenzar a introducírselo en la boca. Una de sus manos sujetó la cadera de Tommy, mientras que la otra lo comenzaba a explorar.
Tommy se inclinó para robarle un beso y de paso susurrarle una pregunta:
—¿Pretendes follarme aquí? No es que me parezca mal que me folles pero... No sé, creo que me gustaría más que fuera en una cama. La tuya, por ejemplo.
—Sólo calentaba motores —dijo el ruso, dejando momentáneamente su tarea, pero antes de que pudiera retomarla, alguien tomó su lugar.
Derek lo apartó suavemente y se arrodilló frente a Tommy, acariciando su erección con la lengua y las manos, antes de introducírsela muy despacio.
—Oh, vaya. —Tommy estaba sorprendido. Ni siquiera había visto a Derek acercarse y jamás habría sospechado lo que se proponía hacer.
—Tal parece que Derek estaba interesado en ti —susurró Sasha a su oído, para luego comenzar a darle besos en el cuello.
—No voy a quejarme de mi suerte —gimió bajito y atrajo a Sasha hacia su boca poder besarlo. Con la otra mano, comenzó a acariciar el suave cabello de Derek guiándolo.
En el cuarto en penumbras sólo se oían los sonidos de las múltiples parejas entregadas al placer y Sasha estaba muy ansioso, pero no quería follarse a Tommy de pie en un lugar lleno de gente. Eso podría dejarlo para Derek u otros, pero no para Tommy. Tommy era especial. Esperó hasta sentir estremecerse el cuerpo de su amigo y lo besó en medio del orgasmo, para después susurrarle de nuevo:
—¿Vamos a un sitio más íntimo?
—Sí, por favor —respondió Tommy jadeando por el orgasmo. Tras unos segundos, ayudó a Derek a levantarse y le dio un beso de los suyos—. Gracias.
Sasha también besó a Derek en los labios, diciéndole que se verían en el campus, y tomó de la mano a Tommy para llevárselo de allí.
Llegaron a la casa, tocándose y besándose todo el camino, y cuando por fin estuvieron desnudos en la cama, Sasha no pudo contenerse más, y comenzó a adentrarse poco a poco en el ansioso cuerpo.
—¿Te has portado bien? —quiso saber, moviéndose con lentitud—. ¿O has estado follando por allí con cualquiera?
—La verdad es… —gimió Tommy— que no he estado follando tanto por ahí. Con Richie y un par más que conoces de Saint Michael… y con… No, eso no importa. —Había estado a punto de mencionar a Alison, pero no la podía poner en la categoría de polvo casual—. Con los estudios no he tenido mucho tiempo, además… —Otro gemido se le escapó—. He estado cansado y no me apetecía mucho.
«A Tommy no le apetecía mucho follar. Pero… hay alguien más y no me lo ha dicho», la mente analítica de Sasha registró brevemente ese hecho, pero había cosas más importantes que hacer en el futuro inmediato y se entregó a ellas con ardor, dando y recibiendo placer por partes iguales.
Cuando el segundo orgasmo de la noche sacudió a Tommy, el ruso se dejó ir y permanecieron abrazados en silencio.
Tommy suspiró y se le abrazó. En esos momentos tan sensibles era cuando más le apetecía confesarle a Sasha todo lo que le había pasado con su familia. Contarle lo solo y abandonado que se sentía, lo negro que veía su futuro. Pero no, no debía rendirse, no quería causarle preocupaciones ni problemas. No se lo diría jamás.
—Estás muy callado —observó Sasha acariciándole la espalda, haciendo pequeños círculos y dibujando caracteres en ruso con los dedos.
—Será que no tengo nada que decir —respondió Tommy, remolón, acomodándose casi encima de su amante, con una pierna rodeando las de Sasha posesivamente, como le gustaba acostarse.
Sasha meditó esas palabras. En realidad no habían hablado mucho. Tommy había bromeado y charlado de cosas triviales, pero nada de cosas trascendentes. Intuía que había algo más e hizo su último intento con una pregunta directa:
—Sé que hace meses que no tenemos mucho contacto. En el verano apenas me llamaste. —Un ligero reproche fue patente en su voz—. Nos vimos poco en Londres y luego estuve ocupado instalándome y tampoco supe mucho de ti. Imagino que Alex sigue molesto conmigo. ¿Es eso lo que te tiene así?
—No, claro que no. Estoy perfectamente y no le des más vueltas. Alex no está enfadado contigo, te aprecia como siempre ha hecho. Sólo sigue un poco sorprendido por todo. Angel está de nuestra parte y se ha encargado de hacerle entender. Todos te echamos de menos en Londres.
—Temo que los he tenido un poco abandonados… sobre todo a mi pequeño —dijo Sasha, refiriéndose a Ariel—. Pero esto ha sido muy incómodo. Larry se lo ha tomado a la broma y yo tampoco creo que haya sido tan malo, aunque Richie no lo ve así. Quizá se nos pasó un poco la mano. En todo caso, la culpa fue mía y cargaré con ella. No quiero que te veas perjudicado.
—No te preocupes. A mí me preocupa más el tema de Richie. No me gusta que no estéis bien. Richie te quiere y tú a él. Lo sé. Quiero recuperar lo que teníamos. Richie te echa de menos, te echamos de menos.
—No sé, Tommy. Las cosas van cambiando con el tiempo y las personas también. Nuestros actos van marcando un camino y cuando está trazado es difícil cambiar de rumbo. Es un efecto, ¿sabes? cada acción tiene una reacción.
—No se trata de física, se trata de Richie.
—Yo quiero a Richie, pero creo que hemos llegado a un punto en el que nuestros caminos se bifurcan. No estamos mal, pero nos hemos distanciado, hemos cambiado. Ahora estoy aquí, él está en Londres, y tenemos otros intereses.
—Sasha, los intereses, los gustos… todo eso no debería alejarnos de las personas que queremos. Hay que quererlas sean como sean, piensen como piensen y hagan lo que hagan. —Tommy calló con un nudo en la garganta y un peso en el pecho al pensar en su familia.
—Bien —dijo Sasha, que estaba convencido de sus palabras y no deseaba discutir—. Será mejor dormir un poco, mañana tenemos que recorrer la mitad que nos falta de la ciudad.
—De acuerdo —dijo Tommy. Sabía lo tozudo que era Sasha. Cuando se le metía algo en la cabeza no había manera de hacerle cambiar de idea. Sólo esperaba que acabara dándose cuenta por sí mismo de que si seguían así, perderían a Richie. Y no quería perder a nadie más, no estaba preparado. Se acomodó un poco más y cerró los ojos tratando de dormir.
Al día siguiente salieron a recorrer la ciudad. Visitaron el jardín botánico, paseando del brazo entre orquídeas y enredaderas, y pasaron el resto del día en los Costwolds, para terminar por la noche en el cine donde exhibían «Con licencia para matar», la última película de James Bond, con música de Duran Duran.
—Me ha gustado mucho la película —confesó Tommy al final—. Sigo pensando que no hay como Connery para James Bond, pero Timothy Dalton no lo ha hecho tan mal.
Sasha, que había estado distraído durante la película, estuvo de acuerdo.
—Es difícil igualar a Connery. Es demasiado buen actor —fue su comentario—. Vamos a cenar.
Cenaron en un pub y caminaron en silencio hacia el
college
, conscientes de que les quedaban pocas horas para estar juntos. Sasha no había vuelto a tocar el tema, pero había entendido que algo ocurría y lo atribuyó a la separación y al asunto de Richie, aunque tenía sus sospechas de que Tommy le ocultaba algo más. Había estado a punto de mencionar un nombre cuando confesó con quiénes se acostaba y Sasha estaba seguro de que se trataba de Alison. La bisexualidad de Tommy era algo que siempre lo había preocupado. Íntimamente la asociaba con su propia vivencia, al pensar en la última carta de su madre y la promesa que ella le había pedido.
«Basta —se dijo—. Las cosas tienen que seguir su camino y yo procuraré no alejarme de Tommy a menos que él quiera alejarse de mí.»
—Mañana me tendré que ir —dijo Tommy dejándose caer en la cama—. Me va a costar horrores separarme de ti y sin saber cuándo nos volveremos a ver. Vendrás pronto a Londres, ¿verdad? A casa de Alex. Todos te echamos de menos. Todos.
—Trataré de hacerlo en un mes. Tengo que asistir a un par de seminarios y preparar varios temas de investigación y quiero ver como va saliendo todo. Aunque veo más fácil que vengas tú. Tienes más libertad que yo —dijo Sasha procurando no comprometerse. Se tendió junto a Tommy y comenzó a jugar con su cabello.
—Yo no soy el único que desea verte. —Tommy le sonrió y le dio un ligero beso en la mejilla como un gesto de intimidad y cariño—. Alex y Angel quieren verte. Ariel siempre me pregunta por ti. Richie también me ha preguntado por ti. No te alejes de la gente que te quiere, podrías perderlos y arrepentirte de todo.
—De acuerdo —dijo Sasha—. Lo haré y no hablemos más del asunto.
—Vale. —Tommy decidió no insistir. Sabía que si lo hacía, Sasha podría cerrarse en banda—. Bueno, entonces, ¿qué vamos a hacer esta noche?
—Hum… ¿dormir? Como dices que estás cansado…
—Sí, estoy cansado pero no quiero que se acabe la noche y tener que irme. Este año se me va a hacer eterno.
Sasha no dijo nada, pero lo besó dulcemente, para luego comenzar a quitarle la ropa con lentitud. Haría que la noche fuera larga, amándolo despacio, saboreando cada gemido, besando cada centímetro de piel, pues no sabía cuándo lo volvería a ver, ni en qué circunstancias.
Al día siguiente, Sasha acompañó a Tommy a la estación y lo miró subir al tren, con un nudo en la garganta. ¡Era tan fácil y rápido ir a Londres! Por un momento tuvo la loca idea de seguirlo y volver a Oxford al anochecer, pero lo descartó. Se había impuesto esa separación y sabía que era necesaria. Era el único modo de saber si Tommy podría manejar una relación con él a largo plazo o si se enamoraba de otro, y en eso los polvos no contaban.
Cuando volvió, su acogedora habitación le pareció completamente vacía sin Tommy y por un momento lo odió por haber roto de ese modo su precioso equilibrio, pero terminó acostándose de nuevo en el lugar que había ocupado éste. Las sábanas todavía olían a él y entrecerró los ojos, reviviendo cada momento pasado.
Para cuando se levantó, estaba decidido a mantener su resolución. No habría viaje a Londres…
Todavía no.
Sasha no cambió su decisión, pero no tuvo el valor de comunicárselo a Tommy hasta el viernes 8 de diciembre por la noche.
—Sé que prometí que iría —dijo en tono serio y apurado, aunque Tommy nunca supo que era por lo mucho que le estaba costando hacer la llamada—, pero surgió algo. He conseguido un trabajo temporal en el centro de consultoría del
college
y tengo que preparar ciertos temas para el lunes.
Esa fue toda su explicación y pudo notar la decepción de Tommy. Era cierto que había conseguido ese trabajo, pero lo del fin de semana ocupado era una mentira piadosa. Lo único que Sasha tenía en perspectiva era salir a cenar con Larry y luego dar un paseo.
Estaba en casa, mirando el póster sobre su cama, en el que Freddie era la viva imagen de la vitalidad, tan parecido a Tommy que dolía. «No, al nuevo Tommy no», se dijo. Algo le sucedía a su Tommy y no se lo quería confiar. ¿Acaso ya no lo quería como antes? ¿Acaso se estaba acostando con Alison? Sería su culpa, por distanciarse así…
Pero de eso se trataba. De poner a prueba lo que ambos sentían.
Un golpecito en la puerta lo hizo saltar y abrió, convencido de que algún milagro le había vuelto a traer a Tommy.
Sin embargo, era Derek quien sonreía en el umbral.
—¡Hola! —dijo despreocupadamente—. Pasaba por aquí y decidí venir a verte. ¿Puedo pasar?
—Adelante.
—No te he visto mucho en estos días… ¿Todo bien?
—Sí. Estoy trabajando con el profesor Morris en un proyecto del
college
. He estado ocupado.
Derek se sentó en la cama y tomó una de las fotografías de la mesa de noche, con dos sonrientes Sasha y Tommy.
—¿Y tu amigo no viene?
—No lo creo. También está ocupado, estudiando.
—Lástima… me cae bien. —Derek estiró las piernas y preguntó—: ¿Tienes planes esta noche?
—De hecho, no. Sólo iré a dar un paseo.
—¿Solamente un paseo?
—Sí. Solamente eso.
—Uh. De acuerdo… ¿pensabas llamarme para ese paseo? Hace días que no salimos.
—No. No pensaba llamarte —dijo Sasha.
Derek hizo una mueca.
—Eso dolió, ¿sabes? A veces eres tan seco, tan frío…
—Es mi manera de ser.
—No estabas así con Tommy —observó Derek, y antes de que Sasha replicara, continuó—: No, no pienso meterme en eso. Sé que sois amigos desde hace tiempo. Sólo dame la oportunidad de serlo también. Me gustas mucho.
Sasha se ablandó un poco ante esa declaración.
—De acuerdo, pero escúchame bien: Tommy y yo tuvimos problemas hace algún tiempo a causa de alguien con quien yo salía. Tommy es sagrado para mí y eso está fuera de discusión. También me gustas mucho. Podemos salir por allí, pero no esperes una relación seria conmigo, porque no estoy dispuesto a tenerla.
Derek se quedó en silencio unos momentos, sopesando las palabras. Sasha tenía una manera bastante despiadada de decir las cosas, pero al menos había sido sincero.
—Bien, seremos liberales en esto. Ahora… —Derek posó la mano en el hombro de Sasha y comenzó a acariciarlo lentamente, para atraerlo luego, buscando un beso—, ¿crees que podamos hacernos un poco de compañía?
Por toda respuesta, Sasha lo besó.
Después de recibir la llamada de Sasha, Tommy fue a visitar a los Andrew. Estaba muy desanimado: no vería a Sasha, Richie había ido a Chipping Camden, Alison pasaba el fin de semana con sus padres y él no tenía ganas de salir solo, menos aún de ligar con un desconocido.
Ni siquiera la noticia de la caída del muro de Berlín, que significaba el fin definitivo de la Guerra Fría y del comunismo en Alemania, logró alegrarlo.
«Significaba tanto para Sasha… Y ni siquiera ha venido para compartirlo conmigo.»
Cenó con Alex y Angel y luego se arrellanó en el enorme sofá del salón, mirando al fuego de la chimenea mientras se regodeaba en su miseria.
—¿Qué haces? —preguntó Alex sentándose a su lado. Había notado la melancolía de Tommy durante la cena. De hecho, todos la habían notado, hasta el pequeño Ariel, por eso Angel le había pedido que hablara con él.
—Nada… mirando el fuego.