Authors: Daniel Montero Bejerano
Eduardo Zaplana—: Y entonces le dices: «Bueno, yo una comisioncita». Le pides dos millones de pelas o tres de lo que quieras.
Concejal—: Bueno, le pido más.
E—: ¡Eh! Lo que te dé y me das la mitad bajo mano.
C—: Pues si tenemos que repartir, joder…
E—: Y yo le digo: «Págale el contrato a este chico que…».
C—: Si tenemos que repartir, macho… Tenemos que pedirle un poco más.
E—: Claro, un poquito más. Yo es que no sé ni lo que vale el solar ni nada.
[…]
E—: Así, pura y simplemente, ¿eh? Que me dé diversas opciones y me quedo con la más fácil. Pero me tengo que hacer rico porque estoy arruinado, Boro.
C—: ¿Sí? ¿Cómo ha sido eso? Estás trabajando como un cabrón.
E—: Estoy trabajando mucho, pero estoy arruinado.
C—: ¿Y eso?
E—: Me lo gasto todo en política. ¿No ves que no tengo sueldo como tú, que cobras de lo que trabajamos todos los españoles?
C—: Claro.
E—: Pues eso es lo que pasa. ¡Ay! Tengo que ganar mucho dinero, me hace falta mucho dinero para vivir…
Las intenciones de Eduardo Zaplana de ganar mucho dinero quedaron claras en esta grabación, que fue anulada en el juzgado. En 1992 el Tribunal Supremo invalidó las cintas y, por lo tanto, las posibles responsabilidades penales para los políticos que aparecen en ellas, ya que el juez autorizó el pinchazo telefónico de Rafael Palop para que la Policía investigara un presunto delito de narcotráfico, y no la financiación irregular del PP.
Fuera ya del caso Naseiro, Zaplana continuó su carrera como político profesional. De hecho, no se le conocen méritos en la empresa privada desde que se colegió como abogado en octubre de 1985. Su ficha en el censo español de letrados le identifica desde entonces como «no ejerciente». En 1991 el político murciano se convierte en alcalde de Benidorm tras una moción de censura y gracias al voto de una concejala del PSOE llamada Maruja Sánchez. Fue uno de los primeros episodios de transfuguismo de la democracia. Mientras la concejala díscola ha cobrado del ayuntamiento hasta 2009 como asesora de la Concejalía de Cultura, Zaplana abandonó la política local en 1995 para presidir la Generalitat Valenciana en coalición con Unión Valenciana. Tuvo que esperar a 1999 para gobernar la región en solitario con mayoría absoluta. Y hasta 2002 para ser catapultado a la política nacional como ministro de Trabajo. Por este motivo, cuando Zaplana deje la empresa privada, seguramente recupere de buen grado su condición de político. O más bien ex político, ya que tiene derecho a una pensión vitalicia como alto cargo del Estado, mucho más sustanciosa que la que le deja su paso por Telefónica.
En abril de 2008 Eduardo Zaplana anunció que dejaba la política. Tras cuatro años como portavoz del Partido Popular en el Congreso de los Diputados, el alto responsable desertaba para trabajar en la empresa privada. Antes había solicitado al partido mantenerse como soldado raso, como un diputado sin más competencias. En el momento de su marcha, Zaplana aseguró ante los medios que lo hacía porque pensaba que era lo mejor para él y para el partido. Cierto es que su imagen pública se había visto deteriorada por el desgaste parlamentario de los atentados del 11-M y su labor como portavoz del principal partido de la oposición. Así que hizo las maletas y se marchó a un retiro dorado: un puesto creado por Telefónica para darle cobijo.
Ante estos datos cabe plantear una reflexión: ¿qué aporta Eduardo Zaplana a Telefónica? ¿Qué interés tiene para una gran empresa contratar a una persona sin experiencia y sin conocimientos específicos en el mercado de las telecomunicaciones? El principal activo de Zaplana para Telefónica, aquello por lo que cobra cantidades millonarias al año, es sin duda su capacidad de influencia sobre la Casta, su condición privilegiada para abrir puertas entre aquellos que toman las decisiones del país. El nuevo patrón de Zaplana no lo ocultó. Telefónica aseguró en un comunicado que el trabajo del político murciano dentro de la empresa sería «representativo y no operativo», y consistiría en reforzar los lazos de la empresa en Bruselas y en países como el Reino Unido y la República Checa. Más claro, agua.
Con su maniobra, Zaplana ha multiplicado por diez su sueldo anual, que ya era de 74.000 euros como ministro. Y no es el único. Rodrigo Rato ha pasado por la Caixa, Banca Lazard, el Santander y Criteria tras abandonar el Fondo Monetario. La ex ministra Isabel Tocino recaló también como consejera independiente del Banco Santander. Narcís Serra, vicepresidente del Gobierno con Felipe González, preside Caixa Catalunya y forma parte del Consejo de Administración de Gas Natural. Marcelino Oreja ocupó la presidencia no ejecutiva de la constructora FCC y de Northern Telecom España. Y Josep Piqué, ex ministro con José María Aznar, preside la compañía aérea Vueling.
La Casta tiene casi 80.000 miembros en España, pero sólo una cabeza visible, la del presidente del Gobierno. En la actualidad, sólo dos ex presidentes permanecen en la vida pública del país, ya que Leopoldo Calvo Sotelo falleció en mayo de 2008 y Adolfo Suárez se ha retirado de la escena afectado por una enfermedad degenerativa.
En cualquier caso, aunque tanto José María Aznar como Felipe González han sabido rentabilizar su tiempo desde que dejaron La Moncloa, los números dan como ganador por rentabilidad aplastante al ex candidato del Partido Popular.
Han pasado más de diez años desde que Felipe González dejara el Gobierno en 1996. Un año después dimitió también de sus cargos de responsabilidad en el PSOE a favor del nuevo candidato, Joaquín Almunia. Sin embargo, en un primer momento mantuvo su carrera política. González siguió durante cuatro años como diputado en el Congreso, con el escaño 1.312, pese a que estaba prácticamente retirado de la actividad parlamentaria. En dos años acudió sólo a seis votaciones, pero cobró religiosamente cada mes. En junio de 2001 el líder del PSOE decidió establecerse por su cuenta y creó una consultoría llamada Ialcon. Según el Registro Mercantil, la empresa es en realidad una constructora habilitada para la adquisición de fincas rústicas y la urbanización de toda clase de terrenos, con un capital social de 300.000 euros y está controlada en la actualidad por una de las hijas del ex presidente, que aparece como administrador único en el momento de la fundación. La empresa presentó en 2005, último año en el que rindió cuentas al registro, un beneficio de 366.150 euros. Desde que dejó la política, el ex presidente compagina sus actividades empresariales con conferencias e incluso con el diseño y la elaboración de joyas. González ha sido relacionado en ocasiones con los negocios del mexicano Carlos Slim Helú, uno de los empresarios más ricos del mundo, con una fortuna estimada en más de 67.000 millones de dólares. Pero estos lazos han sido negados por su entorno hasta la saciedad.
Camino parecido siguió en un primer momento su sucesor en el cargo. Pero José María Aznar le adelantó con creces. El líder del Partido Popular aglutina todos sus trabajos intelectuales en la sociedad Famaztella, firma que factura los derechos de explotación de los libros, conferencias, discursos y alocuciones tanto de José María Aznar como de su mujer, la concejala de Madrid Ana Botella. El ex presidente acumula una creciente producción literaria: saca tiempo para escribir un libro cada año desde que dejó La Moncloa, con excepción de 2008.
La empresa Famaztella fue creada en Madrid en abril de 2004 y tiene su domicilio social en la calle de Alberto Alcocer. Hasta allí llegan cada año los beneficios de las clases que Aznar imparte en la universidad estadounidense de Georgetown, o de charlas en las que factura hasta 60.000 euros, según lo publicado en la prensa en varias ocasiones. En 2007, último ejercicio presentado, la sociedad obtuvo unos beneficios de 306.000 euros. La cifra aumenta cada año. En 2006 sacó 232.961 euros de beneficio. Según la contabilidad de la empresa, la familia Aznar-Botella colocó por medio de esta sociedad 326.000 euros en inversiones financieras durante 2007. De acuerdo con estos datos, los beneficios de Aznar por conferencias, clases y libros cuadruplican la pensión vitalicia a la que tiene derecho por ser ex jefe de Gobierno.
Las relaciones del líder del Partido Popular le han sentado también en el Consejo de Dirección de la compañía News Corporation, propiedad del magnate Rupert Murdoch, con 55.000 millones de dólares en activos. El grupo británico tiene una cúpula compuesta por dieciséis altos ejecutivos que se reúne varias veces al año en distintas partes del planeta para auditar la marcha de la empresa. Aznar es el único integrante no anglosajón del grupo, creado según las directrices de la Bolsa de Nueva York para las empresas que allí cotizan. News Corporation controla ciento setenta y cinco periódicos en todo el planeta, como
The Sun
en Inglaterra o
The New York Post
en Estados Unidos. Además, el grupo que contrató a Aznar tiene en cartera el canal de televisión Sky Channel, que emite prácticamente en todo el mundo. Una de sus joyas es el estudio de cine 20th Century Fox.
La relación de Aznar con el gigante empresarial de origen australiano, aunque radicado en Estados Unidos, comenzó en septiembre de 2004, según documentos oficiales de la empresa. La fecha es importante, porque sólo hacía seis meses que el líder del Partido Popular había dejado La Moncloa (José María Aznar cesó en el cargo de presidente del Gobierno el 14 de marzo de 2004). La Ley de Incompatibilidades prohíbe expresamente a los altos mandos de la administración asumir cualquier función en empresas privadas relacionadas directamente con el desempeño de su cargo hasta que pasen dos años. La Ley Electoral es todavía más explícita y prohíbe a los diputados y senadores participar en consejos de administración.
Para sortear esta ley, aznar comenzó a cobrar en septiembre de 2004 la cantidad de 10.000 euros mensuales de News Corporation por medio de su sociedad Famaztella. Los pagos aparecen registrados en el informe que la multinacional suministra cada año a la Bolsa de Nueva York. El dinero siguió llegando durante meses hasta que en verano de 2006, cuando se cumplían dos años desde que Aznar dejó la Presidencia del Gobierno, la empresa anunció públicamente la entrada del político español en su Consejo de Directores. Fue entonces, salvado ya el escollo legal, cuando el líder del PP comenzó a cobrar a título personal las labores que realizaba para el imperio de Rupert Murdoch desde mucho antes.
De hecho, el fichaje de Aznar por News Corporation le obligó a abandonar uno de sus sueldos vitalicios, el que cobraba del Consejo de Estado, otro privilegio de los ex presidentes. Se trata de un nutrido grupo de sabios que asesora al gobierno español en distintas materias. El pleno de la institución está formado por los presidentes de las Reales Academias, el fiscal general del Estado, el jefe del Estado Mayor de la Defensa, además de otros diez consejeros elegidos por la Casta. Por supuesto, todos ellos cobran un sueldo. Según la legislación española, los ex presidentes del Gobierno tienen también el privilegio de ocupar —si así lo solicitan— una plaza de consejero vitalicio en el Consejo de Estado. Eso les hace sumar otros 74.000 euros anuales a su nómina.
José María Aznar ha sido el único ex presidente que ha solicitado el sueldo vitalicio que supone sentarse en ese comité. Y tuvo que renunciar a él en junio de 2006 tras la llamada de Rupert Murdoch. Aznar consultó al presidente del organismo, francisco Rubio Llorente, si su actividad empresarial era compatible con el asesoramiento al ejecutivo. El máximo responsable del Consejo de Estado le contestó que no. Y Aznar decidió abandonar el organismo para centrarse en la empresa privada. Le salía rentable. Según la información que News Corporation aporta a las autoridades financieras de la Bolsa de Nueva York, el sueldo de Aznar en 2008 era de 220.000 dólares, tres veces más de lo que cobraba como consejero para el gobierno de Zapatero.
Ante estos datos, cabe hacerse una pregunta: si la actividad de Aznar en News Corporation es incompatible con su cargo en el Consejo de Estado, ¿no lo sería también en 2004, cuando su sociedad ya facturaba a esta multinacional? Durante año y medio, el ex presidente ocupó el cargo estatal, cobró por ello y además facturó 10.000 euros mensuales a las empresas de Murdoch.
Basta con realizar un simple análisis para comprender la boyante capacidad financiera de la que dispone a día de hoy el ex presidente del Gobierno. Tras su entrada en News Corporation, aznar tiene la obligación de informar al organismo regulador de Wall Street cada vez que compra y vende acciones de su empresa. Y también siempre que las recibe como gratificación: son las famosas
stock options
, acciones de la empresa que se entregan a los directivos como complemento salarial o incentivo. Aznar recibe un par de veces al año este complemento en especie, lo que le ha hecho sumar cerca de 200.000 euros desde 2006. La única condición que tienen las acciones entregadas por News Corporation a Aznar es que no pueden ser vendidas hasta que pasen cinco años desde que le fueron entregadas.
La primera hornada de acciones llegó a las manos del ex presidente en julio de 2006, sólo un mes después de su fichaje. El líder del PP recibe 1.298 títulos de la empresa por valor de 24.986 dólares. Tres meses después recibe otras 1.291 acciones a 19,35 dólares cada una. En enero de 2007 suma 1.171 acciones más, esta vez a 22,40 dólares por título. Y la entrega se repite durante los cuatro meses siguientes. En total, Aznar se embolsa 4.641 acciones en 2007, con un valor aproximado de 98.800 dólares, unos 70.000 euros.
A principios de 2008 la gratificación se repite y Aznar recibe en tres tandas otras 4.671 participaciones de News Corporation. Es decir, 70.000 euros más para las arcas del ex presidente, que no puede vender las
stock options
hasta 2013. En octubre del mismo año el ex mandatario español advierte a la Bolsa de Nueva York de una nueva compra. Esta vez obtiene directamente 2.500 acciones de su empresa. Son títulos nominales, sin más compromisos, adquiridos a 17,93 dólares. En 2009 la crisis financiera afectó también a la cotización de News Corporation y, por lo tanto, a la gratificación anual de Aznar, que vio incrementado el número de acciones a su nombre a principios de año. En enero de 2009 el ex presidente inscribe 7.405 participaciones, pero a un precio mucho menor. Las acciones de News Corporation han perdido más de la mitad de su valor. El 4 de enero se cotizaban a 6,96 dólares, lo que supone un beneficio para Aznar de 50.000 dólares.