KOHAN, SILVIA ADELA (4 page)

BOOK: KOHAN, SILVIA ADELA
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Expó
n un núcleo central expandido, continúa con otro y finaliza con otro, en el orden que prefieras.

 

 

Trazarse un esquema de funciones

 

Tomando como base el análisis de Vladimir Propp, que en 1928 estudi
ó
los cuentos rusos y estableció que en todo cuento maravilloso siempre hay una serie de funciones encarnadas por los personajes, puedes tomar como estructura de tu relato el siguiente cuadro, como un estímulo y no como una receta, y utilizarlas otorgándole el orden y el sentido que te parezca. Así, por ejemplo, cuando dice: «el lugar en el que está», ese lugar puede ser mental, de relación con otro personaje, etc., no necesariamente tiene que ser un lugar físico. En cualquier caso, las funciones que elijas te permitirán avanzar en el camino de tu narración escrita y te ayudarán a centrarte, a establecer un ritmo de tensiones y distensiones, muy útil si tratas de crear un relato de suspense.

 

a)
Definir al héroe o la heroína: ¿quién es?

b)
Un deseo del héroe: ¿qué persigue?

c)
Consejos o advertencias que recibe el héroe, dados por otro personaje especial: ¿quién es?

d) El lugar en el que está: ¿dónde?

e
)La partida o el cambio: ¿cómo lo decide?, ¿hacia clónde va?

f)El encuentro con alguien o algo que le ayudará: ¿con quién?

g) Una dificultad, un obstáculo, una amenaza: ¿de qué tipo?

h) Un lugar al que llega: ¿cuál?

i)
El antagonista: ¿ocupa ese lugar?, ¿quién es?

j)Fracaso del héroe en su intento: ¿cómo?

k)Ayuda del amigo: ¿cómo?

l
)Desenlace.

 

 

Elaborar y planificar

 

Tomar notas para tu futura historia escrita es un recurso que puede enriquecerla. No sólo notas que amplíen el argumento, sino reflexiones sobre la disposición de la historia, la distancia entre el que la cuenta y lo narrado, etc.; es decir, elaborar la futura producción y planificar hasta sus menores detalles.

John Irving dedica más de un año, incluso dos, a tomar notas. No le gusta empezar una novela si no conoce la historia completa. Dice que necesita saber «cuáles son los personajes principales, cuándo y dónde se conocen y cuándo y cómo sus caminos vuelven a cruzarse. Tengo que conocer el final de un relato antes de que pueda ponerme a imaginar cuál sería el mejor comienzo de ese relato. Del comienzo me ocupo al final.

»En la voz del narrador ha de haber autoridad y autenticidad. Los lectores confían en que el narrador sea un experto, por lo menos en ese relato determinado. ¿Cómo puedes ser un experto si no sabes lo que sucede?

»Cuando escribo la primera frase de una novela ya no
qu
iero seguir inventando. Al empezar a escribir, casi toda la invención ha quedado atrás. Sólo trato de recordar lo
qu
e ya he imaginado, en el orden en que ya lo he selec
c
i
o
nado y que considero que es el mejor para los lectores. Narrar consiste tanto en saber qué información debes reservarte como lo que vas a decir».

 

Por qué un desarrollo y no otro

 

Definir las razones que te llevan a escribir una historia y no otra es una condición importante para perfilar tu idea principal, la que quieres sugerir en el relato, y para que dicha historia resulte coherente.

Puedes hacerte preguntas al respecto como
las siguientes y deducir conclusiones de las respuestas, que te permitirán avanzar en la constitución del mundo a narrar:

 

a) ¿Qué idea me interesa destacar?

b) ¿Es una idea que tiene vigencia?

c) ¿De parte de qué personaje estoy?

d) ¿Lo defenderé siempre?

e) ¿Qué pretendo provocar en el lector?

f) ¿Puedo interesar a un público amplio o restringido?

g) ¿Con qué otras ideas establezco conexión?

h) ¿Me conviene incorporar alguna de estas nuevas ideas en mi relato?

i) ¿Cómo la encarno?

 

Pero ten en cuenta que, generalmente, encuentras las mejores respuestas durante la escritura misma.

 

En cuanto tengas claras las razones que te conducen a la narración de una historia, asegúrate de que los acontecimientos y sus protagonistas son los que realmente te convienen o plantéate si conviene reemplazarlos por otros.

 

Cómo comienza la historia escrita

 

Un inicio debe atrapar al lector. Hay que lograr introducir el tono emocional de la historia desde las primeras líneas. Además, no debes incluir en ese comienzo demasiados datos, que no puedan ser retenidos y abrumen, o demasiado pocos, que resten interés a lo narrado.

Puedes plantear un conflicto en los primeros párrafos o sugerir que algo va a ocurrir.

El inicio de los cuentos tradicionales suele presentar un incidente que desencadena el resto. Estos pueden ser:

 

·
Falta de dinero.

·
Carencia de un marido, una mujer o un niño.

·
Falta de poder, de relieve social.

·
Falta de cualidades físicas, psíquicas o morales.

·
Falta de seguridad, de libertad o de salud.

·
Carencia de objetos auxiliares preciosos (como el objeto mágico).

 

Generalmente se trata de un conflicto con otros personajes o consigo mismo, una carencia o un contratiempo que pone en movimiento al personaje en cuestión.

Son ra
r
as las situaciones iniciales felices; si las hay, pocas líneas más abajo aparece el obstáculo. De este modo se consigue la tensión desde las primeras líneas. Por ello, numerosos escritores actuales recurren a este esquema para organizar la trama de un cuento o una novela.

 

Ejemplo:

Italo Calvino trabaja con los dos tipos de inicio:

 

1) Inicio que presenta un contratiempo, en
Aventura de una bañista
:

 

Mientras se bañaba en la playa de ***, la señora Isotta Barbarino sufrió un enojoso contratiempo. Nadaba lejos de la orilla y cuando, pare
ci
éndole que era hora de volver, se dirigió a la orilla, se percató de que había ocurrido un hecho que no tenía remedio. Había perdido su bañador.

 

2) Inicio que presenta una situación feliz, pero enseguida aparece el conflicto, en
Aventura de un miope
.

 

Amilcare Carruga era todavía joven, no estaba desprovisto de recursos, no tenía exageradas ambiciones materiales ni espirituales; nada le impedía, pues, gozar de la vida. Sin embargo advirtió que, desde hacía algún tiempo, la vida perdía imperceptiblemente sabor para él.

 

Escribe el inicio de tu historia refiriendo un momento dramático vivido por el protagonista en lugar de describir primero el entorno o los pasos previos a dicho momento y tendrás asegurado el interés del lector.

Cuándo acaba la historia escrita

 

La historia escrita no acaba cuando termina la anécdota real ni la historia que te
han contado ni la que has vivido. Acaba cuando se ha proporcionado toda la información básica y el lector puede sorprenderse, reflexionar y sacar sus propias conclusiones.

El final debe resolver los problemas planteados al principio y en el medio. Por lo tanto, no debe ser ilógico o forzado, no debe producir la sensación de estar colocado a presión.

No recurras a la muerte como fórmula fácil para resolver un final si esta muerte no es la consecuencia inevitable de la intriga planteada.

Una vez que deduces cuál es el final adecuado, la construcción puede responder a cualquiera de las formas literarias que conozcas, como las que siguen, entre otras.

 

1) Dialogada.

 

Ejemplo:

-¿La calle del Olvido? ¿Mi guión? ¿Es que de repente te gusta?

-Me encanta, porque ha sido el germen de todo. Pe
r
o, eso sí, hay que meterle más cosas. Muchas más cosas.

-¿Cosas de qué tipo?

-De las de verdad. Hasta mañana, honey.

Carmen Martín Gaite,
Irse de casa
.

 

2) Presentación del entorno que rodea a los personajes.

 

Ejemplo:

Aunque el sacerdote y la asesina seguían en su mesa cuchicheando y dando sorbitos, las salas del restaurante se habían vaciado, y M. Soulé se había retirado. Sólo quedaban las chicas del guardarropas y unos pocos camareros que sacudían las servilletas impacientemente. Los mozos volvían a poner las mesas y arreglaban las flores para los visitantes nocturnos. Se respiraba una atmósfera de agotamiento lujoso, como una rosa marchita que se deshojara, mientras afuera sólo aguardaba el fracasado atardecer de Nueva York.

Truman Capote,
Plegarias atendidas
.

3) Acción.

 

Ejemplo:

Don
J
osé entró en la Conservaduría, fue a la mesa del jefe, abrió el cajón donde lo esperaban la linterna y el hilo de Ariadna. Se ató una punta del hilo al tobillo y avanzó hacia la oscuridad.

José Saramago,
Todos los nombres
.

No olvides que un desenlace poco probable o un final que no es un desenlace y pide continuación empobrecerá o arruinará una historia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

3

 

El tratamiento de la intriga

 

Historia e intriga son términos semejantes. Unos dicen historia y se refieren a intriga. Y otros hablan de intriga pensando en una historia.

Si se reducen los momentos principales de una historia a un esquema lógico inteligible, se percibe con nitidez la intriga de una novela o un cuento. La intriga es una historia bien construida, con relaciones causales precisas. Pero más de una intriga zozobra debido a un exceso de orden, debido a que el escritor intenta imitar el orden de lo real (levantarse de la cama, asearse, desayunar, por ejemplo) y sólo consigue un aburrido inventario inútil por consabido.

Básicamente, intriga no significa que todo hecho siga al precedente, sino que implica un cambio o un crecimiento. Significa selección, armonía y composición en una trama que no copie la realidad, sino que destaque los aspectos conmovedores de una realidad arquitectónicamente montada. O sea, es una unidad que estructura y simplifica la acción, pero no presenta un orden causal absoluto, sino un cierto desorden estético exigido por la economía de la ficción.

En suma, intriga no es explicación, es condensación.

Otorga tanta importancia a la construcción de la intriga como la que das a la construcción de los personajes o a la expresión de tus propios sentimientos; si no lo haces, el resultado podría ser un boceto de personajes o una prosa poética, y no una novela o un cuento.

 

 

 

 

 

Formas de narrar

 

Existen formas tradicionales de narrar que permiten trabajar la intriga para constituir una trama.

Una es directa, en la que los hechos se desarrollan ante los ojos del lector, y en la que los personajes se definen gracias a estos hechos: corresponde a las escenas.

Otra es indirecta, en la que el narrador actúa de intermediario entre las reacciones de los personajes, sus circunstancias, la acción y el lector. Corresponde al resumen y la descripción.

 

La combinación de la escena, el resumen y la descripción te permite establecer el ritmo de tu relato.

 

Una escena, ¿por qué?

 

La escena es una parte de la narración en la que el narrador queda a la sombra, el espectáculo está desarrollado
p
o
r los personajes. Presenta las palabras de los personajes: la escena suele ser una ac
ción hablada, los personajes ac
túan y hablan por sí mismos. Por tanto, los diálogos breves e incisivos contribuyen a un mayor dramatismo, a dar más fuerza a la escena. Se pueden describir en detalle los gestos de los interlocutores, como hace
H
enry James, o no describirlos, como suele hacer Ernest
H
emingway.

Como recurso de composición, la escena coloca al lector en medio
d
e la acción dramática, como asistiendo a los hechos.

Sus límites son precisos, constituyen una secuencia completa identificable dentro de la trama, responden a la unidad de tiempo, acción y lugar.

¿Cuándo puedes emplear una escena?

Principalmente con los siguientes fines:

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