KOHAN, SILVIA ADELA (2 page)

BOOK: KOHAN, SILVIA ADELA
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2) Tomas dos o más noticias, y de la combinación de ambas surge la historia.

 

Ejemplo:

Las noticias:

a)
Miles de personas exigen en Madrid la reforma del Plan Hidrológico y pasan la noche en vela
.

b)
El diario de un inmigrante de ida y vuelta
.

 

Sugerencia (resultante de a y b): Recuerdas a un pariente campesino que murió de tristeza al tener que emigrar por la carencia de agua en su pueblo y escribes una historia colectiva en un pueblo, con carácter universal.

 

3) Tomas varias noticias para extraer de cada una de ellas los datos que te convengan.

 

Ejemplo:

Las noticias:

 

·
Se suspende el rescate del submarino X por falta de fondos
.

·
Se derrumbó un puente sobre un río diez minutos antes de que pasara un expreso con cientos de pasajeros
.

·
Los astronautas salieron al espado durante casi nueve horas
.

·
2.000 menores desaparecen al día en Estados Unidos
.

·
Varias denuncias consideran que la muestra de fotografía en la que aparecen dos fotos de niños desnudos en la playa y en la nieve son obscenas
.

·
Tienen que caminar 12 kilómetros a pie para ir a clase
.

 

Sugerencia: Tomas datos de cada noticia y escribes el relato mezclando parte de una con parte de otra.

Por ejemplo:

 

·
Dos niños que ha
b
rían desapareado reaparecen desnudos dentro de un expreso que estuvo a punto de caer por un puente...

 

De una frase

Otras veces, la historia nace del desarrollo de una frase. Después de leer un ensayo de Flannery O'Connor, donde se hablaba de la escritura como descubrimiento, Raymond Carver adoptó ese sistema: escribir un relato partiendo de una frase. Así cuenta su primera experiencia:

 

Al fin tomé asiento y me puse a escribir una historia muy bonita, de la que su primera frase me dio la pauta a seguir. Durante días y más días pensé mucho en esa frase: «Él pasaba la aspiradora cuando sonó el teléfono». S
abía que la
historia estaba allí, que de esas palabras brotaba su esencia. Sentí hasta los huesos que a partir de ese comienzo podría crecer, hacerse cuento, si le dedicaba el tiempo necesario. Después de la primera frase, de esa primera frase esc
r
ita de buena mañana, brotaron otras frases para complementarla. Puedo decir que hice el relato como si escribiese un poema: una línea; y otra debajo; y otra más. Maravillosamente, pronto vi la historia y supe que era mía, la única por la que había esperado ponerme a escribir.

 

Sugerencia: Recoge las frases que te provoquen curiosidad entre las que oyes o las que lees y utilízalas cuando percibas que se expanden hacia nuevas direcciones.

 

De una impresión

Hay impresiones perdurables que más pronto o más tarde pueden ser motivadoras del comienzo de un relato.

Así lo cuenta José Luis Sampedro, refiriéndose al principio de su novela
El río que nos lleva
:

 

Tenía yo trece años y acababa de llegar a Aranjuez cuando me hice amigo de otros muchachos de mi edad con quienes, al llegar el verano, acudía a bañarme en el Tajo cada día. Hasta que cierta mañana de agosto nos fue imposible zambullirnos porque el río estaba como entarimado; es decir, completamente cubierto de troncos flotantes que unos hombres, saltando sobre ellos o desde la orilla y empujándolos o atrayéndolos con un gancho al extremo de una vara, conducían hacia el resbaladero de una presa, desde donde continuaban flotando río abajo hasta la playa (...) Aquellos hombres, rudos y elementales, pastores de tronco sobre el río, me impresionaron tanto (...) que nunca pude olvidarlos.

Sugerencia: Busca entre tus impresiones más escondidas, las que suelen aparecer en los momentos previos al sueño, y profundiza la que más te impacte, hasta pasar de lo real al terreno de lo imaginario.

Por azar

En muchas ocasiones, las historias llegan por casualidad, en forma inesperada. Es un asunto ajeno al escritor lo que provoca el germen de la historia, aunque suele llegarle al que tiene siempre las antenas preparadas para recibir el impacto y utilizarlo.

Para Paul Auster, el tema del azar es una de las constantes de su obra, precisamente porque el azar ha sido uno de los motores más importantes de su vida. El azar fue lo que le dio la idea para su novela
La
ci
udad de cristal
:

 

Un año después de la ruptura de mi primer matrimonio me mudé a un apartamento en Brooklyn. Fue a comienzos de 1980 y yo estaba trabajando en
El libro de la memoria
(...) Un día, un par de meses después de mudarme, sonó el teléfono y del otro lado de la línea alguien me preguntó si hablaba con la agen
ci
a Pinkerton. Le dije que no, que se había equivocado, y colgué el auricular. Seguramente habría olvidado ese in
ci
dente de no ser porque al día siguiente llamó otra persona y me hizo la misma pregunta: «¿Hablo con la agen
ci
a Pinkerton?» Otra vez dije que no, le expliqué que se había equivocado de número y colgué. Pero un instante después comencé a preguntarme qué habría ocurrido si hubiera dicho que sí. ¿Habría podido hacerme pasar por agente de la Pinkerton'? Y en caso afirmativo, ¿hasta dónde habría podido llevar el engaño?

La idea del libro surgió de esas llamadas telefónicas, pero pasó más de un año hasta que empecé a escribirlo.

 

Sugerencia: Mientras estás en período de gestación literaria presta atención a tu alrededor, todo puede pasar a la literatura.

 

Trabajar con la idea

 

Un plan de trabajo es el inicio de un camino acertado que permitirá orientar la idea inicial y alimentar el estilo.

Así, varias son las tareas que es posible ejecutar para llevar la idea al papel o a la pantalla.

En primer lugar conviene visualizarla en su totalidad y expandirla, para delimitarla y saber dónde empieza y dónde termina, qué elementos debe contener y cuáles se deben desechar porque no aportan nada al conjunto o lo desvían hacia otra historia que no es la que deseas narrar.

Para ello te conviene realizar los siguientes pasos, al cabo de los cuales tu idea inicial se habrá enriquecido y sabrás distinguir la forma de esa idea:

 

1) Desarrollar un esquema que contenga la idea principal y las afines.

 

Ejemplo:

Idea principal a demostrar:

 

·
El amor verdadero en una pareja persiste más allá de la muerte de uno de los dos.

 

Ideas afines:

 

  • Ningún amor es perfecto.

·
Ningún amor es completo.

·
La felicidad dura apenas algunos instantes aislados.

·
Para encontrar el verdadero amor no hay que depender de la fantasía.

·
El sufrimiento puede ser parte del placer.

· El amor verdadero implica sacrificios.

· Al desaparecer uno de los dos, el que queda reemplaza el objeto de dicho amor y lo enfoca hada otras personas, hasta
qu
e encuentra el que le satisface.

 

2) Comparar la idea principal con otras similares.

 

Ejemplo:

·
La amistad verdadera persiste más allá de la muerte.

·
Comparar el amor por la pareja con el amor materno, paterno, filial.

 

3) Señalar la idea opuesta a la principal.

 

Ejemplo:

·
El amor verdadero en una pareja no persiste más allá de la muerte de uno de los dos, sino que se transforma en otro tipo de sentimiento.

 

4) Con el esquema completo a la vista, ampliar el campo de trabajo. Se trata de reunir datos concretos correspondientes a cada punto del esquema.

 

5) Organizar el material resultante siguiendo un objetivo, para lo cual se escogen los datos imprescindibles y se eliminan los prescindibles. La selección puede ir guiada por el tema a trabajar: la idea que subyace en el relato, expandida como tema, necesita ciertos datos que la apuntalen, y no necesita otros.

6) Dividir la idea en episodios.

Al organizar el esquema de ideas se comprueba que
una idea no es un bloque indivisible, sino que está compuesta por muchísimos hilos que hay que desbrozar para reorganizar en conjuntos constituyentes de cada episodio. También se comprueba que algunos de estos hilos deberán ser descartados y otros deberán multiplicarse, ampliarse, expandirse.

Una vez que tienes reunido el material pertinente puedes dividirlo en episodios específicos.

 

7) Componer.

La tarea básica del cuentista y del novelista es inventar una mentira y componer, para que la mentira resulte convincente. Con elementos reales inventa un mundo irreal que resulte creíble. Para ello compone. Es decir, organiza con un sentido coherente y unitario los episodios.

 

8) Realizar un control.

El control se impone una vez que tienes claro el proyecto y vas a iniciar la escritura.

Consiste en indagar si el material escogido está bien ligado y si te remite, aunque sea vagamente, a novelas o cuentos existentes. Es de gran ayuda en este momento recurrir a un cuestionario como el siguiente:

 

a) ¿Cada párrafo se enlaza naturalmente con el siguiente?

b) ¿La idea crece a medida que avanza la narración?

c) ¿Agrego datos nuevos?

d) ¿No se reitera la información en forma innecesaria?

e
)¿Asocio el material reunido con alguna novela conocida?

j
)
¿Qué aspectos me remiten a dicha novela?

g) ¿Cómo puedo alejarme de la misma y respetar mi propia idea empleando mecanismos distintos?

 

Efectuado el control y pasados los filtros necesarios, puedes disponerte a escribir, trazar el camino que seguirá tu protagonista, portavoz de la idea principal, y las apariciones de los restantes, sabiendo qué momento de la historia te conviene elegir como comienzo de la novela.

Y, sobre todo, determinar cómo la cuentas.

Ahora que ya tienes el qué debes establecer el orden que te permita decidir el cómo: cuentas la historia con un discurso más o menos reflexivo, descriptivo, dialogado, de acción, con abundancia de efectos sorpresivos, con frases muy cortas, con un equilibrio entre algunas de estas opciones u otras, etc.

 

Si una idea se planifica con la mayor exactitud posible, el objetivo hacia el cual se avanza estará siempre a la vista y escribirla será menos complicado que si no se hace.

 

 

 

 

La dificultad más común

 

«¿Qué sucede a continuación?» es la pregunta que aparece en algún momento de la ruta, aunque se haya confeccionado un esquema completo. Pero tener el esquema es saber hacia dónde se deben dirigir los acontecimientos, lo cual ayuda a superar las dificultades.

La pregunta, la duda, aparece durante la escritura. Nuevas ideas suelen surgir mientras uno escribe, provenientes de la idea principal, y no se sabe bien qué acontecimiento escoger entre los que se superponen en la mente.

Si esto te ocurre, deja fluir tu pensamiento, no te obligues a resolver el problema de inmediato, ponte en movimiento y haz otra cosa mientras «ves» a tus personajes en acción. Luego recurre al esquema y elige la situación que responda mejor a las exigencias del mismo. Si no te decides por una de las posibles situaciones, abandona la escritura durante un tiempo, hasta que tu pensamiento reacomode el hilo principal de la historia y consigas la mejor resolución.

Detenerse y delinear

 

Un objetivo esencial al escribir un relato es buscar un enfoque no mediatizado por el
hábito social, por las conductas estereotipadas o por las convenciones existentes en el campo literario, que a causa de su uso excesivo han perdido la eficacia.

A menudo se percibe la recurrencia a los tópicos en los relatos de los escritores principiantes (una muchacha de ojos negros como el azabache, de largas pestañas, de una piel suave y bronceada, una mansión oscura y tétrica...). Es posible que se deba a que no hayan delineado previamente los elementos principales del relato ni se hayan planteado cómo les conviene desarrollarlos.

Para ajustar tu idea argumental puedes confeccionar una guía como la siguiente. Su función es establecer
cómo está amueblado y habitado el mundo narrado y
detectar si responde o no a un estereotipo.

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