Paciente cero (29 page)

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Authors: Jonathan Maberry

Tags: #Terror

BOOK: Paciente cero
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—Jean Anouilh

56

Almacén del DCM, Baltimore / Martes, 1 de julio; 12.59 p. m.

El equipo Eco entró corriendo en la sala grande del almacén y parecían muy despiertos. Tensos, asustados y muy jodidos, pero despiertos. Les dije que se preparasen y siguieron a Gus Dietrich a la armería. El equipo Alfa ya estaba allí.

Rudy se dirigió a Church.

—Esto le está matando, ¿verdad?

Church lo miró y Rudy continuó.

—No lo conozco, señor Church. Solo hemos tenido unas pequeñas charlas un poco extrañas —dijo, moviendo una mano en el aire—. Zombis y todo eso. Pero desde lo que ocurrió en la sala 12 he estado pensando en esta situación, en esta organización que usted ha creado. Solo sé lo suficiente del Ejército como para saber que así no es como se hacen las cosas; y sé bastante de Gobiernos para saber que el DCM opera según su propio programa. Prácticamente no tiene papeleo ni trámites. Mucha autoridad y está compartida. —Se mordió los labios durante un momento—. Su formación tiene que incluir algo de experiencia práctica o formación en psicología, terapia o manipulación psicológica. Quizá las tres cosas. Sabe cómo crear un ambiente y como cultivar la confianza; aparentemente se preocupa del bienestar de sus trabajadores. Le gustan los juguetes y se enorgullece de tener los mejores del patio del cole. Los laboratorios están sobreequipados. Todo el mundo que he conocido aquí tiene un cociente intelectual por encima de la media. Muchos individuos, pero no muchos trabajadores en equipo.

—¿Adónde quiere ir a parar? —preguntó Church, aunque si estaba impaciente o nervioso no lo demostró.

—Lo que Joe y yo estamos viendo probablemente es la versión mini del DCM. Apuesto a que su Hangar de Brooklyn es el no va más. Seguridad férrea, comprobaciones y comprobaciones de las comprobaciones; mucha redundancia de seguridad. Pero estas instalaciones las ha montado en días. Fíjese, lo que ha conseguido en estos días es increíble y, francamente, nunca habría creído que sería posible hacerlo. Usted es un hombre extraordinario, señor Church.

—No necesito una cura de ego, doctor.

—Ni yo estoy de humor para hacerla —dijo Rudy con un toque de aspereza en la voz—. Lo que digo es que tuvo que montar todo esto demasiado rápido por necesidad y bajo demasiada presión. El modelo de Brooklyn probablemente sea bueno, pero para que sea tal y como usted quiere necesitaría tiempo. Más tiempo del que tiene. Probablemente ha tenido que recurrir a otras agencias o pedir que le devuelvan algún favor; probablemente ha tenido que utilizar canales que normalmente no utilizaría y, como resultado, la realidad es que este almacén del DCM tiene agujeros. Y como resultado de eso… ha muerto gente.

—Eh, Rude, venga, tío —dije con voz suave.

Me ignoró.

—No le estoy echando la culpa de nada de esto, señor Church. En absoluto. Lo que quiero decir es que está contra la pared y ni toda la frialdad del mundo puede cambiar el efecto que esto tiene sobre usted como ser humano. Nosotros solo podemos controlar parte de la química cerebral. Está bajo una increíble tensión física y psicológica… y ahora mismo probablemente está destrozado por dentro por lo que ha ocurrido en la sala 12.

—No creo que tengamos tiempo para esto, la verdad —dijo Church sin dejar de mirar el rostro de Rudy. Creo que ni siquiera parpadeó.

—No tenemos tiempo para profundizar todo lo que necesitaríamos —dijo Rudy— pero tenemos que solucionarlo, en parte, ahora mismo. Está poniendo en peligro la vida de mi amigo. Por tercera vez en un día. Mi propia vida también está en peligro mientras esté en estas instalaciones y mientras el traidor siga dentro.

—Todos corremos riesgos…

—No. No me refiero a eso y creo que lo sabe. No le estoy pidiendo que se abra a mí, señor Church, ni aquí, a menos que usted lo decida. Pero lo que digo es que tiene que reconocer que estos acontecimientos y la presencia del traidor están conectados con acciones que usted ha emprendido. —Levantó un dedo para que Church no le interrumpiera—. Acciones que ha tenido que emprender. Si pudiésemos retroceder y volver a empezar no sé si se podría haber hecho algo de otra manera. Puede que esto sea inevitable dadas las circunstancias. Por lo tanto necesita recordar que los acontecimientos del día de hoy pueden haber estado más allá de su control. Sí, necesita mejorar la seguridad al máximo. Sí, tiene que iniciar una búsqueda del traidor, mirar debajo de cada piedra. Sí, necesita comprobar el historial de cada uno de las personas del DCM, sobre todo las últimas contrataciones. Pero, y esto es a lo que realmente me refiero, tiene que mantenerse centrado, no perder la perspectiva y no dejar que la culpa o la ira le desvíen del propósito principal, que es evitar que los terroristas lancen su terrible arma. Si la tragedia de hoy le desconcentra, entonces podríamos morir todos. Lo que le aconsejo, señor Church, es que coja toda su culpabilidad y su ira, y las meta en un cajón, al menos hasta que Joe y su equipo vuelvan de la planta de procesado de cangrejo. Permanezca centrado y al frente.

Church no dijo nada al menos durante unos cinco segundos.

—¿Cree que no soy consciente de todas esas cosas, doctor?

—No sé de lo que es consciente e imagino que es un hombre muy duro, pero sigue siendo humano. En su interior puede rebosar de ira y, si Dios es bondadoso, espero que nunca me ponga en su camino cuando esté enfadado. En ese sentido, usted y Joe se parecen mucho. Se controlan la mayor parte del tiempo, pero llega un punto en el que el control se va al infierno y lo que queda es una ira pura y letal. Y eso está bien si se encuentran, Dios no lo quiera, en una sala llena de caminantes, pero no me gustaría pensar que puede que el hombre que dirige los detalles de una operación de este tipo se ponga iracundo y clame venganza. El problema es que con usted no puedo decir en qué medida está fuera de control. No es un robot, por lo tanto tiene que estar conteniendo sus emociones. Solo recuerde que contener emociones no es lo mismo que eliminarlas de su fisiología. Si es un hombre tan listo como creo, entonces pensará en lo que le he dicho. Tiene que reconocer las emociones que le distraen y asegurarse muy, pero que muy bien de que no afectan a las decisiones que toma y el momento en que se toman.

Rudy dio medio paso hacia atrás. Era como si con ese sutil movimiento el gigante en que se había convertido volviese a ser un hombre normal. Desconectó sus rayos X perceptivos, retiró su propia energía de ese momento y dejó un hueco para que Church lo llenase. La manera en que lo hiciese marcaría la diferencia y deseé estar dentro de la cabeza de Rudy para ver cómo estaba evaluando la situación.

Church permaneció en silencio durante, quizá, quince segundos. Yo contuve el aliento. Entonces Church esbozó una de sus sonrisas fraccionadas y asintió ligeramente.

—Recordaré su consejo.

Rudy lo estudió y debió encontrar algo en la máscara de piedra que era el rostro de Church, porque le devolvió el gesto.

—Muy bien.

—¡Eh, chicos! —dije yo—, odio romper este momento diván, pero tengo que ir a cargarme a unos zombis.

Rudy dijo alguna grosería en su idioma natal y Church se giró para evaluar los equipos, aunque creo que en realidad lo hizo para ocultar una sonrisa.

57

Almacén del DCM, Baltimore / Martes, 1 de julio; 1.16 a. m.

Subimos al helicóptero, un SH-60 Seahawk equipado con todo tipo de morteros y lanzamisiles. Una vez dentro y tras cerrar la puerta, nos sentamos en corro y activamos los micros de los cascos para que todo el mundo pudiese oír a pesar del ruido del rotor. Church se unió a nosotros. Colocó un paquete abierto de barritas de cereales con alto contenido en proteínas en una esquina del mapa. Esta debe de ser la versión de combate de las galletas, pensé yo. Este tío es más raro…

Cuando hubimos subido todos, me llevé a Rudy a una esquina.

—Quédate quieto, observa y escucha —dije. Él asintió. Parecía asustado. Solo iba a acercarse hasta la zona de almacenamiento, pero quería que estuviese junto a Church en todo momento.

Los grandes motores T700-GE-701C del Seahawk rugían y el pájaro despegó y se dirigió hacia el sudeste a ciento cincuenta nudos, con otros tres helicópteros: uno de ellos llevaba al equipo Alfa y el otro al personal de apoyo. Los tres volaban cerca, en formación.

—Esto es lo que hay —dije una vez que todos estuvieron colocados alrededor del mapa—. Alguien ha infringido la seguridad y ha abierto la puerta de la sala 12. Como resultado tenemos diez bajas: seis médicos, nuestro prisionero y tres soldados, además de otro soldado al que han mordido y que ha sido infectado por los caminantes. Eso significa que él también morirá pronto.

Bunny y Top no dijeron nada, porque habían estado presentes. Ollie se pasó una mano temblorosa por el pelo. Skip parecía un crío de diez años aterrorizado.

—¿Quién ha sido? —preguntó Skip.

—En este momento no se sabe.

—Fue un accidente, ¿verdad? —dijo Ollie.

Dejé que el silencio respondiese a su pregunta.

—Joder, tío —dijo. Bajó la vista y miró el cargador de su MP5.

Skip tardó un poco más.

—Espera… ¿quieres decir que no fue un accidente? ¿Qué alguien hizo esto a propósito?

—¿Estamos hablando de un espía o de un infiltrado terrorista? —preguntó Ollie.

—Tenemos que considerar ambas opciones —dijo Church, y cuando Ollie iba a decir algo, añadió—: y hasta próximo aviso esta conversación ha terminado.

Todos mis hombres me miraron y, a pesar de lo que Church acababa de decir, quise poner mi propio sello en todo aquello.

—Ahora mismo no sabemos quién lo ha hecho ni cuántos infiltrados tenemos, así que, hasta próximo aviso, todo el mundo, y recalco lo de todo el mundo, es sospechoso. Si no os gusta, peor para vosotros. No estoy pidiendo comentarios ahora mismo, pero escuchad bien: encontraré al que ha hecho esto y cuando lo haga esa persona vivirá el resto de su vida en un mundo de dolor. Si alguien sabe o se entera de algo relacionado con esto quiero que hable conmigo. Hablad conmigo en privado, hablad conmigo cara a cara. Estoy ofreciéndoos bandera blanca, pero solo tenéis veinticuatro horas. Pasado ese tiempo iniciaré una caza de brujas con una bandera negra. Quiero oír que lo habéis entendido perfectamente.

—Júa —gruñó Top.

Bunny asintió:

—Alto y claro, jefe.

—Sí, señor —dijo Skip.

Ollie enseñó los dientes.

—Cuando encontremos a quien ha intentado jodernos usted lo sujeta y yo le corto las pelotas.

El ambiente estaba tenso e inestable. Les entregué resúmenes con información.

—Leed el material. Tenéis quince minutos.

»¿Preguntas? —pregunté cuando todos hubieron dejado el informe en el suelo.

Bunny se aclaró la voz.

—Jefe, no quiero ser un aguafiestas, pero todo lo que he leído aquí es «No sabemos esto» y «No sabemos lo otro». Quiero decir… ¿qué es lo que sabemos?

—¿Qué quieres saber?

—Bueno —dijo Bunny dirigiéndose a Church—, para empezar, ¿quiénes son los hostiles? La palabra «terrorista» no me dice un carajo, señor.

—Le diré lo que le dije al capitán Ledger —dijo Church—. La célula desmantelada por el destacamento especial representa un amplio abanico de terroristas y grupos extremistas. —Se giró y miró a Bunny, que estaba poniendo una cara rara—. Adelante, sargento —dijo, animándole—, pregúntelo.

—¿Qué sentido tiene eso? Bueno, claro que todos nos referimos a ellos como la «comunidad terrorista internacional», pero no es como si todos ellos se reuniesen para ir a jugar a los bolos una noche. No es un club, ¿verdad? Pero se supone que tenemos que creer que esos tíos son, ¿qué? ¿Un grupo de tertulia de terroristas?

Hubo algunas risitas e incluso Church soltó una pequeña sonrisa. Probablemente falsa, pero ahí estaba.

—¿Cree que eso es improbable? Usted es un suboficial con ocho años de experiencia, ¿cree que Seguridad Nacional se equivoca en la interpretación de la información del destacamento especial?

Miró fijamente a Bunny y Bunny me miró a mí.

—Sí, señor, creo que son gilipolleces.

Church volvió a sonreír de aquella manera tan personal.

—Por supuesto que sí, sargento, si no, no estaría aquí. —Dejó aquello en el aire durante un rato—. Y si alguno de ustedes acepta en algún momento información sin pensar y sin hacer preguntas razonables, saldrá de aquí a tanta velocidad que incluso se mareará.

—Entonces… —Bunny no se esperaba ese tipo de respuesta y lo descolocó durante un momento.

—Dígame lo que deberíamos deducir, sargento —dijo Church, instándole a hablar—. Porque, teniendo en cuenta los detalles, la información es correcta. Esos hombres pertenecían a grupos diferentes. Lo hemos comprobado. Seguridad Nacional cree que esto significa que la comunidad terrorista se está uniendo para formar un frente contra Estados Unidos. ¿Qué le parece eso?

Bunny me miró y yo asentí. Me gustaba que Bunny estuviese siguiendo la misma lógica que yo había explorado con Church.

—Bueno —dijo mientras se agarraba a un asa de cuero cuando el helicóptero se inclinó para hacer un giro hacia arriba—, ahí fuera tenemos muchas orejas y ojos. La CIA tiene espías a diestro y siniestro. Cada rama tiene su servicio de inteligencia que pinchan todos los putos teléfonos de Oriente Próximo. Si los extremistas estuviesen formando alguna especie de eje diabólico —y aquí hizo una pausa para las risas, cosa que consiguió—, entonces no es posible que no hubiésemos oído al menos algo sobre eso. ¿Durante todo este tiempo no se ha oído nada? Eso no es posible, joder.

—Continúe. —La sonrisa de Church ahora sí parecía de verdad.

—Entonces… ¿nadie ha pensado que en lugar de ser el inicio de un club de fans terrorista se parece más a…? ¿cómo lo llamáis? ¿Un grupo de expertos asesores?

—Sigue —le dije.

—Quizás alguien… quizá el enfermo que creó toda esta mierda de los priones tuvo una gran idea pero necesitaba un Equipo A para ponerla en funcionamiento. No fanáticos del montón, sino tíos con neuronas de verdad. El informe del doctor Hu dice que se trata de… ¿cómo decía?… «tecnología radicalmente avanzada». Así que, en cierto modo, nuestro tipo malo corrió la voz de que solo iba a reclutar a los mejores.

—No me lo trago —dijo Ollie.

—Yo tampoco —dijo Top Sims—. Eso también se sabría. Habríamos oído algo. No, este hijo de puta tiene una puerta de entrada en la comunidad terrorista y está reclutando directamente. De uno en uno. Esa sería la forma más fácil de hacerlo.

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