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Authors: Noelia Amarillo

Tags: #Erótico

Falsas apariencias (22 page)

BOOK: Falsas apariencias
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Alex terminó el beso y la miró a los ojos leyendo la pasión en ellos, luego lamió sus mejillas, su barbilla, bajando por la clavícula, arrodillándose ante ella, reverenciándola mientras aferraba los leggins y los iban deslizando por sus caderas, por sus muslos.

Los labios masculinos bajaban a la par que sus dedos, caminando por su cuerpo con tiernos lametones y delicados besos, soslayando de nuevo los pezones y escabullándose hacia el ombligo, dibujando cada letra de la palabra "Condones" pintada con rotulador rojo en su abdomen, con las manos deteniéndose en la parte posterior de las rodillas, acariciando esos puntos de placer que no debieran existir en bien a la estabilidad, pero que existían y que obligaron a Luka a sujetarse en los hombros de Alex temerosa de derrumbarse cuando éste jugueteó con la lengua en su ombligo, recorriéndola, lamiéndola, metiéndola y sacándola, mandándole imágenes de cosas más grandes y largas entrando en sitios más cálidos y húmedos. ¡Dios! Su vagina comenzó a temblar, contrayéndose, anhelando algo que el maldito hombre no le proporcionaba. Cuando sintió que por fin los leggins recorrían sus tobillos y abandonaban su cuerpo soltó temblorosa las manos de los hombros de Alex y se sujetó a su cabeza, abriendo más las piernas en inclinando hacia delante las caderas, instándole con su cuerpo, con sus manos a que la besara donde en esos momentos era imprescindible, pero Alex la ignoró, o era idiota o quería hacerla sufrir, no había más opciones y no sabía por qué, pero se quedaba con la segunda. Desde el ombligo sintió los labios de él seguir el camino ascendente que llegaba hasta su boca olvidando de nuevo sus pezones, ¡maldita sea!, para depositar un beso tan casto y tan tierno que apenas sí se dio cuenta.

Alex la miró fijamente, pasó una mano por debajo de sus rodillas y otra por su espalda levantándola en vilo para luego girar hacia la cama y depositarla en ella con suma delicadeza. El seguía totalmente vestido.

Luka asistió excitada al espectáculo de un hombre, Alex, desnudándose lentamente, parándose en cada jodido botón de la camisa hasta que quedó totalmente desabrochada para luego bajar muy lentamente hasta la bragueta de los vaqueros, el pene se le marcaba grande y duro bajo ellos y él lo acarició perezosamente mirándola a los ojos en todo momento. El glande despuntaba por la cintura de los pantalones y Alex le prestó una especial atención, recorriendo con el índice la abertura de la uretra, esparciendo una tímida gota de esperma por la cabeza gruesa y encarnada de su polla, apretando y abriendo la abertura, exprimiéndola. Cuando oyó jadear a Luka sonrió y bajó la mano hacia los botones del pantalón, desabrochándolos lentamente, prodigándose caricias y disfrutando de la mirada de ella según su polla iba asomando por el hueco de la tela, cuando hubo acabado dejó resbalar los pantalones por sus piernas y de una patada los lanzó junto al resto de la ropa.

Era una imagen imponente, la camisa blanca abierta, el pecho musculoso asomando por ella, el vello rubio rodeando los pezones y bajando como una flecha por el abdomen hasta expandirse en el pubis, el pene rígido, enorme, surcado de venas oscilando ante ella. Alex se lo recorrió con una mano, arriba y abajo, parando en el capullo, frotando el frenillo, haciendo que el glande llorara gotas de semen que recogía tiernamente con el pulgar para luego extenderlas perezosamente por todo el tallo de la polla, abarcándola entera con sus dedos, bajando y subiendo por ella. Cuando Luka lo vio bajar la mano que le quedaba libre a los testículos y comenzar a frotarlos sensualmente, se dio cuenta de que era la primera vez en su vida que veía masturbarse a un hombre. Por ella. Para ella. Y era sin lugar a dudas la imagen más hermosa, más erótica que había visto jamás.

—No sabes cuánto te deseo —gimió él entrecortadamente— he soñado contigo así todo el día.

Y en ese momento se arrodilló ante ella, le abrió los muslos y se apropió de su clítoris, lamiéndolo, mordisqueándolo, introduciéndole los dedos en la vagina una y otra vez hasta que toda ella tembló corriéndose en su boca con un grito silencioso. Bebió el orgasmo femenino hasta que sintió que cesaban los temblores; entonces, y sólo entonces, trepó por su cuerpo, le dio la vuelta tumbándola boca abajo, pasó una mano por su estómago haciéndola subir el trasero hacia su erección y la penetró lentamente, pegándole el pecho a la espalda, besando su nuca, apretando dentro de ella, moviéndose en círculos sin sacar ni un milímetro su pene, simplemente aprendiéndose cada punto erógeno de su vagina, sosteniéndose tras ella con una mano y acariciándole esa dulce y blanda barriguita con la otra hasta que la oyó gemir, entonces bajó a su pubis, lo recorrió, encontró el clítoris y lo pellizcó suavemente con dos dedos, la vagina tembló, volvió a fluir la humedad por ella y Alex bombeó sacando el pene muy lentamente hasta dejarlo casi fuera, manteniendo solo el glande dentro para de golpe hundirse en ella una y otra vez, casi abandonando sus profundidades para volver al instante envistiendo salvajemente, golpeando el perineo con su hueso pélvico y el clítoris con sus testículos mientras los dedos ascendían hasta sus pechos y los provocaban, pellizcando aquellos pezones que tan olvidados tenía, haciéndolos circular entre sus dedos a la vez que la polla seguía entrando y saliendo sin pausa, cada vez más rápido, cada vez más fuerte, cada vez más profundo, haciéndola moverse en éxtasis, temblando y gritando hasta que sintió que todo se desvanecía, que la luz estallaba en su cabeza a la vez que un orgasmo demoledor se apropiaba de su cuerpo.

Alex sintió que el calor inundaba sus testículos ascendiendo por su polla, haciéndole temblar todo el cuerpo, tan caliente, tan húmedo, sin condón... Joder. Tuvo el tiempo justo de salir de ella y derramarse sobre su espalda a la vez que un rugido salía de sus pulmones dejándolos vacíos. Respiró agitadamente intentando volver a la realidad. Cuando lo consiguió vio a Luka derrumbada sobre el colchón, totalmente relajada, con los labios entreabiertos y los ojos cerrados. Era la imagen más hermosa que había visto en su vida.

Suspiró, se había vuelto a olvidar del maldito condón, era la tercera vez que le ocurría. Joder. No obstante, un pensamiento acudió a su obnubilado cerebro... se había corrido sobre su espalda, justo en el lugar donde debía estar el tatuaje. Sonrió orgulloso para sí. Que se joda Dani, él lo ha visto, genial, pues yo me he corrido sobre él, ¡toma ya!

Miró la espalda femenina para fijar esa imagen victoriosa en su cerebro, pero... no vio el tatuaje... Mmh... El dormitorio estaba en penumbra, iluminado solamente por la luz del pasillo, quizá fuera eso. Se incorporó sobre un codo buscando el interruptor encima de la cama, dio con él y encendió la luz. Una luz blanca y potente que iluminaba cada rincón del cuarto, pero que no mostraba el maldito tatuaje.

Luka gruñó, se tapó los ojos con la almohada y alzó una mano en busca del interruptor impertinente que mostraba al mundo —a Alex— todos los michelines que la oscuridad había ocultado. Pero él volvió a pulsarlo.

Luka se removió en la cama hasta colocarse por debajo de las sábanas, lo que fuera con tal de no aparecer a plena luz mostrando ¡todo!

Alex impaciente quitó las sábanas que cubrían el cuerpo femenino... ¡El tatuaje no estaba! observó más detenidamente. ¡Nada! Pensó un poco aturullado que quizá su semen había tapado el dibujo Ja, ¡ni de coña! Pero por si acaso pasó la mano por la base de la espalda manchándose con el esperma —lechoso y casi transparente— dibujando con él un tatuaje que no estaba... ¿Qué demonios...?

—Apaga la luz. Ya —gruñó Luka enfadada por estar tan expuesta.

—¿Dónde está tu tatuaje? —preguntó recorriendo con la mirada el cuerpo de Luka; quizá había entendido mal y estaba en otra parte del cuerpo.

—Mmh, ¿qué? —contestó ella sin saber por dónde iban los tiros.

—El tatuaje celta, el triskel... ¿Dónde lo tienes?

—¿Qué tatuaje? —Luka se giró para mirarle, asegurándose de volver a subir la sábana hasta la barbilla. ¿De qué narices hablaba ahora?

—¡El tatuaje que supuestamente está en tu espalda! —dijo él perplejo. ¿Tan extasiada estaba que no sabía de qué le hablaba? ¿Y por qué demonios se cubría con la sábana?

—No tengo ningún tatuaje en la espalda, ni en ningún lado, no me gustan los tatuajes. ¿De dónde has sacado esa tontería? —preguntó Luka alucinando; acababa de tener el mejor sexo de su vida y le preguntaba por tatuajes... estaba como una cabra.

—Dani me dijo...

—¿Dani? — ¡Ay Dios!

—Sí. Me dijo... en tu espalda... justo sobre el culo... —Joder, joder, joder, pensó intuyendo la broma... Será cabronazo.

—¿Dani te dijo que tenía un tatuaje?

—Sí.

—¿Y le hiciste caso?

—Esto... sí.

—¿Y te dijo que él lo había visto? —preguntó sonriendo.

—Pues sí.

—Y te lo tragaste. —Ya no sonreía, ahora se estaba riendo a mandíbula batiente.

—Joder, me contó cada maldito detalle, cómo era el dibujo, que la gente lo veía cuando cortabas cristal, que se lo comían con la mirada. ¡Me ha tenido duro y pensando en el puto tatuaje de los huevos todo el día y ni siquiera existe! —exclamó medio gritando.

—¡Dios! —Luka apenas podía respirar de la risa—. ¡Lo que daría por haber estado en ese momento!

—¿Te parece divertido? —preguntó muy serio.

—Sí —contestó con los labios apretados intentando contener la risa hasta que al final no pudo más y estalló en una sonora carcajada, retorciéndose sobre la cama y apretándose el estómago.

—Joder. —Pero aunque intentaba no reír, Alex acabó estallando junto a Luka con los ojos llorándole de la risa y pensando que el muy cabronazo se la había jugado pero bien... y que se las iba a tener que pagar.

Capítulo 13

Sábado 8 de noviembre de 2008, 23.30h

Apenas habían dejado de reír, cuando sonó el telefonillo.

—Imagino que serán los kebabs. Voy a por ellos...

—Espera. —Alex sacaba su cartera en esos momentos.

—No, deja, a esta invito yo —contestó Luka seria a la vez que se enfundaba en el vestido más grande y espantoso que Alex había visto en su vida.

—Joder...

—¿Qué pasa? ¿No te gusta? Si es súper sexy —comentó riendo a la vez que acariciaba el vestido marrón con dibujos abstractos rosa fucsia que le quedaba cuatro tallas grande—. Es mi vestido especial.

—¿Especial?

—Sí... el que me pongo cuando no tengo ganas de vestirme y que me queda tan grande que no deja ver mi inexistente ropa interior... —comentó enarcando las cejas un par de veces.

—Ahh... —dijo tumbado en la cama observando a Luka escabullirse del dormitorio.

Todavía tumbado se inclinó hacia la mesilla con el propósito de sacar los condones y dejarlos sobre la almohada para que estuvieran "muy" disponibles y "muy" asequibles para la próxima vez, a ver si así eran capaces de hacerlo como era debido, es decir, con precaución. Sus dedos tocaron los cuadernos revueltos que había bajo la cajita y recordó con una sonrisa el pequeño y plateado secreto que había encontrado bajo ellos esta mañana. Se incorporó sobre un codo y sacó los condones y uno de los cuadernos al azar, su mente calenturienta le indicaba que si estaban sobre un consolador, lo mismo contenía fantasías prohibidas...

Era un block normal y corriente de tapas verdes, no ponía nada en la cubierta, así que lo abrió curioso —y por qué no decirlo, imaginando leer cosas calentitas—. Se encontró con sorpresa ante páginas y páginas escritas con una letra muy infantil, a lápiz, para más señas.

"Enero 1991.

Ruth se a empeñao en que ezcrivamos un diario. Y no se para que. Pero dice que si no lo escrivimos no podemos acer un club y entonces si no tenemos un clud no jugamos todas a la goma, así que tengo que ezcrivir un diario estupido que no me apetece. Pili opina como yo. Bueno, pues hoy es un rollo la profe me a echo copiar diec vezes cada falta del dittado y eran un montonazo. Vaya rollo."

Alex no pudo evitar reírse, había dado con el diario infantil de Luka. Prestó atención, ella estaba en ese momento atendiendo la puerta, ojeó un poco por encima el cuaderno mientras la oía charlar animadamente con el repartidor del restaurante turco; por lo visto se conocían. Miró el cuaderno y fue a la última página, la última entrada era de marzo de 1989, estaba claro que a Luka no le gustaba mucho escribir, pues había resumido año y medio en un cuaderno de pocas páginas.

"Febrero 1992.

Ruth esta enamorada de Marcos y Marcos no le ace caso. E pensado una venganza y la hemos echo. Le hemos escrito mía carta 'especial' y se la hemos mandado. A Marcos no le a sentado vien y se a enfadado mucho, nos a perseguido por todo el colegio y le ha puesto barro en las coletas a Ruth. Ahora Ruth ya no esta enamorada de Marcos, dice que lo odia, estoi buscando una nueba venganza. Se va a cagar."

Madre mía, si a Luka se le había ocurrido una venganza y era la mitad de ocurrente a los nueve años que ahora, estaba claro que la carta sería digna de ver, pensó sonriendo.

En ese momento oyó cerrarse la puerta del piso y sin saber por qué, ocultó rápidamente el cuaderno bajo la cama. No creía que a ella le gustara que lo leyera.

Luka entró en la habitación con una sonrisa en los labios.

—Ya está la cena —canturreó—. Me voy a duchar y en cuanto salga cenamos, ¿te parece?

—Por mí perfecto.

—Genial. Ahora vengo.

En el mismo momento en que abandonó la habitación Alex se agachó y sacó el cuaderno de su escondite. Lo guardó en la mesilla y sin detenerse a pensar cogió otro, la primera anotación era del año 1993; lo descartó en busca de alguno un poco más moderno. Fue sacándolos uno a uno, en algunos había poesías de Machado y citas románticas, en otros canciones de los años 90, en otro fotos de cantantes pegados en las páginas, vaya... era como un baúl de los recuerdos... Había de todo en esos cuadernos. Revolvió hasta sacarlos todos y, al fondo de cajón, casi oculto por los demás, encontró el último, era muy fino y elegante, con tapas de color marrón y lomo dorado, y solo estaba escrito a medias. Lo abrió por la primera página y leyó.

"6 de enero de 2003.

Ruth me ha regalado este diario, se ha empeñado en que llevo un año conviviendo, haciendo el subnormal y perdiendo el tiempo con el Vinagres, y que como parece que no me doy cuenta (es que no estoy haciendo ninguna de esas cosas, bueno, convivir sí, el resto no), lo mejor que puedo hacer es escribir día a día lo que voy haciendo y a ver si así me cosco de cómo va el tema... Bueno, pues me niego a escribir el día a día, menudo rollo, pero una promesa es una promesa, y yo le he prometido que escribiré (joder, me recuerda al club que montó en EGB), así que el último día de cada mes, dejare aquí mis impresiones."

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