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Authors: Dominique Lapierre y Larry Collins

Esta noche, la libertad (84 page)

BOOK: Esta noche, la libertad
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Lady Mountbatten
: Edwina Mountbatten falleció el 21 de febrero de 1960 durante una agotadora inspección por Extremo Oriente de las obras caritativas que dirigía. Pues, tras su salida de la India, ésta animosa mujer continuó entregándose sin descanso a la realización de tareas humanitarias. Cuando la noticia de su muerte llegó a Nueva Delhi, los diputados de las dos Cámaras del Parlamento se pusieron espontáneamente en pie para ofrecer en su memoria el homenaje de un minuto de silencio.

En cumplimiento de su última voluntad, el cadáver de Edwina Mountbatten fue depositado en alta mar frente a las costas de Spithead, allí donde tantas veces se habían reunido las escuadras de la Royal Navy en las grandes horas de la historia de Gran Bretaña. Escoltando al buque inglés que transportaba sus restos, había una fragata india, conmovedor saludo de un país que ella amaba a la más generosa de sus
memsahib
.

Jawaharlal Nehru
: El Primer Ministro de la India independiente gobernó la mayor democracia del mundo hasta su muerte, acaecida el 27 de mayo de 1964. Uno de los hombres de Estado más respetados del mundo, fue el principal arquitecto de la política de no alineación entre los bloques y se convirtió en el líder de los países del Tercer Mundo que, en los años 50 y 60, se emanciparon de la tutela colonial. Viajó incansablemente, visitando la casi totalidad de las capitales europeas, América, la URSS y China. En la India, dirigió la elaboración de tres planes quinquenales destinados a dotar a su país de estructuras industriales modernas y a desarrollar su producción agrícola, trabajó para la consolidación de las instituciones democráticas indias, incorporó los establecimientos franceses y el enclave portugués de Goa al territorio nacional.

La más cruel desilusión de su vida se produjo en octubre de 1962 con motivo de la invasión por parte de China de las fronteras septentrionales de la India. Esta agresión, perpetrada por el país cuya amistad constituía desde hacía quince años la piedra angular de su política, dejó a Nehru deshecho. Su salud sufrió con ello un golpe fatal. Entre las numerosas personalidades que acudieron a Nueva Delhi para rendirle un último homenaje con ocasión del servicio fúnebre de su cremación se encontraba Louis Mountbatten.

Como regalo de despedida a sus compatriotas, este refinado indio ofreció la conmovedora elocuencia de su testamento. Pedía en él que sus cenizas fuesen dispersadas desde lo alto por un avión «sobre los campos en que trabajaban los campesinos, a fin de que puedan mezclarse con el polvo de la tierra india y convertirse en parte inseparable de ella… y que un puñado sea entregado al Ganges en Allahabad para ser llevado hacia el vasto océano que baña las costas de la India».

Vallabhbhai Patel
: Tras el asesinato de Gandhi, el ministro del Interior, Patel, fue víctima de una campaña de calumniosas insinuaciones que le hizo responsable de la incapacidad de la Policía india para capturar a los futuros asesinos del Mahatma en el período de tiempo comprendido entre el primer atentado y su muerte. Después de la marcha de Mountbatten, organizó una «acción de policía» contra el reino de Hyderabad, incorporando así a la India el último Estado principesco todavía independiente. El hombre fuerte del Gobierno indio murió de un ataque cardíaco (15 diciembre 1950).

Los maharajás
: En la actualidad los omnipotentes soberanos que antaño reinaban sobre más de la tercera parte del subcontinente indio han desaparecido casi por completo de la escena india. Los gloriosos días de su esplendor parecen hoy tan lejanos como los de los emperadores mogoles. Cuando no han sido transformados en museos, en escuelas o en hoteles de lujo, sus palacios ofrecen la melancolía de los vestigios de una época extinguida. Algunos príncipes llevan una vida modesta y apartada entre los recuerdos de su gloria pasada. Otros se han convertido en prósperos hombres de negocios y otros, escuchando los consejos prodigados antaño por Mountbatten, han puesto sus aptitudes a disposición del Gobierno de la nueva India, a la que continúan sirviendo lealmente. Hasta su muerte, recientemente acaecida, el maharajá da Patiala, hijo de Bupinder
el Magnífico
, era embajador de la India en los Países Bajos. El maharajá de Jaipur representó también a la India socialista en varias capitales europeas. Otros, fieles a las virtudes guerreras de su casta, se han convertido en brillantes oficiales del Ejército indio. El joven maharajá de Kapurtala, nieto del príncipe que antaño hiciera edificar en el Penjab una réplica del palacio de Versalles, se ha cubierto de gloria durante la guerra indo-paquistaní en 1971. En la actualidad, ostenta el mando de un regimiento de blindados. El actual maharajá de Jaipur es coronel del Ejército indio.

Abrazando las costumbres democráticas de la nueva India, algunos príncipes, como los maharajás de Cachemira y de Bikaner, princesas, como las
rajmata
de Jaipur y de Gwalior, militan activamente en los partidos políticos indios. La
rajmata
de Jaipur, madre del actual maharajá, es diputada del Parlamento, mientras que el hijo del difunto Hari Singh, actual maharajá de Cachemira, hombre de gran cultura, es ministro en el Gobierno de la señora Indira Gandhi.

La situación de los príncipes se ha transformado considerablemente desde la incorporación de sus Estados a la Unión India en 1947. Después de tres años de batalla procesal ante las más altas instancias jurídicas del país, y pese a un voto del Tribunal Supremo en su favor, los maharajás perdieron en 1974 los últimos privilegios que les habían sido concedidos en 1947 a cambio de la pacífica incorporación de sus reinos a la India. No gozan de ninguna lista civil, ni ninguna otra ventaja. Algunos, que habían conservado bienes demasiado ostentosos, en la India o en el extranjero, son todavía hoy objeto de implacables investigaciones policiales y fiscales. La extravagante y altiva época de los nababs y los maharajás está definitivamente muerta.

Los policías encargados de la investigación del asesinato de Gandhi
: Dos de los principales responsables de la investigación, J. W. Mehra, a quien una gripe había impedido estar junto a Gandhi el día del asesinato, y
Jimmy
Nagarwalla, el jefe de la Brigada de Investigación Criminal de Bombay, están hoy retirados. Mehra dirige una cervecería cerca de Nueva Delhi. En cuanto a Nagarwalla, después de haber consagrado su carrera a detener criminales e impedirles evadirse, ha pasado a dedicarse a la evasión turística de una agencia de viajes.

AGRADECIMIENTOS

Como nuestros tres libros anteriores,
¿Arde París?
,
…O llevarás luto por mí
y
Oh, Jerusalén
,
Esta noche, la libertad
es el resultado de casi tres años de una larga, paciente y a menudo difícil investigación. Más de seiscientas personas —indios, paquistaníes, ingleses, franceses— han colaborado directa o indirectamente en la preparación de este relato que, desde las casitas de campo de Kent y de Sussex hasta las cumbres del paso de Khyber, desde las orillas sagradas del Ganges hasta los barrios de chabolas de Calcuta, nos ha hecho recorrer más de 250.000 kilómetros.

Como no podía ser por menos, nuestras investigaciones comenzaron en el despacho de trabajo del único superviviente de los cuatro grandes personajes que tan decisiva influencia ejercieron en 1947 sobre el destino del subcontinente indio, el almirante de la Escuadra Lord Mountbatten, conde de Birmania. En el curso de quince entrevistas grabadas en 1972 y 1973, el último virrey de la India aceptó, con paciencia y amabilidad a toda prueba, someterse a la más minuciosa reconstitución de su experiencia india que jamás haya soportado. Las treinta horas de grabaciones y las aproximadamente seiscientas páginas de transcripción mecanográfica originales constituyen un balance probablemente único de la misión del último virrey de la India.

En su finca de Broadlands, en el sur de Inglaterra, Lord Mountbatten posee la colección más completa de archivos y documentos relativos al período de su virreinato y de su mandato como gobernador general de la India independiente. Organizado y meticuloso por naturaleza, Mountbatten reunió con sumo cuidado todos los documentos relativos a su misión, desde la nota manuscrita que le dirigió su primo el rey la víspera de su salida hacia la India hasta los menús y la disposición de los comensales en sus banquetes oficiales. De esta enorme masa de recuerdos, destaca, sin embargo, una colección de cinco tipos de documentos que constituyen una admirable acta de este período. Contiene:

  1. Los extractos de las conversaciones que sostuvo Lord Mountbatten con todos los visitantes que cruzaron la puerta de su despacho y, en particular, los principales dirigentes indios: Gandhi, Jinnah, Nehru y Patel. Como hemos dicho, Mountbatten acostumbraba recibir a sus interlocutores a solas, limitar a cuarenta y cinco minutos la duración de cada entrevista y dictar inmediatamente después un resumen de ella. Vividos en extremo, llenos de anotaciones y detalles, estos testimonios proyectan una luz decisiva sobre los actores del
    embroglio
    indio.
  2. Las minutas de sus reuniones casi diarias con sus colaboradores, en el transcurso de las cuales el virrey acostumbraba expresarse libremente y con toda franqueza.
  3. Las actas de las sesiones del Comité de Urgencia, que presidió durante los acontecimientos del Penjab.
  4. Sus diecisiete informes semanales con sus voluminosos apéndices dirigidos durante su misión de virrey al secretario de Estado para la India en Londres.
  5. Sus informes mensuales de gobernador general dirigidos al rey Jorge VI.

A todo lo largo del tiempo que duraron nuestros trabajos. Lord Mountbatten aceptó recurrir constantemente al contenido de sus archivos para refrescar su memoria y reconstituir sus recuerdos con todo el rigor histórico y la autenticidad necesarias. En primer lugar, por lo tanto, deseamos manifestar nuestro más caluroso agradecimiento al último virrey de la India.

Permítasenos asociar a nuestra gratitud a dos de sus colaboradores, John Barrall, su secretario particular, y Mrs. Mollie Travis, archivera de los documentos de Broadlands. Ambos nos ofrecieron sin regateos su tiempo y sus esfuerzos. Las dos hijas de Lord Mountbatten, Lady Brabourne y Lady Hicks, tuvieron la bondad de narrarnos su estancia en la India junto a sus padres. Lord Brabourne, cuyo padre fue gobernador de las dos grandes provincias indias de Bombay y Bengala y, durante un breve período, virrey de la India, facilitó sobremanera nuestra investigación en su calidad de administrador de los archivos de Broadlands.

Expresamos nuestra gratitud a los antiguos miembros del círculo del último virrey de la India, que, con tanta generosidad, nos concedieron largas horas de su tiempo. Aceptaron pasar con paciencia sus recuerdos por el cedazo de nuestras preguntas y no vacilaron en revolver sus desvanes y sus casas de campo para encontrar los relatos epistolares que habían dirigido en 1947 a sus mujeres o a sus padres, y los Diarios personales que habían llevado por entonces. Estos documentos nos fueron de inestimable ayuda para la reconstrucción de la atmósfera de aquellas históricas jornadas. Manifestamos especialmente nuestro agradecimiento a Alan Campbell-Johnson, agregado de Prensa de Lord Mountbatten en 1947-1948 y autor de un extraordinario libro titulado
Misión con Mountbatten;
Sir George Abell, el vicealmirante Sir Ronald Brockman, el contralmirante Peter Howes; Elizabeth Collins y Muriel Watson, las dos ayudantes de Lady Mountbatten, cuyos recuerdos sobre la última virreina nos fueron particularmente preciosos; G. Vernon Moore, que nos suministró varias descripciones en extremo útiles; el coronel Sir Martin Gilliat, el teniente coronel Frederick Burnaby-Atkins, Lord Allendale y Sir James Scott. Todos ellos nos permitieron reconstruir la decoración y la atmósfera del palacio del virrey en 1947. Damos también las gracias a nuestro amigo Gerald Mac Kinght por sus descripciones de Londres en 1947.

Tenemos una especial deuda de gratitud hacia el eminente jurista que dividió la India, vizconde Sir Cyril Radcliffe. Aun manteniendo una extrema discreción sobre los motivos que inspiraron algunas de sus decisiones, aceptó revelarnos lo esencial de sus recuerdos en el transcurso de dos largas y apasionantes entrevistas.

Nuestra investigación sobre el Ejército de la India nos permitió conocer a innumerables veteranos de esta extraordinaria institución. Permítasenos expresar nuestro agradecimiento, entre tantos otros, al general Sir Robert Lockhart, al general Sir Roy Bucher, al general Sir Frank Messervy, recientemente desaparecido, al general John R. Platt, que mandó la última unidad inglesa que abandonó el suelo de la India, al coronel E. S. Birnie, que nos ayudó a reconstruir los últimos meses de la vida de Mohammed Ali Jinnah, cuyo gabinete militar tuvo el honor de dirigir.

Tuvimos igualmente el placer y el privilegio de conocer y entrevistar a gran número de antiguos miembros de la élite que gobernó la India durante tres cuartos de siglo, el célebre
Indian Civil Service
. Agradecemos especialmente su generosa colaboración a Sir Olaf Caroe, último gobernador de la Provincia Fronteriza del Noroeste; a Sir Conrad Corfield, el infatigable defensor de los maharajás, y a su adjunto Sir Herbert Thompson; a Lord Trevalyn, que nos contó sus apasionantes aventuras de joven administrador en la India; al juez H. C. Beaumont, colaborador de Sir Cyril Radcliffe; a Maurice y Taya Zinkin, que nos dieron a conocer el Diario íntimo que llevaron en Nueva Delhi durante las turbulentas jornadas de setiembre de 1947.

Permítasenos igualmente asociar a nuestra expresión de agradecimiento al conde de Listowel, último secretario de Estado para la India; a Sir Alexander Symon, primer alto comisario británico adjunto en la India; y a G. R. Savage, que nos hizo el relato completo del complot tendente a asesinar a Jinnah y Mountbatten en Karachi el 14 de agosto de 1947.

En la India, queremos en primer lugar expresar nuestro agradecimiento a la señora Indira Gandhi, Primer Ministro, por el tiempo precioso que aceptó pasar con nosotros rememorando las cruciales horas que vivió en agosto de 1947 junto a su padre Jawaharlal Nehru. Le estamos también reconocidos a su tía, la señora V. L. Pandit, que, con sus descripciones e informaciones, nos ayudó a comprender la personalidad de su hermano Nehru. Tres antiguos secretarios particulares de este último nos han aportado también importantes informaciones, Shri M. O. Mathai, Shri Tarlok Singh y Shri H. V. R. Iyengar, así como al periodista indio Russy K. Karanjia.

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