No creo exagerar si afirmo que
El Coyote
fue el héroe de la literatura popular española más célebre y acertado de todos los que han existido en nuestra época. Y me atrevo a añadir que lo sigue siendo, porque no hubo, no hay, quien le haya verdaderamente sucedido. Quizá se le acercaron en algún momento personajes de comic. —El Inspector Dan, El Guerrero del Antifaz…— y otras célebres criaturas del propio Mallorquí: los «Dos hombres buenos», que tuvieron el beneficio expansivo de la radio, del que no disfrutó
El Coyote
, inexplicablemente. Pero personaje estrictamente literario —sus incursiones en el cine o en el tebeo no igualaron jamás su gloria novelística, y fueron sólo derivaciones de aquélla— no ha existido otro español en su género que pueda igualársele. Sería frívolo, injusto y nada riguroso prescindir del talento narrativo de Mallorquí al constatar el mérito del personaje, como si no se debiera una cosa a la otra. Es frecuente hoy mitificar criaturas de ficción olvidando a sus padres. No lo haremos nosotros: La experiencia de José Mallorquí en otras muchas novelas, sus conocimientos de un lenguaje eficaz —tradujo a muchos autores famosos de la época— y su comunicativa imaginación, no han de ser colocados a un nivel superior al que le corresponde, pero en absoluto inferior. Si Mallorquí no era Conrad, por supuesto, sí puede medírsele con raseros cercanos a Salgari o Zane Grey, autores populares nada despreciables. Y en cuanto a su paralelismo con Salgari, un trágico final, digno en ambos casos de sus propias novelas, nos convirtió al Mallorquí de los años setenta en un desclasado de su propia fantasía… No ocurrirá lo mismo con su mejor personaje.
El Coyote
no es capaz de depresiones. Cabalga por encima del bien y del mal.
Juan TEBAR.
JOSÉ MALLORQUÍ FIGUEROLA, Barcelona, 12 de febrero de 1913 – 7 de noviembre de 1972, escritor español de literatura popular y guionista, padre del también escritor César Mallorquí. El padre del futuro novelista abandonó a su madre, Eulalia Mallorquí Figuerola, poco antes de nacer. El niño fue criado por su abuela Ramona, después pasó a un internado de los Salesianos. Esta niñez le produjo su carácter tímido y soñador. Fue mal estudiante y a los 14 años abandonó el colegio y comenzó a buscarse la vida trabajando. Fue un gran lector de todo cuanto caía en sus manos. A los 18 años una herencia cuantiosa de su madre fallecida le proporcionó un periodo de bienestar y lujo y una vida diletante, practicando toda clase de deportes. En 1933, comienza a trabajar para la Editorial Molino. Aparte de dominar el francés, aprendió con un amigo inglés, lo que le permitió traducir y leer en ambas lenguas en idioma original. Mallorquí se anima a escribir aventuras como las que traduce y publica en «La Novela Deportiva», de Molino (que se publicó en Argentina a partir de 1937), larguísima colección íntegramente escrita por Mallorquí y que constó de 44 novelas, más otras doce en su segunda época, ya en España.
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Véase
La sombra del Coyote
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