Cartas Marruecas (24 page)

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Authors: José Cadalso

Tags: #Ensayo,Clásico

BOOK: Cartas Marruecas
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Esto soñé la otra noche que me decían con ceño adusto, voz áspera, gesto declamatorio y furor exaltado unos amigos, al ver estas cartas. Soñé también que me volvieron las espaldas con aire majestuoso, y me echaron una mirada capaz de aterrar al mismo Hércules.

Cuál quedaría yo en este lance, es materia dignísima de la consideración caritativa de mi piadoso, benévolo y amigo lector, a más de que soy pusilánime, encogido y pobre de espíritu. Despertéme del sueño con aquel susto y ardor que experimenta el que acaba de soñar que ha caído de una torre, o que le ha cogido un toro, o que le llevan al patíbulo. Y medio soñando y medio despierto, extendiendo los brazos por detener a mis furibundos censores y moverles a piedad, hincándome de rodillas y juntando las manos (postura de ablandar deidades, aunque sea Jove con su rayo, Neptuno con su tridente, Marte con su espada, Vulcano con su martillo, Plutón con sus furias, et sic de ceteris), les dije, dudando si era sueño o realidad: sombras, visiones, fantasmas, protesto que desde hoy día de la fecha no escribiré cosa que valga un alfiler; así como así, no vale mucho más lo que he escrito hasta hoy; con que sosegaos y sosegadme, que me dejáis cual dice Ovidio que quedó en cierta ocasión aun menos tremenda que ésta:

Haud aliter stupui quam qui, Jovis ignibus ictus.

vivit, et est vitae nescius ipse suae.

Ya veis cuán pronta es mi enmienda, pues ya empiezo uno de los infinitos rumbos de la ligereza, cual es la pedantería de estas citas, traídas de lejos, arrastradas por los cabellos y afectadas sin oportunidad.

Rompo los cuadernillos del manuscrito que tanto os enfadan; quemo el original de estas cartas, y prometo, en fin, no dedicarme en adelante sino a cosas más dignas de vuestro concepto.

JOSÉ CADALSO, (Cádiz, 1741-1782). Poeta y autor de sátiras. Fue, con Jovellanos, una de las figuras literarias más importantes del siglo XVIII, heredero del desengaño de Quevedo y Gracián. Estudió en el colegio de los jesuitas en Cádiz y aprendió inglés, francés, alemán e italiano en sus frecuentes viajes por Europa. Regresó a Madrid en 1758. Combatió en la campaña portuguesa de 1762 y fue nombrado caballero de Santiago en 1766; en ese mismo año conoció a Jovellanos. Se exilió en 1768 por ser el supuesto autor de un manuscrito que ofendía el honor de varias damas de la corte: el Calendario manual. Durante los dos años siguientes escribió en su destierro de Aragón los poemas reunidos en Ocios de mi juventud (Salamanca, 1773), los mejores del libro fueron escritos en honor de «Filis», la actriz María Ignacia Ibáñez, que representó el personaje de doña Ava en la tragedia de Cadalso Don Sancho García en enero de 1771. Cadalso amó a la Ibáñez hasta su muerte en abril de 1771. Durante el año siguiente acudió puntualmente a la tertulia de la Fonda de San Sebastián en Madrid y publicó Los eruditos a la violeta y el Suplemento, sátira sobre la falsa sabiduría de los pedantes, que sin siquiera saber leer y sin estudiar mínimamente quieren opinar de todo y lo hacen con pretensiones. El libro se estructura a partir de unas «lecciones» de poesía, filosofía, leyes, matemáticas y otros temas. El gran éxito de la sátira lo llevó a escribir Un buen militar a la violeta (1790). Pasó parte de los años 1773-1774 en Salamanca, donde conoció a Juan Meléndez Valdés. En ese lapso escribió sus mejores libros, Cartas marruecas (1793) y Noches lúgubres (1798), que aparecieron por entregas en el Correo de Madrid (1789-1790). Fue ascendido a coronel en 1782 y quince días después murió en el sitio de Gibraltar. La historia amorosa de Cadalso, su activo patriotismo, su atrevimiento crítico frente a las instituciones hipócritas lo hacen una figura imprescindible del prerromanticismo español..

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