Así habló Zaratustra (45 page)

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Authors: Friedrich Nietzsche

BOOK: Así habló Zaratustra
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Sobre los «pretiles junto a la corriente» puede verse luego, en la tercera parte, De tablas viejas y nuevas, 8, y la nota 375.

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Véase el Evangelio de Juan, 4, 24: «Dios es espíritu.» En la cuarta parte, La fiesta del asno, 1, el papa jubilado critica­rá la frase «Dios es espíritu».

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Los tres párrafos que van desde «Vosotros miráis...» hasta aquí fueron colocados por Nietzsche como motto al frente de la tercera parte de esta obra.

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El tercer tratado de La genealogía de la moral lleva a su frente, como motto, esta frase. Nietzsche dice en el prólogo que ese tercer tratado, titulado «¿Qué significan los idea­les ascéticos?», es todo él «un comentario» del citado párrafo.

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Reminiscencia irónica del Evangelio de Mateo, 21, 5: «Y los discí­pulos... trajeron la borrica y el pollino» (preparativos para la en­trada de Jesús en Jerusalén).

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Juego de palabras, en alemán, entre vivir (leben) y amar (lieben).

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Paráfrasis de Hamlet, acto II, escena 2: «Ocurrencias felices que suele tener la demencia, y que ni la más sana razón y lucidez po­drían soltar con tanta fortuna» (palabras de Polonio a Hamlet).

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Véase, en la tercera parte, De la visión y del enigma, así como Del espíritu de la pesadez, donde Nietzsche desarrolla con detalle el significado del «espíritu de la pesadez».

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En la cuarta parte, La fiesta del asno, el más feo de los hom­bres recordará a Zaratustra esta enseñanza.

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Éste es uno de los capítulos de mayor impregnación evangélica en su ambientación. Recuerda sobre todo la conversación de Jesús con el joven rico (véase el Evangelio de Mateo, 19, 16 y ss.), pero también el hecho de que Jesús encontrase a algunos de sus prime­ros discípulos debajo de un árbol; véase el Evangelio de Juan, 1, 48: «Contestó Jesús, y le dijo: Antes de que Felipe te llamase, te vi cuando estabas debajo de la higuera. Natanael le contestó: Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel. Contestó Jesús y le dijo: ¿Porque te he dicho que te vi debajo de la higuera crees? Co­sas mayores has de ver.»

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Reminiscencia del Evangelio de Juan, 3, 8: «El viento sopla donde quiere; oyes el ruido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va.»

{70}
Véase, en la cuarta parte, Del hombre superior, 6, donde vuelve a aludirse a lo aquí indicado.

{71}
Como en varias otras ocasiones, Nietzsche utiliza aquí la expre­sión evangélica con que se caracteriza el llanto de Pedro tras ne­gar a Jesús; véase el Evangelio de Mateo, 26, 75: «Y enseguida can­tó un gallo. Pedro se acordó de las palabras de Jesús: “Antes que cante el gallo me negarás tres veces”. Y saliendo fuera, lloró amargamente».

{72}
Véase antes, De las alegrías y de las pasiones, y más tarde, so­bre todo, Del hijo y del matrimonio, donde se desarro­lla este mismo pensamiento.

{73}
Un amplio desarrollo de las ideas que aparecen en este capítulo pue­de verse en La genealogía de la moral.

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Dahinfahren. Nietzsche utiliza aquí el término empleado por Lu­tero en su traducción de la Biblia para indicar el «tránsito» (a la otra vida).

{75}
Alusión a Pascal: «El hombre es una caña que piensa.»

{76}
Más adelante, "De la muerte libre", puede verse un am­plio desarrollo de esta idea.

{77}
En la cuarta parte, Coloquio con los reyes, los reyes recor­darán a Zaratustra estas palabras.

{78}
En el mismo capítulo citado en la nota anterior, los reyes di­cen a Zaratustra. «Nadie ha dicho hasta ahora palabras tan belico­sas como: “¿Qué es bueno? Ser valiente es bueno”. La buena guerra es la que santifica toda causa. Oh, Zaratustra, la sangre de nuestros padres se agitaba en nuestro cuerpo al oír tales palabras.»

{79}
El propio Zaratustra cita más adelante esta enseñanza suya; véase, en la tercera parte, De las tablas viejas y nuevas, 21.

{80}
80 La contraposición entre «tú debes» y «yo quiero» ha sido desarro­llada antes en esta misma parte, De las tres transformaciones, Zaratustra volverá a mencionarla en la parte tercera, De tablas viejas y nuevas, 9.

{81}
Sobre la caracterización del Estado como monstruo puede verse también, más adelante, la conversación de Zaratustra con el «pe­rro de fuego»: segunda parte, De grandes acontecimientos.

{82}
«Esta señal os doy» es frase bíblica que aparece en Isaías, 7, 14: «Pues bien, el Señor mismo os dará una señal: He aquí que la vir­gen concebirá y parirá un hijo.» También los Evangelios utilizan repetidas veces la expresión «dar una señal».

{83}
Cita del Evangelio de Mateo, 4,9: «Todo esto te daré si, postrándo­te ante mí, me adoras» (palabras del Tentador a Jesús).

{84}
Sobre la caracterización del «periódico» véase también, en la ter­cera parte, Del pasar de largo.

{85}
Sobre la «pequeña pobreza» puede verse, en la cuarta parte, La Cena, donde el adivino «cita» esta frase de Zaratustra y le da una explicación irónica.

{86}
Sobre la sangre como argumento de la verdad puede verse, en la se­gunda parte, De los sacerdotes; Nietzsche desarrolla esta idea también en el 53 de El Anticristo.

{87}
Véase Más allá del bien y del mal: «En el elogio hay más entrometimiento que en la censura».

{88}
Alusión al Evangelio de Mateo, 9,28-32: «Llegó él a la orilla de en­frente, a la región de los gadarenos. Desde el cementerio salieron a su encuentro dos endemoniados; eran tan peligrosos que nadie se atrevía a transitar por aquel camino. De pronto empezaron a gritar: “¿Quién te mete a ti en esto, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí a atormentarnos antes de tiempo?” Una gran piara de cerdos estaba hozando a distancia. Los demonios le dijeron: “Si nos echas, mándanos a la piara”. Jesús les dijo: “Id”. Salieron y se fue­ron a los cerdos. De pronto la piara se abalanzó al lago, acantilado abajo, y murió ahogada.»

{89}
Paráfrasis de 1 Corintios, 7, 1-2: «Bueno es al hombre no tocar mujer: mas, por evitar la fornicación, tenga cada uno su mujer y cada una tenga su marido.»

{90}
Reminiscencia de la frase de Séneca (carta 31): Deus nudus est (Dios está desnudo).

{91}
Véase la nota 31.

{92}
Zaratustra condensa en este párrafo la doctrina griega sobre la amistad expuesta por Platón en La república (576 a) y por Aristó­teles en la Etica a Nicómaco (1161 a 30, b 10).

{93}
Suele traducirse este título por: «De las mil y una metas.» Como se verá por el desarrollo de todo el capítulo y sobre todo por los pá­rrafos finales, Nietzsche no se ha querido dejar llevar por la expre­sión popular en todos los idiomas: «las mil y una», sino que, como él mismo dice: «Mil metas ha habido hasta ahora, pues mil pueblos ha habido. Sólo falta la cadena de las mil cervices, falta la única meta.» La versión aquí dada, «De las mil metas y de la úni­ca meta», se apoya en el hecho de haber escrito Nietzsche: Von tausend und Einem Ziele, en lugar de: Von tausend und einem Zie­le, como habría escrito si hubiera querido decir: «De las mil y una metas.»

{94}
Primera aparición de la expresión «voluntad de poder»; a este concepto se le dedicará sobre todo, en la segunda parte, el capítu­lo titulado De la superación de sí mismo.

{95}
Esta divisa del honor de la sociedad aristocrática griega tiene su expresión clásica en el verso 208 del libro VI de La Ilíada: «Siem­pre ser el mejor y estar por encima de los demás». Idénticas pala­bras se repiten en el verso 784 del libro XI, donde aparecen como consejo del anciano Peleo a su hijo Aquiles.

{96}
El pueblo persa. Véase también Ecce homo: «Decir la verdad y disparar bien con flechas, ésa es la virtud persa».

{97}
El pueblo judío. Véase Éxodo, 20,12: «Honra a tu padre y a tu ma­dre, para que vivas largos años en la tierra que Yahvé, tu Dios, va a darte».

{98}
El pueblo alemán.

{99}
Nietzsche basa esta afirmación suya en su creencia de que la pala­bra alemana Mensch (hombre) viene del latín mensuratio (medi­da). Esta misma opinión la aduce también en La genealogía de la moral.

{100}
Nächste, Fernste. La circunstancia de que derNächste (el prójimo) sea en alemán un superlativo (nahe, cerca: Nachbar, vecino; Nächste, prójimo, o, si se quiere, el «más próximo de todos») permite a Nietzsche ampliar verbalmente la distancia entre los dos ex­tremos y decir: der Fernste (el más lejano de todos), en lugar de der Ferne (el lejano), que sería, en castellano, lo contrario del prójimo (próximo). El «amor al prójimo» es un precepto bíblico: Levítico, 19, 18; Evangelio de Mateo, 22, 39; Evangelio de Marcos, 12, 31: «Ama a tu prójimo como a ti mismo.»

{101}
Véase la nota anterior.

{102}
Véase Amós, 5, 21: «Yo, odio y aborrezco vuestras fiestas» (pala­bras de Yahvé a los hebreos).

{103}
Véase antes De las tres transformaciones, la descripción del niño: «Inocencia es el niño, y olvido, un nuevo comienzo, un jue­go, una rueda que se mueve por sí misma, un primer movimien­to, un santo decir sí».

{104}
Un desarrollo de esta idea puede verse en La genealogía de la mo­ral, apartado tercero, «¿Qué significan los ideales ascéticos?». También aquí se alude más adelan­te a esto mismo: véase, en la cuarta parte, La sombra.

{105}
Véase, en la segunda parte, De los doctos.

{106}
"Oh sancta simplicitas" es frase que se dice pronunciada por Juan Hus (1369-1415) cuando, encontrándose sobre la hoguera a que se le había condenado por hereje, vio cómo una viejecilla, movida por su celo religioso, arrojaba más leña a las llamas en que aquél ardía.

{107}
Una paráfrasis y ampliación de las ideas sobre la mujer expuestas aquí por Zaratustra pueden verse en Ecce homo.

{108}
Paráfrasis irónica del Evangelio de Lucas, 1, 37: «Para Dios nada es imposible». Son palabras del ángel Gabriel a María al anunciarle que su pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez.

{109}
En la tercera parte, La otra canción del baile, Zaratustra usará este látigo para hacer que la vida,«una mujer», baile.

{110}
Posible reminiscencia de Hamlet, I, 5. La Sombra (el alma del pa­dre de Hamlet) le cuenta a éste: «Ha corrido la voz de que, estan­do yo dormido en mi jardín, me picó una serpiente...»

{111}
Véase la nota 28.

{112}
Antítesis de lo que dice el Evangelio de Mateo, 5, 44: «Bendecid a quienes os maldicen.»

{113}
Véase antes, Del pálido delincuente.

{114}
Véase la nota 54.

{115}
En la tercera parte, De tablas viejas y nuevas, 24, repetirá Zaratustra este consejo con las mismas palabras.

{116}
Zaratustra aplica ahora al matrimonio el mismo estribillo «po­breza, suciedad y un lamentable bienestar» que antes había aplica­do al alma, la felicidad, la razón y la virtud. Véase el Prólogo de Za­ratustra, 3.

{117}
Antítesis de lo que dice el Evangelio de Mateo, 19, 6: «... lo que Dios ha unido». El «dios cojo» es una alusión al dios griego Hefesto, que, como se dice en el párrafo anterior, «traba en una red celestial» a su esposa Afrodita y a Ares, al sorprenderlos en adulterio.

{118}
Cita irónica de una conocida frase de Goethe al final de Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister. «Saúl, hijo de Quis, salió a buscar las pollinas de su padre y encontró un reino». La frase de Goethe es una síntesis de lo narrado en la Biblia, capítulos 9 y 10 de 1 Samuel.

{119}
Algunos comentaristas han querido ver en estas cuatro sarcásticas viñetas otras tantas alusiones a cuatro matrimonios amigos de Nietzsche. La identificación es peligrosa e insegura. Es posible que las «vivencias» de Nietzsche al contemplar ciertos matrimo­nios se expresasen en esos mismos enunciados. Mas, como ocurre en toda esta obra, Nietzsche transpone sus vivencias a un plano general.

{120}
«Beber el cáliz» es expresión bíblica. Véase el Evangelio de Mateo, 26,27-29.

{121}
«El aguijón de la muerte» es expresión bíblica. Véase 1 Corintios, 15, 55: «Muerte, ¿dónde está tu aguijón?» Por contraposición a él, Zaratustra hablará en la tercera parte del «aguijón de la libertad»; véase De tablas viejas, y nuevas.

{122}
Véase la nota 11.

{123}
La alusión a «el hebreo Jesús» como un personaje ya fallecido y, por lo tanto, anterior a Zaratustra, es un anacronismo voluntario. No es el único en esta obra.

{124}
Alusión a lo que se dice en el Evangelio de Lucas, 6, 25: «¡Ay de los que ahora reís, porque vais a lamentaron y llorar». En la cuarta parte, Del hombre superior, 16, vuelve Zaratustra a tratar este tema.

{125}
La «pelota de oro» es aquí símbolo de la doctrina de Zaratustra. Zaratustra la lanza a sus discípulos para que éstos la recojan y continúen.

{126}
Nietzsche presenta aquí a Zaratustra seguido por sus discípulos en una situación parecida a la que los Evangelios narran de Jesús. Véase, por ejemplo, el Evangelio de Lucas, 8, 1: «Jesús iba recorriendo una tras otra las ciudades y aldeas, predicando y anunciando la buena nueva del reino de Dios; y con él iban los Doce y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malos y enfermedades».

{127}
Este bastón, con su simbolismo de la serpiente, alude al cetro de Esculapio, dios de la medicina en la Antigüedad griega. Zaratus tra es el médico de las enfermedades de este mundo. Todo este, 1 es un comentario del símbolo del bastón, como puede verse en el párrafo final: «Poder es esa nueva virtud; un pensamiento domi nante es, y, en torno a él, un alma inteligente: un sol de oro y, en torno a él, la serpiente del conocimiento». La «serpiente del cono cimiento» es concepto que deriva de la Biblia. Véase Génesis, 3, 5.

{128}
En la tercera parte, De los tres males, 2 se alude directamente a esta enseñanza.

{129}
La palabra alemana Notwendigkeit (necesidad) está compuesta de Not (necesidad, en el sentido de menesterosidad, «necesidades») y Wende (viraje). Nietzsche separa estos dos componentes y realiza un juego de palabras muy difícil de verter al castellano. Se trata, sin embargo, de un concepto central de Nietzsche. El texto alemán dice así: Wenn Ihr Eines Willens Wollende seid, und diese Wende aller Not euch Notwendigkeit heisst. Como acaba de decirse, la palabra Not significa: necesidad, menesterosidad; y Wende, viraje, en el sentido de dar la vuelta, volver una cosa hacia atrás, rechazarla y apartarla haciéndola girar. De aquí que a aquello que (ab)wendet (aparta) una Not (necesidad) se lo empezase a llamar en alemán, en el siglo XVI, notwendig (necesario). Se da, pues, la paradoja de que se llama necesario (notwendig) a lo que aleja de nosotros (wenden) la necesidad (Not). Seguramente ahora podrá comprenderse mejor la frase de Nietzsche. Zaratustra dice: vuestra «necesidad» (Notwendigkeit) debe consistir en que vuestra voluntad (Wille), siendo una sola voluntad, constituya el viraje (Wende) de la necesidad, de la menesterosidad (Not). Lo que el hombre necesita es rechazar la necesidad, lo cual se realiza teniendo una sola voluntad. Lutero no conoce aún la palabra Notwendigkeit, cuya historia en el idioma alemán es bastante complicada.

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