Read Taller de escritura creativa para niños y adolescentes Online
Authors: Esmeralda Berbel
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Cosas que ocurren
Ãste es un ejercicio que siempre nos deja a todos boquiabiertos. En un taller, una adolescente escribió una carta a su abuelo, al que nunca llegó a conocer, le dijo todo lo que sentÃa por él y cuántas cosas le hubiera gustado compartir. El compañero que respondió a su misiva le escribió con un espÃritu de abuelo, tierno y sabio, dándole unos consejos y explicaciones que nos dejaron a todos perplejos y muy emocionados. Y suele ocurrir que las cartas que plantean preguntas o dicen cosas «delicadas» son respondidas con una empatÃa muy sorprendente. ¡Comprobadlo!
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Escribir
Los alumnos escriben su carta en el folio que les entrega el profesor, la ponen en el sobre, lo cierran. Anotan en él el nombre del destinatario y lo entregan a un compañero sin decir nada.
A continuación leen las misivas y pasan a responder.
Compartimos las lecturas en clase.
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Texto original
Si los alumnos son mayores de quince años, el profesor puede aprovechar esta clase para proponer la lectura del libro
El gran
Gatsby
, de F. Scott Fitzgerald o su cuento «El joven rico», incluido en el libro
El curioso caso de Benjamin Button y otros cuentos.
En ambas narraciones el punto de vista es el de un personaje que participa en la historia sin ser el protagonista.
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Propuesta
El profesor les recuerda a los alumnos este punto de vista. Se trata de un narrador en primera persona que cuenta aquello que ve o aquello que oye sin llegar a convertirse nunca en el protagonista de la historia. Es un personaje secundario, lo importante no es lo que le ocurre a él, sino lo que cuenta de los otros.
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Escribir
Los jóvenes escriben un cuento en primera persona acerca de lo que el personaje ve, oye o le cuentan. El profesor les recuerda que el testigo tiene que justificar lo que narra, ya sea encontrando notas, cartas, diarios; estando presente, mirando por la cerradura, escuchando una conversación, etÂcétera.
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Texto original
El cuento «El rÃo», de Julio Cortázar, incluido en el libro
Final de juego
o el relato «Casa tomada», del mismo autor, incluido en el libro
Bestiario
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Propuesta
Para la lectura de estos cuentos sugiero que el maestro haya hecho fotocopias para cada alumno o cada dos.
Primero lo leen atentamente y en silencio. Subrayan las palabras o algún aspecto del cuento que no comprendan. El maestro pregunta si es necesaria otra lectura o pueden pasar a comentar el cuento. Debaten entre todos cuál es el punto de vista, qué creen que ha ocurrido, qué nos cuenta el autor y si hay algo que no les queda claro... Yo suelo dar por válidos todos los comentarios, y si alguno se equivoca, dejo que entre ellos se den cuenta. Cuando todos han hablado, les planteo algunas reflexiones: ¿de qué forma el narrador de «El rÃo» pasa de la habitación al Sena? Y en «Casa tomada» les comento los espacios que el autor deja para que el lector imagine.
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Escribir
El profesor les pide que narren en primera persona protagonista al personaje que no habla en el cuento. Si es «El rÃo», dan voz a la mujer partiendo de la misma escena o de otra. El educador les explica que no hay que repetir el cuento, que son libres de imaginar lo que ella piensa y donde ella esté y lo que la mujer diga. Y que pueden cambiar el principio y el final. Esta misma propuesta sirve para el relato «Casa tomada».
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Es un ejercicio interesante para mostrar otro punto de vista de una misma situación, en este caso el de la mujer.
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Variante
El profesor puede escoger otros cuentos en los que se pueda trabajar el punto de vista del hombre. Y otra variante es que escriban un cuento libre en primera persona, sin estar sujetos a ningún texto original.
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Texto original
Para este punto de vista sugiero varias posibilidades: o bien el profesor inventa algunos ejemplos o bien lee textos, relatos o poemas escritos en segunda persona. Es un punto de vista poco habitual en la literatura. Yo suelo leerles algunos párrafos que me gustan mucho de la novela
La modificación
, de Michel Butor, escrita en segunda persona, también algunos fragmentos de
El mal de la muerte
, de Marguerite Duras o el inicio del cuento largo o novela corta
Aura
, de Carlos Fuentes.
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Propuesta
El profesor lee a los alumnos textos o ejemplos escritos en segunda persona y propone que digan, en voz alta, un párrafo inventado para comprobar que han entendido bien este punto de vista. Les explica que el tú también puede estar dirigido a la propia conciencia, que puede ser uno mismo hablándose a uno mismo.
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Escribir
El alumno narra una historia contada en segunda persona con el pronombre tú o usted. El tema es libre.
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Variante
El profesor lee el inicio de la novela
La modificación
o algún diálogo de
El mal de la muerte
o alguna frase que considere sugerente del relato
Aura
y les propone que continúen la historia.
Otra variante es que escriban un texto en el que se hablen a sà mismos, ¡que experimenten!
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La tercera persona
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Texto original
Ejercicios de estilo
, de Raymond Queneau.
El profesor selecciona textos del libro de Queneau en tercera persona. También puede buscar cualquier microrrelato o texto en primera persona que considere adecuado para realizar esta consigna.
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Propuesta
El educador proporciona a los alumnos fotocopias del texto elegido. Les propone que lo lean con atención. Comentan el punto de vista, el estilo, qué cuenta la historia y qué les ha parecido el texto. El maestro les pide que piensen en qué estilo lo quieren escribir: en caligrama, dedicatoria, carta, juego de la oca, enigma, collage, etcétera, partiendo del texto original como guÃa.
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Escribir
Los jóvenes escriben, a partir del texto elegido, otro texto cambiando el punto de vista a tercera persona y en otro estilo.
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Variante
La misma consigna pero cambiando cuanto quieran del texto, haciéndolo propio, variando la historia, el lugar donde ocurre siempre y cuando respeten el punto de vista en tercera persona.
Seguir jugando con los ejercicios de estilo sin preocuparse ya del punto de vista y pensando solo en experimentar en este juego literario.
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Texto original
Las lÃneas de la mano
, de Julio Cortázar.
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Propuesta
El profesor les explica brevemente que el narrador cámara solo escribe lo que ve, lo que su ojo cinematográfico capta. No opina, no emite juicios, no sabe nada de los personajes. Es una cámara que se instala y describe lo que hay.
El maestro pasa a leerles el relato diciéndoles que pongan especial atención en la descripción y entre todos comentan si en algún momento del relato el narrador emite juicios o si es un narrador cámara puro.
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Opciones
Para ilustrar mejor esta consigna pueden leerse otros textos donde la narración se haga desde este punto de vista. Hay capÃtulos en la novela
La voluntad
, de AzorÃn, que son puramente descriptivos. También en algunos libros de MarÂguerite Duras suelen haber fragmentos escritos desde esta perspectiva narrativa.
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Escribir
El profesor les propone que escriban acerca de una lÃnea desde el punto de vista de un narrador cámara. Ãse es el único aspecto al que tienen que ceñirse, lo demás âqué lÃnea, dónde va y qué le pasaâ es libre.
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Cosas que ocurren
Algunos jóvenes hacen el ejercicio de narrador cámara a la primera, pero no es lo más habitual. Es importante que los alumnos repitan la consigna hasta que su texto sea lo más narrador cámara posible. De esta manera ya no se les olvida y es un ejercicio muy bueno para que tengan registros diferentes a la hora de escribir.
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Variante
Que escriban una situación, una escena o un microrrelato desde este punÂto de vista.
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Texto original
Como guÃa suelo leer algún fragmento del «Monólogo de Molly Bloom», del libro
Ulises,
de James Joyce, y también alguno del libro
Cinco horas con Mario
, de Miguel Delibes.
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Propuesta
El maestro anuncia que va a leer dos fragmentos de monólogos, el de Molly Bloom, sin signos de puntuación, y después el de
Cinco horas con Mario.
Para estas lecturas pido a los alumnos que levanten la mano cuando se cansen de escuchar, pues esta vez serán ellos los que decidan el tiempo de lectura. Entre todos comentamos los textos, cuáles son las diferencias entre uno y otro, qué les han parecido, etcétera.
El profesor les comenta algunas pautas del monólogo interior, explica qué es una transcripción del pensamiento, que no hay que pensar en el lector, ni acabar las frases ni dar explicaciones, que están permitidos los tacos, los giros y la fragmentación del pensamiento. El monólogo es un discurso sin auditorio. Que estén atentos a cómo es su propio pensamiento.
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Escribir
El profesor pide a los alumnos que escriban su monólogo interior, que lo hagan desde que se levantan hasta un momento determinado.
Es probable que los alumnos tengan que repetir el ejercicio y es importante que lo hagan hasta que logren un texto lo más cercano al monólogo interior.
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Variante
El alumno escribe el monólogo interior de un personaje de ficción: jardinero, camarero, inmigrante, jubilado, etcétera.
El maestro puede experimentar esta consigna proyectando una imagen de alguna pelÃcula en la que un personaje se queda largo rato en silencio. Detiene la imagen para que los alumnos escriban su monólogo interior. A mà me encanta experimentar con escenas de las pelÃculas
El gatopardo
, de Luchino Visconti,
India Song
, de Marguerite Duras,
Una historia verdadera,
de David Lynch,
Deseando amar
, de Wong Kar-Wai. Todas ellas se prestan muy bien a realizar este ejercicio, ya que hay largas escenas en las que los personajes no hablan pero es evidente su monólogo interior y da mucho juego imaginativo.
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Texto original
Esta noticia periodÃstica es una consigna que propuso el escritor José MarÃa Merino en un taller de cuento al que asistà hace años. Con su permiso la propongo en mis clases, con alguna variante, por las posibilidades que el texto ofrece al alumno a imaginar qué ocurrió y por qué.
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A la altura del kilómetro X de la carretera comarcal X, a unos quince metros fuera del arcén y en una barranca de unos cinco metros de profundidad, se encuentra volcado un turismo marca X matrÃcula X. Las huellas de los neumáticos sobre el firme de la calzada indican que desvió su trayectoria, como consecuencia de un patinazo en el hielo, cruzando la vÃa de la dirección contraria antes de salirse de la carretera y romper el quitamiedos en aquel punto. La carrocerÃa está muy aplastada y el parabrisas roto. Dentro del automóvil, al lado del conductor, puede apreciarse el cuerpo de una persona. La portezuela de la pared del conductor está abierta. El accidente fue localizado, por los guardias firmantes, a las dos de la madrugada aproximadamente.