Read Taller de escritura creativa para niños y adolescentes Online
Authors: Esmeralda Berbel
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1. Â Nuestro primer dÃa de clase
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Presentación
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Objetivos
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La creatividad
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La escucha
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La empatÃa
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¿Qué es una consigna?
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Lo que escribo no es lo que me pasa
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El aula
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¿Qué necesitamos?
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Acerca de la lectura
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4.  Consignas para los más pequeños
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La lÃnea imaginaria
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Inventar una palabra
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El dÃa de hoy
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Como algo y me transformo
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La carta
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La escritura automática
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¿Quién soy?
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Flor inventada
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Cajitas de palabras
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El juego del diccionario
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El abecedario poético
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Zoom
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Me lo decÃa mi abuelito, me lo decÃa mi papá...
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Mi primer recuerdo
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Inventar una profesión
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Escribir un cuento
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Elegir un poema
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Haikus
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Ruleta de palabras
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Escribir en grupo
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El cadáver exquisito
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El juego de las instrucciones
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Los porqués
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Inventar una pócima mágica
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Las palabras recortadas
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Qué te llevarÃas a una isla desierta
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La lectura en grupo
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La experiencia sensoperceptiva
5. Consignas para los jóvenes
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Yo, tú, él, nosotros...
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El diario
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Yo soy I
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Yo soy II
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BiografÃas
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La entrevista inventada
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La carta
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El narrador testigo
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El narrador protagonista
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El tú o el usted
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Jugar a cambiar el punto de vista
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El narrador cámara
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Mi monólogo interior
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La noticia
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Lluvia poética I
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Lluvia poética II
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Mi cuento preferido
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Juego de palabras I
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Juego de palabras II
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Sacar a un personaje de un libro
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SMS
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La imagen y la repetición
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La acción en el relato
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Continuar una historia
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Mi barrio
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Lluvia musical
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Me inspiro en los maestros
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La sinestesia
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¿Qué palabra soy?
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Figuras retóricas
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Yo en el espejo
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Recetas literarias
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El primer cuento que me contaron
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Historias para no dormir
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Me invento la historia de los signos
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Escribir un cuento
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Esmeralda Berbel
(1961) estudió filologÃa hispánica en la Universidad de Barcelona. Es autora de
El hombre que pagaba noches enteras
(2000),
Trátame bien
(2004),
Alismas
(2006),
De qué hablamos las mujeres cuando hablamos de lo que nos importa
(2008),
27 de septiembre. Un dÃa en la vida de las mujeres
(2008) y
Lo que piensan las adolescentes
(2010).
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Ha sido merecedora del premio de la Asociación de Mujeres ProÂgreÂsistas de Montserrat Roig por el cuento «Albahaca» en 2000 y «AmaÂpolar» en 2002. En 2006 «Arborecer», otro de sus relatos, recibió el premio de narrativa de mujeres de Terrassa.
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En la actualidad, imparte talleres de creación literaria para adultos y niños en la Escuela de Escritura del Ateneo Barcelonés y en otros centros públicos y privados.
Escribir con niños, con jóvenes, con adolescentes, es uno de los grandes regalos de mi profesión. Hace un tiempo una mamá me propuso iniciar un grupo de escritura creativa con niños de seis y siete años. Era un deÂsafÃo porque algunos hacÃa poco que habÃan empezado a escribir, aunque para mi sorpresa ya eran lectores, leÃan con avidez y empeño sus primeros cuentos. Dije que sà a lo que iba a ser, sin duda, una experiencia, un reto. Y no solo para mÃ: también para ellos era su primer taller de escritura creaÂtiva. Empecé con las consignas más sencillas como es escribir una carta, inventar palabras o narrar el dÃa de hoy y enseguida me di cuenta de que podÃa adaptar cualquier propuesta adulta a su generosa imaginación. No hubo consigna que se les resistiera; ellos, a su manera, se expresaban con las metáforas más sorprendentes y jugaban con la sinestesia y los puntos de vista como si fuera lo más natural del mundo.
Hubo una niña que se apuntó sin saber apenas escribir, me dijo que ella podÃa dibujar lo que yo dijera. Acepté. En la propuesta epistolar me pidió que le enseñara a escribir lo que ella querÃa decir y ésta fue su carta:
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Querida mamá, te amo.
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Ese año también di un taller intensivo en una escuela de primaria a niños con edades comprendidas entre los siete y los doce años. Lo único distinto en mi propuesta de iniciarles en la lectura y escritura de prosa y poesÃa fue que modifiqué algunos aspectos a la hora de enseñar: nada de técnica, nada de teorÃa. Que el poema o la prosa les llegara por otros sentidos y sobre todo que no solo fueran «poemas para niños», «lecturas para niños»; es evidente que por edad y falta de experiencias no pueden acceder a algunos textos, pero sà son capaces de percibir, sentir y jugar con prosas arriesgadas y poemas sencillos y profundos como los haikus. La experiencia en la escuela fue, desde mi punto de vista, conmovedora. Los niños que se negaban a escribir empezaron a hacerlo y a levantar la mano para leer lo que habÃan escrito. Y me di cuenta de que es desde ahÃ, desde la experiencia vital de la palabra y el juego, que pueden comprender la diversidad de posibilidades que les ofrece la escritura y la importancia de expresarse a través de la palabra.
Los jóvenes, los adolescentes, para quien también va dirigido este libro, gozan de una frescura a la hora de plasmar su mundo que siempre me desconcierta. Son atrevidos y no se censuran si una mano guÃa les ayuda a contar todo cuanto quieren decir. Como todo escritor joven o no tan joven, necesitan, a la hora de escribir, una mirada comprensiva que les deje cambiar la consigna, romper el lenguaje y la sintaxis y sentirse estimulados en su mundo creativo.
El taller de escritura creativa es un lugar básicamente lúdico en el que el profesor acompaña al alumno a descubrir su propio universo, el cual es siempre individual, rico y cambiante.
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SMERALDA
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En los talleres de escritura el primer dÃa de clase es tan importante como cada uno de los dÃas que vendrán después; sin embargo, posee una cualidad única: la de ser el primero. Y la forma en que el educador presente este primer dÃa marca una impronta a veces definitiva en el niño y en el joven. Para mà la calidad del encuentro tiene que ver, principalmente, con el deseo: tener ganas. Ellos y nosotros. Debemos tener ganas de aprender con ellos, de enseñarles, de abrir las infinitas posibilidades que tiene el juego, el lenguaje, la expresión. Y, sobre todo, no olvidar que el aprendizaje es mutuo.
No sabemos con qué expectativas llegan los alumnos a su primer dÃa de clase, cuáles son sus deseos, qué les gusta leer, qué escriben, si se han apuntado al taller libremente o es más una decisión de los padres... Todas estas cuestiones están en la mochila y algunos al principio ni se atreven a hablar. Ãstas son las preguntas que me hago y que les hago a los alumnos en nuestro primer encuentro y son las que deseo resolver antes de empezar a escribir.
El profesor que va a iniciar un taller de escritura creativa sabe que entra en un terreno privilegiado porque a todos, niños, jóvenes y adultos, nos gusta que nos cuenten historias. Y eso es precisamente el taller de escritura creativa: contar y que nos cuenten historias.
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Me gusta iniciar el taller diciendo a los alumnos que nos vamos a presentar de una forma distinta. Ãstas son las pautas que les sugiero y dejo que añadan alguna de su cosecha. En general suelen añadir cuántos hermanos son, a qué se dedican sus padres, qué quieren ser de mayores, cómo les gusta pasar su tiempo libre...
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Nombre real y nombre con que prefiere que le llamen.
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Edad.
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A qué colegio va y qué aprecia más de su escuela.
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Cuál es su libro preferido y su personaje o personajes preferidos y por qué.
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Qué pelÃcula verÃa una y otra vez.
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Si tuviera que definirse con un color, ¿cuál serÃa?
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Y para finalizar debe pensar en un adjetivo que le represente y decirlo gesticulando.
El profesor también se presenta de este modo.
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El objetivo de un taller de escritura es escribir. El enfoque es lo que varÃa: el dónde, el cómo y el porqué se escribe. No hay que perder de vista estas preguntas para recordarnos que el proceso es lo más importante, de él depende que los niños y los jóvenes aprendan, estén estimulados, deseen escribir, leer y participar creativamente en el taller.
Suelo pasarles una ficha en la que cada alumno escribe sus datos, su relación con la lectura y con la escritura, cuáles son los libros que ha leÃdo y cuáles son sus objetivos en este taller.
Es muy curioso cómo los más pequeños suelen responder que su objetivo es aprender, saber más; los mayores añaden que lo que quieren es pasárselo bien. Creo que en la enseñanza de los niños disfrutar y aprender van de la mano, y los jóvenes me lo recuerdan, por si acaso.
Cuando todos han concluido su ficha, comentamos una última cuestión: qué desean, cuáles son sus objetivos. El profesor también comunica sus deseos, la importancia de pasárselo bien, de escucharse unos a otros y, también, a uno mismo. Y les explica que hay que tener muy presente que todos y cada uno de nosotros somos ya grandes narradores. ¿O no estamos a menudo contando e imaginando historias? Pues ahora vamos a aprender a expresarlas por escrito.
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El deseo de crear es un estado natural en el niño. En mi experiencia como profesora y como madre he podido observar que al niño y al joven les bastan dos palabras para que empiecen a inventarse una historia, un juego o un lenguaje propio. Son creativos por naturaleza y muestran su deseo de investigar y aprender en cualquier acto pequeño y cotidiano. Siempre me admira cómo se entregan a experimentar, a desplegar las posibilidades de una historia real o imaginada, y cómo se esfuerzan âcuando están motivadosâ a transmitirla a partir de la consigna propuesta. Sus ideas y narraciones suelen ser muy originales y, cuando se les permite, demuestran una forma excepcional de comunicarse. Es con esta actitud positiva con la que el educador inicia lo que va a ser un largo encuentro con el alumno y consigo mismo en el arte de escribir.