Authors: Mike Shepherd
—Mi padre era de la Marina —le dijo—. Creo que nunca me perdonó que me quedase en el Ejército. Estas son sus divisas y me gustaría que las llevase usted.
Kris parpadeó. No se esperaba aquello en absoluto cuando la llamaron para que fuera allí.
—Sería todo un honor, señor.
El general McMorrison le quitó las antiguas de los hombros y le colocó las nuevas.
—En realidad, estoy devolviéndolas —le dijo mientras le ajustaba las divisas—. Su bisabuela Rita Nuu Longknife se las dio a mi padre. Se enteró de su ascenso cuando su bisabuelo Ray y ella iban en el Oasis hacia su encuentro con el presidente Urm.
A Kris le dio un escalofrío. La abuela Rita había muerto en la guerra iteeche. No todos los Longknife habían podido vivir para escuchar las mentiras de los medios de comunicación. Toda orgullosa, Kris esperó a que el general McMorrison terminase de ajustarle las divisas. Los galones no eran lo que las hacía pesadas.
—Procuraré llevarlos con el mismo honor que su padre y mi bisabuela —dijo Kris.
—Estoy seguro de ello —respondió él para dar por concluida la reunión.
Ella se despidió con el saludo militar y él se lo devolvió. Salió lentamente del despacho y Jack apareció a su lado en cuanto puso un pie fuera. Cuando llegó a aquel lugar, esperaba salir como civil; sin embargo, había recibido un ascenso. ¡Un ascenso! Por primera vez en su vida, sabía lo que quería. Había querido algo y no se había rendido. Lo había logrado. Su sonrisa saludó a la luz del día tan maravilloso que se presentaba ante ella. No había ningún arcoíris en ese cielo azul, pero ahora Kris sabía lo que podría encontrar si cruzaba uno.
—Por lo que veo, no la han colgado —dijo Jack.
Kris dio un pequeño salto, miró a los edificios de la Marina, del Ejército y del Gobierno, y sonrió.
—No, han perdido su oportunidad. La Marina todavía cuenta con una Longknife.
—No sé por qué, pero me dan ganas de decir: «Que Dios nos asista» —dijo Jack.
—Porque quizás lo necesitemos —dijo Kris mientras saludaba a Harvey.
MIKE SHEPHERD es el seudónimo de
Mike Moscoe,
un escritor norteamericano de ciencia ficción que actualmente reside en Vancouver (Canadá).
Nació en 1947 en Filadelfia, en el seno de una familia de marines, por lo que desde niño viajó mucho. No fue hasta el instituto cuando pudo terminar un curso en el mismo centro en el que lo comenzó. Ese tipo de vida le enseñó desde una edad muy temprana a aclimatarse a los cambios y a respetar la cadena de mando.
Realizó todo tipo de trabajos, desde camarero a taxista, pasando por asesor personal y laboral. Su último empleo no relacionado con la escritura consistió en la creación de una base de datos sobre los animales en vías de extinción en el noroeste de Estados Unidos.
Fue un curso de escritura al que asistió lo que lo decidió a dedicarse a la ciencia ficción.
Vendió su primera obra a la revista
Analog.
Se trataba de una historia corta titulada
Summer Hopes, Winter Dreams
, que vio la luz en 1991. Empezó a escribir en torno a un libro por año. De sus primeras tres obras se vendieron tan solo unos 20.000 ejemplares, así que su editor le sugirió que se centrase en la variante más militar de la ciencia ficción, y que para aportar frescura a su siguiente serie recurriese a un seudónimo, por lo que eligió el de Mike Shepherd (el apellido de soltera de su madre).
La justa recompensa a su esfuerzo y su talento le ha llegado con la serie 'Kris Longknife', cuya protagonista es una oficial que lucha por estar a la altura de una familia que le exige que mantenga su buen nombre. Sus aventuras están llenas de acción, así como de carismáticos líderes militares, políticos y millonarios. El primer libro de la serie es
Rebelde.
[1]
N. del T.:
Mad minute.
Práctica de los campos de entrenamiento británicos, anterior a la primera guerra mundial, en la que el candidato había de disparar quince veces a un blanco situado a casi 300 m en un minuto.
<<