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Authors: Larson Erik

Tags: #Intriga, #Bélico, #Biografía

En el jardín de las bestias (61 page)

BOOK: En el jardín de las bestias
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[454]

Tobias, 226.  
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[455]

Dodd,
Through Embassy Eyes
, 60.  
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[456]

Tobias, 228.  
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[457]

Martha Dodd, «Bright Journey into Darkness», caja 14, Documentos de Martha Dodd. Martha cuenta la historia de Boris y el santuario junto a la carretera en las páginas 15-16.  
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[458]

Shirer,
Rise
, 211.  
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[459]

Ibíd., 211-12.  
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[460]

Messersmith a Hull, «Some Observations on the election of Nov. 12, 1933», p. 3, incluida en Messersmith a Dodd, 18 de noviembre, caja 42, Documentos de W. E. Dodd.  

Ian Kershaw, en
Hubris
, cita una parte de la papeleta: «Tú, hombre alemán, y tú, mujer alemana, ¿aprobáis esta política de vuestro gobierno del Reich, y estáis dispuestos a declarar que es la expresión de vuestra propia opinión y vuestra propia voluntad, y le juráis solemnemente vuestra fidelidad?». Kershaw,
Hubris
, 495.  
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[461]

Messersmith a Hull, «Some Obvservations on the election of Nov. 12, 1933», p. 5, incluida en Messersmith a Dodd, 18 de noviembre de 1933, caja 42, Documentos de W. E. Dodd.  
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[462]

Klemperer,
Witness
, 41.  
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[463]

Messersmith a Hull, «Some Observations on the election of Nov. 12, 1933», p. 7, incluida en Messersmith a Dodd, 18 de noviembre de 1933, caja 42, Documentos de W. E. Dodd.  
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[464]

Messersmith a Hull, «Some Observations on the election of Nov. 12, 1933», p. 2, incluida en Messersmith a Dodd, 18 de noviembre de 1933, caja 42, Documentos de W. E. Dodd.  
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[465]

Ibíd., 2.  
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[466]

Dodd a Roosevelt, 28 de octubre de 1933, caja 42, Documentos de W. E. Dodd.  
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[467]

Shirer,
Rise
, 212.  
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[468]

Roosevelt a Dodd, 13 de noviembre de 1933, caja 42, Documentos de W. E. Dodd.  
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[469]

Dodd,
Diary
, 58.  
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[470]

Martha Dodd, «Britht Journey into Darkness», 23, caja 14, Documentos de Martha Dodd.  
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[471]

Ibíd., 29.  
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[472]

Ibíd., 29.  
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[473]

Ibíd., 21.  
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[474]

Boris a Martha, primavera de 1934, caja 10, Documentos de Martha Dodd.  
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[475]

Los detalles de este encuentro entre Martha y Boris vienen de las memorias de ella, sin publicar, «Bright Journey into Darkness», 21-26, caja 14, Documentos de Martha Dodd.  
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[476]

Schultz, «Winter of 1933-1934», 4, Escritos Personales, caja 29, Documentos de Schultz.  
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[477]

Schultz, «1934», 2, Escritos Personales, caja 34, Documentos de Schultz.  
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[478]

Fromm, 137.  
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[479]

Ibíd., 321.  
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[480]

Gellately,
Gestapo
, 1.  
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[481]

Wheeler-Bennett,
Nemesis
, 293.  
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[482]

Schultz, «1934», 3, Escritos Personales, caja 34, Documentos de Schultz.  

En las funciones diplomáticas, Papen solía acercarse sigilosamente a la mujer de George Messersmith e intentar sonsacarle comentarios sobre temas políticos, como la actitud norteamericana hacia Alemania. Ella aprendió a esquivar las preguntas hablando del tiempo que pasaba coleccionando porcelana. Papen «nunca hizo progreso alguno», escribía Messersmith, «porque ella siempre volvía a la porcelana». Messersmith, «Conversations with Von Papen in Vienna», memorias sin publicar, 7, Documentos de Messersmith.  
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[483]

Fromm, 136.  
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[484]

Ibíd., 136-37.  
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[485]

Messersmith, «When I arrived in Berlin…», memorias sin publicar, 7, Documentos de Messersmith.  
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[486]

Messersmith a William Phillips, 29 de septiembre de 1933 (p. 6; véase también pp. 4-5), Documentos de Messersmith.  
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[487]

Schultz, «Winter of 1933-1934», 7, Escritos personales, caja 29, Documentos de Schultz; Schultz, «1934», 4, Escritos personales, caja 34, Documentos de Schultz.  
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[488]

Fromm, 137, 304.  
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[489]

Goeschel, 100.  
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[490]

Fromm, 138.  
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[491]

Louis Lochner a Betty Lochner, 26 de diciembre de 1933, Round Robin Letters, caja 6, Documentos de Lochner.  
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[492]

Dodd,
Diary
, 59.  
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[493]

Schultz, «Winter of 1933-1934», 7, Escritos personales, caja 29, Documentos de Schultz.  
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[494]

Fromm, 138-39.  
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[495]

Isherwood,
Berlin Stories
, 186 [Historias de Berlín, 423]

.  
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[496]

Gilbert L. MacMaster a Clarence E. Pickett, 12 de febrero de 1934, vol. 2, p. 49,
Archives of the Holocaust
.  
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[497]

Se pueden encontrar detalles sobre el incidente de Wollstein en Raymond Hanfstaengl. Geist a Hull, 15 de diciembre de 1933, GRC 362.1121 Wollstein, Erwin/1, State/Decimal.  
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[498]

Martha describe este episodio de la ornamentación del árbol en sus memorias sin publicar, «Bright Journey into Darkness», 14-17, caja 14, Documentos de Martha Dodd.  
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[499]

Martha a Thornton Wilder, 14 de diciembre de 1933, Documentos de Wilder.  
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[500]

Wilbur Carr tomó cuidadosas notas en su conversación con Raymond Geist, y les informó en un memorándum «Estrictamente confidencial» fechado el 5 de junio de 1935, caja 12, Documentos de Carr.  
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[501]

John Campbell White a Jay Pierrepont Moffat, 17 de noviembre de 1933, Documentos de White.  
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[502]

Jay Pierrepont Moffat a John Campbell White, 31 de marzo de 1934, Documentos de White.  
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[503]

Dodd a William Phillips, 4 de diciembre de 1933, caja 42, Documentos de W. E. Dodd.  
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[504]

William Phillips a Dodd, 22 de diciembre de 1933, caja 42, Documentos de W. E. Dodd.  
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[505]

Phillips, Diario, 20 de diciembre de 1933.  
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[506]

Moffat, Diario, 14 de diciembre de 1933.  
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[507]

Moffat, Diario, 13 de febrero de 1934.  
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[508]

George Gordon a Dodd, 22 de enero de 1934, caja 44, Documentos de W. E. Dodd.  
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[509]

Los detalles del complot de Lochner para salvar a Dimitrov vienen de Metcalfe, 232-34; Dodd,
Diary
, 65-66; Conradi, 136-38.  
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[510]

Tobias, 268.  
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[511]

Lochner, 26 de diciembre de 1933, Round Robin Letters, caja 6, Documentos de Lochner.  
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[512]

Wheaton, 430.  

Aunque encontraba odiosos los campos, Diels no fue totalmente altruista. Reconocía que una amnistía tendría un gran valor político, puliendo la imagen de Hitler tanto en el exterior como en el interior de Alemania. Pero estaba claro que también sabía que una amnistía podría ser una afrenta para Himmler, cuyas SS gobernaban los campos, y que sólo en ese sentido la idea resultaría atractiva para Göring. Hitler y Göring aprobaron la idea, pero insistieron en que se eximiera a Dachau, y limitaron el número de prisioneros que se pudieron incluir. Le dieron autoridad a Diels para decidir a quién se podía liberar. Göring anunció el decreto, y dijo que se liberarían un total de cinco mil presos. De hecho la amnistía no fue tan amplia como sugería la declaración de Göring. Se eximieron también un cierto número de campos fuera de Prusia, y el número total de prisioneros liberados fue muy inferior al que había prometido Göring. Además existían planes para ampliar la capacidad de los campos de Prusia nada menos que con ocho mil prisioneros adicionales. Crankshaw, 45-47; Wheaton, 429-30.  
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[513]

Dodd,
Diary
, 67.  
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[514]

Ibíd., 66.  
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[515]

Tobias, 284.  
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[516]

Phipps, 40.  
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[517]

Martha a Thornton Wilder, 14 de diciembre de 1933, Documentos de Wilder.  
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[518]

Fritzsche, 57; Miller, 66-67, 136.  
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[519]

Krausnick et al., 419.  

Una señal más de normalidad era la forma que tuvo el gobierno de enfrentarse a un ataque contra Estados Unidos que ocurrió el 15 de enero de 1934. Aquel lunes frío y lluvioso, un ciudadano norteamericano llamado Max Schussler, que trabajaba en Berlín como encargado, acudió al consulado de Bellevuestrasse «sangrando profusamente», según el relato de Raymond Geist, que actuaba como cónsul general en funciones mientras Messersmith estaba en Estados Unidos. Schussler era judío. A la mañana siguiente, después de consultar con Dodd, Geist acudió al cuartel general de la Gestapo y presentó una protesta directamente a Rudolf Diels. Al cabo de cuarenta y ocho horas el atacante fue arrestado, juzgado y sentenciado a siete meses de prisión. Y lo que es más, la noticia del arresto y el castigo recibió amplia difusión en la radio y los periódicos. Geist informó a Washington: «Es muy gratificante ver lo rápidamente que han actuado las autoridades alemanas… creo que ese tipo de ataques cesarán definitivamente». Estaba equivocado, como demostraría el tiempo, pero por el momento al menos parecía que el gobierno se esforzaba por ganarse la buena voluntad norteamericana.  

Hubo un aspecto desagradable en la última conversación de Geist con Diels. El jefe de la Gestapo se quejó de que Schussler y otros americanos atacados «no eran gente deseable del todo», ésa fue la observación de Diels tal y como la recordaba Geist. La insinuación era bastante clara, y Geist saltó. «Le dije», afirmaba, «que nunca consideraría otro hecho que la ciudadanía norteamericana de aquel hombre, y que la cuestión de la raza o el origen estaba fuera de lugar, y que todo ciudadano norteamericano gozaba de la plena protección del gobierno estadounidense». Geist a Hull, 16 de enero de 1934, FP 362.1113 Schussler, Max/1, State/Decimal; Geist a Hull, 18 de enero de 1934, 362.1113 Schussler, Max/8 GC, State/ Decimal.  
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[520]

Gilbert L. MacMaster a Clarence E. Pickett, 12 de febrero de 1934, vol. 2, pp. 58-59,
Archives of the Holocaust
.  

Deschner, en su biografía de Reinhard Heydrich, escribe que en estos primeros tiempos, «los judíos no estaban prisioneros en Dachau por ser judíos, sino por haber sido oponentes políticos activos al nacionalsocialismo, o comunistas, o periodistas hostiles al NS, o “reaccionarios”». Deschner, 79.  
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[521]

Noakes y Pridham, 284-286.  
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[522]

Krausnick et al., 433.  
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[523]

Memorándum, David Schweitzer a Bernhard Kahn, 5 de marzo de 1934, vol. 10, pp. 20-30,
Archives of the Holocaust
.  
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[524]

Dippel, 114; Breitman y Kraut, 25.  
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[525]

Testimonio de Raymond Geist, Conspiración Nazi y Agresión, vol. 4, Documento n.o 1759-PS, Proyecto Avalon, Facultad de Derecho de la Universidad de Princeton.  

La campaña de rearme supuestamente secreta de Alemania contraviniendo el Tratado de Versalles para los berlineses no era secreta en absoluto, como resultaba evidente por un chiste popular. Decía así: un hombre se queja a un amigo de que no tiene el dinero necesario para comprar un cochecito para su bebé. El amigo trabaja en una fábrica de cochecitos y se ofrece a ir sacándole de tapadillo algunas piezas para que el nuevo padre se lo vaya haciendo en casa. Cuando los dos hombres se vuelven a ver, el papá reciente sigue llevando al niño en brazos.  

Su amigo el trabajador de la fábrica se queda perplejo, y le pregunta al padre reciente por qué no usa el cochecito hecho con las piezas que le pasó.  

—Bueno, verás —responde el padre—. Sé que soy un poco lerdo y no entiendo demasiado de mecánica, ¡pero he montado todo el artefacto tres veces y en cada ocasión me sale una metralleta!  

Wheeler-Bennett,
Nemesis
, 336.  
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[526]

John Campbell White a Jay Pierrepont Moffat, 27 de noviembre de 1933, Documentos de Carr.  
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BOOK: En el jardín de las bestias
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