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Authors: Kodo Sawaki

Tags: #Autoayuda, Esoterismo.

El zen es la mayor patraña de todos los tiempos

BOOK: El zen es la mayor patraña de todos los tiempos
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Seguir la vía del Buda significa dejar de imitar a los demás en todo. En la vía del Buda no puedes imitar a nadie, has de andarla tú mismo, de tu propia y genuina manera. Tampoco puedes imitar a nadie con respecto a la paz de espíritu, ¿cómo podrías imitar el satori de otra persona? Se trata de ti mismo, en este lugar, en este instante: ¿de qué te sirve apelar al satori de tu maestro? Es TU vida, ahí nada corre por cuenta de Buda. Practicar la vía del Buda significa crear tu propia vida, significa encontrar tu propio camino para vivir esta vida.

¿Cuál es el objetivo de nuestra práctica? Basándonos en las enseñanzas de budas y patriarcas, redescubrirnos nuevamente cada día, en esta vida en la que cada día es el primero de todos. En esta vida ilimitada se trata de descubrirnos a nosotros mismos, de forma completamente nueva, sin imitar a nadie ni apelar a lo aprendido de memoria. ¡Créate a ti mismo! ¡Redescubre tu propia vida!

Kodo Sawaki

El zen es la mayor patraña de todos los tiempos

ePUB v1.0

Juandi
07.07.12

Título original:
El zen es la mayor patraña de todos los tiempos

Autor: Kodo Sawaki, fecha de publicación del original: 01/01/1966

Traducción: Equipo de traductores de Luz Serena, dirigido por Dokushô Villalba.

Editor original: Juandi (v1.0)

ePub base v2.0 

1 - Encontrarse a sí mismo y crear la propia vida.

Éste es mejor que aquél. ¿Puede en verdad decirse algo así? Cada uno de nosotros se eleva como la pared de un acantilado, lejos, hacia el cielo. Ahí no ha comparación posible: tú eres tú, yo soy yo. ¿Se ríen de ti porque eres un inútil? Todo lo que tienes que hacer es encontrarte a ti mismo. Descubre cuáles son tus fuertes. Erígete sólidamente sobre ti mismo, apóyate firmemente en ti mismo.

Maquillaje. ¿No reniegas de tu propio rostro cuando lo transformas en el de otra persona? De ese modo no pareces más que un espectro. El arte de maquillarse consiste en primer lugar en conocer y aceptar el propio rostro limpio, para luego resaltar sus particularidades por medio del maquillaje. El hombre de ciencia vive como hombre de ciencia, el trabajador manual como trabajador manual. Lo único que importa es hacer con nuestra vida lo mejor posible. No puedes desaprovechar el tiempo.

Si despertamos a nosotros mismos, entonces lograremos al fin hacer lo mejor con nuestra propia vida. Pero en esa tarea no hay descanso. Cada día hemos de empezar de nuevo. Te encuentras en continua evolución, pero en cada instante eres por completo tu auténtico yo. No es como una imagen en el lienzo. Es más bien como la luna en el agua. Se encuentra en constante movimiento, real sólo en este mismo instante. Por eso la pierdes fácilmente de vista. Pero ese instante es único, tan irrepetible como la vida entera. Si lo pierdes de vista, pierdes con él tu vida. ¿Y qué será entonces de lo que Sawaki tiene que decir aquí? Lo echas todo por tierra.

¿Practicas zazen desde hace cinco o diez años? ¡Y qué! Cada día has de buscar de nuevo tu camino. Si haces tuya la vía del Buda, advertirás que cambia día a día. ¿Cómo he de andar el camino eterno en este instante, en este caso? Tenemos que despertar de nuevo en cada instante, practicar de nuevo a cada instante. ¿Quién sabe si mañana seguiremos con vida? ¿Quién se acuerda aún de ayer? Lo verdaderamente importante es lo que hago en este momento. Mis pies tienen que sostenerse tan firmes en el suelo que por medio de ellos todo mi cuerpo se asiente en la tierra.

Seguir la vía del Buda significa dejar de imitar a los demás en todo. En la vía del Buda no puedes imitar a nadie, has de andarla tú mismo, de tu propia y genuina manera. Tampoco puedes imitar a nadie con respecto a la paz de espíritu, ¿cómo podrías imitar el satori de otra persona? Se trata de ti mismo, en este lugar, en este instante: ¿de qué te sirve apelar al satori de tu maestro? Es TU vida, ahí nada corre por cuenta de Buda. Practicar la vía del Buda significa crear tu propia vida, significa encontrar tu propio camino para vivir esta vida.

Lo que hoy en día se llama religión no son más que buenas palabras que no sirven para nada; palabrería hueca, recitada de memoria, sin relación alguna con nuestra vida.

Escuchar las enseñanzas significa echar un poco de agua en una bomba vacía. Una persona corriente es como una bomba vacía: llena de aire no sirve para bombear agua del pozo. Pero si desde arriba se vierte agua en esa bomba, entonces empezará a bombear hacia arriba el agua del fondo. De esta manera, sale de nuevo de la bomba el agua que al comienzo se vertió. Y el agua que luego sale de la bomba no procede del maestro ni del Buda, sino de las profundidades del propio pozo.

Seguir la vía del Buda significa desplegar tu propia y genuina naturaleza.

Sería una necedad que Sawaki se pusiera la máscara del Buda Sakiamuni. Sawaki se hace por completo responsable de sí mismo. No se deja representar ni siquiera por Sakiamuni ni por Maitreya. Pues lo que puede este Sawaki, no lo pueden ni Sakiamuni ni Maitreya en su lugar. Si comprendes que dispones de algo que nadie puede reemplazar, en adelante vivirás tu vida sin ser una carga para nadie. Lo has tenido siempre. Es aquello que es lo más importante de ti mismo.

El valor de una persona no se mide por lo que gana. ¿Cuál es entonces el verdadero valor de una persona? Si lo buscas, primero deberás encontrarte a ti mismo. Si uno se empeña en esta búsqueda, ya ha dado de ese modo con la mayor fortuna que una persona puede tener. Intimar con uno mismo, ¿podría haber algo más grande que esto?

Como discípulos de Bodhidharma no aprendemos de otro. No practicamos como niños que toman clases de piano. Nuestro punto de partida es este cuerpo con cabeza, brazos y piernas. Hemos de preguntarnos constantemente si nuestra práctica no es algo distante o aprendido de memoria. Nuestra felicidad ha de consistir en encontrar firme apoyo en nosotros mismos: esto es lo que significa ser Buda.

¿Cuál es el objetivo de nuestra práctica? Basándonos en las enseñanzas de budas y patriarcas, redescubrirnos nuevamente cada día, en esta vida en la que cada día es el primero de todos. En esta vida ilimitada se trata de descubrirnos a nosotros mismos, de forma completamente nueva, sin imitar a nadie ni apelar a lo aprendido de memoria. ¡Créate a ti mismo! ¡Redescubre tu propia vida!

2 - Sawaki no necesita ser otra cosa que Sawaki

Si fuera rico mi enseñanza no tendría chispa. Sólo porque soy pobre tiene valor lo que os digo. Simplemente eso casa bien conmigo. No me hurto el aire que respiro. Despierto a mí mismo.

Nací huérfano, sin dinero y con poca inteligencia; reunía así todas las condiciones para ser infeliz en este mundo. Nadie podría ser más infeliz que yo y, sin embargo, me parece haber tenido la vida más feliz del mundo. No podría estar más agradecido por esta vida.

Cuando todavía era un simple trabajador en Eiheji, me encontraba una vez sentado en la sala de meditación haciendo zazen en la penumbra. Cuando por casualidad me vio la anciana que limpiaba la cocina, y que acostumbraba a fastidiarme en el trabajo, se arrodilló espontáneamente y se inclinó ante mí, como si fuera el Buda en persona. Esta experiencia ha marcado mi vida. Entonces me di cuenta de que tenía que practicar zazen durante el resto de mi vida. Hay algo en el zazen que incluso a esta mujer le impulsó a postrarse (...) No sé por qué, pero el zazen es más valioso de lo que soy capaz de imaginar. En consecuencia, he dedicado toda mi vida al camino del zazen. Me siento agradecido por poder vestir el kesa y poder sentarme en zazen.

Mi propósito en esta vida no consiste en predicar las verdades más elevadas o meditar sobre las ideas más profundas. Lo único que hago es seguir fielmente las enseñanzas de budas y patriarcas, y sentarme. A los 18 años vi con claridad que nada puede haber más precioso que una vida dedicada a zazen.

Si sabes cuál es el propósito de tu vida, haz todo lo posible para realizarlo. No es necesario invitar a otros a acompañarte en ello. Nadie más puede hacerlo por ti: eres tú quien debe crear tu propia vida.

Para mí no hay otro camino que zazen. En esta senda, no existe para mí ningún motivo para envidiar o despreciar a nadie ya que yo no quiero ser como ningún otro. ¿El señor presidente? ¡Me importa un bledo! Sawaki sólo necesita ser Sawaki. ¿Qué, si no?

No deseo nada más en esta vida. No me arrodillo ante nadie para mendigar. Tampoco me atengo a lo que los demás quieren de mí. Cuando tengo qué comer, como; cuando no, pues no. Mi ánimo es firme: mientras me alcance la vida, viviré, y cuando llegue la muerte, entonces moriré. En este instante la vida se extiende ante mí hacia lo lejos y tan clara como el cielo azul, ¿qué podría haber más bello?

No tengo patria. En cambio, allá donde esté me encuentro en casa. En ninguna parte me siento como un invitado. En los templos a los que se me invita habito como si fueran el mío propio. Vivo con naturalidad, sin grandes ceremonias. A cada paso que doy, me encuentro en casa. En cada paso se halla el universo. Ningún lugar al que ir, ningún lugar al que regresar. Ningún lugar en el que pudiera ocultarme, y tampoco ningún lugar que tras el que andar.

Originalmente, a ninguno de nosotros nos falta absolutamente nada. Toshuo Osho lo llama: “Tu mente que es por completo Buda”. Ser Buda significa confiar en ti mismo y estar contento. No significa trepar desde tu condición de persona corriente hacia lo alto para acercarte a Buda, como si elevaras tu propio valor a las alturas. Mientras elevamos el valor de una cosa nos estamos moviendo en nuestro mundo corriente, que nada tiene que ver con el mundo de Buda.

Durante años vagué inmerso en la vorágine del karma, hasta que finalmente el zazen se convirtió en una segunda naturaleza. ¿Qué he hecho para merecer por fin la paz de zazen? ¿Qué mayor gozo puede haber que poder sencillamente sentarse en zazen? A lo largo de toda mi vida sólo quiero comer para poder hacer zazen y —si estoy enfermo— tomar medicamentos sólo para poder hacer zazen. Toda mi energía vital está encauzada hacia zazen. Y estoy agradecido de que hasta hoy todas las personas a mí alrededor me han proporcionado comida, ropas limpias que llevar y agua con que lavarme, permitiéndome así vivir esta vida para zazen.

No sé qué he hecho para merecer esta vida pero alguna razón debe de haber. En cualquier caso, no he empleado mi vida en otra cosa que en zazen. No estoy capacitado para nada más que vestir el kesa y sentarme en zazen. El monje Sawaki no está en condiciones de hacer otra cosa. Hago simplemente lo que puedo. Esto significa seguir mi camino hasta el final.

Esto agradecido por todo en esta vida: por haber nacido pobre, por que mis padres murieran pronto, por haberme marchado de casa y haber participado en todo en Eiheji. Agradecido de que hoy, como una flor que crece hacia el sol, puedo dirigir todas mis acciones hacia la Vía.

3 - Una margarita es una margarita es una margarita

¿Quieres ser tan feliz como los demás? ¿Dices “me gustaría ser como tú”? ¿Tu felicidad no se parece a la felicidad de ninguna otra persona? Has de descubrir tu felicidad por ti mismo.

Rodin dijo una vez que cada ser humano es artífice de su fortuna. Cada uno encuentra la felicidad a su propia manera. Cada uno afina su felicidad, cada uno la construye. Es importante que no pierdas de vista tu propia felicidad.

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