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Authors: Kodo Sawaki

Tags: #Autoayuda, Esoterismo.

El zen es la mayor patraña de todos los tiempos (15 page)

BOOK: El zen es la mayor patraña de todos los tiempos
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A menudo he oído al maestro Murata Seisho, que practicaba con Shichiri Osho en Hakata, invocar el nombre de Buda a su elegante callada manera. Luego siempre advertía a los demás: “¡Todavía no lo hacéis correctamente! ¡Vuestro
Shikantaza
nenbutsu
Shikantaza
es demasiado superficial!”. Quería decir que los demás no invocaban el nombre de Buda con todo su cuerpo. Si invocas el nombre de Buda débil y lánguidamente –cien mil veces “Nanmandabu, nanmandabu”–, eso no tiene nada que ver con la Tierra Pura del Buda.

Tu práctica de
Shikantaza
no debe ser superficial. Has de llegar hasta el final, darlo todo. “Simplemente sentarse” no significa esperar sentado. Toda tu vida ha de depender de que tu práctica siga el rumbo correcto.

Tu zazen no debe ser algo intermedio. No es un medio con vistas a un fin. Zazen ha de ser tu mundo. Si sigues el camino hasta el final, regresarás al hogar en este lugar, aquí y ahora, por completo tú mismo.

Zazen no es más que zazen. El propio zazen es la meta; la otra orilla [el nirvana], el valor más alto. No se trata de convertirse en Buda.

41 - ¿Quieres tener salud y larga vida? ¡Debes estar enfermo!

Para mí la forma misma de zazen es el Buda viviente. ¿Y con qué materia prima se construye esta forma? Ahí no hay nada más que el ser humano Sawaki. Utilizo este cuerpo de persona corriente para hacer con él zazen junto con Sakiamuni Buda y con todas las montañas, los ríos, los árboles y las plantas. La mente del ser humano Sawaki es como un mono salvaje y su corazón como el de un caballo loco, al igual que la mente y el corazón de los demás de seres vivos. Por eso zazen consigue salvar a todos los demás seres a través de mí.

El mayor regalo que puedes hacer a todos los Budas de los tres mundos es tu práctica de zazen. Practicar zazen significa liberar a todos los seres vivos. Así pues, el contenido de tu zazen ha de ser la liberación de todos los seres. Sentarse un rato en zazen significa tanto aspirar a la verdad, hacia arriba, como hacia abajo, acudir al rescate de todos los seres.

Cuando nos sentamos en zazen, esto se traduce también en que, con ese zazen, imprimimos un impulso a toda la sociedad. Salvar a todos los seres vivos significa que yo me siento en zazen.

Habrá gente que tachará mi zen de “zen de persona corriente”. Ese calificativo no me supone ningún problema. Resulta que la Vía del Buda da la posibilidad a la persona corriente de transitar el mismo camino que Sakiamuni Buda. Y es en la práctica de este camino en la que creemos.

Hoy en día todos ansían salud y una larga vida. Pero ¿con qué fin quieres en realidad tener salud y larga vida? ¿No te das cuenta de que tu deseo de una vida larga es en sí mismo una especie de enfermedad? Larga vida y salud por sí solas no significan absolutamente nada para mí. Sólo las deseo a fin de que me permitan recorrer la Vía del Buda.

¿Qué quieres en realidad? Quizá merezca la pena que reflexiones sobre ello. Si no haces más que dejar pasar los días y engullir todo lo que se pone delante de tus narices, tu vida no es una vida auténtica. Sólo mediante la práctica espiritual alcanzarás lo que en último término deseas como persona. ¿Y qué es tal cosa? Yo lo llamo: zazen.

Quiero que todo el mundo practique zazen. Con este propósito como mi pan de cada día.

Nuestra mente está continuamente en movimiento. No es cuadrada ni redonda, no se deja controlar. Pese a ello, es con esta mente inquieta con la que damos cumplimiento a nuestro voto de salvar a todos los seres vivos, un voto que nos impulsa a lo largo de toda nuestra vida.
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Y en algún momento el voto da sus frutos.

Practicar sin tratar de cumplir un voto es como conducir una moto sin manillar. No puedes mantener el equilibrio. Cuando haces algo bueno, no deberías hacerlo sólo porque así se te antoja. Nuestra práctica ha de estar cimentada en el voto.

Cuando en tu espíritu madura la decisión por el voto, no tiene la menor relevancia que seas joven o viejo. El budismo es un camino espiritual basado en el voto. Cuando te decides de veras por el voto, eso dará sus frutos.

Cuando en efecto sepas lo que has de hacer, te dejarás la piel en ello. Si conoces la dirección a seguir, nada podrá poner freno a tu ardiente ímpetu.

Dar cumplimiento al voto da lugar a una auténtica paz de espíritu. Sin el voto no serás capaz de resistir las tentaciones. Con el voto dispones del margen de maniobra espiritual necesario para mantenerte dueño de ti mismo.

Grande es tu tarea: has de comprender que llevas la humanidad entera sobre tus hombros. “Mi vida es necesaria para el planeta. ¿Cómo podría el mundo salir adelante sin mí?”. Así de grande y firme ha de ser tu seguridad en ti mismo.

Para nosotros se trata del universo, de la eternidad. Y de nada más que eso. Sentado con los isquiones firmemente apoyados en el zafu, el espíritu se vuelve inconmovible.

El Dharma del Buda quiere decir que nosotros, humanos, deponemos las armas. Que dejamos de rechazar unas cosas para aferrarnos a otras, de odiar lo uno mientras que amamos lo otro. El Dharma del Buda es el mundo en el que no tenemos que huir de nada ni correr en pos de nada. No hay ninguna obligación de hacer nada. Naturalmente, esto no quiere decir que podamos tumbarnos a la bartola. Ponemos la vida en ello, pero si vivimos en cuerpo y alma, cuerpo y alma hallarán verdadera paz.

Zazen es completamente transparente e insípido, por eso es tan difícil explicarlo. En zazen no hay nada digno de elogio, por eso precisamente lo pregono a voces. No hay nada más difícil que esforzarse por algo que en realidad no es nada. De ahí que tengas que ser una persona cabal si pretendes difundir la práctica del transparente e insípido zazen.

42 - Los Budas viven en la ignorancia y los seres ignorantes en la iluminación

El abad de la comunidad de mi templo vio una vez a un grupo de monjes mendigando y dijo: “¡Nunca ante he visto una claridad tan pura!” Nada es tan puro y limpio como la práctica de la mendicidad de los monjes. Si tienes cinco niños que alimentar, ¡colócales cinco sombreros de monje y llévatelos a mendigar!

Vivir conforme a un voto no significa tratar que los demás bailen al son de nuestros ideales. No te burles de los demás, sino trata de ponerte en su piel. ¿Qué pasa si a uno le gusta coleccionar cursis figurillas de porcelana?

En la Vía del Buda no debes buscar ser mejor que los demás. ¿Qué importancia tiene ser mejor que los demás? Tienes que involucrarte en las penas de todos los seres. Alguien que se libera del sufrimiento únicamente a sí mismo es como un cadáver. Buda vive entre los seres humanos.

Yo soy como un camaleón: cuando viajo en tren pongo cara de mal humor para que los niños no me molesten cuando hago la siesta. Podéis imaginaros sus caras de sorpresa cuando, al apearme, les sonrío alegremente y les deseo buen viaje.

El Kannongyo
[71]
trata sobre las treinta y tres formas distintas que adopta el bodisatva de la compasión. Estas formas no son dioses ni divinidades. Los Budas y Bodisatvas adoptan la forma de los seres que sufren. Tampoco tú deberías mantenerte separado de los demás sólo porque no quieres tener nada que ver con las ilusiones colectivas de la gente. Compasión significa comprender perfectamente los sentimientos humanos de quienes te rodean. Cuando un niño llora, debes consolarlo. Un Buda ha de poder ver las cosas a través de los ojos de los seres que sufren. Así de amplio ha de ser el terreno de juego de tu práctica vital.

Sólo cuando desapareces sin dejar rastro puede hablarse de gran compasión. Mientras quede algún vestigio de ti, no puede hablarse de compasión.

Incluso si lo único que te importa es ganar dinero, será preciso que entiendas a tus congéneres. Y si quieres explicarle algo a alguien, precisarás de una buena dosis de intuición: sólo cuando comprendas el marco de referencia desde el cual tu prójimo ve las cosas, podrás explicárselas de manera que las entienda.

La educación es una interacción entre corazones.

No estudies por el examen, estudia porque es divertido. Estudia porque de verdad quieres aprender. La tarea del profesor ha de consistir en orientar a los alumnos hacia esta forma de aprender.

Cuando te enfadas con alguien, en tu fuero interno no debes estar realmente enfadado. Siempre has de disponer del suficiente margen de maniobra para reír de nuevo al instante siguiente. Siempre que le echo una bronca a alguien, río a la vez en mi corazón.

“Hago el voto de liberar a todos los seres, antes de alcanzar yo mismo la liberación”.
[72]

Pero, dado que no es posible ayudar a alguien si antes no has comprendido tú mismo la enseñanza del Buda, esto significa en último término que tenemos de practicar junto a todos los demás.

Los Budas de los tres mundos llevan sobre sus espaldas a los seres que sufren; por eso están inmersos de lleno en la ilusión. Los seres que sufren son llevados a hombros por los Budas y, de ese modo, se encuentran en la cima de la sabiduría iluminada. En realidad, no hay Budas aparte de los seres que sufren, ni seres que sufren aparte de los Budas.

Gran compasión significa estar indisolublemente ligado a los seres humanos.

Suponiendo que llegues a morir por haberlo dado todo por los demás, ¿es de verdad eso tan malo? Lo único importante es tener un corazón que nada espera para sí mismo.

Para mí, la vida monacal representa una pérdida: me he hecho monje para inmolar este cuerpo en aras de la enseñanza del Buda.

Hay sacerdotes que están todo el día holgazaneando en el templo, fumando cigarrillos y esperando a que alguien se muera para oficiar los funerales. Como discípulo de Buda, no debes confundir la vida sacerdotal con un negocio. Tienes que acabar con los negocios religiosos. ¿No es éste el sentido de la Vía de los Budas y Ancestros? No hay nada reprochable en asistir a un entierro para hacer un donativo a los allegados del difunto o para predicar el Dharma. Pero no es honesto que los sacerdotes cobren por sus sermones.

43 No hay nada superior a aquello que no sirve para nada

Las personas corrientes montan durante toda su vida un buen número en torno a su reputación, sus preferencias, su carrera y lo que es de su gusto. Andan constantemente husmeando como un perro, esperando pillar algo en algún lado. ¿Y qué conseguimos con ello? ¡Nada! Cuando al fin comprendas que así no consigues nada, no habrá ya nada que buscar. Encuentras la paz en zazen, en abandono del cuerpo y de la mente.

¿Eres tú quien haces zazen? ¡No! ¡Es zazen quien te hace a ti!

Cuando alguien quiere descansar, debe hacer un alto en su actividad. Hacer un paréntesis en sus actividades significa tomarse vacaciones de ser persona. Significa dejar de ser persona corriente. Cuando te tomas un descanso y abandonas tu condición de persona corriente, eres un Buda. Por eso es comprensible que Buda no goce de gran reputación entre la gente corriente.

La enseñanza del Buda es incomparable. No tiene nada que ver con lo que divierte a las personas corrientes. La enseñanza del Buda es lo que menos gusta a los seres humanos.

Zazen no aporta nada. Zazen no es una herramienta humana. Las herramientas de los seres humanos son destruidas por los humanos. Lo eterno, por el contrario, no tiene nada que ver con los seres humanos.

No invoques el nombre de Buda esperando obtener una limosna. Cuando invoques el nombre de Buda tiene que de ser para nada.

Tenemos que entregar el cuerpo y el espíritu para aquello que no sirve para nada. No hay nada superior a aquello que no sirve para nada. Sólo lo que no sirve para nada es absoluto. Pero si tratas de sacar algo de ello, no obtendrás nada.

Todo en la vida conlleva costes. Nada es de balde. Por eso no encontramos sentido a hacer nada completamente de balde. No hay nada que requiera mayor determinación que hacer una cosa totalmente en balde.

Si practicamos la Vía del Buda como queriendo de ese modo atesorar algo, entonces no hacemos sino agrandar nuestro ego.

“Hacer sin más” significa simplemente hacer sin más.
[73]
Hablar sin más, sentarse en zazen sin más, comer sin más. Hacer sin más significa vivir sin perder la cabeza por la recompensa.

Una vez me preguntaron: “¿De verdad es tu propósito liberar a todos los seres vivos?” Respondo: Hago simplemente lo que aquí y ahora debe hacerse. Que eso tenga o no que ver con la liberación de los seres es una cuestión sobre la que más tarde otros dirán lo que tengan que decir. Ahora yo sólo hago lo que realmente hay que hacer. Ni por la sociedad ni por ninguna otra cosa. Lo hago sin preguntarme qué va a reportar.

Todo lo que haces hazlo sin más, para nada. Si cuidas del prójimo, hazlo sin más, para nada. Si oras, hazlo sin más, para nada.

La verdadera comprensión consiste en no pensar en ganancias. Consiste en abandonar este cuerpo y entregarse al Buda.

Cuando una persona se entrega al Dharma, ya no hay titubeos ni vacilaciones. Cuando lo abandones todo, hasta el último resto, siéntate recto sin más, sin titubeos ni vacilaciones.

44 - La Vía del Buda te atraviesa desde la cabeza hasta los pies

En el Budismo nos ocupamos de la cuestión de cómo hemos de vivir esta vida de la mejor manera posible. Se trata de llevar una vida que verdaderamente merezca la pena ser vivida. ¿Cómo podemos realizar con este cuerpo, que en cualquier momento puede morir, una tarea que produzca frutos eternos?

Constantemente te atrincheras en tu ego. Observas las cosas sólo bajo el punto de vista de tu ego, por eso te equivocas. Aun cuando te inclinas ante Buda, algo va mal. Incluso cuando haces zazen, lo haces mal.

Las cosas que hemos aprendido no hacen más que nublarnos la vista. Si no pongo cuidado, también yo empiezo a adquirir “hábitos de monje”. Si lo que mi maestro o los discípulos más veteranos me han enseñado se convierte en un “hábito de monje” me quita la libertad.

“¡Mira estos peces gordos!”. La razón de tanta charla insustancial entre los monjes estriba sencillamente en que no tienen que preocuparse por el pan de cada día. ¿Qué quieres hacer realmente con tu vida? Ésta no es una pregunta baladí. ¿Qué sentido tiene la vida? ¿Por qué vivir? Ten cuidado de no estirar la pata antes de que estas preguntas penetren hasta lo más hondo de ti.

Ten cuidado, si no empezarás a creer que tu cuerpo –tal como es– es el cuerpo del Buda y del Dharma. Tu “cuerpo de dharma” no es más que una teoría hueca. ¿Dónde están si no los treinta y dos rasgos de tu budeidad? ¿Dónde está tu aureola? No obstante, esto no significa que vayas a alcanzar la budeidad por medio de la práctica. Si lo crees así quedarás de nuevo atrapado por tu idea de “práctica”. Por buena que pueda ser tu práctica, tu problema es que nunca olvidas tu “buena práctica”.

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