Confirmación (13 page)

Read Confirmación Online

Authors: Aurora Seldon e Isla Marín

Tags: #Erótico

BOOK: Confirmación
5.71Mb size Format: txt, pdf, ePub

—Quizá. Puedes comentárselo. Yo también se lo comentaré a tu padre. Aunque si quieres, también puedo callármelo. Pero depende de lo que tú decidas.

—¿Qué coño quieres? —preguntó Tommy en un gruñido cargado de odio.

—Creo que tú no le haces ningún bien a Sasha. Y creo que si lo estimas, harías bien en alejarte de él —dijo Randy con la voz suave, casi en un susurro—. Quiero que te alejes de Sasha, poco a poco, como quien no quiere la cosa. Que te acuestes con otros, cosa que siempre haces… y que para fin del año lo dejes en paz. Además, pronto se irá de aquí e igualmente dejaréis de ser amigos.

—¡Estás loco! Tú eres el que no le hace bien, no lo conoces y no lo aprecias por su verdadero valor. Y prueba de ello es que crees que puedes separarnos. —Su voz bajó varios tonos y añadió—: Nada… absolutamente nada en este mundo puede separarnos. Ni la muerte. —Se dio la vuelta y se comenzó a alejar—. Ya puedes ir preparando el discurso que le vas a soltar a mi padre, porque no pienso rendirme a tu patético chantaje.

Randy se quedó de una pieza, para luego enrojecer furiosamente. Le parecía que todas las miradas estaban sobre él. Se odió a sí mismo por no haber calculado bien la jugada, odió a Sasha por preferir a ese bastardo en lugar que a él, pero sobre todo, odió con toda su alma a Tommy por haberlo dejado en ridículo. Apretó los dientes antes de gritar:

—¡Me las pagarás, Stoker!

—Sí, sí, sí… lo que tú digas —respondió Tommy agitando la mano sin volverse mientras se alejaba por el pasillo.

4

Días después, Sasha notó que las relaciones entre Tommy y Randy se habían enfriado notablemente. Interrogó al irlandés, pero sólo recibió un vago «Stoker es raro, ya te lo había dicho», de modo que optó por hablar con Tommy.

Se suponía que luego del trío, ellos dos serían más cercanos y había ocurrido exactamente lo contrario. Y no dejaba de pensar en la mirada de Randy cuando vio que Tommy lo penetraba.

Intentó abordar el tema con Tommy, pero él se mostró evasivo, hasta la mañana del sábado en que ambos se encontraron para ir a leer bajo el roble.

Se había hecho habitual en ellos aprovechar el buen tiempo para ir al bosque y leer bajo «su» árbol, a veces los textos que Tommy tenía que analizar, a veces la literatura que a ambos les gustaba. Incluso algunas veces Tommy había intentado leer textos de gestión, pero los había apartado rápidamente.

Esa mañana, Sasha tenía una edición de bolsillo de
Los Tommyknockers
, de Stephen King mientras que Tommy había llevado el primer tomo de una reciente saga de fantasía épica de la que hablaban todos los chicos:
Las Crónicas de la Dragonlance
.

Se acomodaron bajo el árbol, Sasha apoyado en el tronco y Tommy en las piernas de Sasha. El ruso abrió el libro, pero no conseguía concentrarse en la lectura. Más bien miraba a su amigo.

—Hum… —comenzó—. ¿Es bueno ese libro?

—Es interesante, los personajes son muy distintos unos de otros… y hay un mago que no es lo que se dice muy bueno, pero tampoco es de los malos… Es sugestivo —respondió Tommy.

—Vaya —dijo Sasha. El género de fantasía no llamaba demasiado su atención, pero una de sus manos comenzó a acariciar distraídamente el cabello de Tommy y tentó el terreno—. ¿Has visto últimamente a los chicos del grupo?

—No mucho. Patrick y Alan están muy ocupados el uno con el otro —respondió con una risita, aunque por dentro se estaba temiendo lo que iba a venir a continuación.

—Sí… parece que al fin han llegado a entenderse —dijo el ruso—. ¿Y Randy? —preguntó finalmente.

—A ése ni lo he visto ni lo quiero ver —respondió Tommy con más ira de la que quería mostrar.

—¿Huh? ¿Pasa algo? —preguntó Sasha, dejando su libro sobre la hierba y preparándose para escuchar—. ¿No os estáis llevando bien desde esa noche?

—¡Llevarnos bien…! —dijo Tommy con un suspiro. No quería contarle lo que había pasado, sabía que Sasha se iba a sentir muy decepcionado y que aunque disimularía, le haría daño y no quería hacerle daño, pero tampoco podía callar porque al final se acabaría sabiendo—. Randy me ha intentado hacer chantaje —soltó a bocajarro.

—Randy… ¿qué?

—Él… —comenzó a decir Tommy, pero se tuvo que detener para ordenar sus ideas. Un hondo suspiro escapó de sus labios y, sin atreverse a mirarle al rostro, se sentó junto a Sasha y comenzó a hablar—: Él me buscó unos días después del trío. Me dijo que le diría a mi padre que me acuesto contigo si no hacía lo que él quería. Lo mandé a la porra, pero al día siguiente lo fui a buscar. Me exigió que me alejara de ti o lo contaría todo. Yo no pude rendirme a su chantaje. Lo siento, Sasha —terminó con un susurro.

Sasha no dijo nada, pero apretó los labios, conteniéndose con todas sus fuerzas. No podía creerlo… simplemente no podía.

Cerró los ojos y apoyó la cabeza en el tronco del árbol.

Y nuevamente recordó la mirada de Randy en el hotel.

—Yo tuve la culpa —dijo muy bajo—. Yo no debí permitirle unirse a nosotros…

—Tú no tienes la culpa —porfió Tommy, ocultando el rostro en su hombro—. Tú no lo sabías, ¿quién podía esperar que hiciera algo así? No es tu culpa.

—Debí haberlo sabido —siguió Sasha—. Todas las señales estaban allí. Yo sabía que estaba celoso de ti, por eso pensé que sería buena idea invitarlo con nosotros. Y ahora… —Apretó los puños—. Ahora, se acabó.

La voz le tembló de rabia mientras intentaba analizar lo que pasaría. Randy hablaría con el padre de Tommy y éste lo castigaría, lo encerraría… lo llevaría a Escocia para siempre. Ese pensamiento le heló la sangre. No podía permitir que eso ocurriera.

—Si tu padre lo sabe te matará —dijo en un susurro.

—No pasará nada —respondió Tommy tratando de autoconvencerse—. Lo he pensado. Le mentiré, le diré… no sé qué le diré, pero lograré que no le crea a Randy y sobre todo lo convenceré de que tú no tienes nada que ver. No soportaría que tomara represalias contra ti.

—Yo… ahora termino mis estudios. Pero Oxford… —Sasha palideció intensamente. Pensaba presentar una solicitud de beca para una maestría en Oxford y con sus notas tenía posibilidades de conseguirla y ahora quizá el padre de Tommy, tan influyente, podría perjudicarlo. Todo por lo que había luchado podía irse a la borda por Randy y sus celos. No era justo…

En ese momento, Sasha odió a Randy como había odiado a su tío. En lo que a él se refería, Randolph O’Branningham había muerto.

—Lo siento. —Tommy volvió a disculparse, notaba el cuerpo de Sasha tenso como las cuerdas de una guitarra e imaginaba todo lo que estaría pasando por su mente—. No te he protegido… debí aceptar las exigencias de Randy.

—¡No! —gritó el ruso—. Hiciste bien. Siempre dije que al acabar la universidad saldría del armario, aunque realmente si me he ocultado es por ti —dijo con amargura—. Parece que adelantaré la fecha. ¡Demonios! Tú tenías razón respecto a Randy…

—No… él era tu amigo, todo ha sido por mi causa y no te preocupes, engañaré a mi padre, haré lo que sea con tal de que no te pase nada.

—¿Mi amigo? —exclamó Sasha—. ¿Crees que alguien así puede ser mi amigo? No… yo me enfrentaré a esto… Hablaré con ese infeliz.

Se puso de pie, limpiándose el pasto del pantalón, guardó su libro en el bolsillo, y enfiló directamente hacia el campus.

—¡Espera! —Tommy lo alcanzó, dejando olvidadas las Crónicas sobre la hierba y lo sujetó del brazo—. ¿Estás seguro de que quieres hablar con él? —le preguntó para al instante siguiente morderse el labio. «Es normal que quiera hablar con el otro… querrá corroborar la historia.»

—Desde luego —repuso Sasha—. Deseo aclararle algunas cosas.

—Entiendo, tienes que oír la otra versión. ¿Quieres que vaya… o prefieres ir solo? —se atrevió a preguntar

—¿Otra versión? —dijo Sasha—. ¿Crees que voy para confirmar lo que dijiste? ¿Piensas que no te creo? ¿Tan poca fe me tienes?

—Pero es lo justo, él también es tu amigo. Podría estarte mintiendo… — «Cuando te dije que me odiaba no me creíste», pensó Tommy, pero se abstuvo de decirlo.

—Tengo fe en ti. Más que en nadie en el mundo, pero haré lo que dices —repuso Sasha—. Le preguntaré antes. Puedes venir si quieres. —Y echó a andar de nuevo.

5

Encontraron a Randy en el gimnasio. Hablaba con Patrick y se puso tenso al verlos llegar.

—Quiero preguntarte algo —dijo Sasha, con la voz fría y una mirada que auguraba problemas.

Salieron del gimnasio y el ruso disparó:

—Tommy me dijo que intentaste chantajearlo para que se alejara de mí. ¿Es cierto?

Randy miró a Tommy. Fue una mirada cargada de odio, pero no fue capaz de mirar a Sasha.

—Él no tiene que estar aquí… esto es entre tú y yo —dijo.

—Pregunté si era cierto —repitió Sasha lentamente—. ¿Lo es?

—Yo… mejor me voy… ¿vale? —dijo Tommy en voz baja—. Nos vemos luego. —Se giró para alejarse.

—No te vayas, Tommy —pidió Sasha—. Quiero ver si Randy se atreve a reconocer lo que hizo delante de ti. —Se volvió hacia el irlandés—. ¿Y bien? ¿Te comió la lengua el gato?

Desde que Tommy lo había encarado, días atrás, Randy había estado pensando algún modo decoroso de salir del asunto, pero la fría mirada de Sasha lo intimidaba completamente. Nunca lo había visto así y temió pisar terreno resbaloso.

—Sasha, las cosas no son como dice él…

—¿Cómo sabes lo que he dicho? —preguntó Tommy con voz neutra, sin enfadarse—. Venga, cuenta tu versión.

—Lo sé por el modo en el que se ha enfadado —repuso Randy, recobrando parte de su aplomo—. Verás, Sasha… hemos hablado varias veces de la necesidad de salir del armario. Mis padres saben que soy gay y realmente no les importa. Yo intentaba que Stoker entendiera que tarde o temprano hay que decir la verdad… y hablaba en modo figurativo, para que él comprendiera. Nunca lo dije en serio, pero él, con lo vehemente que es, lo tergiversó todo…

—Tendrás valor —replicó indignado Tommy—. Entonces ¿Qué parte de, «si no te alejas de Sasha le diré a tu padre que folláis» he tergiversado?

La expresión de Sasha se hizo más dura aún mientras esperaba la respuesta. Randy intentó sonreír.

—Pero… ¿qué dices, Stoker? Yo sólo ponía un ejemplo… Trataba de que te pusieras en la situación de que tu padre lo supiera, y como allí el único perjudicado sería Sasha, te hacía ver las consecuencias…

—Entonces lo de «Quiero que te alejes de Sasha, poco a poco, como quien no quiere la cosa. Que te acuestes con otros, cosa que siempre haces… y que para fin del año lo dejes en paz» —dijo Tommy imitando su acento y su forma de hablar— era un ejemplo, ¿no? —Sin esperar respuesta se giró hacia Sasha y añadió—: Mira, ya has oído las dos versiones, decidas lo que decidas quiero que sepas que sigo teniendo fe en ti, que eres mi mejor amigo y que lo seguirás siendo.

—¡Espera! —dijo Sasha, sujetándolo del brazo—. Randy, creo que me tomas por un idiota. No creo una sola palabra —continuó, con rabia apenas contenida—. Haz lo que quieras, díselo a quién quieras, porque yo no voy a inclinar la cabeza ante nadie ni voy a dejar de ser quien soy por miedo. Sólo quiero que sepas que Tommy es mi mejor amigo y que siempre lo será, a diferencia de ti, que ya no eres nada.

Y con esas palabras, se alejó deprisa, arrastrando a Tommy del brazo. Randy se quedó de pie en medio del pasillo, conteniendo a duras penas las lágrimas por la humillación que sentía y por el rechazo de Sasha.

Patrick asomó la cabeza, preocupado.

—¿Todo bien?

—Vete a la mierda.

6

Sasha se detuvo por fin a la entrada del bosque y se acomodó las gafas.

—Ese infeliz —dijo en voz baja—. Ese maldito infeliz.

—Si se lo dice a mi padre y él le cree, podrías tener problemas —dijo Tommy en un susurro—. No soportaría que te pasara algo malo por mi culpa. Quizás sí debería apartarme de ti para que mi padre no se lo crea. Te juro que trataré de convencerlo de que tú no tienes nada que ver.

—Déjalo, Tommy. Yo no quiero ocultar lo que soy, lo que siento… Sólo quería acabar la universidad y evitarte problemas a ti también, pero si se adelantan las cosas, tendré que hacerles frente. Ya pensaremos en algo. Luego. Ahora no… No es bueno hacer las cosas con la cabeza caliente, ¿me entiendes? Cuando estemos calmados decidiremos cómo actuar.

—No sería justo —porfió Tommy—. Conseguiré engañarlo, te lo prometo… nunca le he mentido. —Ante la mirada de soslayo del ruso añadió—: Le he ocultado hechos, pero no le he mentido. Me creerá… seré lo más convincente y sincero que jamás haya visto. —Durante unos segundos se quedó pensativo—. Le diré que Randy es gay y que lo sabe todo el mundo, y que nos ha acosado, pero como lo hemos rechazado, ha querido vengarse de nosotros.

Sasha esbozó una triste sonrisa.

—Déjalo por ahora, por favor. Luego lo pensaremos… No quiero hablar de eso —dijo en voz baja. Aunque sabía que, luego del trío, Randy no había quedado satisfecho con el estado de las cosas y que probablemente les jugaría sucio, no pudo prever lo que había ocurrido y eso le hacía sentir como un completo idiota. Había querido tenerlos a los dos en vez de cortar por lo sano con Randy cuando pudo hacerlo. Había esperado algo mejor de él, se sentía engañado, usado, burlado… y sobre todo, estaba furioso porque el irlandés había involucrado a Tommy. En el fondo se culpaba, aunque le costaría admitirlo.

—Vale, de acuerdo. No hablaremos más. —Tommy se le abrazó—. Pero te juro que te protegeré —añadió con una sonrisa antes de besarlo en el cuello.

Sasha cerró los ojos, dejándose besar. Lo que necesitaba en esos momentos era estar a solas con Tommy, lejos de todos. Si al menos tuvieran un lugar privado para ellos dos…

—¿Quieres que vayamos a mi cuarto? —preguntó Tommy con una voz ronca y tremendamente sexy. No quería forzarlo a nada, acababa de llevarse un disgusto, pero quería estar a solas con él. Aunque no hubiera sexo, sólo abrazados y besándose.

—¿Sabes qué es lo que quiero? —susurró el ruso—. Quiero follarte… Y quiero que me folles a mí. No es el lugar ni el momento, pero no puedo evitar desearlo… Imagina, acabo de enterarme de que quien creía que me estimaba me ha traicionado y en lo único que puedo pensar es en ti… —Guardó silencio. Se sentía especialmente vulnerable y si seguía hablando terminaría por confesar cosas para las que no estaba preparado.

—Yo también lo deseo —murmuró Tommy sonrojándose intensamente. Era sorprendente lo sinvergüenza que podía ser en algunas ocasiones y lo rojo que lograba ponerse en otras—. Espero que esta decepción no te haga dudar de mí… Yo… te quiero mucho y no sería capaz de hacerte daño a conciencia.

Other books

American Uprising by Daniel Rasmussen
Wicked Release by Alexander, R. G.
Past Present by Secret Narrative
Minutes to Midnight by Phaedra Weldon
Christmas In High Heels by Gemma Halliday
Sin by Violetta Rand