Read Bardo thodol: El libro tibetano de los muertos Online
Authors: Padmasambhava
«Oh hijo de noble familia, medita tu
yidam
y no te distraigas. Concéntrate intensamente en tu
yidam.
Visualízalo como una apariencia sin substancia propia, como la luna en el agua, mas no como si tuviera una forma sólida.»
Si se trata de una persona ordinaria, se le instruirá diciendo:
«Medita en el Señor de la Gran Compasión.»
No hay duda de que incluso quienes no han reconocido el bardo lo reconocerán al ser instruidos de esta forma. Pero quienes no están muy familiarizados con las instrucciones que en vida habían recibido de su lama no serán capaces de ver con claridad por sí mismos el estado de bardo, de modo que su lama o hermano espiritual deberá aportarle claridad. Y esta instrucción es especialmente necesaria para quienes no pueden recordar durante el bardo el momento anterior a la muerte por haber sido confundidos por alguna grave enfermedad, incluso aunque fueran practicantes asiduos de la meditación. Es también especialmente necesario para quienes, aun siendo inicialmente practicantes asiduos de la meditación, rompieron el compromiso con su lama o faltaron a sus votos iniciáticos, pues tales personas pueden entrar en existencias inferiores.
Lo mejor es comprender durante el primer bardo, pero, si el difunto no ha comprendido, su discernimiento puede ser despertado por el recuerdo en el segundo bardo, y ser así liberado. Durante el segundo bardo, su conciencia, que no sabía si estaba muerto o no, se hace repentinamente clara; a esto se le llama el cuerpo puro ilusorio. Si el difunto comprende la enseñanza en ese momento, la madre-Absoluto y el hijo-Absoluto se encuentran y el karma pierde sus efectos. Así como la luz del sol vence a la oscuridad, así el poder del karma es vencido por la luminosidad del camino y se alcanza la liberación. De este modo, el segundo bardo resplandece ante el cuerpo mental y la conciencia es capaz de oír otra vez igual que lo hacía antes. Si estas instrucciones son comprendidas en ese momento, se alcanza el objetivo y, como las proyecciones confusas del karma no han aparecido todavía, el difunto puede orientarse hacia cualquier lugar.
De esta forma quedará liberado al reconocer la luminosidad durante el segundo bardo, aun cuando no hubiera reconocido la luminosidad fundamental. Pero si no es liberado de esta manera, entonces aparece lo que se llama el tercer bardo, el bardo del Absoluto. Las proyecciones confusas del karma aparecerán en el tercer bardo, así que es especialmente importante leer en ese momento la gran instrucción del bardo del Absoluto, pues es muy poderosa y muy útil.
En este momento los parientes del difunto están lamentándose y llorando, le retiran su parte de comida, se llevan sus ropas y disponen de su lecho. Él puede verlos pero ellos no pueden verle; él puede oír cómo le llaman pero ellos no pueden oír cómo él les llama, así que cae en la desesperación. En este momento aparecerán tres fenómenos: sonidos, resplandores coloreados y rayos de luz, que le harán ponerse pálido de miedo, terror y confusión; en este momento es preciso leer la gran instrucción del bardo del Absoluto. Llamando a la persona muerta por el nombre, se deben pronunciar muy claramente estas palabras:
«Oh hijo de noble familia, escucha con atención y sin distraerte. Hay seis estados intermedios o bardos: el bardo del nacimiento, el bardo de los sueños, el bardo de la meditación profunda, el bardo del momento que precede a la muerte, el bardo del Absoluto y el bardo del devenir. Oh hijo de noble familia, vas a experimentar tres estados de bardo: el bardo del momento que precede a la muerte, el bardo del Absoluto y el bardo del devenir. De estos tres, la luminosidad del Absoluto en el bardo del momento que precede a la muerte brilló hasta el día de ayer, pero no la reconociste, y por eso vagas errante ahora. Pero a continuación experimentarás el bardo del Absoluto y el bardo del devenir, así que escucha sin distracción lo que voy a enseñarte.
»Oh hijo de noble familia, ahora lo que se llama muerte ha llegado hasta ti. No eres el único que abandona este mundo; a todos nos sucede. No deberías, pues, sentir deseo o anhelo por esta vida. Aunque sientas deseo y anhelo, no puedes quedarte; tan sólo podrías vagar por el samsara. No desees, no anheles. Recuerda las Tres Joyas. Oh hijo de noble familia, cualesquiera que sean las proyecciones terroríficas que puedan aparecer ante ti en el bardo del Absoluto, no olvides estas palabras; sigue adelante recordando siempre su significado. Éste es el punto esencial de la enseñanza:
»Ahora cuando el bardo del Absoluto surge ante mí,
abandonaré todo pensamiento de miedo y terror,
reconoceré como proyecciones propias todo lo que vea,
sabiendo que son sólo visiones del bardo.
Llegado a este punto crucial,
no temeré a las divinidades pacíficas ni a las coléricas,
que son sólo mis propias proyecciones.
»Sigue adelante diciendo estas palabras de forma clara y precisa, sin dejar de recordar su significado. No lo olvides, pues es esencial reconocer con certeza que cualquier cosa que pueda aparecer ante ti, por terrorífica que sea, es sólo una proyección de ti mismo.
»Oh hijo de noble familia, cuando tu cuerpo y tu mente se separen definitivamente, el Absoluto aparecerá, puro y claro aunque difícil de discernir, luminoso y brillante, con un resplandor aterrador, brillando como un espejismo sobre una llanura en primavera. No tengas miedo de él, no te confundas. Ésta es la irradiación natural de tu propio Absoluto y como tal debes reconocerlo.
»Un gran rugido atronador surgirá del interior de la luz, el sonido natural del Absoluto, semejante a un millar de truenos retumbando al mismo tiempo. Éste es el sonido natural de tu propio Absoluto; así pues, no tengas miedo ni te sientas confundido. Tú tienes lo que se llama un "cuerpo mental de tendencias inconscientes", pero no tienes un cuerpo físico de carne y hueso, de modo que ningún sonido, color o rayo de luz puede dañarte en absoluto; no puedes morir. Basta con que los reconozcas simplemente como tus propias proyecciones. Debes saber que esto es el estado de bardo.
»Oh hijo de noble familia, si no los reconoces de esta forma como tus propias proyecciones, cualquiera que sea la meditación que hayas practicado en vida, si no has hecho tuya esta enseñanza, las luces coloreadas te estremecerán, los sonidos te confundirán y los rayos de luz te aterrorizarán. Si no comprendes este punto esencial de la enseñanza, no reconocerás los sonidos, las luces y los rayos, y vagarás errante en el samsara.»
Día primero
«Oh hijo de noble familia, después de estar inconsciente por tres tilas y medio, saldrás de ese estado y, despertando de tu inconsciencia, te preguntarás qué te ha sucedido. Date cuenta de que estás en el estado de bardo. En ese momento, el ciclo del samsara se invierte, y todo lo que ves aparece como luces e imágenes.
»El conjunto del espacio brillará con luz azul, y el bendito Vairocana aparecerá delante de ti desde el Reino Central, el Círculo que todo lo penetra. Su cuerpo es de color blanco, se sienta en el trono del león, sostiene una rueda de ocho radios en la mano y abraza a su consorte, Akashadhateshvari, la reina del espacio. La luz azul de la conciencia en su pureza básica, la sabiduría luminosa de dharmadhatu, clara, penetrante y brillante, vendrá hacia ti desde el corazón de Vairocana y su consorte y te atravesará de tal modo que tus ojos apenas podrán soportarlo. Al mismo tiempo, junto con ésa, otra luz, la luz blanca y tenue de los dioses, irá también hacia ti y te atravesará. En ese momento, bajo la influencia del mal karma, te sentirás aterrorizado y escaparás de la sabiduría de dharmadhatu, con su brillante luz azul; por el contrario, te sentirás agradablemente atraído por la luz blanca y tenue de los dioses. En ese momento, no deberás estremecerte ni sentirte confundido por la luz azul, brillante, penetrante y clara de la sabiduría suprema, pues es el rayo de luz del Buddha, llamado la sabiduría del dharmadhatu. Acércate con fe y devoción, y mantén en tu mente este pensamiento: "Es el rayo de luz de la compasión del bienaventurado Vairocana. Tomo refugio en él". Es el bienaventurado Vairoccana que se te acerca para ayudarte en el peligroso camino del bardo; es el rayo de luz de la compasión de Vairocana.
»No te complazcas en la luz blanca y tenue de los dioses, no te sientas atraído por ella ni la anheles. Si eres atraído por ella, vagarás errante por el dominio de los dioses y circularás por entre las seis clases de existencia. Es un obstáculo que bloquea el camino de la liberación; no lo mires; anhela tan sólo la luz brillante y azul, y repite con intensa concentración esta invocación al bienaventurado Vairocana:
»Ahora que por mi profunda ignorancia vago errante en el samsara,
que el bienaventurado Vairocana me guíe
en el sendero luminoso de la sabiduría de dharmadhatu;
que su sublime consorte, la reina del espacio Akashadhateshvari,
me dé su apoyo.]
Ayudadme a cruzar el peligroso camino del bardo
y llevadme al estado perfecto de Buddha.
»Diciendo esta invocación con devoción profunda, te disolverás en la luz irisada que surge del corazón del bienaventurado Vairocana y su consorte, y llegarás a ser un buddha
sambhogakaya
en el Reino Central de Ghanavyuha, el Profundamente Engalanado.»
Día segundo
Pero si, a pesar de haber sido instruido y a causa de los velos que obnubilan su inteligencia, el difunto tiene miedo de las luces y los rayos, y escapa, y se siente confundido incluso después de pronunc¡ar la oración, el segundo día las legiones celestiales de Vajrasattva saldrán a recibirle, junto con su mal karma que conduce al infierno. En consecuencia, a fin de proporcionarle la instrucción necesaria, se debe invocar a la persona muerta por su nombre y decir estas palabras:
«¡Oh hijo de noble familia, escucha sin distracción. En el segundo día, una luz blanca, el elemento purificado del agua, brillará y, al mismo tiempo, el bienaventurado Vajrasattva- Aksobhya aparecerá delante de ti procedente del Reino azul de Oriente, llamado de la Alegría Perfecta. Su cuerpo es de color azul, sostiene un
vajra
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de cinco puntas en la mano y se sienta en un trono de elefante, abrazando a su consorte Buddha-Locana. Está acompañado por dos boddhisattvas masculinos, Ksitigarbha y Maitreya, y dos boddhisattvas femeninas, Lasya y Puspa; así aparecerán ante ti estas seis formas del Buddha.
»La luz blanca de la sabiduría en su pureza básica, la sabiduría semejante a un espejo, blanca, deslumbrante, resplandeciente y clara vendrá hacia ti desde el corazón de Vajrasattva y su consorte y te atravesará de tal modo que tus ojos apenas podrán soportarlo. Al mismo tiempo, junto con la luz blanca de la sabiduría, la luz color de humo y tenue de los seres del infierno llegará también hasta ti y te atravesará. En ese momento, bajo la influencia de la cólera que llevas en ti, te sentirás aterrorizado y escaparás de la luz blanca brillante; por el contrario, te sentirás agradablemente atraído por la luz color de humo y tenue de los seres del infierno. En ese momento no deberás estremecerte ni sentirte confundido por la luz blanca, penetrante, brillante y clara, sino que deberás reconocerla como sabiduría. Acércate con fe y devoción, y mantén en tu mente este pensamiento: "Es el rayo de luz de la compasión del bienaventurado Vajrasattva. Tomo refugio en él". Es el bienaventurado Vajrasattva que se te acerca para liberarte de los terrores del bardo; es el gancho del rayo de luz de la compasión de Vajrasattva, y con él te salva.
»No te complazcas en la luz color de humo y tenue de los seres del infierno. Ése es el camino tentador de los velos que te obnubilan. Si eres atraído hacia él, caerás al infierno y te hundirás en la fangosa ciénaga de un sufrimiento insoportable para el que no hay salida. Es un obstáculo que bloquea el camino de la liberación; no lo mires. No te dejes atraer por él, no lo desees. Anhela tan sólo la luz brillante y azul y repite con intensa concentración esta invocación al bienaventurado Vajrasattva:
»Ahora que por mi profunda cólera vago errante en el samsara,
que el bienaventurado Vajrasattva me guíe
por el sendero luminoso de la sabiduría semejante a un espejo;
que su sublime consorte Buddha-Locana me dé su apoyo.
Ayudadme a cruzar el peligroso camino del bardo
y llevadme al estado perfecto de Buddha.
»Diciendo esta invocación con devoción profunda, te disolverás en la luz irisada que surge del corazón del bienaventurado Vajrasattva y te convertirás en un buddha
sambhogakaya
en el Reino oriental de la Alegría Perfecta.»
Día tercero
Pero, a pesar de haber sido instruidos de esta forma sobre el gancho del rayo de luz de compasión, hay algunos que, a causa de su orgullo y de los velos que obnubilan su inteligencia, saldrán huyendo. Entonces, al tercer día las legiones celestiales del bienaventurado Ratnasambhava saldrán a recibirles, junto con el camino de luz que conduce al estado humano. En consecuencia, a fin de proporcionarle la instrucción necesaria, se debe invocar a la persona muerta por su nombre y decir estas palabras:
«Oh hijo de noble familia, escucha sin distracción. En el tercer día, una luz amarilla, el elemento purificado de la tierra, brillará y al mismo tiempo el bienaventurado Ratnasambhava aparecerá delante de ti desde el Reino amarillo del Sur, llamado el Glorioso. Su cuerpo es de color amarillo, sostiene en la mano una joya que concede todos los deseos y se sienta en un trono de caballo, abrazando a su consorte Mamaki. Está acompañado por dos boddhisattvas masculinos, Akasagarbha y Samatabhandra, y dos boddhisattvas femeninas, Mala y Dhupa; así aparecerán ante ti estas seis formas del Buddha que surgen del espacio de la luz del arco iris.
»La luz amarilla de la sabiduría en su pureza básica, la sabiduría de la igualdad, amarillo brillante, adornada con discos de luz, luminosa y clara, que los ojos no pueden soportar, vendrá hacia ti desde el corazón de Ratnasambhava y su consorte y te atravesará de tal modo que tus ojos apenas podrán soportarlo. Al mismo tiempo, junto con la luz de la sabiduría, la luz azulada y tenue de los seres humanos también atravesará tu corazón. En ese momento, bajo la influencia del orgullo que llevas en ti, te sentirás aterrorizado y escaparás de la luz amarilla, penetrante y clara; por el contrario, te sentirás agradablemente atraído por la luz azulada y tenue de los seres humanos. En ese momento no deberás estremecerte ni sentirte confundido por la luz amarilla, luminosa y clara, penetrante y brillante, sino que deberás reconocerla como sabiduría. Deja que tu mente descanse en ella, relajada, en estado de no-acción, y acércate a ella con anhelo. Si la reconoces como la irradiación natural de tu mente, incluso aunque no sientas devoción y no digas la invocación, todas las formas y luces y rayos se fundirán inseparablemente contigo, y alcanzarás la iluminación. Si no puedes reconocerla como la irradiación natural de tu propia mente, suplícale con devoción manteniendo en tu mente este pensamiento: "Es el rayo de luz de la compasión del bienaventurado Ratnasambhava. Tomo refugio en él". Es el gancho del rayo de luz de la compasión del bienaventurado Ratnasambhava.