La profecía de Orión (23 page)

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Authors: Patrick Geryl

Tags: #Ensayo, #Ciencia

BOOK: La profecía de Orión
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Estos «sagrados mandamientos» nos permitirán crear una sociedad mucho más feliz de la que tenemos en el presente. Las ganancias no serán el tema principal, sino la salud mental y física de todos los terrícolas. Es de esperar que la mayor cantidad posible de gente se dé cuenta de esto, luego del impacto del cataclismo, para que los errores de la actual sociedad de consumo no vuelvan a cometerse. Estas son las enseñanzas que debemos transmitir. Un mundo infinitamente mejor será el resultado. Y si usted todavía tiene dudas sobre nuestros hallazgos, siga leyendo.

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LA HISTORIA DE LA ATLÁNTIDA SEGÚN LA TRADUCCIÓN DE ALBERT SLOSMAN

He leído el libro
Le Grand Cataclysme (El gran cataclismo)
de Albert Slosman, una docena de veces, pues me intrigó sobremanera. Al cabo de un año empecé a estudiar los cataclismos con mayor intensidad.

Respuestas. Yo buscaba respuestas. Estudié los lapsos entre los cataclismos anteriores y me preguntaba: «¿Por qué el código de Orión con Venus? ¿Por qué Venus? Es un planeta y no tiene nada que ver con el cataclismo. Así pasaron los meses, y yo pensaba y pensaba, hasta que una luz empezó a brillar. Me pregunté si tenía algo que ver con el Sol. ¡Eso era: el Sol! Me quedé sorprendido por no haber pensado en eso antes. Echemos un vistazo a los acontecimientos en 9792 a.C. Al comparar los datos de las escrituras sacras con los de otros libros que he leído, todo se torna mucho más claro.

Llamas solares encenderán la atmósfera de Venus, como la luz polar, y se tornará tan visible como la Luna, o incluso más todavía, y parte de la atmósfera de Venus explotará en el espacio.

Los mayas describieron estos eventos: Venus era como un segundo Sol y tenía una cola. Por estas razones, los atlantes, los mayas y los egipcios consideraron a Venus como la señal más importante del cielo.

La significativa conclusión que puede extraerse de esto es que, tanto los mayas como los egipcios, siguieron a Venus de manera precisa ¡porque sabían que se volvería a encender en el cielo cuando se produjera el próximo cataclismo! De ahí el código Venus-Orión. En mi decodificación del Códice Dresden (ver más abajo), hallará los importantes números de Venus que llevaron a la decodificación de este códice. ¿Y qué encontrará? La teoría del ciclo de la mancha solar (ver más abajo: también
The Mayan Prophecies [Las profecías mayas]
). Venus no es más que un indicador para hallar el año correcto del cataclismo anterior y del venidero, y no tiene ninguna influencia en el mismo.

Anteriormente expliqué cómo logramos descifrar el código de Venus-Orión, siguiendo las secretas instrucciones de la obra egipcia
El libro de los muertos
. El código sólo puede descifrarse empleando programas astronómicos de alta tecnología. Muestra un increíble relato de sus tradiciones, de su historia y del cataclismo que hizo desaparecer su patria, Aha-Men-Ptah. Este fue uno de los muchos códigos que conseguí descifrar. Nos cuentan las historias de una ciencia secreta, la cual explica cómo el Sol afecta la vida sobre la tierra. Aquí, yo tenía que hacer algo similar.

Albert Slosman tradujo que la catástrofe anterior había sido predicha basándose en eventos anteriores. En ese año, la Atlántida desapareció parcialmente bajo lo que entonces era el Polo Norte (Polo Sur ahora). A esto le siguió una importante ola. ¿Habrá hecho Venus en esa ocasión, un giro encima de Orión? Pudimos contestar esta pregunta en septiembre de 2000, porque esto sucedió en el año 21312 a.C. y los últimos programas astronómicos llegaban hasta el 10000 a.C. Investigamos el 21312 a.C. y los años circundantes y, según nuestros hallazgos, Venus no hizo un giro encima de Orión.

También tenemos la fecha de 29808 a.C. En ese año se produjo una reversión polar, y otra vez, Venus no hizo un giro encima de Orión.

Entonces, yo debía buscar en alguna otra parte el código de Venus. Pero ¿dónde? Mi punto de partida era que se había predicho el cataclismo anterior de 9792 a.C. ¿Podría yo hallar más códigos de Venus en los sucesos anteriores? Empecé a estudiarlos detalladamente (ver la página siguiente).

Comencé por mirar estas tablas. ¿A qué jugaban los egipcios con estos ciclos? ¿Era un juego de números? ¿Acaso, los números escondían un mensaje oculto? ¿Podría yo hallar los números de Venus en él? ¿Debería seguir instrucciones secretas? Preguntas, preguntas y más preguntas, ¡pero ninguna respuesta!

Los números codificados de Venus

Los egipcios y los mayas usaron estas observaciones del planeta Venus, para hallar una conexión entre los cataclismos. ¿Cuál es el número de Venus? Eso es fácil de responder: 584. Este es el ciclo sinódico de Venus en días. Los ciclos sinódicos del planeta Venus alrededor de la Tierra muestran fluctuaciones marginales en la duración, entre 581 y 587 días. Si bien estas fluctuaciones en sí mismas eran conocidas por los mayas, ellas eran, de hecho, mucho más interesantes por la razón que hay detrás de estas pequeñas variaciones, es decir, los cambios en la relación entre el plano de rotación de Venus y el eje rotativo de la Tierra misma. Sí, pensé para mí, esta podía ser la respuesta: una relación entre Venus y el eje rotativo de la Tierra misma. Hasta no hace mucho tiempo, nuestros propios astrónomos ni siquiera habían notado esto, pero los mayas estaban sumamente obsesionados con este ciclo, al cual le siguieron el rastro, adentrándose en la historia y arribando a épocas muy anteriores a su propio tiempo.

35712 a.C.: establecimiento de la Atlántida

Duración
Era

Duración acumulada

de los ciclos

864
Libra
864
2592
Virgo
3456
2448
Leo
5904

Cataclismo. Año 29808 a.C. ¡Primera reversión polar! La Tierra empezó a girar en el sentido contrario. El Este se convirtió en Oeste, y viceversa.

Duración
Era

Duración acumulada

de los ciclos

1440
Leo
1440
2592
Virgo
4032
1872
Libra
5904
1872
Escorpio
7776
720
Sagitario
8496

Cataclismo: Año 21312 a.C. La Tierra giró 72 grados en el zodíaco ¡en media hora! ¡Esto es increíblemente rápido! Observación: ¡No es una reversión polar, sino un rápido giro en la misma dirección!

Duración
Era

Duración acumulada

de los ciclos

576
Acuario
576
2016
Piscis
2592
2034
Aries
4896
2304
Tauro
7200
1872
Géminis
9072
1872
Cáncer
10 944
576
Leo
11 520

Cataclismo: Año 9792 a.C. ¡Segunda reversión polar! Total de años desde el comienzo: 5904 + 8496 + 11 520 = 25 920 = fecha de una precesión = ¡fin de la Atlántida!

Duración
Era

Duración acumulada

de los ciclos

1440
Leo
1440
1872
Cáncer
3312
1872
Géminis
5184
2304
Tauro
7488
2304
Aries
9792
2012
Piscis
11 803

2012:
PRÓXIMO CATACLISMO

Figura 34
. Los cambios en el movimiento de la Tierra, después de los cataclismos anteriores.

Como el observatorio de Chichen Itzá lo denota, los antiguos mayas eran expertos en astronomía, matemáticas, calendarios, ciclos, etc.; tenían una idea muy compleja de su lugar en el universo, lleno de grandes y aterradores dioses. Pero eran también increíblemente científicos en sus observaciones astronómicas, con calendarios sumamente precisos, basándose de manera predominante, en el planeta Venus.

Los antiguos mayas estaban muy obsesionados con los números y la medición del tiempo en general. Por cierto, su pericia en las matemáticas era de tal magnitud, que ahora se les confiere el crédito de haber inventado el concepto del cero, permitiéndoles manejar grandes números con facilidad.

Los números no eran simples conceptos abstractos utilizados para sus calendarios, la astronomía y la arquitectura, no, los antiguos mayas pensaban que cada número poseía un espíritu propio. Para ellos, los números eran manifestaciones de las energías del universo.

Este sistema del calendario era mucho más complejo y preciso que el que poseemos nosotros. Basándose en los movimientos planetarios, no sólo podía predecir los eclipses solares que los mayas, por cierto, podían ver, sino también los eclipses que se producían del otro lado del mundo o en un futuro lejano. El calendario era tan sofisticado que, incluso, predecía con toda exactitud los eclipses que habían ocurrido recientemente. Los mayas consideraban a su calendario como un legado de los pueblos más antiguos, un regalo de los dioses, de los que podían verlo todo. Los astrónomos modernos están recién empezando a «descubrir» los principios básicos del calendario maya.

Para los mayas, el tiempo y el espacio estaban inextricablemente vinculados. Nos ayuda a comprender la naturaleza cíclica de los calendarios mayas y la manera que tenían de calcular el final del mundo. Pensando en esto, empecé a buscar una fecha entre los cataclismos anteriores y resultó ser una aventura en el tiempo realmente asombrosa. Imagine mi asombro cuando aprendí que existe una conexión entre los códigos de Venus y el ciclo sotíaco (de Sirio) en Egipto (ver en el Apéndice, Otras decodificaciones). Estos descubrimientos estaban ocultos en la fecha, entre el cataclismo de 21312 a.C. y el de 9792 a.C. Si los resta, obtendrá 11 520 años. Más aún, en el año 21312 a.C, la Tierra giró 72 grados en el zodíaco. El número 72 no es arbitrario, es esencial desde el ciclo de precesión (72 x 360 = 25 920 ). Como sabemos, los egipcios comprendieron las complejas relaciones astronómicas, alineando los templos para que coincidieran con el ciclo de precesión y cambiando la identidad de Apis —el toro— por Aries —el carnero—, con lo cual se reflejaba la precesión de los cielos sobre la tierra. Y el número 72 es esencial en estas explosiones de resultados creativos, de logros milagrosos de seres humanos tecnológica y artísticamente superiores. Entonces, pensé que ellos también habían codificado el número 72 en los 11 520 años entre los cataclismos. Yo multipliqué 11 520 por la cantidad de días en un año según los mayas y los egipcios (365 y 360, respectivamente), y lo dividí por 72. Para mi sorpresa, ¡hallé los números codificados 584 y 576 de Venus que empleaban los mayas! Y eso no es lo único que hallé.

El ciclo sotíaco o de Sothis (Sirio) de Egipto

Por el mismo método se pueden hallar los números codificados 1460 y 1461 del ciclo sotíaco de Egipto (ver el Apéndice). Es irrefutable, y quedé pasmado por sus avanzadas matemáticas. Me maravillé por su inteligencia, atestigüé su pericia y me asombré al pensar cómo lo sabían. Es simplemente increíble, y me pregunté: ¿Qué mentes similares a las de los dioses podían codificar toda esta información en un solo número? El número representaba un lenguaje de simbolismos que describe los acontecimientos del mundo real. Describe la historia, la astronomía y más —sin el uso de un lenguaje limitado— para los pueblos futuros como nosotros mismos.

Tenían conocimiento de los mecanismos de las hecatombes que afectan la Tierra periódicamente, y podían calcularlas. Parece razonable sugerir que ellos deseaban transmitirnos estos conocimientos. Pero ¿cómo podría una civilización comunicarse con otra que iba a emerger miles de años más tarde, con libros quemados por los sucesivos cambios ideológicos, idiomas perdidos e ideas aniquiladas? ¿De qué manera, las instrucciones decodificadoras podrían transmitirse a otra raza con un idioma extraño y un método igualmente extraño de escritura? Hay sólo dos constantes que son comunes denominadores de las civilizaciones avanzadas: los números y la astronomía.

A fin de acomodar esto, los atlantes y sus descendientes usaron los números más simples posibles. Sumando o restando un «número sagrado» hallaron otros números que posibilitaron decodificaciones futuras. Si usted ahora se ubica en su posición, podrá decodificarlo. Sus posibilidades de sobrevivir aumentan considerablemente. También debe recordar que el método de codificación depende de la importancia del mensaje, empleándose métodos más concretos para mensajes más importantes, con lo cual se incrementan en gran medida las probabilidades de que su mensaje se transmita. Estas consideraciones fueron las que persuadieron a los egipcios para codificar sus mensajes en sus sistemas numéricos, de astronomía, de cálculos del tiempo y de arquitectura. Algunos de ellos van a soportar los estragos del tiempo, aumentando la certeza de la decodificación y la transmisión. Entonces, dirigí mi interés hacia la decodificación de sus números. Esa era una parte de la historia. Aun entonces, no contento con el éxito de esta decodificación, seguí progresando más todavía, decodificando mensajes astronómicos que habían dejado en sus escritos. Estos se apoyaban entre sí, brindando una abrumadora respuesta a los incrédulos. Todos ellos dicen lo mismo: las reversiones polares son un hecho de la vida. Cada 12 000 años volverán a suceder. Usted sólo debe comprender los números.

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