La corona de hierba (144 page)

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Authors: Colleen McCullough

Tags: #Histórica

BOOK: La corona de hierba
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Carinae
. Uno de los barrios más elegantes de Roma. La
Carinae
(que incluía el Fagutal) eran los altos norte del monte Opiano en su lado oeste y se extendía entre la Velia y el Clivus Pullius, con vistas al sudoeste, a las marismas de Palus Ceroliae y al Aventino.

Cartago
. Capital y centro principal del imperio comercial fundado por los fenicios en el Norte de Africa (la actual Tunicia), situada en una de las mejores playas mediterráneas; las condiciones portuarias naturales estaban complementadas por masivas construcciones. Cuando Escipión Emiliano puso fin a la hegemonía cartaginesa en la tercera guerra púnica, Cartago dejó de existir.

casco ático
. Casco ornamental que llevaban los oficiales romanos, generalmente de rango superior al de centurión. Es el tipo de casco que suelen exhibir las estrellas de Hollywood en las películas de romanos, aunque dudo mucho de que el casco ático estuviera rematado por plumas de avestruz. Si que existían plumas de avestruz, pero cuando menos su uso habría sido considerado decadente.

celtas
. Es más bien la denominación moderna aplicada a una raza de bárbaros que llegó del norte de Europa central en los primeros siglos del primer milenio a. JC. A partir del 500 a. JC., los celtas trataron de invadir las tierras del Mediterráneo europeo; en España y la Galia lo consiguieron, mientras que en Italia, Macedonia y Grecia no lo lograron. Sin embargo, en el norte de Italia, Macedonia, Tesalia, Illyricum y Moesia se asentaron en grandes poblamientos en los que progresivamente se mezclaron con sus habitantes más antiguos. Los celtas eran racialmente distintos a los germanos, aunque afines a ellos, y se consideraban un pueblo discreto de tradiciones religiosas más complejas que aquéllos. Sus idiomas tenían cierta similitud con el latín. Un romano rara vez empleaba la palabra «celta»; decía «galo».

Celtíberos
. Nombre dado a un contingente de raza celta que cruzó los Pirineos y se estableció principalmente en las regiones central, occidental y noroeste de la península ibérica. En la época de Cayo Mario y Sila, estaban tan integrados que solía considerárseles indígenas.

censo por cabezas o por personas
. Es el término empleado en la obra para denominar a los ciudadanos romanos de más baja categoría, por ser demasiado pobres para reunir los requisitos del censo para una de las cinco clases económicas. Lo que hacían los censores era un «recuento de cabezas». He optado en muchos casos por denominarlos así, en vez del «proletariado» o «las masas», dada nuestra actitud posmarxista con tales términos, que en el contexto antiguo de los hechos se prestaría a confusión (véanse también
capite censi
y proletariO.

censo
. Cada cinco años, los censores ponían al día los rollos del listado de los ciudadanos romanos. En ellos figuraban los nombres de todos con los detalles de la tribu a que pertenecía, su clase económica, propiedades, rentas y familia. Ni las mujeres ni los niños figuraban inscritos como ciudadanos romanos, aunque existen casos documentados en las fuentes antiguas en los que se concede a una mujer la ciudadanía romana por derecho propio. El censo de la ciudad de Roma se efectuaba en el Campo de Marte en un estrado especial levantado al efecto; los que vivían fuera de Roma, tenían que acudir ante las autoridades del municipio más próximo, y los residentes en el extranjero, presentarse al gobernador. No obstante, hay pruebas de que los censores del 97 a. JC., Lucio Valerio Flaco y Marco Antonio Orator, modificaron el procedimiento de inscripción de los itálicos que vivían fuera de Roma.

censor
. El más alto magistrado romano, aunque no tenía
imperium
y, por lo tanto, no llevaba escolta de lictores. Nadie que no hubiese sido previamente cónsul podía aspirar al cargo de censor, y sólo los consulares con una enorme
auctoritas
y
dignitas
solían atreverse a ser candidatos. Ser elegido censor era la culminación de la carrera política de un particular, porque el cargo le confería la categoría de uno de los primeros hombres de Roma. El censor (se elegían dos a la vez) ocupaba su cargo durante cinco años (el
lustrum
) aunque sólo se entregaba de lleno a sus funciones el primer año y medio; él y su colega efectuaban el escrutinio de los que accedían al Senado, se encargaban del
ordo equester
(los caballeros) y de los depositarios de los caballos públicos (los mil ochocientos caballeros más antiguos) y efectuaban un censo general de ciudadanos romanos, no sólo en Roma, sino en toda Italia y las provincias romanas. El censor entendía también en cuanto a los requisitos económicos de las categorías censales, las contratas estatales y diversas obras y edificios públicos.

centuriada, asamblea
. Véase
Asamblea
.

centurión
(
centurio, centuriones
). El oficial corriente en las legiones de ciudadanos romanos y auxiliares. Es un error equipararlo al suboficial contemporáneo; los centuriones eran auténticos profesionales de categoría muy distinta a la de la oficialidad actual. Un general romano derrotado apenas se preocupaba si perdía tribunos militares, pero se mesaba los cabellos si perdía centuriones. El grado de centurión tenía varios niveles; el centurio más bisoño mandaba un grupo de ochenta soldados y veinte no combatientes, llamado centuria. En el ejército de la época republicana, reorganizado por Cayo Mario, cada cohorte tenía seis centuriones, y el más antiguo, el pilus prior, mandaba la centuria más antigua de la cohorte y toda la cohorte. Los diez hombres que mandaban las diez cohortes que constituían una legión tenían también grados de antigüedad, siendo el centurión más veterano, el
primus pilus
, el único responsable ante el comandante de la legión (uno de los tribunos elegidos de los soldados, o uno de los lugartenientes del general). En tiempos de la república podía llegar a serlo un soldado raso.

cidro
. La madera más apreciada en carpintería fina en el mundo romano, muy difundida durante el último siglo de la república. Se obtenía de las enormes raíces del Callitris quadrivavis vent., un árbol parecido al ciprés que crecía en las altiplanicies africanas desde el septentrional oasis de Ammonium y la Cirenaica hasta el Atlas mauritano; hay que señalar que el árbol no guarda relación con el naranjo ni el limonero. Según los ejemplares, se obtenía diverso veteado de la madera, todos con su nombre respectivo, tigre con una granulación larga y ondulada, pantera en forma espiral, Pavo real con ojos como los de la cola del animal, perejil con dibujo arrugado, etc. En tiempos de la república se cortaba macizo y no en chapa (la escasez fue lo que impuso los chapeados durante el imperio), siempre sobre pedestal o patas de marfil, y generalmente con incrustaciones en oro. De ello surgió un oficio artesanal mixto, los citrarii y eborarii, al que pertenecían ebanistas y tallistas de marfil. Casi toda la madera de cidro estaba destinada a hacer tapas de mesa, en las que realmente resaltaba la belleza del veteado, pero también se torneaba para hacer cuencos. No se han conservado mesas, pero existen algunos cuencos en los que puede comprobarse que este tipo de madera era de una gran belleza.

Cilicia
. Era una región de la Anatolia sur situada enfrente de la península Cleides de Chipre y que se extendía hacia el oeste hasta el extremo de la isla, uniéndose a la Panfilia. Su frontera oriental la constituía la cordillera del Amanus que la separaba de Siria. La Cilicia occidental era accidentada, árida y muy montañosa, mientras que la Cilicia oriental (llamada Cilicia Pedia) era una vasta llanura fértil regada por el Pyramus, el Sarus y el Cidno, y su capital Tarso sobre el Cidno. Los eruditos modernos difieren en cuanto al origen de Cilicia como provincia romana, pero en mi opinión existen suficientes pruebas indicativas de que fue Marco Antonio Orator quien la anexionó durante su campaña contra los piratas en el 101 a. JC. Desde luego, Sila fue nombrado gobernador de la Cilicia en la década de los noventa, bastante antes de la guerra mársica.

cimbros
. Una vasta confederación de tribus germánicas establecida en la parte norte del Quersoneso Címbrico (la actual península de Jutlandia), hasta que aproximadamente en el 120 a. JC. una catástrofe natural les obligó a abandonar su patria. Junto con sus vecinos del sur, los teutones, iniciaron una épica migración para encontrar otra patria; la migración duró veinte años y los llevó por un itinerario de miles de kilómetros hasta que tropezaron con Roma y Cayo Mario, siendo virtualmente aniquilados en Vercellae en el 101 a. JC.

ciudadanía
. En el contexto de esta obra es la ciudadanía romana. Su posesión permitía al interesado votar en la tribu de su clase (si cumplía los requisitos económicos para pertenecer a una clase) en todas las elecciones de la ciudad de Roma. No podía ser azotado, tenía derecho a un proceso ante un tribunal romano y derecho de apelación. Según las épocas, los padres tenían que ser ciudadanos romanos o bien solamente el padre (de ahí el
cognomen
Hybrída); después de la lex Municia del 91 a. JC., un varón romano que contrajese matrimonio con una mujer no romana tenía que adquirir un conubium para su esposa si quería que el hijo fuese ciudadano romano. El ciudadano estaba sujeto a servicio militar al cumplir los diecisiete años y obligado a servir en diez campañas o seis años. Con anterioridad a la época de Mario y antes de la reforma del ejército, sólo si tenía suficientes medios para comprarse las armas y mantenerse durante la campaña si servía en las legiones. Después, las legiones estuvieron formadas por hombres con medios y por pobres del
capite censi
.

ciudadela. Una fortaleza en lo alto de un escarpe, o la parte de una plaza alta fortificada y rodeada de murallas, como era el caso del reducto del Janículo en Roma.

clases
. Las cinco divisiones económicas relativas a propiedades o rentas fijas de los ciudadanos romanos. Los miembros de la primera clase eran los más ricos y los de la quinta, los más pobres. Los
capite censi
no pertenecían a ninguna clase y no podían votar en la asamblea centuriada.

cliente
. En latín,
cliens
. El término denota a un hombre libre o a un liberto (aunque no tenía que ser ciudadano romano) que se comprometía con otro que se llamaba patrón (
patronus
). El cliente se obligaba por la más solemne vinculación moral a servir los intereses y obedecer a los deseos del patrón a cambio de diversos favores (generalmente sumas de dinero, cargos o ayuda legal). El esclavo liberto se convertía automáticamente en cliente de su antiguo amo, excepto en el caso de que se le eximiera de la obligación. Una especie de estructura de honor regía la conducta del cliente en relación con su patrón, y era notable el respeto que le merecía. Ser cliente no significaba necesariamente que uno no pudiera ser patrón, aunque era más difícil ser el patrón supremo, porque sus propios clientes lo eran a su vez de su patrón. Durante la república no existían leyes propiamente dichas que regulasen la relación cliente-patrón, pues no eran necesarias, y nadie podía esperar prosperar en la vida si transgredía esa función social. No obstante, sí que había leyes para regular la relación entre un cliente extranjero y el patrón, y respecto a los reinos extranjeros que tenían a Roma como patrón, existía la obligación legal de pagar rescate por los ciudadanos romanos secuestrados en su territorio, un hecho que aprovechaban los piratas como fuente adicional de ingresos. Así, no sólo los individuos se convertían en clientes, sino también ciudades y paises.

clivus
. Calle en cuesta. En Roma, que es ciudad de colinas, había muchas.

cognomen
,
cognomina
. Apellido o sobrenombre de los varones que deseaban distinguirse de los que tenían el nombre y el gentilicio igual al suyo. En algunas familias se hicieron necesarios más de un
cognomen
; por ejemplo, Quintus Caecilius Metellus Pius Scipio Nasica. Quintus era el nombre (
praenomen
, o de pila, como decimos nosotros), Caecilius era el gentilicio (nomen) y Metellus Pius Scipio Nasica eran
cognomina
. El
cognomen
solía denotar cierto rasgo físico o de carácter —grandes orejas, pies planos o joroba— o era la reminiscencia de alguna hazaña, como en el caso de los Cecilios Metelos que llevaban el sobrenombre de Dalmático, Baleárico o Numídico. Muchos
cognomina
eran notablemente sarcásticos e ingeniosos.

cohorte
. Tras las reformas introducidas por Cayo Mario en el ejército, la cohorte era la unidad táctica de la legión romana formada por seis centurias; en circunstancias normales, una legión constaba de diez cohortes. Tratándose de movimientos de tropas, era costumbre referirse a la potencia de un ejército romano definiéndolo en función de sus cohortes en vez de sus legiones; así, veinticinco cohortes en lugar de dos legiones y media o cinco cohortes en lugar de media legión.

colegio
. Entidad formada por la asociación de determinado número de personas con algo en común. Había, así, colegios sacerdotales (de pontífices), colegios políticos, como el de los tribunos de la plebe, colegios religiosos, como el de los lictores, y colegios de oficios (el gremio de sepultureros). Determinados grupos de todos los estratos sociales (incluidos los esclavos) se agrupaban en colegios que cuidaban de las encrucijadas y celebraban sus fiestas anuales, las Compitalia.

comitia
. Véase Asamblea.

Comitia
. La amplia hondonada circular en que se celebraban las reuniones de los
comitia
, situada en el bajo Foro junto a la escalinata del Senado y a la basílica Emilia, formada por una serie de gradas. Algo apretados, podría dar cabida a unas tres mil personas. En un lateral de la misma estaba el
rostra
o tribuna de oradores.

condemno
. Una de las palabras que utilizaba el jurado al deliberar sobre el veredicto de culpabilidad. La otra era damno (véase ese artículo).

confarreatio
. La modalidad más antigua y estricta del matrimonio romano. En tiempos de Mario y Sila, sólo los patricios recurrían a ella, aunque no todos, pues no era obligatoria. En la
confarreatio
, la novia pasaba de la potestad paterna a la del marido y no adquiría independencia alguna; por eso la
confarreatio
no era popular como las otras formas de matrimonio que concedían a la mujer mayor control sobre sus negocios y la dote. La dificultad para divorciarse era la otra razón de su impopularidad; el divorcio (
diffarreatio
) era un asunto muy laborioso desde el punto de vista religioso y legal, al que nadie quería recurrir, salvo en caso de no existir otra solución.

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