Guía de la Biblia. Antiguo Testamento (64 page)

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Authors: Isaac Asimov

Tags: #Histórico

BOOK: Guía de la Biblia. Antiguo Testamento
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En definitiva, el Predicador considera que lo único que puede hacerse es aprovechar las alegrías temporales y efímeras que acaecen, sin preocuparse por nada más duradero:

Eclesiastés 8.15.
... el hombre no tiene bien bajo el sol sino comer, beber y alegrarse...

Y, al fin, vuelve a la tesis inicial:

Eclesiastés 12.8.
Vanidad de vanidades, dijo el Cohelet, y todo vanidad.

Otro escritor, aparentemente asombrado del pesimismo del Cohelet, introdujo un añadido al libro; un epígrafe que llegó a incluirse en el canon. Esta es su esencia:

Eclesiastés 12.12.
... Teme a Dios y guarda sus mandamientos...

La sabiduría de Salomón

No toda la literatura sapiencial logró ser admitida en el canon judío aunque se atribuyera a Salomón. Sucedió tal cosa cuando libros supuestamente escritos por Salomón se redactaron realmente después de la fecha aproximada del 150 aC. Caso destacado es un libro escrito al parecer por un judío alejandrino entre el año 100 y el 50 aC.

El autor, desconocido, asume la personalidad de Salomón para representar su alabanza de la Sabiduría personificada. Por esa razón, el libro se denomina «La sabiduría de Salomón».

La identificación del autor con Salomón es más clara en el capítulo séptimo:

Sabiduría de Salomón 7.7.
Por eso oré, y me fue dada la prudencia, invoqué al Señor y vino sobre mí el espíritu de la sabiduría.

Es evidente que se refiere al pasaje del primer libro de los Reyes en que Salomón anuncia que ha visto a Dios en sueños y que le ofreció la concesión de cualquier deseo. Salomón, en su sueño, responde:

1 Reyes 3.9.
Da a tu siervo un corazón prudente para juzgar a tu pueblo y poder discernir entre lo bueno y lo malo...

Pero como Salomón no es el autor, este libro apócrifo se denomina, de manera más apropiada «Libro de la Sabiduría», y con ese nombre aparece en las versiones católicas de la Biblia.

Eclesiástico

Otra obra de literatura sapiencial es notable por mencionar el nombre de su autor, que habla por sí mismo y no intenta atribuir sus palabras a un personaje meritorio de la antigüedad.

Eclesiástico 50.29.
[192]
Doctrina sabia y sentencias prudentes consignó en este libro Jesús, hijo de Sirac, de Jerusalén...

Por esa razón, el libro se tituló «Sabiduría de Jesús, hijo de Sirac». El nombre se transcribe en su forma griega. En hebreo sería «Josué Ben Sira». El libro se redactó demasiado tarde para ser incluido en el canon, y se le comprendió entre los apócrifos. Sin embargo, lo hallamos en las versiones católicas de la Biblia.

Debido a su alto contenido de enseñanzas éticas, se utilizó mucho como libro de consulta para componer sermones, y desde tiempos muy antiguos estuvo estrechamente vinculado a la prédica eclesiástica. Cipriano, arzobispo de Cartago, empezó a llamarlo «EccIesiasticus» («libro de iglesia») en fecha tan temprana como el 250 dC, y desde entonces se ha mantenido la costumbre.

Sobre la fecha en que se escribió el libro, puede deducirse algo por una referencia del final del libro. El autor empieza:

Eclesiástico 44.1.
Alabemos a los varones gloriosos, nuestros padres...

Procede entonces a enumerar los personajes notables de la historia bíblica: Enoc, Noé, Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, Arón, Fines, Josué, Caleb, Samuel, Natán, David, Salomón, Elías, Eliseo, Ezequías, Isaías, Josías, Jeremías, Ezequiel, Zorobabel y Nehemías.

Tras terminar la lista, trata de alcanzar el punto álgido alabando a un dirigente espiritual del pueblo, llevando a cabo un breve repaso de la historia de lo que entonces era la edad contemporánea:

Eclesiástico 50.1.
Príncipe de sus hermanos y gloria de su pueblo fue Simón, hijo de Onías, sumo sacerdote. En su vida fue restaurada la casa y en sus días fue consolidado el templo.

El problema es que en la época griega primitiva había dos sumos sacerdotes con el nombre de Simón. El primero, a quien denominaremos Simón I, fue sumo sacerdote alrededor del 300 aC, y el segundo. Simón II, lo fue hacia el 200 aC. Además, los padres de ambos se llamaban Onías. Aunque es más probable que el aquí referido sea Simón II, porque si el libro se hubiese escrito en el 300 aC o poco después, es muy probable que se hubiera incluido en el canon.

En apoyo de esta opinión hay una referencia en el prólogo del libro.

El Eclesiástico se escribió originalmente en hebreo. El libro se perdió y, en tiempos cristianos, se conocía únicamente en griego y en arameo, en traducciones a esas lenguas del manuscrito. Pero el hecho de la existencia del original hebreo quedó demostrado por la declaración de un nieto del autor. Fue a Egipto, donde los judíos hablaban griego y, en un prólogo que suele incluirse en el libro, explicó con decorosa modestia que trabajó para preparar una traducción griega del hebreo. En cuanto a la fecha de su llegada a Egipto, fue «en el año treinta y ocho del reinado de Evergetes».

Los trece reyes macedonios de Egipto, que reinaron del 305 al 44 aC, adoptaron todos el nombre de Tolomeo, pero cada uno se dio un segundo nombre, o se lo añadieron cortesanos lisonjeros, que solía ser de alabanza. «Evergetes», por ejemplo, significa «benefactor». Hubo dos Tolomeos de ese nombre. Uno fue Tolomeo III, que reinó del 246 al 221 aC, y el otro fue Tolomeo VII, que reinó del 145 al 116 aC. El primero reinó veinticinco años y el segundo veintinueve, de manera que ninguno de los dos tuvo un «año treinta y ocho».

Pero en el caso de Tolomeo VII, el período del 145 el 116 aC abarca solamente la etapa en que él era el soberano único. Su hermano mayor empezó a reinar en el 181 aC como Tolomeo VI, pero su política fue desafortunada. En el 170 aC, se mostró tan incompetente para dirigir la guerra que la opinión pública le obligó a que asociara al trono a su hermano menor. Podría decirse entonces que Tolomeo VII empezó a reinar en el 170 aC, y su «año treinta y ocho» sería, más o menos, el 132 aC.

Si suponemos que el abuelo del traductor escribió el libro medió siglo antes, el Eclesiastés podría fecharse hacia el 180 aC.

La existencia de una versión hebrea del Eclesiastés fue confirmada en 1896, cuando se encontraron partes de manuscritos hebreos que contenían unos dos tercios del libro. Otras secciones del Eclesiastés se hallaron entre los Manuscritos del mar Muerto.

22. Cantar de los Cantares

Salomón • Engadí • Sarón • El arrullo de la tórtola • Tirsa • Sulamita

Salomón

El tercero de los libros canónicos atribuidos a Salomón es el Cantar de los Cantares. El versículo primero es su título:

Cantar de los Cantares 1.1.
Cantar de los Cantares, de Salomón.

Con «Cantar de los cantares» expresa la lengua hebrea el máximo de denotación. Es el cantar mejor, o el más bello, de los escritos por Salomón. Su título hebreo es «Shir Ha-shirim».

Como en el caso del Eclesiastés, el autor de este libro no es Salomón. Se compuso después del Exilio, hacia el 300 aC o incluso en fecha más tardía. Se atribuye a Salomón por la tradicional habilidad literaria de dicho rey.

1 Reyes 4.32.
Profirió
(Salomón)
tres mil parábolas y sus cantos fueron mil cinco.

El Cantar de los Cantares es un poema de amor, francamente erótico, compuesto, al parecer, para celebrar una boda. Lo que también resulta apropiado, pues Salomón tuvo numerosas mujeres y, presumiblemente, era un amante experimentado:

1 Reyes 11.3.
Tuvo setecientas mujeres... y trescientas concubinas...

Debido a la naturaleza erótica del libro, se suelen encontrar valores alegóricos que superen la descripción de la pasión carnal. Con el retrato del amor entre un hombre y una mujer, los judíos pretenden convertirlo en el amor de Yahvé y de Israel; los católicos, en el amor entre Cristo y la Iglesia; los protestantes, en el amor entre Dios y el alma de un hombre.

Sin embargo, si nos limitamos a aceptar las palabras al pie de la letra, el libro es un poema de amor humano; y muy bello, además.

Al interpretarlo en sentido literal, parecería una especie de drama poético en el que hablan una serie de personajes diferentes: el esposo, la esposa, un coro de mujeres y, tal vez, otros. Debido a que el libro, tal como aparece en la Biblia, no da indicaciones de cuándo deja de hablar un personaje para que empiece otro, ni qué personaje dice algo en concreto, la clasificación de los parlamentos presenta un problema difícil pero que, afortunadamente, no nos concierne a nosotros.

Desde luego, algunos parlamentos son bastante claros. Sin duda, la esposa es quien dice:

Cantar de los Cantares 1.5.
Soy morena, pero hermosa, como los pabellones de Salomón.

Cantar de los Cantares 1.6.
... soy morena: es que me ha quemado el sol...

El adjetivo «morena» no significa que la novia sea negra, pues su color es el resultado de haber tomado el sol. Está bronceada. La Revised Standard Version traduce el versículo quinto por: «Soy muy morena», y el versículo sexto, por: «soy aceitunada».

Tal vez se tienda a pensar que se trata de la princesa egipcia que se casó con Salomón, ya que tendría un color oscuro. O tal vez fuese la reina de Saba; una mujer árabe, aceitunada. Sin embargo, sólo imaginaremos tal cosa si pensamos que el poema lo escribió Salomón. Si nos limitamos a considerarlo como un poema de amor dentro de la tradición salomónica, la esposa es, probablemente, una campesina

Cantar de los Cantares 1.6.
... Los hijos de mi madre ... ; me pusieron a guardar viñas...

Engadí

La esposa habla de su amado:

Cantar de los Cantares 1.14.
Es mi amado para mí racimito de alheña de las viñas de Engadí.

Engadí se encuentra en medio de las costas occidentales del mar Muerto. Daría la impresión de ser un lugar en el que reina la desolación, pero gracias a la presencia de arroyos naturales es un oasis. «Engadí» significa «manantial del cabrito». Es famoso en la historia judía por ser uno de los lugares donde se refugió David de la persecución de Saúl:

1 Samuel 24.1.
[193]
... David ..., se estableció en los lugares fuertes de Engadí
.

La palabra hebrea
kopher
significa alheña, un arbusto de flores blancas y olorosas. La Revised Standard Version lo traduce así: «Mi amado es para mí un racimo de capullos de alheña».

Sarón

La esposa vuelve a describirse a sí misma:

Cantar de los Cantares 2.1.
Yo soy el narciso de Sarón,
[194]
un lirio de los valles
.

Sarón es una llanura costera entre Jefa y el monte Carmelo, de unos ochenta kilómetros de largo por diecinueve a nueve y medio de ancho. En la Biblia no aparece con frecuencia porque durante la mayor parte de la historia bíblica estuvo ocupada por fenicios y filisteos.

Con David pasó a manos israelitas. Allí tenía éste rebaños que pastaban bajo la vigilancia de un pastor de la comarca:

1 Crónicas 27.29.
Sitraí, de Sarón, sobre el ganado vacuno que se apacentaba en Sarón ...

El arrullo de la tórtola
[195]

El Cantar de los Cantares está lleno de bellas imágenes naturales, pero una de ellas no suena bien a los oídos modernos, aunque no es suya la culpa. La esposa dice que su amado ruega que le acompañe porque es primavera:

Cantar de los Cantares 2.12.
Ya se muestran en la tierra los brotes floridos, ya ha llegado el tiempo de la poda,
[196]
y se deja oír en nuestra tierra el arrullo de la tórtola.

La frase «voz de la tortuga» parece extraña, porque para nosotros la tortuga es un reptil feo, de movimientos lentos, que tiene caparazón y carece de voz; no se la asocia con la primavera, y desde luego no tiene vinculación alguna con la hermosura de las flores y los pájaros.

Pero nosotros somos los equivocados, no el versículo. Hay una especie de pájaro que llamamos tórtola, nombre derivado de una antigua palabra teutona que hace referencia a su plumaje deslustrado, más bien oscuro. Produce un sonido arrullante que algunos pueden parecer como tor-tor-tor-tor. La palabra hebrea equivalente, que imita tal sonido, es
tur
, y la latina es
tur-tur
. Si sustituimos la «l» del final por una «r», se convierte en «turtle». El arrullo de la tórtola se refiere al canto de la tórtola migratoria que llega a Jerusalén en la primavera.

Pero también tenemos el reptil que antes mencionamos, Se denomina tortuga (
tortoise
), término que tal vez (pero no seguro) se derive de una palabra latina que significa «torcido»
[197]
por sus patas corvas. A oídos de los marinos angloparlantes, «tortoise» suena raro, y la sustituyen por «turtle», que es más familiar, dando así al feo reptil el nombre de un pájaro agradable.

Para distinguir el ave del reptil, resultó necesario llamar al pájaro «turtledove». Así lo denomina en otras partes la versión King James, pero no en el Cantar de los Cantares. La Revised Standard Version elimina la evidente anomalía diciendo: «y la voz de la tórtola se oye en nuestra tierra».

Tirsa

Se describen las punzadas del amor temporalmente perdido y la emoción del amor recobrado, y en un momento dado el esposo dice a la esposa:

Cantar de los Cantares 6.4.
Eres, amada mía, hermosa como Tirsa, encantadora como Jerusalén...

El paralelismo de la poesía hebrea obliga al escritor a buscar un sinónimo o analogía de Jerusalén. Pudo emplear Sión, pero buscó algo menos corriente y escogió Tirsa. Igual que Jerusalén era la capital del reino del Sur, del mismo modo fue Tirsa capital del reino del Norte desde Jeroboam I a Omri, aproximadamente del 900 al 880 aC (v. cap. 11). Esto indica que el poema se escribió después de la época de Salomón, pues Tirsa no era en absoluto análoga a Jerusalén en el reinado de un soberano que rigió en un reino unido.

Por otro lado, no podemos utilizar este versículo como prueba de que el poema se escribiera necesariamente antes del reinado de Omri, cuando Samaria sustituyó a Tirsa como capital de Israel. El utilizar a Samaria como equivalente de Jerusalén en la época posterior al Exilio habría parecido insultante, porque entonces Samaria era el centro de los odiados y heréticos samaritanos. Por tanto, el autor se vio forzado a remontarse de Samaria a Tirsa, que no carecía de asociaciones plausibles.

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