ªª
Pero estaba Desmilitarizada. ¿No ha vuelto a
Phage
a rearmarse?
ºº
¡Ja! ¿Desmilitarizada? Y una copia de seguridad. La muy capulla salió de
Phage
totalmente armada. Fue idea de la propia
Phage
, ese montón de basura maliciosa. Siempre ha sido muy cauta. En cualquier caso, la
Franco intercambio de puntos de vista
está armada hasta los dientes y ansiosa por meterse en una pelea, según parece. Lo mismo da; ha desaparecido. Lo que deja a nuestra moza y al cautivo Genar-Hofoen flotando en un módulo a casi un día de Grada y sin ningún sitio adonde ir. Grada está pidiendo –más bien con insistencia– a todas las naves y el personal de la Cultura y la Afrenta que abandonen su territorio mientras duren las hostilidades y no se permite que nadie entre. He tratado de encontrar a alguien cercano que los recoja, pero parece imposible.
Un inventario del espacio profundo elaborado desde Grada ha registrado ya la presencia del módulo. La
Follacarne
pasará a un día de distancia y el módulo es capaz de hacer... ah, unos doscientos... Adivina lo que viene luego. Hemos fracasado.
ªª
Eso parece a primera vista. ¿Era este el objetivo –y ahora el resultado– de la conspiración? ¿Una guerra contra la Afrenta?
ºº
Eso creo. La Excesión sigue siendo lo más importante, pero es posible que su aparición y las posibilidades que abre hayan sido utilizadas por la conspiración para alentar a la Afrenta a abrir las hostilidades. No obstante, lo de Miseria es peor.
El hecho de que Miseria haya caído implica una acción ilegal. Apunta a traición. La
Tiempo de matar
cree que había allí otra nave de la Cultura o que al menos lo fue en el pasado. No una de las almacenadas, sino otra, no menos vieja que las naves del depósito pero sí más sabia y más experimentada. Alguna que lleva aquí tanto tiempo como ellas, pero que ha estado despierta.
Cree que esa nave estaba suplantando a la Mente de Miseria cuando se comunicó con ella para solicitar permiso para aproximarse. Sospecho que se descubrirá que es una nave de guerra que, aparentemente, se volvió Excéntrica o Ulterior en algún momento de los últimos quinientos años y que fue –supuestamente pero no en la realidad– desmilitarizada por alguno de los conspiradores. Tengo una lista de sospechosos.
La
Tiempo de matar
sugiere que esta nave logró infiltrarse en la Mente de Miseria y, o bien destruirla, o bien apoderarse de ella. A continuación le entregó el depósito a la Afrenta. Ahora cuentan con una flota entera de naves de guerra de la Cultura, varias generaciones por encima de su propia tecnología y a nueve días escasos de la Excesión. Nada que nosotros podamos colocar en su camino en este tiempo tiene la menor posibilidad de detenerlos.
Por si acaso, la
Tiempo de matar
está dirigiéndose a toda velocidad hacia Esperi. Dentro de nueve días, los miembros de la Pandilla
No se inventó aquí
y
Moreno diferente
estarán allí. La
NIA
cuenta con dos URO operativas de clase Matón, que está armando en este mismo momento, una ULO de clase Hooligan y una UGO de clase Delincuente. Otro par de VGS con un total de cinco UO, dos de ellas de clase Torturador, deberían de poder llegar también, si las necesidades de la guerra no se lo impiden. Ocho de las URO de clase Psicópata de
Phage
se dirigen hacia la Excesión pero el resto está asignado a tareas defensivas para contrarrestar presumibles amenazas de las unidades militares de la Afrenta. Pero ni siquiera estas ocho unidades podrán llegar allí hasta dos días después que la Afrenta. En resumen, que hay un total de diez naves de guerra de tipos diferentes capaces de llegar a la Excesión a tiempo de hacer frente a la Afrenta. Suficientes para contener a su flota entera si fuera eso lo único a lo que nos enfrentamos, pero incapaces, sencillamente, de detener a más de ocho de las naves que pueden salir de Miseria. Si las envían todas a la Excesión, es suya.
Para que quede constancia,
todos
los demás depósitos de naves están abriéndose, pero el más cercano se encuentra a cinco semanas de allí. Un gesto, eso es todo.
Oh, y algunos Involucionados nos han ofrecido su ayuda pero, o son demasiado débiles o se encuentran demasiado lejos. Es de esperar que un par de bárbaros se alineen con la Afrenta una vez que hayan dejado de rascarse la cabeza y comprendan lo que podrían conseguir si la atención de la Cultura está distraída en otra parte, pero estos son todavía menos importantes.
Y si esperábamos que algún amable Ancestral se presentara en la guardería, nos confiscara todos los juguetes y restaurara el orden, hasta el momento no parece demasiado probable. A este respecto, nadie ha captado nada.
ªª
Vaya. Eso solo deja a nuestra vieja amiga, que actualmente –posiblemente, probablemente, casi con toda certeza– está también en ruta. ¿Un comodín? ¿Parte de la conspiración? ¿Sabemos algo más? Y, ya que estamos, ¿has recibido respuesta suya?
ºº
No y no. No quisiera ofender pero la
Servicio durmiente
es una de las Excéntricas más insondables. Puede que piense que la Excesión necesita Almacenamiento, puede que intente embestirla a su velocidad actual o penetrar en ella y acceder a otros universos... no lo sé. En este asunto se dirime también algo personal, creo, y Genar-Hofoen encaja en alguna parte. Casi he dejado de pensar en este aspecto del problema. Seguiré intentando comunicarme con ella pero no creo que ni siquiera mire las señales que le envío. La cuestión es que la guerra es prioritaria, y hasta la Excesión queda relegada por ella a un segundo plano.
ªª
No me has ofendido. Así que eso deja a la Afrenta al borde o de la apoteosis o de la némesis.
ºº
En efecto. Cómo pretenden utilizar esas antiguas pero todavía potentes naves de guerra para apoderarse de la Excesión es algo que solo puede ser objeto de especulación. Puede que pretendan rodearla y pedir acceso... Pero han emprendido una guerra que –a menos que logren de algún modo hacerse con el control de la Excesión y explotarla– están condenados a perder. Tienen unos pocos centenares de naves de guerra de medio siglo de antigüedad. Capaces de infligir daños incalculables en una sección de la galaxia pacífica, desmilitarizada y relativamente despoblada, desde luego, pero durante un mes o dos a lo sumo. A continuación la Cultura reunirá las fuerzas necesarias para aplastarlos por completo y a continuación pasará a hacer pedazos la hegemonía de la Afrenta e imponerle una paz en sus propios términos. Es el único desenlace posible. A menos que la Excesión entre en juego. Cosa que dudo.
Puede que sí sea una especie de proyección. Puede que su aparición no haya sido fortuita sino planeada. Parece poco probable, lo sé, pero todo lo demás se ha preparado con tanta astucia...
En todo caso, la discusión que todos creían que habíamos perdido al final de la Guerra Idirana está a punto de ganarse. El acuerdo alcanzado entonces está en proceso de anulación.
Yo, al menos, no pienso a protestar por esto. Puede que hayamos fallado a la hora de frustrar la conspiración, pero todavía es posible que consigamos descubrir a los responsables de su planificación y puesta en práctica, durante y después del inicio de las hostilidades. Pretendo enviar una copia de todos mis pensamientos, teorías, pruebas, comunicaciones y cualquier otro documento relevante, a todos los colegas y contactos de confianza con los que cuento. Si tienes la intención de participar en este curso de acción que propongo, te animo a hacer lo mismo y transmitir este consejo a
La impaciencia por la llegada de un nuevo amante
.
Mi propósito es seguir a los responsables del estallido de esta guerra innecesaria el tiempo que sea necesario para llevarlos ante la justicia. Soy consciente, tanto de que no me será posible hacerlo sin que ellos se enteren, como de que no hay mejor ocasión para poner en peligro a otra Mente que en tiempo de guerra, cuando se imponen secretos, se pierden naves de guerra de todo tipo, se pueden justificar los errores, se hacen tratos, se contratan mercenarios y se resuelven viejas disputas.
No creo estar siendo melodramática. Estaré sometida a una amenaza terminal y lo mismo le ocurrirá a todo aquel que decida adoptar el mismo curso de acción que yo. Los conspiradores han jugado terriblemente sucio hasta el momento y me cuesta creer que van a empezar a hacer otra cosa ahora que su repugnante plan está al borde del triunfo.
¿Qué me dices? ¿Te unes a mí en esta peligrosa misión?
ªª
Cómo me gustaría poder persuadirme de que estás siendo melodramática.
Arriesgas más que yo. A mí, podría salvarme mi Excentricidad. Hemos llegado hasta aquí juntos. Cuenta conmigo.
Oh, vaya, nunca me advirtieron que esto pudiera ocurrir cuando me invitaron a entrar en el Grupo y la Pandilla...
Hmmm. Había olvidado lo desagradable que es la emoción del miedo. ¡Es algo odioso! Tienes razón. Hay que coger a esos bastardos. ¿Cómo se
atreven
a perturbar mi paz mental solo para poder enseñarles una lección a un puñado de bárbaros atrasados?
El crucero pesado
Besa la hoja
alcanzó al crucero
Pasaba por aquí en
las afueras del sistema Ekro. La nave de la Cultura –diez kilómetros de esbelta belleza que albergaban doscientos mil turistas de incontables especies diferentes– se rindió en cuanto el crucero pesado la tuvo al alcance de su artillería, pero la nave Afrentadora lanzó una salva delante de ella de todos modos, por una cuestión de principios. Los juerguistas más asiduos no habían dado crédito al anuncio del estallido de la guerra y pensaron que la detonación del misil que iluminó los cielos delante de la nave no era más que otro despliegue, espectacular pero no por ello más novedoso, de fuegos artificiales.
Había faltado poco. De haber recibido la advertencia una hora antes, la apresurada reconfiguración y reconstrucción de sus motores le hubiera permitido escapar. Pero no había sido así.
Las dos naves se unieron. En el vestíbulo de recepción, un pequeño grupo de gente recibió al trío de Afrentadores que emergía de las cámaras de descompresión en medio de una nube de frío vapor.
–¿Es usted el representante de la nave?
–Sí –dijo la figura achaparrada que encabezaba el grupo de los humanos–. ¿Y usted?
–Soy el Confraternizador de Alienígenas (de primera clase) Cinco Mareas Añúmedo VII, coronel de la tribu de los Cazadores Invernales y del crucero pesado
Besa la hoja.
En virtud de las reglas de la guerra convencional, esta nave queda confiscada como botín de guerra por la República Afrentadora. Si obedecen todas nuestras instrucciones, es muy posible que ni sus pasajeros, ni su nave, ni usted sufran daño alguno. En caso de que se hayan hecho alguna ilusión con respecto a su condición, son ahora nuestros rehenes. ¿Alguna pregunta?
–Ninguna a la que espere que responda usted con sinceridad o conozca la respuesta –dijo el avatar–. Aceptamos su jurisdicción obligados por la fuerza de las armas. Sus acciones mientras se prolongue esta situación quedarán registradas. Nada que no sea la destrucción total de esta nave átomo a átomo conseguirá borrar ese registro y una vez que haya sido enviado...
–Sí, sí. Hablaré con mis abogados. Y ahora, lléveme a la habitación mejor preparada de que disponga para la fisiología Afrentadora.
La chica estaba indignada con una especie de ferocidad que seguramente solo un miembro de la facción Paz hubiera podido controlar en una situación así.
–Pero si pertenecemos a la facción
Paz
–protestó por quinta o sexta vez–. Somos... somos como la auténtica Cultura, como era antes...
–Ah –dijo Leffed, arrugando el gesto mientras alguien lo empujaba para pasar y le estrujaba el pecho contra la barra.
Miró a su alrededor con el ceño fruncido y agitó las alas para que recobraran la forma. La cafetería de estribor de la
Xoanon
estaba abarrotada –la nave estaba abarrotada– y él era consciente de que sus alas estarían en un estado lamentable cuando todo aquello hubiera terminado. Ojo, no es que la cosa no tuviese sus compensaciones. Alguien pasó junto a la barra y empujó a la chica de la facción Paz contra él, de modo que su brazo desnudo lo tocó y sintió la calidez de su cadera contra la suya. Olía de maravilla.
–Ese sí que podría ser un problema para vosotros –dijo, tratando de aparentar que simpatizaba con su situación–. Decir que sois la auténtica Cultura, ¿no te das cuenta? A los sintrincados de Grada e incluso a la Afrenta, podría resultarles... vaya, confuso.
–Pero todo el mundo sabe que no tenemos nada que ver con la guerra. ¡Es tan
injusto!
–Sacudió su corta melena morena y clavó la mirada en el cuenco de droga que tenía en la mano. También este echaba humo–.
¡Puta
guerra! –Parecía a punto de echarse a llorar.
Leffid creyó llegado el momento de rodearla con el brazo. A ella no pareció molestarla. Se pensó mejor lo de mencionar que podía haber hecho una pequeña contribución al estallido de la guerra. Era la clase de cosas que podía impresionar a ciertas personas, pero no a todas.
Además, había dado su palabra y la Cultura había recompensado a la Tendencia por su aviso con esa misma nave, dedicada en aquel momento a contribuir a la altamente humanitaria tarea de contribuir a la evacuación de todos los Alienígenas Temporalmente Indeseables. Eso sin mencionar que le había proporcionado la confianza y la cordialidad de un buen puñado de Involucionados y otras ramas de la Cultura. La chica suspiró profundamente, se acercó el cuenco de droga a la cara y dejó que un poco del difuso humo gris se introdujera por su excepcionalmente bonita naricilla. Miró a su alrededor con una sonrisa valiente y sus ojos se detuvieron tras los hombros de Leffed.
–Me gustan tus alas –dijo.
Este sonrió.
–Vaya, gracias... (¡maldición!)... ah, querida mía.
La profesora parpadeó. Sí, realmente era un Afrentador lo que flotaba al otro extremo de la habitación, cerca de las ventanas. Su traje, resplandeciente y lleno de protuberancias, miembros articulados y prismas relucientes, parecía una pequeña nave alargada. Las vaporosas cortinas blancas se abrieron de repente, dejando que los brillantes e inclinados rayos del sol se proyectaran sobre la alfombra. Oh, vaya, ¿no era su ropa interior lo que estaba colgado en el cojín, bajo la sombra del Afrentador?