Confirmación (30 page)

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Authors: Aurora Seldon e Isla Marín

Tags: #Erótico

BOOK: Confirmación
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—¡Oh, sí! Alex está muy entusiasmado. ¿Con quién irás? —preguntó Angel.

—Pues… la verdad es que no puedo ir con quien me gustaría… —dijo enigmáticamente el ruso.

—¿Por qué? —quiso saber Angel y luego se mordió la lengua. Ella sabía que Sasha y Tommy tenían algo, aunque no sabía exactamente qué, y también conocía la poca disposición que presentaba el ruso para salir con chicas. Lo estimaba muchísimo y no quería hacerlo sentir incómodo, de modo que añadió—: Estoy segura de que más de una chica querrá ir al baile contigo…

—No sé. —Sasha sonrió—. El caso es que se lo he pedido a una amiga, pero hay un pequeño detalle: aunque tuve algunas clases de baile en Saint Michael, lo cierto es que no sé ningún baile de salón —dijo llanamente—. La señora Mitchell me ha dicho que habrá un vals al inicio y no deseo haceros quedar mal.

Angel asintió.

—¿Y por qué no aprendes? Puedo enseñarte.

Sasha esbozó una brillante sonrisa y le tomó la mano para besársela. En ese momento, la encargada de la guardería se asomó al pequeño comedor y salió silenciosamente, sin que la pareja la viera.

—Angel Andrew, me haces el hombre más feliz del universo.

Angel se echó a reír. Entre risas, se las arregló para responder:

—¡Eres tonto! ¿Por qué no me lo pediste antes?

—No estaba seguro de querer ir —repuso Sasha—. Estoy un poco melancólico. Es extraño, ¿verdad? He pasado mucho tiempo deseando terminar mis estudios e ir a Oxford, y ahora que por fin puedo hacerlo, me da pena dejar Londres.

Angel se puso seria de nuevo.

—Es natural. Has pasado aquí muchos años, tienes buenos amigos… tienes a Tommy. Es normal que te sientas triste, pero tienes también un brillante futuro. Alex no pudo hacer un postgrado porque se tuvo que hacer cargo del laboratorio, pero confía muchísimo en ti. De algún modo quiere que tú logres lo que él no pudo, y piensa darte un cargo de mayor responsabilidad.

—Me lo ha dicho. —Sasha sonrió—. Y os estoy infinitamente agradecido a ambos por todo lo que habéis hecho por mí… Voy a extrañaros, pero vendré de visita las veces que pueda. ¿Verdad, pequeño? —susurró al oído de Ariel—. ¿Quieres mucho a tu tío Sasha?

Ariel le llenó el rostro de húmedos besos y Sasha se echó a reír.

4

Los ensayos de baile, dos veces por semana en Greenshaw Hall marchaban bien y el ruso se divertía muchísimo con Angel. Ella era como una hermana y era normal verlos en el laboratorio, hablando y riendo a escondidas.

Una tarde de mayo, Alex lo llamó a su despacho. Se veía incómodo y eso extrañó a Sasha, pues normalmente se tenían mucha confianza. Alex comenzó a hablar sobre el tiempo, y preguntó sobre el baile, pero tenía su agenda entre las manos y no dejaba de darle vueltas, sin decidirse a abordar el asunto que deseaba tratar.

—¿Sucede algo? —preguntó Sasha, que prefería tratar las cosas directamente en lugar de dar tanto rodeo. Últimamente Alex estaba tenso a causa de Ebenezer, que hacía mil cosas para dañar su imagen y minar su autoridad, y dedujo que se trataría de algo así.

—Pues… no exactamente. ¿Cómo van vuestros ensayos para el baile?

—Bien —dijo el ruso—. Angel es la mejor maestra que pude haber elegido.

—Oh.

Alex volvió a darle vueltas a su agenda. Le costaba mucho hacerle a su amigo la pregunta que lo estaba atormentando, pero se dijo que tenía que hacerlo. Los rumores eran odiosos, y lo eran más cuando buscaban dejarlo como un perfecto idiota.

—¿Qué pasa? —cuestionó Sasha de nuevo—. ¿Qué ha hecho Ebenezer esta vez?

Alex suspiró y decidió soltarlo.

—Ha esparcido un rumor sobre Angel y tú. Alguien te vio besarle la mano y siempre estáis juntos, riendo… Dice que sois amantes.

Sasha se quedó de una pieza. Habría reído de no ser por el serio rostro de Alex.

—No te lo habrás creído, ¿verdad? Angel jamás haría algo así y yo tampoco…

—¡No me lo he creído! —exclamó Alex—. Pero podrás imaginar lo incómodo que es esto para mí. No le he dicho nada a ella, no sé cómo lo pueda tomar y no quiero darle más importancia de la que tiene, pero lo cierto es que me fastidia mucho…

—Lo entiendo —dijo Sasha—. Tu esposa y uno de tus mejores amigos… no sería la primera vez que sucede. Quizá haya gente que realmente lo crea, pero te juro que jamás me aprovecharía de tu confianza…

—Lo sé… yo confío en vosotros, pero quiero acabar con este rumor.

Sasha entornó los ojos. Quizá el momento que había estado esperando había llegado por fin. Lo pensó un momento y decidió que era tiempo de poner sus cartas sobre la mesa y confiar en Alex del mismo modo en que Alex confiaba en él.

—Eso no puede ser cierto porque yo soy gay —dijo tranquilamente.

Alex lo miró con incredulidad. Cierto que lo sospechaba y que esa Navidad había estado casi seguro, pero era un tema en el que prefería no pensar. En ese momento, al oírlo de labios de Sasha, no supo cómo reaccionar.

—Lo dices para hacerme sentir mejor…

—Claro que no —repuso Sasha—. Soy gay. No bisexual… y mucho menos hetero, sólo gay. Y eso quiere decir que no me gustan las mujeres. Te consta que no salgo con ninguna, siempre estás insistiéndome con eso. ¿Recuerdas a ese japonés? Se me estaba insinuando, pero no lo notaste. Tampoco era mi tipo… Me gustan más jóvenes o de mi edad, no mayores.

—¡Sasha!—exclamó Alex un poco escandalizado no por que Sasha fuera gay, sino por la forma en que le estaba explicando sus gustos. Se asustó pensando que de un momento a otro le empezaría a dar detalles que no quería saber. Nunca.

—Es cierto. Y ya había decidido salir del armario al acabar la universidad, después de lo de Randy O’Branningham, pero como me quedé a trabajar aquí, preferí ser más discreto. Es imposible que yo tenga algo con Angel. Ella es preciosa, pero es mujer, y a mí me gustan los hombres.

Se hizo un largo silencio en el que Alex comenzó a atar cabos apresuradamente. Su preocupación por Angel desapareció, pero pensó en alguien que era igualmente importante para él.

—Entonces… ¿Tommy y tú…? ¿Lo que dijo O’Branningham era verdad? ¿Tommy y tú sois novios?

Sasha consideró rápidamente su respuesta y decidió decir la verdad. Pero no toda la verdad.

—Tommy y yo no somos novios. Somos amigos. Tommy no es gay y lo que dijo Randy a su padre no era cierto. Es verdad que yo tuve algo con Randy y terminó muy mal, por eso quiso vengarse y metió a Tommy en el proceso. De hecho, también callé para protegerlo. No quería causarle problemas.

Alex tenía una pregunta en la punta de la lengua, pero decidió no hacerla. No era el momento de enterarse si Sasha y Tommy habían tenido sexo. Estaba seguro de que Sasha le había dicho la verdad, y no quería ahondar en el tema, de modo que volvió al asunto inicial.

—¿Y por qué me has dicho eso? ¿Tú quieres…?

—Yo quiero dejar de ocultarlo —interrumpió Sasha—. Esto no significa que voy a salir con un cartel en la frente proclamando que soy gay, ni que me liaré con alguien de la empresa, porque no me parece correcto. Pero si lo deseas, puedo hacer que me vean con un amigo, digamos que en una situación comprometida, y acabar así con el rumor.

—No sé… No me gusta…

—Entonces habla con Angel y muéstrense más cariñosos. Yo procuraré no acercarme a ella demasiado. Eso hará que el rumor se minimice… Y Alex, con Ebenezer aquí, habrá más rumores. Debes estar preparado para eso.

—Sí… lo sé. Pensaba en tu idea de que todos sepan que eres gay… Las consecuencias…

Sasha sonrió.

—La consecuencia inmediata que yo veo es simple. —Alex lo miró, interrogante—: Dirán que tú y yo tenemos algo.

Alex se echó a reír, sacudiendo la cabeza.

—¡No eres mi tipo!

5

Tal como dijo Sasha, los rumores disminuyeron con las muestras públicas de afecto de los esposos Andrew y finalmente no fue necesario que se besara con Richie frente al laboratorio, pero la espina de hacer algo que realmente pusiera fuera de sí a Ebenezer quedó en su mente.

El pelirrojo se había mostrado más que dispuesto a hacer una escenita y se quedó un poco decepcionado, pero estaba satisfecho de que su amigo hubiese sido sincero con Alex y luego con Angel, explicándoles su opción sexual.

Sasha también le contó a Tommy sobre su conversación con Alex y él tuvo sentimientos encontrados respecto a ello. Se alegraba de que Sasha hubiera dejado de ocultar lo que era, pero que le hubiera resultado tan fácil negarle a Alex que no había nada entre ellos, aún sabiendo que era lo correcto, le había dolido.

Era mitad de junio y los tres amigos descansaban luego de una sesión de sexo, hasta que Richie preguntó:

—¿Tenéis algún plan especial para el verano?

Sasha se estiró y pegó su cuerpo al de Tommy antes de responder:

—Alex y Angel me han invitado a la Riviera francesa. Están esperando decírselo a tu padre, Tommy. Sería genial que pudieras ir con nosotros.

Richie sonrió. Había pensado que Sasha se quedaría en Londres como otros años, y eso significaba fines de semana de intensa actividad sexual. No era que no le agradase, pero últimamente comenzaba a desear tomarse las cosas con más calma.

—No creo que haya problema con mis padres —respondió Tommy estirándose como un gato en los brazos del ruso—, con tal de perderme de vista, ellos encantados.

6

Las clases terminaron por fin y Tommy finalizó su primer año con calificaciones bastante aceptables, de manera que el 30 de junio, libre ya de la universidad, esperaba con Sasha en su apartamento, que fuera la hora de recoger a Juliette.

Tommy no asistiría a la celebración porque se trataba de un asunto oficial. A pesar de que Alex lo había invitado, habría querido ir con Sasha y como eso era imposible, había preferido declinar la invitación.

Faltaban cinco horas para que Tommy, que se había ofrecido a llevarlos, fuese a buscar a Juliette. Sasha tenía un elegantísimo traje negro hecho especialmente para la ocasión, e iba a probárselo cuando alguien llamó ansiosamente a la puerta.

Era Sharon, la novia de Juliette, que venía muy preocupada a avisarles que ella no podría asistir a la cena, pues esa misma tarde se había torcido el tobillo.

Sasha se preocupó mucho y le agradeció el haber ido hasta allí para avisarles, y en cuanto Sharon se hubo ido, se sentó sobre el sofá-cama, pensativo.

—¿Qué vas a hacer? —preguntó Tommy.

—Pues… la cena es con pareja, la señora Mitchell ha insistido mucho en ello, y como no tengo pareja, me quedaré aquí.

—No puedes quedarte. Tienes que ir, Alex no te lo perdonaría si le fallas —dijo rotundamente Tommy.

Sasha negó con la cabeza.

—¿Y con quién iré? Es demasiado tarde para buscar pareja, todas las chicas que conozco (que no son muchas) están ocupadas… Además, la perspectiva de ir con alguna de ellas tampoco me seduce. Yo quería ir con Juliette porque con ella me siento bien…

—Ve solo —repuso Tommy sin un mínimo atisbo de broma—. Me parece una tontería eso de tener que ir acompañado. Es una cena, no una mega cita hortera de parejitas.

Sasha lo miró sorprendido.

—Tommy, es más que una cena. Es una cuestión de imagen, como se ha encargado de explicarme la señora Mitchell. Además, habrá un baile… y los bailes son para bailar. Si todos van emparejados, ¿con quién bailaré yo?

—En los bailes siempre se acaba bailando con las parejas de otros. Si no vas, acabarás arrepintiéndote y quedarás muy mal.

Sasha lo meditó. Su imagen en el laboratorio le importaba, pero estaba un poco harto de aparentar lo que los demás esperaban de él. Inconscientemente, comenzó a poner pretextos.

—No sé… a mí nunca me entusiasmó demasiado esa cena, pero cuando invité a Juliette e hicimos planes, se hizo importante asistir. Pensaba en ello como una especie de despedida del laboratorio, algo para recordar luego. No sería lo mismo si fuera solo, y tampoco quisiera ir con alguien por compromiso.

—¿Y no hay nadie con quien te gustaría ir? Tiene que haber alguien —dijo Tommy reclinándose en el sofá-cama en el que estaba sentado.

—Sí, claro que hay alguien. Me gustaría ir contigo —dijo Sasha riendo—, pero imagina la que se liaría…

—¿Conmigo? —Tommy se sonrojó intensamente y una cálida sensación se instauró en su corazón. Sasha quería ir con él a la cena, entre todo el mundo. Con él. Durante un segundo pensó y levantándose de un salto exclamó—. ¿Y por qué no? Iré contigo.

—¿Te has vuelto loco? —exclamó Sasha—. Sería un escándalo, imagina lo que diría Alex y el personal del laboratorio… Los accionistas…

—No me importan. Si tú me lo pides, iré a la cena como tu acompañante, bailaré contigo y si nos dicen algo, te besaré delante de todos como si me fuera la vida en ello —añadió Tommy con seguridad.

Sasha se echó a reír ante su vehemencia y negó con la cabeza, pero de pronto, sus ojos se encendieron y recordó su deseo de fastidiar a McAllister y a Ebenezer con lo que fuera. Todavía le dolía esa primera cena a la que le habían querido impedir entrar, las insinuaciones que había hecho Ebenezer sobre él y el último rumor sobre Angel. Un escándalo de ese tipo sería lo mejor para acabar para siempre con el rumor de que andaba con ella y de mostrar al verdadero Sasha tal como era.

El único inconveniente era que no quería causarle problemas a Tommy.

—No puedes hacerlo. Tu padre se enteraría y sabría que mentimos con lo de Randy.

—Bueno… si lo pones así… Claro, era una mala idea, lo siento.

—Ya. No he dicho que fuera una mala idea, sólo pensaba un poco en lo que podría pasar. Quizá no pase nada. Ebenezer siempre hace escándalos, ¿verdad? Y todos se limitan a sacudir la cabeza y murmurar por lo bajo. Imagino que es la proverbial flema inglesa.

—Imagino que sí. Yo siempre he sido un poco distinto a todo el mundo. A lo mejor soy adoptado. La verdad es que cuando estaba en la boda de Alex pensé que me gustaría mucho estar en una celebración así contigo y que me gustaría ver las caras de todos. —Tras un corto silencio añadió—: Sería como el escándalo que hizo mi tío Joseph cuando tenía veintitrés años: había una dama con la que solamente había coqueteado en una fiesta y ella se obsesionó con él. El tío Joseph no quería nada con ella, pero la dama no se dio por vencida. Lo acosaba, lo vilipendiaba con todo el mundo e incluso llegó a chantajearlo. Un día, en otra fiesta, la situación se volvió insostenible y el esposo se vio obligado a enfrentar a mi tío. Se fueron a una habitación a discutir. Todo el mundo esperaba que sucediera una desgracia, así que fue una sorpresa cuando salieron en actitud sospechosa, se tomaron de la mano y se unieron a las parejas que bailaban. La dama en cuestión quiso morirse.

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