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Authors: Maurice Nicoll

Tags: #Autoayuda, #Esoterismo, #Psicología

Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky (24 page)

BOOK: Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky
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En la próxima tríada, la Fuerza Neutralizante de la tríada anterior se convierte en Fuerza Activa o Pasiva. Nos referiremos otra vez a este tema.

La Fuerza Neutralizante o 3ª Fuerza en una tríada hace que la Fuerza Activa y la Fuerza Pasiva entren en relaciones. Las conecta en cierto modo como el punto de apoyo hace que los dos lados de la balanza se pongan en relación uno con el otro. Sin la Fuerza Neutralizante, la Fuerza Activa y la Fuerza Pasiva se anularían una a la otra, porque se oponen mutuamente. Una fuerza de conexión o de relación es necesaria. La Fuerza Neutralizante es
intermediaria
entre la Fuerza Activa y la Fuerza Pasiva. Cuando está presente la fuerza neutralizante conveniente, la fuerza activa y la pasiva ya no se oponen una a otra inútilmente, sino que entran en una relación de trabajo que crea una, manifestación. De tal manera, a veces se puede considerar una máquina como una Fuerza Neutralizante. Un ejemplo aproximativo es el molino de viento. La Fuerza Activa u originante es el viento. La Fuerza Pasiva o resistente es el edificio. Las aspas giratorias establecen una relación entre la presión del viento y la resistencia del edificio y de ello deriva una manifestación. Si no hay aspas, o si el edificio se derrumba, o si no hay viento, no se produce manifestación alguna. Ésta es una ilustración muy aproximada.

La idea de las Tres Fuerzas se encuentra en la religión en el concepto de la Trinidad. En la ciencia, existe la idea de fuerzas opuestas tales como las cargas eléctricas positivas y negativas que forman los últimos componentes de la materia. Pero la idea de una tercera fuerza o fuerza relacionante no es muy clara en este campo.

El hecho de que las
tres
fuerzas crean significa que
tres voluntades
crean. El Primer Orden de Creación está por lo tanto sometido a tres voluntades o tres leyes, y de ahí se sigue que los subsiguientes órdenes de creación que proceden del primer orden están cada vez bajo más leyes.

Se dice que las tres Fuerzas provienen de la Unidad. Esta Unidad es denominada el Absoluto, lo cual significa que no está condicionado ni limitado en modo alguno y por lo tanto no está bajo ley alguna salvo su propia voluntad. Ya que las tres Fuerzas son necesarias para cualquier manifestación, el Absoluto es Inmanifiesto o Increado.

El Absoluto está más allá de todo pensamiento humano. La Creación avanza descendiendo verticalmente hacia una creciente densidad de leyes, y cada vez más lejos del Absoluto. Como veremos, en el Rayo de Creación la Tierra está en un nivel muy bajo en la escala vertical del Universo.

PARTE II.

Cualquier cambio en la calidad de la Fuerza Neutralizante no sólo alterará la relación de las fuerzas en una tríada sino que puede
invertir
la Fuerza Activa y la Pasiva. Cuando la vida es la Fuerza Neutralizante, en el hombre la personalidad es activa y la esencia pasiva.

Cuando el Trabajo es la Fuerza Neutralizante la posición se invierte, a saber, la esencia, o la parte verdadera, se vuelve activa, y la personalidad, o la parte adquirida, pasiva.

En este caso es preciso que consideremos nuevamente la significación de las líneas vertical y horizontal de la Cruz. Se puede concebir la Fuerza Neutralizante de la vida como si actuara a lo largo de la línea horizontal y la Fuerza Neutralizante del Trabajo como si entrara en cada momento de la dirección vertical y sólo se sintiese cuando un hombre deja de identificarse con las cosas del Tiempo y se recuerda a sí mismo.

Hablemos ahora de las Tres Fuerzas en su aspecto psicológico.

El estudio de las Tres Fuerzas empieza con el estudio de ellas en uno mismo... Como se dijo, existen Tres Fuerzas en la Naturaleza y en el Hombre. Es muy difícil ver las Tres Fuerzas. Primero es preciso estudiarlas
psicológicamente,
es decir, tal como existen en uno mismo, por medio de la observación de sí. La Fuerza Activa o 1ª Fuerza puede ser contemplada como
lo que se desea.
La Fuerza Pasiva o 2ª Fuerza puede ser considerada como lo que se resiste o impide lo que se desea. Esto es todo lo que se puede decir para empezar.
Es imposible examinar la 3ª Fuerza mientras no se examinen la 1ª Fuerza y la 2ª Fuerza.

La 2ª Fuerza o fuerza de resistencia existe en todas las cosas. Es decir, en todo lo que deseamos hay inevitablemente una fuerza de resistencia. Si la gente se diera cuenta de ello no haría tantos reproches como hace, ni tampoco sentiría que sus dificultades son únicas. Me referiré brevemente a uno o dos puntos relativos al estudio de las Tres Fuerzas contempladas desde el lado psicológico.

Al hacerse un propósito, es preciso calcular la 2ª Fuerza, de otro modo el propósito no será práctico. Si se hace un propósito, es preciso estimar el costo de su cumplimiento. Si se lo hace así, el propósito será probablemente más práctico. Un propósito no debe ser demasiado difícil. Todo cuanto impide cumplir un propósito es la 2ª Fuerza, a condición de que se quiera cumplirlo. Supongamos que se hace un propósito artificial y temporario, el de no sentarse en todo el día. Entonces se observará en uno mismo la 2ª Fuerza en relación con este propósito, a saber, lo que se resiste, lo que se opone al cumplimiento de esto propósito, todos los diferentes "Yoes", los diferentes argumentos, etc. Claro está que la naturaleza de la 2ª Fuerza estará determinada por la naturaleza de la 1ª Fuerza, en este caso el propósito que quiere cumplir.

No intentemos ver la 3ª Fuerza. Al principio es completamente inútil. Pero tratemos de ver la primera y la segunda Fuerza. No se puede ver la 2ª Fuerza a menos que se vea la primera. Es la 1ª Fuerza la que hace aparecer la segunda. Si no desea nada, no hay 2ª Fuerza, en todo lo concerniente al deseo. La gente ni siquiera sabe que la 1ª Fuerza está en ella misma, es decir, no sabe lo que desea realmente. Pregúntese alguna vez: "¿Qué deseo?" Es preciso ser sincero al observar lo que se desea realmente. Si un hombre pretende que desea algo, y en realidad no lo desea, lo que desea realmente es su Fuerza Activa. Se miente a sí mismo.

Hemos dicho unas breves palabras acerca del aspecto psicológico de la Ley de las Tres Fuerzas. La próxima vez nos referiremos al Rayo de Creación a la luz de las Tres Fuerzas de Creación, es decir, consideraremos la Ley de Tres en su aplicación cosmológica.

PARTE III.

Retomemos la frase que ya hemos empleado, a saber: "El hecho de que las tres
fuerzas
crean significa que las tres
voluntades
crean." Es preciso preguntarse si estas tres voluntades que provienen del Absoluto son idénticas cuando están en conjunción con la Voluntad del Absoluto Mismo. Esto no puede darse por sentado porque invierte el orden de creación al hacer que tres se conviertan en uno. Tres no pueden convertirse en uno salvo por la Voluntad del Absoluto y esto significaría la
involución
de toda la Creación. (Obsérvese que si se divide 3 por 1 se obtiene 3 repetido al infinito.) El Universo creado proviene del Absoluto debido a tres fuerzas que, como tales, ya no pertenecen más al Absoluto Increado. Comparemos con la cosmología cristiana, donde en el Credo de Atanasio
se
dice: "No hay tres Increados, sino un Increado.") El Absoluto es increado, inmanifiesto, incondicionado, y está más allá de todo pensamiento humano. Las tres fuerzas que provienen del Absoluto en el primer acto de creación ya están condicionadas: 1) por la sola Voluntad del Absoluto y 2) por la
relación
que mantienen entre sí como "Activa, Pasiva y Neutralizante". Estas fuerzas en su nivel primordial son todas conscientes, pero ya limitadas, y como su reduplicación prosigue en la espiración u orden descendiente de la creación de todas las cosas, llegan a ser cada vez más mecánicas y limitadas, cuanto más lejos están en la escala
vertical
del Absoluto. Si dijéramos que la suma total de las tres fuerzas primordiales en su conjunción constituye la sola Voluntad del Absoluto, ello denotaría que las tres fuerzas primordiales se convierten en el Absoluto en la conjunción de unas con otras, en cuyo caso no habría creación. Las tres se convertirían en Una. Pero la Voluntad del Absoluto es crear, y las tres fuerzas o voluntades separadas de creación provienen en consecuencia del Absoluto y no pueden regresar a menos que la Voluntad del Absoluto Mismo sea absorber toda la creación. Las tres fuerzas primordiales se unen para crear el Universo en etapas sucesivas. No se unen para formar la sola voluntad del Absoluto, que es increada, porque si su conjunción formara una unidad idéntica a la Voluntad del Absoluto, no habría proceso creativo.

PARTE IV. DEL ESTUDIO DE LAS TRES FUERZAS EN UNO MISMO

Son más las oportunidades de observarnos a nosotros mismos que las de observar el mundo externo. Vivimos muy poco en el mundo externo, que es ajeno a nosotros. Tenemos una percepción intermitente de él, pero es muy poco lo que vemos. Podemos pasar delante de la misma casa mil veces y ser incapaces de describirla. En realidad, nuestra permanencia es mucho mayor para con nosotros mismos que para con el mundo. Esta es una de las razones por la cual el estudio de las Tres Fuerzas empieza con la observación de sí. Además es preciso recordar que una fuerza es invisible y nuestro contacto más directo con lo invisible se hace por medio de la observación de sí.

Debemos comprender que al estudiar esta cuestión de las fuerzas no se estudian cosas. Por ejemplo, un deseo es una fuerza, no una cosa; lo mismo puede decirse de un pensamiento, de una idea.

Una de las razones por la cual nos cuesta tanto comprender las tres fuerzas es que tenemos tendencia a ver en todo
una
fuerza. Pensamos en la fuerza como si fuese
una,
y en todo cuanto sucede, en cualquier manifestación, en cualquier evento, tendemos a ver meramente una fuerza. Atribuimos los acontecimientos
a
una acción única. Esto se debe en parte a nuestra incapacidad de pensar en más de una cosa al mismo tiempo; a veces pensamos en función de dos, pero pensar en función de tres cosas está fuera de nuestro alcance, es decir, está más allá del pensamiento formatorio. Un evento, por ejemplo, debe ser siempre bueno o malo, justo o injusto para nosotros. Sólo vemos una acción en él, y además, ni siquiera pensamos que los eventos son debidos a fuerzas. Vemos una manzana que cae de un árbol y sólo vemos la manzana caída en el suelo. Vemos un imán que atrae o rechaza un polo de la brújula. Todos lo vemos, pero apenas pensamos en fuerzas, en este caso, clases de fuerzas evidentemente diferentes. Ni tampoco observamos de qué modo cambian las fuerzas para nosotros. En cierto momento una cosa nos atrae y el próximo momento la misma cosa nos repele. O una cosa nos repele y entonces se nos ocurre una idea y nos sentimos atraídos. No comprendemos que la cosa una vez conduce una fuerza y otra vez una fuerza opuesta. Del mismo modo, nuestras relaciones con una persona cambian. Es decir, la persona sufre un cambio de signo para nosotros, y esto significa que en la tríada de fuerzas que produce la relación hubo un cambio de fuerzas, por ejemplo, el amor mecánico se convierte en odio, la confianza mecánica en sospecha, y así sucesivamente. Todas estas manifestaciones comunes en la vida humana son debidas a fuerzas y a cambios en estas fuerzas. No les pido que en tales casos señalen las fuerzas, sino que las observen.

Las Tres Fuerzas no pueden ser estudiadas teóricamente. La única manera práctica de estudiar las tres fuerzas en nosotros es haciendo algo. Ello significa la imitación o la personificación en nosotros de una de las tres fuerzas, en relación con alguna otra fuerza que actúa: 1) en nosotros o, 2) en los eventos exteriores.

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