Albert Speer (108 page)

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Authors: Memorias

Tags: #Biografía, Historia

BOOK: Albert Speer
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En enero de 1945 (1943: 225.800 t) todavía logramos producir 175.000 toneladas de munición, lo que constituía, a pesar de todo, el 70% de la producción de 1943, aunque se disponía únicamente de una octava parte del nitrógeno. En enero de 1945 construimos 3.185 aviones (1943: 2.091 al mes), para los que había sólo una treceava parte de carburante. En enero de 1945 suministramos 1.767 tanques, cazadores de tanques, artillería de asalto y cureñas automotrices (promedio de 1943: 1.009), 5-089 camiones y remolques ligeros (10.453 en 1943) y 916 tractores (1.416 en 1943); pero para el funcionamiento de estos vehículos sólo disponíamos de una cuarta parte del carburante producido hasta la fecha.

Así pues, la catástrofe sufrida por la producción química fue un factor decisivo para que disminuyera nuestra capacidad combativa.

{379}
Citado del Acta de reuniones del
Führer
del 12 de octubre de 1944, punto 27.

{380}
En el informe de mi viaje del 31 de diciembre de 1944, escribí a Hitler: «El tráfico […] ha de hacerse con las luces completamente enmascaradas. Debido a la dificultad de los recorridos nocturnos y a la imposibilidad de desplazarse durante el día, nuestra capacidad de movimiento, incluso con un sistema de carreteras equivalente, sólo puede estar entre la mitad y la tercera parte de la del enemigo, que circula casi sin estorbo durante el día y con las luces encendidas por la noche. Otro obstáculo grave, especialmente para enviar pertrechos y refuerzos, es el estado de las carreteras en el Eifel y en las Ardenas […]. La mayor parte de los trayectos presenta curvas y pendientes que no van a la zaga de las de los Alpes en cuanto a dificultad […]. La mentalidad operativa del alto mando y las órdenes resultantes no siempre concuerdan con los problemas de aprovisionamiento que estas implican. Al parecer, la cuestión del aprovisionamiento y del envío de refuerzos tiene un papel secundario en todas sus consideraciones […]. Pero si no se le presta la atención que merece, la operación estará condenada al fracaso precisamente por este motivo».

{381}
Como Hitler reconoció, sólo la muerte de la zarina Isabel lo salvó de la derrota.

{382}
Citado del Acta de reuniones del
Führer
del 3-5 de enero de 1945, punto 23.

{383}
Según el Acta de reuniones del
Führer
del 3-5 de febrero de 1945, punto 24. El éxito fue de Saur, que siempre se había quejado a Hitler de las intromisiones del capitán general de las SS Jüttner, lugarteniente de Himmler, en la autorresponsabilización de la industria. El relato de los detalles puso a Hitler de tan mal humor que, finalmente, dispuso la destitución de Himmler.

{384}
Citado del télex a Hitler del 21 de enero de 1945 y de la memoria preliminar del 16 del mismo mes.

{385}
Debo admitir que no por mucho tiempo: unos meses después dirigió los combates de Breslau sin ninguna consideración por las vidas humanas ni los edificios valiosos, y ordenó incluso que se ahorcara en público a su viejo amigo Spielhagen, el alcalde de la ciudad; según supe más tarde por el constructor Flettner, huyó de la sitiada Breslau poco antes de la capitulación en uno de los pocos prototipos de helicóptero.

{386}
Véase el discurso radiado de Hitler del 30 de enero de 1945.

{387}
La primera cita se encuentra en la página 693 de
Mi lucha
de Hitler, edición alemana de 1935; la segunda en la página 104. Además, en mi celda de Nuremberg encontré, en la página 780, la siguiente cita complementaria: «Pero también juzgará a los que, siendo dueños del poder, pisotean el derecho y la ley, a los que conducen a nuestro pueblo a la miseria y a la perdición y a los que, en medio de la desgracia de su patria, valoran más su propio yo que la vida de la comunidad».

{388}
También dejé en manos de Saur las reuniones con Hitler para tratar de armamentos. Según las Actas, el 20 de enero tuve la última entrevista con Hitler en este sentido. Después se reunió con Saur el 14 y el 26 de febrero y el 8 y el 22 de marzo.

{389}
Model renunció ese día a utilizar como base de artillería la mayor empresa farmacéutica de Alemania: la Bayer-Leverkusen. Accedió a comunicar esta decisión al enemigo y a rogarle que respetara la fábrica.

{390}
El proyecto del 15 de marzo de 1945 fue elaborado con la colaboración técnica del coronel Gundelach, jefe de la plana mayor de las tropas de zapadores.

{391}
Mediante circular del 12 de marzo de 1945.

{392}
Ya habíamos pasado a los hechos consumados varias semanas antes: el 19 de febrero de 1945, un día después de que, de acuerdo con un decreto de Hitler, yo habría tenido que «distribuir las posibilidades de transporte entre la Wehrmacht, la producción de armamentos, la alimentación y la economía […] y establecer las prioridades», ordené en mi «Circular sobre la situación de los transportes»: «Naturalmente, todo lo necesario para la supervivencia de la población alemana figura en primer lugar. Hay que asegurar en la mayor medida posible el abastecimiento de la población». Nos vimos obligados a adoptar esta decisión porque el número de vagones disponibles había descendido a una tercera parte.

A las presiones de Riecke, secretario del Ministerio de Abastecimientos, hubo que agradecer que yo, mediante un decreto de la Sección de Planificación del 2 de marzo de 1945 y una orden cursada a la Sección de Construcciones, proveyera de carbón y energía eléctrica a la se mencionaba el armamento.

Las columnas de camiones que teníamos a nuestra disposición para los transportes urgentes de armamento fueron destinados, provistos del carburante necesario, a la distribución de semilla para la siguiente cosecha, puesto que los Ferrocarriles Federales declararon que no podían encargarse de hacerlo. Gracias a un programa especial, llenamos los almacenes de Berlín con alimentos para varios meses. Con arreglo a una oferta que hice al secretario del Ministerio de Instrucción Pública, Zintsch, los camiones también trasladaron obras de arte de los museos de Berlín para protegerlas en las minas de sal del Saale. Los objetos que se salvaron entonces constituyen el núcleo de la actual colección de los museos estatales de Berlín-Dahlem.

{393}
A partir del ejemplo de Berlín, expuse en esta memoria lo que supondría destruir los puentes: «La consecuencia de las voladuras de puentes previstas para Berlín habría sido la insuficiencia en los abastecimientos alimenticios de la ciudad y habría hecho, además, imposible durante años la producción industrial y la vida en ella. Así pues, estas voladuras habrían supuesto la muerte de Berlín». Hablé también en ella de las consecuencias que las destrucciones acarrearían en la cuenca del Ruhr: «Si se vuelan los numerosos puentes de ferrocarril que hay sobre los pequeños canales o valles del Ruhr, o se destruyen los viaductos, la cuenca ni siquiera podría volver a producir lo necesario para reconstruirlos». Además, en esta memoria del 15 de marzo de 1945 pedí a Hitler que ordenara adoptar la consigna de distribuir las existencias de los almacenes civiles y de la Wehrmacht cuando el enemigo estuviera cerca.

{394}
Aquí tenemos un ejemplo de la confusión que se producía en las órdenes por culpa de las súbitas reacciones de Hitler. El mismo 18 de marzo, Keitel comunicó, por medio de un télex: «El
Führer
ha decidido de manera terminante (!) que: en la medida de lo necesario, en los territorios occidentales directamente amenazados por el enemigo se pongan en práctica las medidas de evacuación». Se había previsto una cobertura para el caso de que no fueran obedecidas estas disposiciones: «Mientras se procede a la evacuación, no deben sufrir menoscabo alguno las medidas militares, la retirada de productos alimenticios ni el transporte de carbón».

Al día siguiente, 19 de marzo de 1945, Bormann promulgó un decreto para que se ejecutara la orden más reciente de Hitler, según la cual «la evacuación se realizará mediante caravanas en caso de que no se disponga de medios de transporte. Dado el caso, la población masculina marchará a pie».

{395}
Citado en mi carta del 29 de marzo de 1945 de acuerdo con la reproducción de las palabras de Hitler. En aquel momento introduje la salvedad: «Si no lo he comprendido mal…», formulación que podía permitir a Hitler precisar lo que había dicho. En la misma carta resumí así la impresión que me causó: «Después de estas palabras me sentí profundamente conmocionado».

{396}
Este cuartel general, situado en un palacete que se levantaba en una colina rocosa y comunicado con los búnkers por medio de escaleras, era el que construí para Hitler en 1940, que él había rechazado.

{397}
Se trata de la Orden del
Führer
sobre medidas de destrucción en el territorio del Reich. Reza así:

«La lucha por la existencia de nuestro pueblo obliga, también dentro del territorio del Reich, a emplear cualquier medio que pueda debilitar la combatividad del enemigo e impedir que continúe su penetración. Deben aprovecharse todas las posibilidades para dañar al máximo, directa o indirectamente, la potencia de ataque del enemigo. Es una equivocación creer que las instalaciones (de transporte, de comunicaciones, industriales o de abastecimiento) no destruidas o sólo temporalmente paralizadas podrán ser utilizadas en nuestro beneficio una vez se hayan reconquistado los territorios perdidos. En su retirada, el enemigo sólo dejará una tierra quemada y no tendrá ninguna consideración hacia la población de dichos territorios. »Por consiguiente, ordeno:

1. Serán destruidas todas las instalaciones militares, de transporte, de comunicaciones, industriales y de abastecimiento, así como los valores muebles que haya dentro del territorio del Reich y que el enemigo pueda utilizar inmediatamente o a corto plazo para proseguir el combate.

2. Serán responsables de poner en práctica estas medidas de destrucción las jefaturas militares cuando se trate de objetivos de índole militar, incluidas las instalaciones de transporte y de comunicaciones, y los jefes regionales y comisarios de defensa del Reich cuando se trate de industrias e instalaciones de abastecimiento y cualesquiera otros bienes muebles. Las tropas prestarán a los jefes regionales y comisarios de defensa del Reich la ayuda necesaria para llevar a cabo sus cometidos.

3. Esta orden será puesta con la mayor rapidez posible en conocimiento de todos los mandos de tropa, e invalida todas las instrucciones que se opongan a ella».

Esta orden se oponía abiertamente a las peticiones que yo formulaba a Hitler en mi memoria del 18 de marzo, que decían: «Debe garantizarse que, cuando la lucha tenga lugar dentro del territorio del Reich, nadie esté autorizado a destruir industrias, empresas carboníferas, centrales eléctricas y otras instalaciones de abastecimiento, ni tampoco las vías de comunicación ni los canales utilizados para la navegación interior. Si se volaran los puentes tal como está previsto, las vías de comunicación sufrirían un perjuicio mucho mayor que el que ocasionarían los ataques de la aviación enemiga».

{398}
Mediante la observación «Para que sea ejecutada por el comandante en jefe del grupo de ejércitos», Kesselring había traspasado a su subordinado, el mariscal Model, toda responsabilidad derivada de la inobservancia de la mencionada orden.

{399}
Véase mi escrito del 3 de marzo de 1945 al ministro de Justicia Thierack y su respuesta del 6 del mismo mes.

{400}
Véase el Acta de la entrevista con el
Führer
del 22 de marzo de 1945, firmada por Saur.

{401}
El texto del decreto era el siguiente:

«Asunto: Alojamiento de los compatriotas procedentes de los territorios evacuados. Por orden de la autoridad superior, participo lo siguiente: El 19 de marzo de 1945, el
Führer
publicó una orden sobre las medidas de destrucción que ya le ha sido transmitida a usted o que ahora se le adjunta. Al mismo tiempo, el
Führer
ordenó de manera igualmente inequívoca que deben evacuarse los territorios que no se puedan conservar y que se prevea que serán ocupados por el enemigo.

»El
Führer
ha ordenado a los jefes regionales de las zonas fronterizas que hagan lo humanamente posible para asegurar la evacuación de todos los compatriotas, es decir, su retirada absoluta. El
Führer
, después de haber sido informado detalladamente, conoce las tremendas dificultades que entraña esta exigencia.

»La exigencia del
Führer
se basa en consideraciones acertadas y exactas. No puede plantearse la imposibilidad de la evacuación.

»Tan difícil como la evacuación y el transporte es el alojamiento de nuestros compatriotas en las regiones alemanas interiores que los acojan; sin embargo, debe lograrse este alojamiento aparentemente imposible. El
Führer
espera que las regiones alemanas interiores muestren la comprensión necesaria hacia las inevitables exigencias del momento.

«Tenemos que superar la actual situación empleando todos los medios posibles e improvisando cuando sea necesario».

{402}
Por lo que sé, Florian se distanció posteriormente de su intención de publicar este borrador. Puede que hiciera sus observaciones sobre la falta de valor del pueblo en un encuentro anterior.

{403}
Hitler había establecido que, en una «zona de combate» de ocho a quince kilómetros de amplitud, el Ejército se encargara de llevar a cabo las destrucciones.

{404}
Se trata de las «Disposiciones para ejecutar la Orden del
Führer
del 19 de marzo de 1945 (instalaciones de telecomunicación)», remitidas el 27 de marzo a las cuatro de la tarde:

«Las instalaciones de transmisión de noticias se destruirán mediante voladuras, incendio o demolición. Deberán inutilizarse por completo las dependencias telefónicas, telegráficas y repetidoras, los nudos de comunicaciones (entradas de cables, puntos de conmutación, ramificaciones de líneas y cables, dispositivos tensores y, de disponer de tiempo suficiente, también las líneas y cables de comunicación de superficie), las existencias y equipos telegráficos de toda clase, cables y líneas, instrucciones de funcionamiento (planos de distribución de cables y conexiones, descripciones de aparatos, etc.) e instalaciones de radio (centrales receptoras y transmisoras, postes, antenas). Se procurará transportar previamente todas las piezas que se estimen de valor especial […].

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