XXIX
Los dos sobrinos en lugares diversos instruidos:
Más horrible monstruo en tierra nunca visto,
Vendrán muy nobles a insignes guerreros,
A vengar las injurias y sucumbirán los enemigos.
XXX
Aquel que en lucha y hierro al hecho bélico
Haya traído más grande que él el precio:
De noche en la cama seis lo atacarán,
Desnudo, sin arnés, pronto será preso.
XXXI
En los campos de Media, de Arabia, y de Armenia
Dos grandes ejércitos tres veces chocarán,
Cerca del río Araxes la mesnada,
Del gran Solimán por tierra caerán.
XXXII
El gran sepulcro del pueblo de Aquitania
Se acercará hasta la Toscana:
Cuando Marte esté junto al suelo Germánico,
Y a la tierra de la región Mantuana.
XXXIII
En la ciudad donde entre el lobo,
Muy cerca de allí acamparán los enemigos:
Ejército extranjero un gran país asolará,
Los amigos pasarán de los Alpes la barrera.
XXXIV
Cuando la ausencia del Sol entonces sea,
En pleno día el monstruo será visto;
De muy distinto modo se le interpretará,
No importa la carestía, nadie habrá previsto.
XXXV
De lo más profundo del Occidente de Europa,
De pobres gentes un niño nacerá,
Que con su hablar seducirá a muchos,
Su fama en el réino de Oriente más crecerá.
XXXVI
Sepultado, no muerto apoplético,
Será hallado tener las manos comidas,
Cuando la ciudad condene al herético,
Que tenía sus leyes, sus costumbres cambiadas.
XXXVII
Antes del asalto, rezada la oración,
Milán tomada por el Águila mediante arteras trampas,
Muralla antigua hundida a cañonazos,
A sangre y fuego con gracia para pocos.
XXXVIII
La gente Gálica y la nación extranjera,
Más allá de los montes, muertos, presos y afligidos,
Al menos contraria y próxima de vendimia,
Por los amos en acuerdo firmado.
XXXIX
Los siete por tres meses en concordia,
Para subyugar los Alpes Apeninos,
Pero la torments y la Liguria cobarde,
Los afligen con súbitas ruinas.
XL
El Gran teatro será de nuevo enderezado,
Los dados echados y las redes ya tendidas,
Demasiado el primero aparte fue dejado,
A causa de arcos postrados, ya rotos desde mucho tiempo.
XLI
Un giboso será elegido por el consejo,
Más horrible monstruo en tierra nunca visto,
El golpe, queriendo, reventará el ojo,
El traidor al Rey como fiel recibido.
XLII
El niño nacerá con dos dientes en la gola,
Piedras en Tuscia por lluvia caerán
Pasados unos años no habrá ni trigo, ni cebada,
Para alimentar a quienes de hambre morirán.
XLIII
Gentes de los alrededores de Tarn, Loth y Garona,
Mirad los montes Apeninos no pasar,
Vuestra tumba cerca de Roma y de Ancona,
El pelo negro y crespo hará trofeo levantar.
XLIV
Cuando el animal al hombre doméstico,
Después de grandes penas y saltos venga a hablar,
De rayo a virgen será tan maléfico,
De tierra tomada y suspendido en el afire.
XLV
Los cinco extranjeros entrarán en el templo,
Su sangre llegará a la tierra profana:
Para los de Tolosa será un muy duro ejemplo,
De uno que vendrá a sus leyes exterminar.
XLVI
El cielo (de Planco la ciudad) nos presagia,
Con señales insignes y con estrellas fijas,
Que de su cambio súbito se acerca el tiempo,
Ni por su bien, ni por sus maleficios.
XLVII
El viejo Monarca expulsado de su reino,
A los de Oriente su auxilio irá a pedir:
Por miedo de las cruces plegará su enseña,
A Mitilene irá por tierra y mar.
XLVIII
Setecientos cautivos encadenados duramente,
Por la mitad herir, abandonado el fuerte,
La próxima esperanza llegará muy rápidamente,
Pero no tan pronto como una quincena muerte.
XLIX
Reino Galo serás muy cambiado,
En lugar extranjero se ha trasladado el imperio:
En otras costumbres y leyes serás colocado,
Ruan y Chartres lo harán mucho peor.
L
La república de la gran ciudad,
De ningún modo consentir querrá,
Rey salir fuera por trompeta ciudad,
La escalera en el muro, la ciudad se arrepentirá.
LI
París conjura un gran asesinato cometer,
Blois lo hará salir en pleno efecto:
Los de Orleans querrán a su jefe reponer,
Angers, Troyers, Langres les harán una fechoría.
LII
En el campo habrá lluvia abundante,
Y en la Pulla una muy grande sequedad,
El Gallo verá al Aguda con su ala mal cumplida,
Por Lyón será puesta en extremidad.
LIII
Cuando el más grande se lleve al prisionero,
De Nuremberg, de Absburgo y los de Basilea,
Por Agripina, jefe Frankfurt tornado,
Atravesarán por Flandes hasta Galia.
LIV
Uno de los mayores huirá a España
Que en profunda llaga después vendrá a sangrar,
Pasando fuerzas por las altas montañas,
Devastando todo y luego en Paz reinar.
LV
En el año en que un tuerto reine en Francia,
La corte se encontrará en gran perturbación,
El grande de Blois matará a su amigo,
El reino puesto en mal y duda doble.
LVI
Montauban, Nîmes, Aviñón y Beziers,
Peste, truenos y granizo al fin de Marzo,
De París puente, Lyón muro, Montpellier,
Después de seisciens y siete veinte, tres partes.
LVII
Siete veces cambiar veréis gente británica,
Tinta en sangre en doscientos noventa años,
Libre, no ya por apoyo Germánico,
Aries duda, su polo es declinante.
LVIII
Cerca del Rin de las montañas Nóricas
Nacerá un grande de gente demasiado tarde venida,
Que defenderá Sauroma y las Panónicas,
Que no se sabrá lo que le haya acontecido.
LIX
Bárbaro imperio por un tercero usurpado,
La mayor parte de su sangre condenar a muerte:
Por muerte senil, por él, el cuarto atacado,
Por temor de que sangre por otra sangre sea muerta.
LX
Por toda Asia gran proscripción,
Incluso en Misia, Lisia y Panfilia:
Sangre derramará por absolución,
De un joven negro lleno de felonía.
LXI
La gran banda y secta crucífera
Se levantará en Mesopotamia:
Del próximo río compañía ligera,
Que tal ley tendrá por enemiga.
LXII
A Carcasona dirigirá sus atenciones,
El Romano poder estará del todo afondado,
Próximo al duro cuenco del mar Cirene,
Traspasará los grandes montes Pirineos.
LXIII
La mano más corta y su herida cerrada,
Su gran vecino imitará los vestigios:
Ocultos odios civiles y debates,
Retrasarán a los bufones sus folías.
LXIV
El jefe de Persia llenará gran Ólcada,
Flota Trirreme contra gente Mahometana,
De Parta y Media y saquear las Cícladas,
Largo tiempo descanso en el gran puerto Jónico.
LXV
Cuando el sepulcro del gran Romano hallado,
Al día siguiente será elegido Pontífice,
Del Senado no será aprobado,
Envenenado, su sangre en la sagrada ropa.
LXVI
El gran Bailío de Orleans condenado a muerte,
Será por uno de sangre vindicativa:
Él merecerá ésta su suerte,
Prisionero, manos y pies cautivos.
LXVII
Una nueva secta de filósofos,
Despreciando muerte, oro, honores y riquezas,
De los Montes Germanos no serán limítrofes,
Sus seguidores tendrán honor y prensa.
LXVIII
Pueblos sin jefes de España, de Italia,
Muertos esparcidos por el Queroneso,
Su mano traiciona por locura pasajera,
La sangre por todas partes corre.
LXIX
Gran ejército guiado por un joven,
Se entregará en manos de sus enemigos,
Pero el viejo mitad puerco nacido,
Hará que Chalón y Mascón sean amigos.
LXX
La Gran Bretaña incluida Inglaterra,
Vendrá por agua tan fuerte a inundar:
La nueva liga de Ausonia le hará guerra,
Que contra aquéllos ellos se alinearán.
LXXI
Los de dentro las islas por largo tiempo asediados,
Cobrarán vigor y fuerza contra sus enemigos:
Los de fuera muertos de hambre derrotados,
Por más hambre que nunca serán metidos.
LXXII
El buen anciano aún vivo sepultado,
Junto al gran río por falsa sospecha,
El nuevo viejo de riqueza ennoblecido,
Toma a la vez todo el oro del rescate.
LXXIII
Cuando al reinado llegue el cojo,
Competidor tendrá próximo bastardo:
Él y también el reino serán tan roñosos,
Que antes de que cure su hora habrá sonado.
LXXIV
Nápoles, Florencia, Faenza a Imola
Estarán en términos de tal enojo,
Por complacer a los desdichados de Nola,
Queja de haber a su jefe burlado.
LXXV
Pau, Verona, Vicenza, Zaragoza,
Espadas ungidas, terrores húmedos de sangre:
Peste tan grande vendrá a la gran hoya,
Cercano socorro y los remedios muy lejos.
LXXVI
En Germania nacerán varias sectas,
Acercándose mucho al feliz paganismo,
El corazón cautivo y pequeños ingresos,
Harán volver a pagar el verdadero diezmo.
LXXVII
El tercer clima bájo Aries comprendido,
El año mil setecientos veintisiete, en Octubre,
El Rey de Persia por los de Egipto cogido:
Conflicto, muerte, pérdida: a la cruz gran oprobio.
LXXVIII
El jefe de Escocia, con seis de Alemania,
Por gentes de mar Orientales cautivo:
Atravesarán Calpe y la España,
Presente en Persia al nuevo Rey medroso.
LXXIX
El orden fatal y eterno encadenado,
Dará vueltas con orden consiguiente:
Del puerto Fociano la cadena será rota,
Tomada la ciudad, el enemigo un poco.
LXXX
Del reino inglés el digno expulsado,
El consejero por ira condenado a fuego:
Sus partidarios irán a rastrear tan bajo,
Que el bastardo será casi aclamado.
LXXXI
El gran vociferante audaz desvergonzado,
Será elegido gobernador de la armada:
La intrepidez de su comportamiento,
El puente roto, ciudad de miedo pasmada.
LXXXII
Freins, Antibor, ciudades junto a Niza,
Serán muy devastadas por mar y por tierra:
Las langostas, tierra y mar viento propicio,
Cogidos, muertos, despedazados, robados, sin ley de guerra.
LXXXIII
Los largos cabellos de la Galia Céltica,
Acompañados de extrañas naciones,
Harán cautiva a la gente Aquitánica,
Para sucumbir a sus intenciones.
LXXXIV
La gran ciudad quedará bien desolada,
De sus habitantes uno solo podrá en ella morar:
Muralla, sexo, templo y virgen violada,
Por hierro, fuego, peste, cañón el pueblo morirá.
LXXXV
Por ciudad tomada por engaño y fraude
Por medio de un bello joven capturado,
Asalto dado a Raubine cerca de Laude,
El y todos muertos por haber bien engañado.
LXXXVI
Un jefe de Ausonia a las Españas irá,
Por mar se detendrá en Marsella,
Antes de su muerte por mucho tiempo languidecerá,
Después de su muerte se verá gran maravilla.
LXXXVII
Flota Gálica no lo acerques a Córcega,
Ni a Cerdeña tú de ello te arrepentirás:
Pronto moriréis todos privados de la ayuda deseada,
Sangre nadará, no habrá ningún cautivo.
LXXXVIII
De Barcelona por mar una poderosa armada,
Marsella entera de miedo temblará:
Islas ocupadas de mar ayuda cerrada,
Tu traidor en tierra nadará.
LXXXIX
En aquel tiempo Chipre estará privada
De su auxilio de aquellos del mar Egeo:
Viejo trucidado, pero con mezclas y músicas,
Seducido su Rey, Reina más ultrajada.