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Authors: John Curran

Tags: #Biografía, Ensayo, Intriga

Los cuadernos secretos (64 page)

BOOK: Los cuadernos secretos
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Se comentan por encima más detalles prácticos en el Cuaderno 31:

Estricta cuestión de mecánica

G. toma los revólveres… dispara contra John… Pone el revólver entre la labor de punto… bolsa… o pone el revólver en la estola de zorro y el bolso junto al sofá. Lo encuentra Henrietta… lo vuelve a colocar en su sitio, en la colección

El inspector acude a ver a sir Henry… le pide el revólver. ¿Falta otro tal vez?

Sir H. se queda sin palabras… al final dice que sí

¿Estaba en una cartuchera?


Aparece la cartuchera en una carretera cerca de la casa de V… ¿en un arbusto?

Gerda saca dos revólveres…
le dispara con uno
pone la cartuchera en el zorro de V y le dispara… deja la bolsa de las labores y otra junto al cuerpo de John o bien sigue a John hasta la granja… deja la cartuchera… vuelve tras él a la piscina… le dispara… ¿vuelve a la casa y esconde el revólver?

¿Lo recupera durante la investigación? Gudgeon coge el revólver de entre los huevos… Lo coloca en su estudio

Henrietta en efecto procura proteger a Gerda, aunque no recurre a la maniobra del trozo de arcilla. Tampoco se da un intento de incriminar a Veronica Cray colocando la pistola en su estola de piel, aunque en la adaptación teatral la pistola aparece en el bolso de Veronica. Con su acostumbrada fertilidad de invención, Christie esboza unas cuantas posibilidades para desechar el arma del crimen junto con la cartuchera, elementos de las cuales —los dos revólveres, el revólver que le falta a sir Henry, Gudgeon y los huevos— se subsumen en la novela.

Christie introduce, en el Cuaderno 32, una secuencia alfabética ya reordenada (aunque no aparezcan los puntos F, G o I, por la razón que sea), si bien no es exactamente la que se sigue en la novela. Nótese que aquí hace referencia al relato llamándolo «Echo», reflejo del verso final de la cita de Tennyson:

Final de Eco

H. P. en un asiento junto a la piscina… Los hombres del inspector llegan estrepitosamente

Grant acude a él… le toma el pelo

A. Hay que encontrar la pistola con que se ha disparado antes… la señora C no tiene tiempo de esconderla… Tiene que estar escondida cerca
[capítulo 26]

B. Todos ellos tienen un motivo… Lady A y David… Edmund y Henrietta. P. dice la solución… lejos, no hacia, desde, no hacia. G
[rant]
dice a veces pienso que todos lo saben… P dice todos lo saben.
[capítulo 26]

C. Lady A… sobre la verdad… se daría por satisfecha
[capítulo 27]

H. Midge rompe el compromiso
[capítulo 27]

D. P. en casa… El inspector… encuentran la pistola
[capítulo 26]

E. Midge y Edward y gas
[capítulo 28]

J. P y Henrietta encuentran la cartuchera de cuero
[capítulo 29]

Pleamares de la vida
12 de noviembre de 1948

En los asuntos de los hombres hay un flujo

que lleva a la fortuna si aprovechas la pleamar…

Shakespeare
, Julio César

Gordon Cloade es asesinado en una incursión aérea, y su joven y reciente esposa, Rosaleen, hereda una fortuna. Cuando una misteriosa muerte lleva a Hércules Poirot a Warmsley Vale, se da cuenta de que la familia Cloade, muy necesitada de dinero, tiene buenos motivos para matarla. Así pues, ¿por qué no fue Rosaleen la que murió?

Pleamares de la vida
fue otra novela (como
El tren de las 4:50
e
Inocencia trágica
) cuyo título causó algunos problemas. La sugerencia original era
Marea creciente
o
Sube la marea
, hasta que se descubrió que la nueva novela de Taylor Caldwell se iba a titular
There is a Time [Hay una hora]
[26]
. Así probablemente se explique por qué en el transcurso de las treinta páginas de notas, esparcidas a lo largo de trece cuadernos, no aparece mencionado el título
Pleamares de la vida
(o su equivalente en Estados Unidos,
There is a Tide [Marea alta]
). En el cuerpo de la novela, la cita aparece en el libro II, capítulo 16. De hecho, la génesis del título y del libro mismo resulta mucho más compleja. En una carta fechada en septiembre de 1947, el agente de Christie hace referencia a la versión revisada de
Pleamares
y al «magnífico trabajo de alteración». Esta hipnótica alusión seguirá por fuerza siendo un misterio, ya que no existe en los cuadernos o en la correspondencia que se conserva nada que nos la aclare.

La trama de
Pleamares de la vida
es una de las más complejas de Christie. Para empezar, ninguna de las muertes es lo que parece en un principio. La primera, presuntamente un asesinato, es un accidente; la segunda, presuntamente un suicidio, es de hecho un suicidio (aunque los lectores de Christie más curtidos recelan de que sea un asesinato); la tercera, presuntamente un suicidio, es un asesinato. Esta combinación de explicaciones es única en toda la dilatada producción de Christie.

Por si fuera poco, tanto Frances como Rowley Cloade, independientemente el uno del otro, complican el «plan» del verdadero asesino por medio de varias tramas secundarias que son propias de ambos, cada una de las cuales termina con la muerte violenta de sus cómplices. Se da entonces una gran confusión sobre la identidad del primer cadáver. ¿Es Enoch Arden? ¿Sigue vivo Robert Underhay? ¿Es el muerto el hombre que encontraron en el Jabalí Azul? Si no lo es, ¿de quién es ese cadáver? Este ardid de la trama lo comparte con brillantez
La muerte visita al dentista
, y con menos éxito se reitera en
El tren de las 4:50
.

Parte de esta complejidad se refleja en las notas, debido sobre todo al hecho de que se entrelazan durante gran parte del tiempo con las tomadas para
El truco de los espejos
y
Un crimen dormido
. En las notas, el título provisional de
Pleamares de la vida
oscila entre «Cubridle la cara», que también fue en su día el título de
Un asesinato dormido
, y «Espejos», abreviatura de
El truco de los espejos
. Cada uno de ellos se emplea en tres ocasiones, pero en todos los casos con los nombres de los personajes y la trama de
Pleamares de la vida
. Vale la pena recordar que ninguno de los tres es muy específico; los tres podrían, con una mínima torsión, servir de título a cualquier escrito de Christie, mientras que otros como
Asesinato en el Orient Express
o
La muerte de lord Edgware
son precisos y no resultarían intercambiables.

En las páginas iniciales de los Cuadernos 19 y 30 hallamos la génesis de la situación familiar de los Cloade:

Cubridle la cara

Personajes

Los Cloade

Nathaniel… abogado… malversa fondos
[Jeremy]

Frances… Su esposa, hija de… lord Edward Hatherly y lady Angarethick… dice que toda su familia son unos malvados

Jeremy… ex piloto, un fuera de la ley… osado
[probablemente, el origen de David Hunter]

Jane Brown… muchacha de carácter, ¿prometida de Jeremy?
[Lynn]

Susan Cloade… (¿o una viuda?) Fría, discriminadora, perspicaz
[Adela o Katherine]

Rosaleen Hunter

Nathaniel Clode

Frances Clode… (esposa aristócrata)

Susan Ridgeway

Una Cloade… viuda de guerra… se dedica a criar perros de raza

Sin embargo, y como de costumbre, los nombres habían de cambiar. El ejemplo anterior, tomado del Cuaderno 30, es la única vez en que se usa el nombre de Rosaleen en las notas, y se usa con el apellido Hunter, no Cloade. A lo largo de los cuadernos se hace referencia a ella por medio del nombre de Lena, diminutivo de Rosaleen. La «viuda de guerra» de los Cloade que se dedica a criar perros podría haberse inspirado en la hija de la propia Christie, Rosalind, amante de los perros y criadora, cuyo primer marido, Hubert Prichard, murió en la guerra.

En el Cuaderno 13 se ilustra la frecuencia con que Christie adoptó la ordenación alfabética:

  1. La señora Marchmont pide dinero a Lena… (¿lo obtiene?)
    [libro I, capítulo 5]
  2. Frances pregunta… David la interrumpe… Su reacción… Por el momento, él no tiene miedo
    David y Lena miran por la ventana… ve a Lynn.
    ¿Lena también la ve?
    Se marcha… entrevista con Lynn… luego con él y de nuevo con Lena
    [libro I, capítulo 6]
  3. Hércules Poirot… Tía Kathie… guía espiritual
    [prólogo]
  4. La granja… Lena y Rowley… Él la mira igual que la mira a ella… (¿planeando su muerte?) Ella se marcha… Llega un desconocido, pregunta el camino de… (?) Furrowtown… Pasa de largo… Su cara le resulta conocida a Rowley
    [libro I, capítulo 8]
  5. Rowley va a White Hart… Beatrice, la camarera… Foto de L. y Edmund… Frances y Jeremy… foto… para conseguir la dirección de H. P
    [libro I, capítulos 11 y 12]
  6. David lee la carta… prepara el equipaje… vamos a Londres… quédate allí, de esto me ocupo yo
    [libro I, capítulo 10]
  7. David y E. A…. ¿chantaje velado? D. dice vámonos de aquí
    [libro I, capítulo 9]
  8. ¿Dónde ha de entregarse el dinero? ¿En Londres? ¿En el metro? Poirot… ¿asiento?, etc. Bessie oye la conversación (David viaja a Londres… a ver a Lena en el metro… Rowley entre la muchedumbre)
    [no utilizado]
  9. Rowley visita a Poirot… Le apremia a que vaya a Warmsley Heath
    [libro II, capítulo 1]
  10. Muerte de E. A…. David es sospechoso… ¿detenido? El botón en la mano del muerto
    [libro II, capítulo 5]
  11. Lena y la Iglesia
    [libro II, capítulo 6]
  12. Poirot y Lynn… la gente siempre es igual, no suele cambiar
    [libro II, capítulo 12]

Aunque de todo esto la mayor parte aparece con ligeros cambios en la novela tal como se publicó, hay una serie de diferencias menores: la escena H no aparece en absoluto; Furrowtown, en la escena D, pasa a ser Furrowbank en el libro; no es un botón (escena J) lo que aparece en la sala, sino un encendedor con las iniciales DH; la escena C de la novela precede a la mayor parte de la acción. La religión de Rosaleen, aparte de ser un factor de peso en su personalidad, es también un importante mecanismo de la trama. Su pertenencia al catolicismo y su culpabilidad concomitante es un elemento que impregna toda su conversación con David. Si se vuelve a sus escenas a la luz de la solución, gran parte del diálogo adquiere un sentido distinto. Y es la escena de la iglesia la que proporciona a Poirot una de las pistas:

Lena… deprimida… dice… he estado muy preocupada… desea ver al sacerdote… le pregunta… no va a confesar

El sacerdote… Lena… (o bien un presbítero) Ve a confesar… estoy en pecado mortal

Lena cobra conciencia… su carta… planea la muerte… perversidad… Quiero hacer las reparaciones que pueda hacer

La muchacha y la iglesia c
[atólica]
… P la ve

Pleamares de la vida
es otra novela de la que se rechazaron unas cuantas ideas intrigantes:

Lena en Londres… D. la llama por teléfono… va a la estación… ve al jefe de estación… Sale corriendo del expreso cuando se pone en marcha… regresa a White Hart y entra por la ventana… Asesina a E. A. pero deja una pista, algo que a él se le ha pasado por alto (¿un encendedor?)… va a la cabina de teléfonos

L. llama por teléfono a Anne 9.18

D. “ “ “ (te esperan en Londres)

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