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Authors: John Curran

Tags: #Biografía, Ensayo, Intriga

Los cuadernos secretos (20 page)

BOOK: Los cuadernos secretos
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Las principales diferencias que existen entre las distintas versiones se hallan muy al principio. En las versiones de radio y televisión se muestra el primer asesinato, el de la señora Lyon, en Culver Street; en la versión teatral también se incluye, sólo que con efectos de sonido y sobre un escenario a oscuras. El primer borrador del guión incluía una escena de apertura con dos trabajadores sentados alrededor de un brasero que le piden una cerilla a un tipo que pasa; resulta que es el asesino, que vuelve de matar a la señora Lyon en la cercana Culver Street, y es entonces cuando se le cae la libreta que contiene la dirección de Monkswell Manor. En la versión novelada, esta escena la reemplaza otra que se desarrolla en Scotland Yard, donde los trabajadores describen los acontecimientos ocurridos aquella tarde.

Apenas existe nada que muestre la génesis de esta famosa obra teatral como obra radiofónica. En el Cuaderno 56, no obstante, sí hay dos páginas encabezadas, de manera curiosa, por
3 (un ojo tachado) (un ratón)
(véase ilustración más adelante). Como se aprecia en el siguiente pasaje, las escasas notas se refieren tanto a la novela corta como a la versión teatral:

Llegada de Christopher Wren… Bufanda… Abrigo oscuro… Sombrero de color claro (lo tira sobre el banco)… El peso de la maleta… ¿No lleva nada dentro? Alguna palabra de más entre él y Molly. Policía en Londres… Sargento Dawes… Los trabajadores… El hombre era anodino. La libreta… ¿Se la ha traído uno de ellos a Scotland Yard? La identificación… Monkswell Manor. Mmm… Llame a la policía de Berkshire. Llega la señora Bolton… Querido, una mujer imponente… Muy europea, muy señora.

La referencia a la sospechosa maleta de Christopher Wren aparece en la novela, al igual que la frase «llame a la policía»; la combinación de estas dos ideas respaldaría la teoría de que el cuaderno se refiere a la versión novelada. También es notable la extraña referencia a la señora Bolton y no a la señora Boyle, el nombre con el que se la conoce en todas las versiones.

La casa torcida
23 de mayo de 1949

Charles Hayward se enamora de Sophia Leonides durante la guerra, y termina además fascinado con su familia, que vive en una casa torcida, aviesa, a las órdenes de su adinerado abuelo. Cuando éste aparece envenenado, es obvio que un miembro de la familia está torcido y es avieso en el sentido criminal.

La casa torcida
sigue teniendo uno de los mejores finales de Christie, uno de los más impactantes. Tan impactante fue que Collins quiso que lo cambiara (entrevista en el
Sunday Times
, 27 de febrero de 1966), pero ella se negó. Sería razonable, por tanto, suponer que la solución por la que se decidió fue en todo momento la razón de ser del libro. A juzgar por los cuadernos que se conservan, no es éste el caso. Como ya se vio en el capítulo 3, varios personajes fueron considerados los posibles asesinos antes de que Christie alcanzara la solución perfecta.

En un prólogo escrito especialmente para la edición de Penguin conmemorativa de un millón de ejemplares de
La casa torcida
, Agatha Christie escribe: «Este libro es especial, es uno de mis favoritos. Lo guardé durante años, meditándolo, trabajando su desarrollo, diciéndome: “Un día, cuando tenga mucho tiempo y quiera divertirme de verdad, comenzaré a escribirlo”. Debo decir en relación con la producción de libros que se deben escribir al menos cinco para que uno sea puro placer. La escritura de
La casa torcida
fue puro placer».

Si bien es cierto que trabajó en esta obra durante años y la meditó a fondo, ninguna de esas supuestas notas ha sobrevivido. El Cuaderno 14, que contiene la mayoría de las notas para este título, también incluye de manera excepcional dos ejemplos de fechas. Pocas páginas antes de
La casa torcida
se delimitan las fechas «sept. 1947» y «20 de oct. [1947]». La novela salió a la luz por vez primera y por entregas en una publicación norteamericana en octubre de 1948, y en el Reino Unido apareció en mayo de 1949. A partir de las evidencias internas (una referencia a la opulencia de Aristide se esbozó «el año pasado», escrito en noviembre de 1946) y de las pruebas que aportan los cuadernos, el libro se completó a finales de 1947 o a comienzos de 1948. Por tanto, los años que estuvo «meditándolo» y «trabajando su desarrollo» son, con toda probabilidad, aquellos que pasó inmersa en el proceso mental, antes de que la estilográfica rozara el papel. Las más de 20 páginas de notas cubren el desarrollo de la novela por completo.

La primera página de notas en el Cuaderno 14 también lleva el encabezamiento «La casa torcida», por lo que parece haber sido el título desde el principio. Y, de hecho, es difícil pensar uno mejor. Sin embargo (como vimos antes, en este mismo capítulo), el Cuaderno 56 enumera ya en la primera página el germen de
Un puñado de centeno
, que incluye una referencia inequívoca a
La casa torcida
, si bien es posible que la intención fuera la de poner a un retorcido, avieso, deshonesto hombre de negocios, sin que pretendiera hacer la menor referencia a la novela que lleva ese título.

Canta un cantar por seis peniques

Se encontró la moneda torcida (un hombre torcido, avieso; una esposa torcida; la casa torcida o aviesa)

De vuelta a casa… La criada de salón… Criada e hijo… Colusión… Criada asesinada para acallarla

Algunas páginas antes de comenzar la construcción en serio de la trama de este título encontramos dos referencias al mismo:

La casa torcida

Soldado lisiado… Con una cicatriz en el rostro… Un anciano le cura las heridas de guerra… pero
no son
heridas de guerra… En realidad es un asesino

Planes, sept. de 1947

La casa torcida (Las Alt
[eraciones]
)
. Hechas

No es posible fechar la primera entrada, puesto que el guión que hace referencia al «soldado lisiado» no aparece en ningún otro título de Christie. Sin embargo, el siguiente, en la página que sigue, está encabezado de manera inequívoca, lo cual demuestra que el grueso de la novela, si no la novela completa, la terminó en esta fecha, de tal modo que sólo quedaban pendientes las alteraciones de turno. Como ya se vio en el capítulo 3, la tachadura representaba el signo convencional que empleaba Christie para indicar que había completado algo; aquí, con la misma tinta, tenemos añadida la palabra «Hecho».

Dos páginas más tarde comienza a urdir la trama. Las familias se detallan un poco, al igual que la disposición Sophia/Charles:

El viejo Aristide Kriston… Un gnomo, aunque atractivo…
Vitalidad… Tiene un restaurante… Se casa luego con la hija de un caballero que se dedica a la caza del zorro…
Apuesto…Muy rubio y muy inglés.

Roger… Griego… Astuto… Muy unido al padre

Clemency… mujer científica

Leo… Rubio, apuesto
[posiblemente un precursor de Philip]

Penelope… Buen humor… Motivada
[posiblemente precursora de Magda]

Sophia

Su segunda esposa… Dorcas (Tabitha)
[Brenda]

Laurence… El tutor cojo

[Relatado en]
Primera persona… (¿Charles?) En el Ministerio de Asuntos Exteriores… Sophia Alexander está en su mismo departamento… Su conversación… Atracción… Oh, vivimos todos juntos en una pequeña casa torcida… Consulta la canción infantil… La ve en Londres… o planea hacerlo… Asesinato del abuelo. Ella se niega a casarse con él… debido al asesinato. ¿Será porque no sé quién de nosotros lo perpetró? Cualquiera de nosotros pudo cometerlo. Su padre es subinspector. Charles se mete en todo… El viejo… Su casamiento

Hay una sucinta afirmación inicial en la segunda página de las notas, en la que se dice: «Harriet mata al viejo». Sin embargo, después presta atención a los otros cinco personajes —Brenda, la segunda esposa; Clemency, la segunda esposa de Roger; el tutor, Laurence; la formidable Edith de Haviland, cuñada de Aristide, y Sophia— antes del retorno final a la estratagema del niño como asesino. «Laurence… en realidad no tiene piernas» es una idea que no sigue, a pesar de la fascinación de Christie con este posible desarrollo de la trama (véase «La casa de los sueños», capítulo 9), y Laurence es inválido únicamente en el sentido emocional. Y aunque al final llamó Josephine a la asesina, este nombre no aparece hasta la trigésima página de las notas. Con anterioridad se refiere a ella (como antes) llamándola Harriet y/o Emma:

Dorcas… No
[Brenda]

¿Clemency? Sí, su motivo… Fanático… algo loco

¿O será Clemency…? Ninguna recompensa… Se quedarán a la intemperie

¿Lo hace Laurence…? Es cojo… Laurence… en realidad no tiene piernas… Por tanto siempre parece que tenga diferente estatura

Edith… Sí… Es posible

Sophia, posible falta de fibra moral

Christie explora esta idea más a fondo, aunque cuando dice «Sí… interesante» en el primer extracto, y «(si J)», cinco páginas más tarde, en el segundo, es posible inferir que a esas alturas no se había centrado definitivamente en Josephine (como se llamaría a partir de entonces) para que fuese la asesina:

Emma
[Josephine]
… Sí… interesante… no es normal… Pretende el poder… Odiaba a su abuelo por algo muy particular… (¿no le permitió tomar clases de ballet, y eso que hay que comenzar muy joven?): Motivo… ajustar su método… Una inteligencia anormalmente alta. Si es así, habría un segundo asesinato… Sí… la vieja enfermera (si es Emma)

El peso sobre la puerta (si J) o muere definitivamente… Pequeño libro negro enfermería.

Final de la niña… La mejor prueba que existe… No sirve en un juicio… A los niños no les gustan las preguntas directas… para ti ella estaba fardando.

Charles y Josephine… Preguntan sobre cartas… Me lo estaba inventando… No te lo diré… No deberías habérselo dicho a la policía.

Josephine escribiendo en su libro. El subinspector dice… Ten cuidado con el niño… Acecha un envenenador

Aunque no se menciona a Josephine en las primeras páginas, cuando la cita le otorga una página entera, así como al trabajo detectivesco que lleva a cabo. A lo largo de la novela se nos comenta su morbosa curiosidad, las escuchas a escondidas, el conocimiento de la ficción detectivesca, y, con gran perspicacia, el pequeño libro negro que contiene, supuestamente, sus notas de detective aficionada:

¿Sabe Harriet que el tío Roger ha estado haciendo esto? Una odiosa niña que siempre está metida en todo

Josephine… la morbosa… Ella lo sabe… He estado haciendo trabajo de detective

Descubre que Roger se iba a marchar… porque pienso que desfalcó dinero

Y Edith odia a Brenda… se escribían… sé dónde guardaban las cartas

No me gustaba el abuelo… Ballet… ¿Bailar? Nada de eso, de ninguna manera.

Aunque es un título importante de Christie debido a su impactante desenlace,
La casa torcida
no es en el plano estrictamente formal un relato policíaco. Aunque la respuesta al enigma es muy evidente en retrospectiva —Josephine afirma con seguridad quién es el asesino; carece de todo temor; las marcas en el suelo del lavadero de los experimentos con el tope de mármol con que se sujeta la puerta—, no es posible llegar a ella por deducción lógica. A pesar de todo, la novela demuestra que, incluso después de una carrera literaria de treinta años, Christie aún conservaba la habilidad para sorprender y entretener.

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