Hollywood queer (29 page)

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Authors: Leandro Palencia

BOOK: Hollywood queer
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De familia pobre —desde los catorce años trabaja— es descubierta en Suecia por Mauritz Stiller —en
La expiación de Gösta Berling,
1924-, quien a partir de entonces hace de su mentor. Este éxito permite a Garbo rodar
Bajo la máscara del placer.
En Hollywood interpreta para Metro Goldwyn Mayer distantes bellezas predestinadas a la destrucción tras optar por la pasión, iniciándose con
Entre naranjos
(Monta Bell, 1926). Como tiene más seguidores en Europa que en EE.UU. deciden meterla en producciones históricas. Su publicitada relación con John Gilbert tiene su cenit fuera y dentro de la pantalla de
Ana Karenina
(Edmund Goulding, 1927). Tras varios años como amantes, Garbo le planta frente al altar.
Ana Christie
(Clarence Brown, 1930) se promociona como «¡Garbo habla!». Su coprotagonista, Marie Dressler, le hizo proposiciones, pero como tenía 60 años Garbo la rechazó. En 1932 recibe el Oscar por la bailarina rusa que encarna en
Gran Hotel
(Goulding) en la que dice «Quiero estar sola», lema para su vida real. Adaptaciones posteriores de la cinta subrayaron la relación homoerótica entre los personajes de esa bailarina y su secretaria. En 1933 rueda
La reina Cristina de Suecia
(Rouben Mamoulian). Junto a Robert Taylor muere en escena en
Margarita Gautier
(George Cukor, 1936). Desde 1938 se hace muy amiga del gurú de la comida sana, el gay Gaylord Hau-ser, aunque al final de su vida Garbo fuma y bebe compulsivamente. Cambia al registro cómico con
Ninotchka
(Ernst Lubitsch, 1939). Esta vez la promoción dice «¡Garbo ríe!». Durante el rodaje Garbo se insinúa a Ina Clara, la actriz con quien finalmente se había casado Gilbert. Clara declina la proposición.
La mujer de las dos caras
(Cukor, 1941) es su última película, tachada de obscena por la Iglesia Católica. Tras su fracaso en taquilla se va a Nueva York y tiene un
affaire
con la diseñadora Valentine Schlee, quien solía negarse a atender a clientes feas por muy ricas que fueran. A partir de ese momento vive retirada y casi recluida en su apartamento. Le gusta dar largos paseos con gafas de sol y en uno de ellos un equipo que rueda una película porno gay la graba accidentalmente. Algunos biógrafos señalan que si se negaba a aparecer en público era porque estaba obsesionada, deprimida y avergonzada de que su padre hubiera sido limpiador de letrinas. No fue a recoger el Oscar honorífico que le concedieron en 1954. En todo caso, Garbo intentó regresar al cine y "vestida como un chico" le pidió a Aldoux Huxley —su esposa María era bisexual y tuvo un
affaire
con Acosta— que le escribiera una historia sobre San Francisco de Asís. Igualmente quiso encarnar a otros hombres como Dorian Gray o mujeres masculinas como George Sand. Al final de su vida su médico le comentó que pasaba demasiado tiempo sola y le preguntó si tenía novio, a lo que Garbo contestó casi airada «¿Cree que soy lesbiana?». Cuando murió, a pesar de los treinta millones de dólares de herencia, no dejó nada a Claire, la mujer con quien había vivido durante muchos años.

La reina Cristina de Suecia
fue un proyecto personal de Garbo para poder vestirse de hombre. Antes del rodaje aprovechó para visitar los antros lesbianos de París. Acosta preparó un esbozo y Viertel el borrador. Thalberg, que había visto
Muchachas de uniforme
(Leontine Sagan, 1931), le comunicó a Viertel que esa clase de amor estaba implícito en las relaciones entre la reina y su doncella y que lo incluyera en el guión. Katharine Hep-burn, que acababa de rodar
Hacia las alturas
(Dorothy Arzner, 1933), suplicó para hacer de doncella, pero fue Barbara Barendess quien lo consiguió, si bien la escena en que le quita las botas y acaricia las piernas de la reina terminó eliminándose. Barendess llegó a confesar que durante el rodaje temió que Garbo la hiciera proposiciones. Así, las únicas alusiones que quedan al lesbianismo es cuando la reina besa en la boca a su dama, la condesa Ebba Sparre (Elizabeth Young), y se siente celosa de que ésta se relacione con un hombre, con lo que se sugiere relaciones amorosas entre ambas. Lo que la convirtió en una cinta de culto para las lesbianas fue cuando Garbo replica orgullosa que no tiene ninguna intención de casarse sino que «¡Pienso morir soltero!». En la película se subraya la apariencia y el comportamiento masculino de esta, construyendo una imagen de fluidez genérica. Pero no se debe olvidar que la fetichización sexy del atuendo varonil en las mujeres —pantalones, casacas, botas, solapas— es sobre todo una visión para la complacencia del público masculino más que una subversión respecto a la construcción tradicional de los géneros. De hecho, Garbo insistió en aparecer más realista con una gran nariz y corpulencia a lo que el estudio se negó. Su androginia es tan convincente que el personaje de Gilbert la confunde con un muchacho y decide pasar la noche con él. Este travestismo otorga a la cinta un subtexto
queer
que socava la trama heterosexual pues como dice Santiago Vila «revela la naturaleza de constructo convencional del sistema simbólico que organiza las diferencias sexuales y sociales».
La reina Cristina de Suecia
es uno de los personajes más recordados de Garbo y se basaba en la reina del siglo XVII que abdicó con 27 años porque sabía que no se casaría nunca. Una de sus máximas fue «Se necesita más valor para casarse que para la guerra». En la versión cinematográfica dirá: «El matrimonio me parece una cosa horrible. No puedo soportar siquiera la idea de compartir la vida con un hombre».

GARLAND, JUDY

Frances Ethel Gumm

10 de junio de 1922 en Grand Rapids (EE.UU.) — 22 de junio de 1969 en Londres (Reino Unido)

Según David Shipman en "Judy Garland: The Secret Life of an American Legend" (1993) fue bisexual y al menos tuvo relaciones con su secretaria, Marlene Dietrich y Edith Piaff, la cantante referencia de los homosexuales en Francia. Shipman también cuenta que Garland le hizo una felación a su peluquero gay en el asiento trasero de un coche después de que no pudiera llevarlo al climax con la mano. También Gerald Clarke en "Get Happy: The Life of Judy Garland" (2000) informa de sus
affaires
con mujeres aunque Clarke pone el acento en la gran cantidad de hombres bisexuales que rodearon su vida. Como su adorado padre, parece que gay armarizado, o Roger Edens, quien la apoyó desde sus inicios en Metro Goldwyn Mayer. Otros dos fueron sus propios maridos, Vin-cente Minnelli (1945-1951), quien la engañó con hombres al poco de casarse, y el actor Mark Herrón (1965-1969), quien manufacturó un
ménage
intergeneracional cuando tuvo un
affaire
con el bailarín y cantante Peter Alien, quien a su vez era el primer marido (1967-1974) de la hija de Garland, Liza Minnelli. En 1980 Alien le hizo a su ex nuera un disco homenaje y en 1992 murió de complicaciones con el sida. Garland fue un icono de la comunidad gay, sobre todo a partir de los años cincuenta. Joe Orton escribió en su diario que los homosexuales de verdad deberían poseer sus discos. Los gays la adoraban si bien ella declaraba que «¡Yo canto para la gente!». Ellos se identificaban con su vulnerabilidad a la vez que con su persona indómita. Mítica por sus constantes calamidades y triunfos, una y otra vez recomenzando y cantando con gran emoción letras en las que se equiparaba sufrimiento y supervivencia. Garland era como ellos, alguien que lo tenía todo en contra pero que aun así luchaba por sobrevivir. La leyenda cuenta que su entierro en Nueva York contribuyó a provocar los sucesos de Stonewall, con los que se inicia el movimiento de los derechos políticos de los homosexuales. El 27 de junio de 1969, en el bar Stonewall Inn del Greenwich Village, una mayoría de travestís y transexuales se congregaron para compartir su dolor tras el funeral. La rutinaria aparición de la policía esa noche se entendió como una provocación, y por primera vez las víctimas se rebelaron contra la intimidación y la brutalidad. Al día siguiente comenzó a articularse un frente de liberación homosexual que clamó por la autoafirmación y el poder para los gays, así como la legalización de sus bares. Sea cierto o no, es una historia simbólica que suena a verdadera. Según Richard Dyer, la persona cinematográfica de Garland loaba los valores de la familia feliz en una cultura heterosexista dominante, un sentido de "normalidad" y "cotidianidad" contradictorio con los rumores sobre su desgraciada vida privada. La "normalidad" de la actriz se revelaba como una mera ficción. Además, en sus interpretaciones, como en las de Greta Garbo o Dietrich, solía mezclar indumentaria tanto masculina como femenina con el fin de cultivar una apariencia andrógina. Con lo que se sugería que la diferencia entre los géneros no era algo profundo y natural, sino construido mediante artificios, problematizando las definiciones heterosexuales dominantes. Por ambos hechos, contradicción ficción/biografía más aspecto andrógino, los homosexuales se la apropiaran como icono. Richard Lippe añade que el registro emocional de gran intensidad en el que se movía Garland, sobre todo era una respuesta a las pretensiones masculinas que querían subyugarla. De hecho, en muchas de sus películas Garland no actúa según lo que un hombre esperaría de ella: ni busca ayuda ni tampoco convertirse en un objeto para el deseo viril.

Hija de actores de
music-hall,
con trece años firma un contrato con Metro Goldwyn Mayer y con dieciséis protagoniza
El mago de Oz
(Victor Fleming, 1939), papel por el que recibe un Oscar especial. Ser "amigos de Dorothy" —nombre de la protagonista, Dorita en castellano— pasa a significar ser homosexual en los países anglosajones, porque a pesar del encomio a la familia de esta cinta, el anhelo de los personajes de escapar de la sordidez del mundo gris, su diferencia y marginalidad respecto al resto y el aprendizaje final de que deben aceptarse a sí mismos tal como son encontró un eco en muchos homosexuales que la entendieron como un viaje épico-mítico del mundo heteronormativo a otro de la comunidad
queer.
Su canción "Más allá del arcoiris" se convirtió en el himno extraoficial de los homosexuales estadounidense e inspiró la bandera del orgullo, que diseñara en 1978 Gilbert Baker para la San Francisco Gay and Lesbian Freedom Day Parade: rojo por la vida, naranja por la salud, amarillo por el sol, verde por la naturaleza, azul por la armonía y violeta por el espíritu. Garland consigue popularidad en musicales en los que suele estar emparejada con Mickey Rooney, sobre todo en la serie de películas
Andrés Harvey.
Los médicos del estudio la prescriben drogas para adelgazar lo que la provoca insomnio, así que le dan tranquilizantes y pildoras para dormir. Pronto no puede vivir sin esas "maravillosas pildoras". Trata de dar un giro a su carrera y comienzan a calificarla de problemática. En los años cincuenta la Metro la despide alegando un intento de suicidio. Su mejor película la rueda en esta década,
Ha nacido una estrella
(George Cukor, 1954). Viéndose obligada a reinventarse interviene en la televisión y en conciertos en directo. Su presentación en el Carnegie Hall el 23 de abril de 1961 aún es memorable, considerada como «la mayor noche del mundo del espectáculo», un disco que nunca ha dejado de reeditarse. En esta década sus graves problemas financieros la obligan a actuar donde pueda, incluso en piano bars. Muere en Londres aparentemente de una sobredo-sis accidental de barbitúricos, finalizando así su viaje autodestructivo por la drogodepen-dencia. Tal como expresó, «Odio a cualquiera de esos valientes que me usó sólo porque quise ser una chica encantadora».

GEFFEN, DAVID

David Lawrence Geffen

21 de febrero de 1943 en Nueva York (EE.UU.)

El billonario se desarmarizó públicamente en 1992 cuando presentaba en un acto anual de Los Angeles un proyecto contra el sida. «Como gay he atravesado un largo camino para estar aquí esta noche». Justo el año anterior, militantes de Queer Nation se habían manifestado contra él en esa misma gala llamándole «Miss Geffen» y tildando el evento de un acto de armarización. Y es que el magnate venía siendo objeto de rumores desde 1990, cuando el activista Michelangelo Signorile le conminó desde la revista "Out-Week" a que no fuera tan gazmoño respecto a su identidad sexual y que no respaldara con su discográfica a grupos como Guns N'Roses, con canciones homofóbica como "One in a million". Tras su reconocimiento, Geffen fue nombrado hombre del año por "The Advocate", la revista más influyente en el mundo homosexual. Su biógrafo, Tom King, dice en "The Operator: David Geffen Builds, Buys and Sells the New Hollywood" (2000) que si éste se había resistido a hablar de su vida privada fue por la fuerte convicción de que se trataba de un asunto personal, pero que, consciente de la relevancia de su figura pública, decidió dar el paso. Hasta los años ochenta no comenzó a aceptar su homosexualidad, citándose con mujeres como Cher, con quien tuvo un tórrido romance mientras aún ella estaba casada con Sonny Bono. Incluso llegaron a plantearse el matrimonio si bien al final lo cancelaron ante la evidencia de que la mayoría de las relaciones de Geffen habían sido con hombres. En 1994 surgieron rumores de su boda secreta en Navidad con Keanu Reeves. Fueron totalmente falsos. Geffen los achacó a «la frustración de ciertas mujeres que simplemente no logran la respuesta que ellas buscan en esos hombres». Reeves negó conocer a Geffen y aseguró ser heterosexual, si bien añadió ambiguo, «pero nunca se sabe». Geffen ha perdido por el sida a muchos amigos íntimos, quedando especialmente afectado por la muerte en 1989 de Steve Rubell, el propietario de la depravada discoteca de Nueva York, Studio 54. Hay una película homónima (Mark Christopher, 1998) que cuenta la historia del local. Desde entonces comienza a hacer donaciones tanto a personas individuales como a organizaciones que ayudan a enfrentarse a la pandemia tipo Gay Men's Health Crisis, así como para la investigación médica. Sus subsidios de millones y millones de dólares le han convertido en un filántropo. Geffen es uno de los hombres más poderosos de Hollywood desde que con Steven Spielberg y Jeffrey Katzenberg fundaron DreamWorks SKG en 1994. Respectivamente cada uno se ocupaba de la división de música, de cine y de animación. Entre sus producciones destacan
American Beauty
(Sam Mendes, 1999) o la serie
Shrek.
Pero él tuvo mucho antes otra productora, Geffen Film Company, responsable del
remake
de
La tienda de los horrores
(Frank Oz, 1987), el clásico
teen Risky Busines
(Paul Brickman, 1983) con un amoral Tom Cruise —con quien repetiría en
Entrevista con el vampiro
(Neil Jordán, 1994)— o
Bitelchús
(Tim Burton, 1988), o en Broadway de "Cats". Sin embargo, para una historia del cine
queer
su producción más significativa fue
Personal Best
(Robert Towne, 1982). Centrada en el deporte femenino refleja la fantasía masculina de ver a dos mujeres desnudas disfrutando de caricias y abrazos. Al final, la mujer que durante cuatro años fue lesbiana opta por un hombre y torna al deseo heterosexual. «Nada que decir», dirá la ex a su nueva pareja masculina de su vieja relación. Tori (Patricia Donnell) con su pelo corto y su actitud segura es claramente caracterizada como lesbiana. Criss (Mariel Hemingway) era una rubita que necesitaba ayuda y ser guiada. Antes de que ésta se diera cuenta de que experimenta/sufre una relación lesbiana sospecha que Tori la ha lesionado deliberadamente para que no pueda competir en una carrera. Hemingway insistió a los medios de comunicación que su papel no era lesbiano. A lo que añadía el director, «Una relación gay es prácticamente una metáfora de la pérdida de uno mismo en otro porque ambos son del mismo sexo. Es como decirse "no soy capaz de saber donde yo termino y comienza el otro"». A pesar de todo, y aunque fue un fracaso de taquilla, en su momento fue un avance en la representación homosexual, pues a las dos protagonistas se las ve disfrutando de su relación amorosa. Sobre todo las feministas lesbianas ignoraron la última parte de la película. Lo que significa, según Elizabeth Ellsworth, que el espectador QLGTB negocia el sentido y toma lo que le importa obviando la auténtica propuesta de la película. Ignorando la clausura heteronormativa que testifica un "seguro" final heterosexual.

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