El protector (13 page)

Read El protector Online

Authors: Larry Niven

BOOK: El protector
9.36Mb size Format: txt, pdf, ePub

—¿Qué hay con eso?

—… al igual que el cerebro expandido, no se desarrolla sin el árbol de la vida —explicó—. Luego de los cincuenta, sin el cuidado médico moderno, un corazón humano normal se vuelve inadecuado. Eventualmente se detiene.

—Ah.

—¿Encuentra esto convincente? —dijo Brennan.

Luke estaba reservando su juicio.

—¿Por qué pregunta?

—En realidad estoy más interesado en convencer a Nick. Mi ciudadanía del Cinturón depende de que pueda convencerlo de que soy Brennan. Sin mencionar mi cuenta de banco, mi nave y mi carga. Nick, tengo un tanque abandonado del Mariner XX estibado en mi nave, la que dejé cayendo por el Sistema Solar a elevada velocidad.

—Todavía está allí —dijo Nick—. Igual que el navío Exterior. Alguien debe estar haciendo algo para recuperarlo.

—¡Ojos de Finagle, sí! No es un buen diseño, podría mejorarlo con los ojos cerrados…, pero se compraría Ceres con los monopolos que contiene.

—Primero lo primero —dijo Garner suavemente.

—Esa nave se aleja, Garner. Oh, ya sé que quiere decir; está preocupado por dejar a un monstruo extraño cerca de una nave espacial en funcionamiento.

El monstruo Brennan miró atrás a la pistola de señales, durante un parpadeo, luego pareció abandonar la idea de secuestrar el bote de arena.

—Nos quedaremos aquí hasta que estén convencidos de que soy Brennan. ¿Es un trato? ¿Pueden encontrar un trato mejor en otra parte?

—No de un Espacial. Brennan, hay considerable evidencia de que el hombre está relacionado con los otros primates de la Tierra.

—No lo dudo. Tengo algunas teorías.

—Dígalas.

—Acerca de esa colonia perdida. Una gran nave llegó aquí, y cuatro naves de descenso bajaron con cerca de treinta protectores y un montón de criadores. Un año después, los protectores supieron que habían elegido el planeta erróneo. El arbusto que necesitaban crecía mal. Enviaron un mensaje pidiendo ayuda, por láser, y luego murieron. La inanición es la muerte normal de un protector, pero es usualmente voluntaria. Ellos ayunaron contra su voluntad —no había emoción en la voz del monstruo Brennan o en su rostro como máscara—. Murieron.

»Los criadores se multiplicaron sin control. Había espacio sin fin, y los protectores deben haber eliminado todas las formas de vida peligrosas. Lo que pasó después queda para la especulación. Los protectores estaban muertos, pero los criadores estaban acostumbrados a su ayuda, y se quedaron cerca de las naves.

—¿Y?

—Y las pilas se volvieron calientes sin los protectores para equilibrarlas. Debían ser pilas de fisión, dado el estado de su técnica. Tal vez explotaron, tal vez no. La radiación causó mutaciones en todo, desde los lémures a los monos y chimpancés, y hasta los hombres antiguos y modernos.

»Esa es una teoría —dijo el monstruo Brennan—. Otra es que los protectores deliberadamente iniciaron las mutaciones, de modo que los criadores pudieran tener una oportunidad de sobrevivir hasta que llegara la ayuda. El resultado hubiera sido el mismo.

—No lo creo —dijo Nick.

—Lo harás. Debes creerlo, ahora. Hay suficiente evidencia, particularmente en las religiones y el folklore. ¿Qué porcentaje de la humanidad espera genuinamente vivir para siempre? ¿Por qué tantas religiones incluyen una raza de seres inmortales que constantemente batallan entre sí? ¿Qué cosa justifica la adoración a los antepasados?

»Tú sabes lo que le ocurre a un hombre sin la geriatría moderna: a medida que envejece sus células cerebrales empiezan a morir. Sin embargo, la gente tiende a respetarlo, escucharlo. ¿De dónde vienen los ángeles guardianes?

—¿Memoria racial?

—Probablemente. Es difícil creer que una tradición sobreviva tanto tiempo.

—Sudáfrica —dijo Luke—. Deben haber aterrizado en Sudáfrica, en alguna parte cerca del parque nacional de Olduvai Gorge. Todos los primates son de allí.

—No realmente. Tal vez una nave aterrizó en Australia, por los metales. Tú sabes, los protectores deben haber espolvoreado con material radioactivo alrededor y los dejaron a su suerte. Los criadores se reproducirían como conejos sin enemigos naturales, y la radiación los ayudaría a cambiar. Con todos los protectores muertos, debían desarrollar nuevas ramas. Algunos consiguieron fuerza, otros agilidad, otros inteligencia. La mayor parte murió, por supuesto. Los mutantes no suelen sobrevivir en gran cantidad.

—Creo recordar —dijo Luke— que el proceso de envejecimiento en el hombre se puede comparar al final del programa de una sonda espacial. Una vez que la sonda ha hecho su trabajo, no importa que pase con ella. De manera similar, una vez que pasamos la edad en que podemos tener hijos…

—… la evolución ha terminado contigo. Te mueves sólo por inercia, siguiendo tu curso sin mecanismos correctivos.

El monstruo Brennan asintió.

—Por supuesto, la raíz inicia el programa para la tercera etapa. Buena comparación.

—¿Alguna idea de qué anduvo mal con las raíces? —dijo Nick.

—Oh, eso no es un misterio, aunque tuvo de cabeza a los protectores por un tiempo. No es sorprendente que una pequeña colonia no pudiera resolverlo. Hay un virus que vive en la raíz. Lleva los genes para el cambio de criador a protector. No puede vivir fuera de la raíz, así que un protector debe comer raíces bastante frecuentemente. Si no hay talio en el suelo, la raíz crece, pero no soporta al virus.

—Eso suena muy complicado.

—¿Funcionaría en un jardín hidropónico? Las relaciones en una ecología estable son muy complicadas. No hay problema en el mundo Pak. El talio es una tierra rara, pero debe ser lo bastante común entre todas esas estrellas de población B. Y allí la raíz crece en todas partes.

—¿De donde vino el Exterior? —quiso saber Nick.

Un siseo y un golpe de pico: Phssth-pok.

—Phssthpok encontró antiguos registros, incluyendo la llamada de ayuda. Él era el primer protector en dos millones y medio de años en darse cuenta de que había una manera de encontrar el Sol, o al menos de reducir el área de búsqueda. Y no tenía hijos, así que debía encontrar una Causa rápido, antes de que la urgencia por comer lo abandonara. Eso es lo que le ocurre a un protector cuando su línea de sangre ha muerto. Más falta de programación. Incidentalmente, deben haber notado la fuerte protección contra las mutaciones en la especie Pak. Un mutante no huele bien. Eso pudo ser importante en el núcleo galáctico, donde la radiación es intensa.

—¿Así que vino todo el camino hasta aquí con una bolsa de semillas?

—Y con sacos de óxido de talio. Como óxido es más fácil de transportar. Me preguntaba acerca de la construcción de su nave, pero pueden ver porqué remolcaba su sección de carga detrás del sistema de vida. A él la radiación en pequeñas cantidades no lo dañaría, pues no podía tener hijos.

—¿Dónde está ahora?

—Tuve que matarlo.

—¿Qué? —Garner estaba impactado—. ¿Te atacó?

—No.

—Entonces… no lo entiendo.

El monstruo Brennan pareció vacilar. Al fin dijo:

—Garner, Sohl, escúchenme. A veinte kilómetros de aquí, bajo quince metros de arena, está parte de una nave espacial llena con raíces y semillas y bolsas de óxido de talio. Las plantas que yo puedo hacer crecer de esas semillas hacen a un hombre casi inmortal. Ahora bien, ¿qué vamos a hacer con ellas?

Los dos hombres se miraron. Luke pareció a punto de hablar, pero cerró su boca.

—Esa es una pregunta difícil ¿verdad? Pero pueden adivinar lo que Phssthpok esperaba. ¿O no?

Phssthpok soñaba.

Sabía con un día de margen cuánto le tomaría a Brennan despertar. Podía haber estado equivocado, por supuesto. Pero si lo estaba, entonces la clase de Brennan debería haber mutado demasiado lejos de la forma Pak.

Sabiendo cuánto tiempo tomaría, Phssthpok podía soñar. Los marcianos no eran una amenaza ahora, aunque se debería hacer algo con ellos eventualmente. El soñar era un arte para un protector. Tenía cerca de diez días. Por una semana soñó con el pasado, hasta el día en que dejó el planeta Pak. La estimulación de sus sentidos fue escasa durante el viaje. Se movió hacia el futuro.

Phssthpok soñaba…

Podría comenzar al despertar su cautivo. Por lo que se veía de él, el cerebro del nativo sería mayor que el de Phssthpok; allí estaba ese bulto frontal, arruinando la inclinación de la cara. Aprenderá rápido. Phssthpok deberá enseñarle cómo ser un protector, y qué hacer con las raíces y las semillas del árbol de la vida.

¿Tendría hijos el criador? Si así era, tomaría el secreto para sí, usando el árbol de la vida para hacer protectores de sus propios descendientes. Eso estaba bien. Si tenía el suficiente sentido común como para esparcir su familia evitando la consanguinidad, su línea de sangre se expandiría para incluir la mayor parte de esa especie.

Probablemente debería matar a Phssthpok para guardar el secreto. Eso también estaría bien.

Había un tinte de pesadilla en el sueño de Phssthpok. Porque el cautivo no lucía bien. Sus uñas no se desarrollaban correctamente. Su cabeza ciertamente no era de la forma correcta. Ese bulto frontal… y su pico era tan plano como lo había sido su cara. Su espalda no era arqueada, sus piernas eran erróneas, sus brazos demasiado cortos. Su clase había pasado demasiado tiempo mutando.

Pero había reaccionado correctamente a las raíces.

El futuro era incierto… excepto para Phssthpok. Dejar que el cautivo aprendiera lo necesario, si podía; dejarlo hacer el trabajo, si podía. Entonces vendría un día cuando la tierra sería un segundo mundo Pak. Phssthpok habría hecho su mejor esfuerzo. Él le enseñaría, y luego moriría.

Brennan se agitó. Desplegó su cuerpo enroscado, se estiró y abrió los ojos. Se quedó mirando sin parpadear a Phssthpok, observándolo como si estuviera leyendo la mente del protector. Todos los nuevos protectores hacían eso: se orientaban a sí mismos con recuerdos que sólo ahora estaban empezando a comprender.

—Me pregunto si puedo hacerles comprender qué tan rápido fue todo —dijo el monstruo Brennan.

Miró a los dos hombres mayores —uno del doble de la edad del otro, pero ambos pasaban la edad de transición—, y se preguntó si serían sus jueces.

—En dos días habíamos aprendido el lenguaje del otro. El suyo es mucho más rápido que el nuestro, y se ajusta mejor a mi boca, así que lo hemos usado más. Me contó la historia de su vida. Discutimos acerca de los marcianos, trabajando en la mejor forma de exterminarlos.

—¿Qué?

—Exterminarlos, Garner. ¡Demonios, han matado trece hombres hasta ahora! Hablamos prácticamente sin parar, con Phssthpok llevando el peso de la conversación, y todo el tiempo trabajábamos duro: gimnasia para afirmarme, fabricar aletas para el traje de Phssthpok de modo que pudiera nadar en el polvo, dispositivos para tomar cada átomo de aire y agua del soporte de vida y llevarlos a la base. Nunca había visto la base; tuvimos que extrapolar el diseño, así sabríamos como volver a inflarla y protegerla.

»El tercer día me explicó cómo hacer crecer el árbol de la vida. Tenía la caja abierta y me estaba diciendo como descongelar las semillas, seguramente. Me estaba dando órdenes como si yo fuera la caja de voz de una computadora. Yo estaba a punto de preguntar «¿No tengo ninguna elección en absoluto?». Y no la tenía.

—No lo sigo —dijo Garner.

—Yo no tenía alternativas. Soy demasiado inteligente. Ha sido de ese modo desde que me desperté. Tengo las respuestas antes de que pueda terminar de formular las preguntas. Si siempre puedo ver la mejor respuesta, entonces ¿dónde está mi alternativa? ¿Dónde mi libre elección? No podrían creer qué tan rápido era eso. Vi la cadena de razonamientos completa en un solo destello.

»Entonces estrellé la cabeza de Phssthpok fuerte contra el filo del freezer. Lo empujé lo suficiente para que pudiera quebrar su garganta contra el borde. Entonces salté hacia atrás en caso de que él atacara. Supuse que podría mantenerlo alejado hasta que se sofocara. Pero él no atacó. No se lo había imaginado, no aún.

—Suena como asesinato, Brennan. ¿Trató él de matarlo?

—Todavía no. Yo era su esperanza final. El no podría ni siquiera defenderse por miedo a dañarme. Era mayor que yo, y sabía como pelear. Él pudo haberme matado si lo hubiera deseado, pero no podía desearlo. Le tomó treinta y dos mil años de tiempo real traernos esas raíces. Se suponía que yo terminara el trabajo. Pienso que murió creyendo que había tenido éxito. Él a medias esperaba que yo lo matara.

—Pero… Brennan, ¿por qué lo mató?

El monstruo Brennan encogió sus hombros como melones.

—Porque él estaba equivocado. Lo maté porque él habría tratado de exterminar a la humanidad cuando supiera la verdad.

Buscó dentro del globo desinflado que lo había traído a través de veinte kilómetros de polvo fluido. Extrajo de una bolsa de equipo algo que zumbaba suavemente (su equipo de renovación de aire, hecho de partes del tablero de control de Phssthpok) y lo arrojó al fondo del bote. Luego extrajo la mitad de una raíz amarilla, parecida a una batata cruda. La sostuvo debajo de la nariz de Garner.

—Huela.

Garner olfateó.

—Bastante agradable. Como un licor.

—¿Sohl?

—Buena. ¿Cómo es su sabor?

—Si ustedes supieran que esto podría convertirlos en algo como yo, ¿lo comerían? ¿Garner?

—En este instante. Me gustaría vivir para siempre, y temo volverme senil.

—¿Sohl?

—No. No estoy listo para abandonar el sexo aún.

—¿Qué edad tiene usted?

—Setenta y cuatro. Mi cumpleaños será en dos meses.

—Es demasiado viejo. Eran demasiado viejos ya a los cincuenta. Esto los mataría. ¿Hubieran sido voluntarios a los cuarenta y cinco?

Sohl se rió.

—No es probable.

—Bueno, esa es la mitad de la respuesta. Desde el punto de vista de Phssthpok, somos una falla. La otra mitad de la respuesta es que ningún hombre en sus cabales podría dejar la raíz suelta en la Tierra, el Cinturón o ninguna otra parte.

—Espero que no. Pero oigamos sus razones.

—Guerras. El mundo Pak no ha estado libre de la guerra en ningún momento de su historia. Naturalmente que no, con cada protector actuando para expandir y proteger su línea de sangre a expensas de todas las demás. El conocimiento sigue perdiéndose. La especie no puede cooperar por un minuto más allá del momento en que un protector detecta una ventaja en traicionar a los demás. No pueden hacer ninguna clase de progreso por causa de tal continuo estado de guerra.

Other books

Finn Mac Cool by Morgan Llywelyn
Determine by Viola Grace
Necromancer by Jonathan Green - (ebook by Undead)
Summer (Four Seasons #2) by Frankie Rose
Memory Tree by Pittman, Joseph
Messi@ by Andrei Codrescu
The Middlesteins by Jami Attenberg