El encantador de gatos (10 page)

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Authors: Carlos Rodríguez

Tags: #Ensayo

BOOK: El encantador de gatos
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El gatito puede distinguir, desde el primer día de vida, distintos sabores de la leche materna…

Aunque parezca chocante y radicalmente distinto al pensamiento popular, parece admitido que los gatos no son sensibles a los sabores dulces… ¿Y por qué los felinos suelen presentar tanto interés por ciertos alimentos dulces como los helados, los pasteles, ciertas frutas si no son sensibles a los sabores dulces? Parece que esto se debe exclusivamente al interés del animal, o por el alto contenido graso, o por la especial textura de dichos alimentos, o por una combinación de ambos.

Si diéramos a elegir a un gato su alimento ideal, para sorpresa de muchos, el animal elegiría un alimento fijo, un alimento «repetido»… Al gato, aunque nos parezca sorprendente, no le suelen apetecer tantos cambios como le solemos ofrecer; un gato optaría sin dudarlo por un alimento de las siguientes características: con altos contenidos de proteína y grasa, de olores penetrantes y con una combinación de texturas blandas y crujientes a una temperatura ideal entre los 34 y 36 grados.

Y si pensamos en los sabores, aquellos que provocan una mayor respuesta de interés por el animal serían:

  • Ácidos.
  • Ácidos y salados.
  • Ácidos y amargos.

Quizá tras esta descripción de su alimento ideal sí podríamos decir que son sibaritas.

El tacto

Los receptores sensoriales de la piel del felino pueden valorar los movimientos del aire, fundamental en la caza nocturna, ayudando a situarse perfectamente en el terreno. Es un sentido bien desarrollado desde el nacimiento, como el olfato, probablemente para facilitar la orientación del recién nacido.

El feto tiene sensaciones táctiles a partir de la tercera semana de gestación y reflejo flexor de los dedos a partir de la quinta semana. Las reacciones cutáneas al dolor aparecen a los cuatro días tras el nacimiento.

Sin embargo, los mecanismos homeostáticos no están «a punto» de forma temprana, por lo que, para conservar la temperatura tienen la capacidad de acurrucarse; el comportamiento de mamar al notar algo caliente cerca (
rooting
) se mantiene hasta las dos semanas tras el nacimiento. El contacto con la madre produce un gran efecto de calma en los cachorros.

Cuando los cachorros se reúnen con la madre tras una corta exploración, prácticamente entierran sus cabezas en el cuerpo de la madre, buscando contacto, tranquilidad, seguridad… este comportamiento se puede mantener en algunos adultos que buscan sosiego cubriendo su cabeza con sus patas delanteras.

El sentido del tacto del gato radica principalmente en sus pelos actiles; éstos están distribuidos por todo el organismo: bigotes, encima de los ojos, mejillas, barbilla, parte posterior de las extremidades delanteras… Estos pelos táctiles de los felinos se conocen con el nombre de vibrisas y son capaces de percibir cambios muy ligeros en el entorno del animal.

Como ya hemos comentado, los bigotes del gato también son vibrisas y son unos de los pelos táctiles que más utiliza; su base de implantación en la piel es de cinco a siete veces más ancho que los pelos normales distribuidos por el resto del organismo; se distribuyen en grupos de cuatro a seis y en unas cuatro hileras a ambos lados de la nariz.

Los bigotes del gato le permiten una detección refinada gracias a su capacidad de percepción de distintos gradientes de temperatura y turbulencias; con ello consiguen una precisa orientación tanto en la dirección como en el ángulo.

Gracias a los bigotes pueden caminar entre la maleza con los ojos prácticamente cerrados; los bigotes se pliegan hacia atrás cuando atacan o quieren evitar tocar algo, y se despliegan hacia delante cuando investigan o durante la caza, para alcanzar el grado máximo de sensibilidad.

Pero el sentido del tacto de los gatos no sólo radica en los pelos táctiles o vibrisas, el tacto también reside en las almohadillas. Estas estructuras, y principalmente las de las extremidades anteriores, son muy sensibles.

Las almohadillas no sólo son «las suelas de sus zapatos» o unos excelentes amortiguadores, las almohadillas de los gatos llegan a percibir vibraciones muy sutiles; esta especial capacidad provoca el siguiente comentario: «El gato es capaz de oír por las patas».

La especial capacidad sensitiva de las almohadillas les permite, por ejemplo, detectar la carrera de un pequeño roedor, distinguir entre las distintas texturas de las superficies por las que caminan y, cómo no, la temperatura del terreno por el que se mueven.

Un gato prefiere ser sujetado con firmeza, no con fuerza, prefiere las caricias a las «palmaditas»…

En referencia a la temperatura, la cara de un gato es varias veces más sensible que la cara del hombre a la temperatura; puede notar variaciones de 0,2 grados de aumento y de 0,5 grados de descenso de temperatura.

Un humano puede presentar alteraciones en su organismo en entornos de temperatura superior a los 44 grados… un gato soporta con agrado temperaturas de más de 50 grados; por esta razón no es raro verlos plácidamente dormidos pegados a una incandescente fuente de calor.

Las vibrisas

Si nos atenemos a la definición de la Real Academia, podemos decir que las vibrisas son pelos rígidos más o menos largos que actúan como receptores táctiles, propios de gran número de mamíferos y que aparecen, aislados o formando grupos, en distintas partes de la cabeza y de los miembros, especialmente sobre los labios; por ejemplo, los bigotes del gato.

¡¡Efectivamente!!, las vibrisas son pelos, pero no unos pelos cualesquiera; estos «superpelos» están asociados a una glándula sebácea y disponen de un músculo propio para su control voluntario; los folículos pilosos de las vibrisas disponen de unos sinuosos vasos sanguíneos y de variados tipos de receptores nerviosos; no tienen una función de protección y cubierta del resto del organismo, las vibrisas han sido diseñadas para actuar como radares, como GPS que marcan la posición de todo aquello que rodea al felino con errores prácticamente despreciables.

Los bigotes son utilizados como radares con los que puede darse cuenta de lo que sucede a su alrededor: la temperatura, si hay alguien que se acerca, le ayuda mantener su posición en las caídas y durante la noche… Los bigotes le ayudan a «sentir» por dónde transita, le evitan tropezarse con las paredes, le ayudan a decidir sus movimientos.

Como podemos imaginarnos tras conocer las vibrisas, es importante no cortarlas… los animales que padecen el corte de estos pelos táctiles tendrán más dificultades para desenvolverse, estarán más desorientados hasta que vuelvan a crecer y necesitarán más apoyo de la vista.

También podemos decir que las vibrisas forman parte de los completos medios de comunicación del felino, que nos ayudan a conocer el estado de ánimo del animal: si está intranquilo, las coloca en forma de abanico; si está enfadado, las dirige hacia adelante; si está asustado, las pega hacia sus mejillas…

Los bigotes del gato, las vibrisas, no son un
elemento decorativo
, estamos ante un elemento fundamental para el mundo de relación del felino.

También existen otras vibrisas importantes en el gato: a ambos lados de la cara y bajo las orejas, en las cejas y en la parte posterior de las patas delanteras.

Sentidos «inexplicables»

Ciertos comportamientos, capacidades de los felinos, son de difícil explicación y pueden tenerla en ciertas capacidades neurológicas… Aunque, en realidad, todavía no han podido ser explicadas…

  • Predicción de terremotos: antes de la presentación de un terremoto los gatos manifiestan cambios de comportamiento: excitación, piloerección, inquietud... no se sabe lo que detectan exactamente, pero diversas teorías apuntan a variaciones en los campos electromagnéticos, alteraciones en las cargas electrostáticas atmosféricas, presión del aire, emisiones sonoras imperceptibles al oído humano, humedad, temblores prácticamente imperceptibles...
  • Predicción de la muerte: no es el primer caso en el que en un geriátrico en el que conviven felinos como terapia para los residentes, un animal «visite» la noche anterior de la muerte al anciano que, efectivamente fallece tras la «visita»… ¿Casualidad? ¿Capacidades ultrasensoriales?
  • Retorno al hogar: no sólo los perros vuelven a su hogar desde distancias increíbles tras haberse perdido o tras cambios de domicilio... Los casos de felinos que retornan al hogar son múltiples y en todos los países. ¿Sentido de la orientación? ¿Excelentes sentidos que le permiten la guía por recuerdos olfativos? o… ¿telepatía? Muchos estudiosos de la materia indican que aquellos animales muy vinculados (apegados) a su propietario, están unidos por una «imaginaria» banda de goma… por mucho que se «estire», siempre les permite encontrarse; una curiosa forma de explicar lo inexplicable.
Higiene

El gato tiene una ganada fama de animal limpio y aseado; pero la higiene de este animal no sólo depende de él mismo, la colaboración de su amigo de «dos patas» es fundamental para que su piel, su pelo y su salud se encuentren en perfecto estado.

En su rutina diaria de acicalamiento, el animal puede llegar a ingerir gran cantidad de pelo, que si no le ayudamos a que sea expulsado por el último tramo de su aparato digestivo con alimentos adecuados y uso habitual de malta, puede llegar a producirle problemas de salud.

Los gatos dedican muchas horas al acicalado. En los felinos salvajes o aquellos gatos asilvestrados que se nutren de lo que cazan, el tiempo total de aseo oscila de tres a seis horas diarias. Pero este tiempo va a aumentar mucho más en nuestros gatos de piso, que no acechan más que a las moscas de la ventana y no necesitan mayor tiempo ni esfuerzo para «cazar» el pienso de su comedero.

Las funciones del acicalado son múltiples: eliminar los parásitos externos y refrescarse en épocas calurosas: los gatos no sudan como nosotros, sólo transpiran o evaporan agua por las almohadillas o al jadear, pero al humedecer su pelo con saliva, la evaporación consigue bajar la temperatura de su cuerpo varios grados.

Y unida a estas dos funciones comentadas, otra primordial es la de eliminar el pelo muerto que se va desprendiendo constantemente en el proceso de renovación que experimentamos todos los mamíferos.

Pero en los gatos caseros que, como vemos, se pasan muchas horas al día lamiéndose, todo ese pelo muerto va a ser ingerido pasando a su aparato digestivo. Habitualmente se elimina sin problemas, unido a las heces. Pero cuando la cantidad es excesiva, bien por tratarse d razas de pelo largo, bien por una eliminación aumentada, puede acumularse formando bolas en el estómago o en el intestino y dando lugar a una serie de síntomas, desde vómitos a estreñimientos.

Cuando el animal consigue eliminar estas bolas de pelo, se pueden observar como unas masas estropajosas, en los vómitos o en las heces. Si el estreñimiento se hace crónico, puede dar lugar a atascos muy graves que haya que resolver incluso mediante cirugía.

Que nuestro gato elimine el pelo muerto es inevitable, así como que se lama y se trague parte. Pero podemos ayudarle a no ingerir tanto o a eliminar aquel que ya tenga dentro.

Para eliminar el de su cuerpo lo mejor es un cepillado periódico, diario, con peines o cardas especiales, sobre todo en aquellas razas de pelo largo o semilargo. La mayoría de los gatos admite el cepillado sin problemas, incluso como una caricia. El cepillado es muy útil además para evitar la formación de nudos, debidos al apelmazamiento del pelo muerto y que, una vez formados, si intentamos deshacerlos con el peine ya no les va a resultar nada agradable por los tirones.

Cuando los nudos son abundantes o en razas como las persas, especialmente propensos a formarlos, una buena solución es cortarles el pelo una o dos veces al año e intentar, desde que comience a crecer, mantenerlo en buen estado, con la ayuda del peine o de la carda.

Para ayudarles a eliminar el pelo que hayan podido ingerir, tenemos a nuestra disposición varios recursos: las jaleas, jarabes y «pomadas» a base de malta, muy bien aceptadas por casi todos los gatos, cuya forma de actuar es la de facilitar el tránsito de la bola de pelo, así como incrementar el volumen y ablandar la consistencia de las heces, con lo cual es mucho más fácil para ellos eliminar sus deposiciones sin riesgo de que se vayan acumulando.

Instintivamente los gatos comen plantas, prefiriendo las de hojas largas y estrechas, como las de césped o las populares «cintas», aunque puestos a morder no le hacen ascos a nada. La función de este instinto «vegetariano» ha sido muy debatida. Se han propuesto teorías, desde la absorción de vitaminas hasta la eliminación de lombrices intestinales, arrastradas por el «bolo» que forma la fibra de las plantas. Al ingerir las hojas, la parte fibrosa ayudará a eliminar los pelos envolviéndolos y arrastrándolos al exterior.

Si nuestro gato es del tipo «cortacésped», especialista en masticar todas las plantas de interior, podemos suministrarle materia prima en forma de «hierba gatera», pero no como único método preventivo, sino principalmente por su interés por los vegetales; se puede adquirir ya preparada en forma de bandejas de tierra con semillas de gramíneas. La manera de utilizarla es humedeciéndola. A los pocos días brotarán en forma de tierna hierba que hará las delicias de nuestros gatos «vegetarianos».

Lamidos excesivos

En ciertos casos, el lamido llega a provocar zonas sin pelo y lesiones en la piel (flancos, cola…); esto suele ser consecuencia de situaciones de estrés. Si observamos estas lesiones, acudiremos al veterinario para que diagnostique si el problema es de comportamiento (estrés) o por alguna enfermedad física.

Los problemas dermatológicos en los gatos pueden tener múltiples orígenes: alimentación, estrés, infecciones, parásitos… Ante la evidencia de lamido excesivo, rascado, pérdida de pelo, enrojecimiento de la piel ¡¡Cualquier síntoma anormal!!… al al veterinario.

Caída del pelo

Existen dos épocas fundamentales de caída del pelo: desde principios de primavera hasta el verano y desde principios de otoño hasta el invierno. Esta caída es totalmente natural y no requiere atención del veterinario; si observamos fuertes caídas fuera de estas épocas (o durante ellas) la visita al veterinario será obligada.

Para favorecer el nacimiento del nuevo pelo debemos ser rigurosos con los cepillados y aportar una alimentación de alta calidad.

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