De la dictadura a la democracia (6 page)

BOOK: De la dictadura a la democracia
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En este tipo de situación de conflicto, las respectivas variaciones de poder en los bandos contendientes, tienden a ser más extremas que en los conflictos violentos, y tienen una gama más variada de consecuencias significativas en lo político. Debido a esas variaciones, las acciones específicas de los de la resistencia, por lo general, tienen consecuencias que van más allá del lugar o el momento en que ocurren. Estos efectos tendrán repercusiones que fortalecerán o debilitarán a un grupo u otro.

Además, el grupo noviolento puede, por sus acciones, influir sobre el aumento o disminución de la fuerza relativa del grupo contrario, en un grado mucho mayor del que ocurre en los conflictos militares. Por ejemplo, la resistencia noviolenta, disciplinada y valiente, frente a la brutalidad de los dictadores puede producir desazón, descontento o desconfianza, y, en situaciones extremas, hasta el amotinamiento entre los propios soldados y el personal al servicio de la dictadura. Esta resistencia también puede dar lugar a que aumente la condena internacional de la dictadura. Además, el empleo del desafío político disciplinado, persistente y bien adiestrado, puede hacer que más y más gente, que normalmente apoyaría tácitamente a los dictadores o que por lo general permanecerían neutrales en el conflicto, participe en la resistencia.

Cuatro mecanismos de cambio

La lucha noviolenta produce cambios de cuatro maneras. El primer mecanismo es el que se consideraría menos probable, aunque así ha ocurrido. Cuando los miembros del grupo contrario se conmueven emocionalmente por los sufrimientos que la represión ha infligido en los valientes activistas de la resistencia, o racionalmente se persuaden de que la causa de los de la resistencia es justa, llegan a aceptar los objetivos de los de la resistencia. A este mecanismo se le llama conversión. Aunque se dan casos de conversión en la lucha noviolenta, son raros, y en la mayor parte de los conflictos esto no ocurre de manera alguna, o por lo menos en escala significativa.

Con mucha más frecuencia la lucha noviolenta obra cambiando la situación del conflicto y de la sociedad, de modo que el adversario simplemente no puede hacer lo que le viene en gana. Es este cambio el que produce los otros tres mecanismos: la acomodación, la coerción noviolenta y la desintegración. Cuál de éstos ocurra dependerá del grado en que las relaciones de poder, absolutas o relativas, hayan cambiado a favor de los demócratas.

Si las cuestiones a debatir no son fundamentales, las exigencias de la oposición en una campaña limitada no se consideran amenazantes, y la confrontación de fuerzas ha alterado las relaciones de poder en alguna medida, el conflicto inmediato puede terminar por medio de un arreglo al que se llegue cediendo cada parte algo, contemporizando. A este mecanismo se le llama acomodación. Por ejemplo, muchas huelgas se resuelven de esta manera, ambas partes consiguen algunos de sus objetivos, pero ninguna obtiene todo lo que quería. El gobierno puede percibir que un arreglo semejante trae algunos beneficios positivos, tales como disminuir la tensión, dar una impresión de "equidad", mejorar la imagen internacional del régimen. Es importante, por lo tanto, que se tenga gran cuidado al seleccionar los puntos por los cuales el arreglo por acomodación resulte aceptable. La lucha por derribar la dictadura no es uno de ésos.

La lucha noviolenta puede ser mucho más poderosa de lo que indican los mecanismos de conversión o acomodación. La nocooperación masiva y el desafío pueden cambiar la situación política o social, especialmente las relaciones de poder, de tal manera que los dictadores pierden la capacidad de controlar los procesos económicos, sociales y políticos del gobierno y la sociedad. Las fuerzas militares del adversario pueden volverse tan poco confiables que ya simplemente no obedezcan las órdenes de reprimir a los de la resistencia. Aunque los dirigentes del gobierno permanezcan en sus posiciones y sigan firmes en cuanto a sus objetivos originales, han perdido la capacidad de actuar con efectividad. A esto se le llama coerción noviolenta.

En algunas situaciones extremas, las condiciones que ha producido la coerción noviolenta van aún mas lejos. La dirigencia adversaria, de hecho, pierde toda su capacidad de actuar, y se viene abajo toda su estructura de poder. La autoconducción, la nocooperación y el desafío de los de la resistencia se hacen tan perfectos que sus adversarios ahora carecen hasta del simulacro de con-trol sobre ellos. La burocracia del adversario se niega a obedecer a su propia dirigencia. Las tropas de los adversarios y su policía se amotinan. Los simpatizantes y colaboradores del poder adverso repudian a sus antiguos dirigentes y les niegan derecho alguno a mandar. A partir de esto, la antigua obediencia y colaboración desaparecen. El cuarto mecanismo de cambio, la desintegración del sistema del adversario, es tan completo que éste no tiene siquiera poder suficiente para rendirse. El régimen se ha desintegrado.

Al planificar las estrategias para la liberación, estos cuatro mecanismos deben tenerse en cuenta. Algunas veces operan por casualidad. Sin embargo, la selección de uno o más de éstos como el mecanismo de cambio escogido para que obre en el conflicto, hará posible que se formulen estrategias específicas que se refuercen mutuamente. La selección de uno o más mecanismos dependerá de numerosos factores, inclusive del poder absoluto y relativo de los grupos contendientes y de las actitudes y objetivos del grupo noviolento.

Efectos democratizadores del desafío político

En contraste con los efectos centralizantes de las sanciones violentas, el empleo de las técnicas de la lucha noviolenta contribuye a democratizar la sociedad de varias maneras.

Una parte del efecto democratizador es negativo. Esto es, en contraste con los medios armados, esta técnica no suministra un instrumento para la represión bajo el mando de una élite gobernante, que pueda volverse contra la población para establecer y mantener una dictadura. Los líderes de un movimiento de desafío político pueden influir en o presionar a sus seguidores, pero no pueden ni encarcelarlos ni ajusticiarlos si disienten o escogen otros líderes.

La otra parte del efecto democratizador es positiva. Esto quiere decir que la lucha noviolenta le da a la población armas para la resistencia, que podrán usar para defender sus libertades tanto contra los dictadores que existen como contra los que puedan existir. A continuación, mencionamos varios de los efectos democratizadores positivos que tiene la lucha noviolenta:

• La experiencia de aplicar la lucha noviolenta puede hacer que la población confíe más en sí misma, en cuanto a desafiar las amenazas del régimen y la capacidad de éste para la represión violenta.

• La lucha noviolenta entrega las armas de la nocooperación y el desafío, mediante las cuales la población puede resistirse a los controles no democráticos que imponga sobre ella cualquier grupo dictatorial.

• La lucha noviolenta se puede usar para defender la práctica de las libertades democráticas, tales como la de expresión, la prensa libre, las organizaciones independientes y el derecho a reunirse enfrentándose a controles represivos.

• La lucha noviolenta contribuye en forma importante a la supervivencia, renacimiento y fortalecimiento de los grupos e instituciones independientes de la sociedad como mencionamos antes. Estas son importantes para la democracia por el valor que tienen para movilizar la capacidad de poder de la población y de imponerle límites al poder efectivo de cualquier dictador en potencia.

• La lucha noviolenta suministra armas mediante las cuales la población logra concentrar su poder contra la acción represiva, policiaca o militar, ejercida por un gobierno dictatorial.

• La lucha noviolenta ofrece métodos mediante los cuales la población y las instituciones independientes pueden, en interés de la democracia, restringirle o negarle los recursos de poder a la minoría gobernante y por lo tanto, amenazar su capacidad de seguir ejerciendo la dominación.

La complejidad de la lucha noviolenta

Como hemos visto en esta exposición, la lucha noviolenta es una compleja técnica de acción social, que comprende una multitud de métodos, una serie de mecanismos de cambio y unos requisitos conductuales específicos. Para que resulte efectivo, especialmente contra una dictadura, el desafío político requiere preparación y planeación. Los probables participantes tendrán necesidad de comprender qué se espera de ellos. Hace falta que haya recursos disponibles. Los estrategas tendrán que haber analizado cómo se puede aplicar la lucha noviolenta con más efectividad. Ahora dirigiremos nuestra atención hacia ese elemento crucial: la necesidad de una planificación estratégica.

SEIS
NECESIDAD DE LA PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA

Las campañas de desafío político contra las dictaduras pueden empezar de varias maneras. En el pasado, estas luchas casi nunca se planeaban y eran de hecho accidentales. Algunos de los agravios específicos que desencadenaron las acciones anteriores han variado notablemente, pero a menudo incluyeron nuevas brutalidades, el arresto o la muerte de una persona tenida en alta estima, una nueva política o regulación represiva, escasez de alimentos, falta de respeto a las creencias religiosas o el aniversario de un importante acontecimiento relacionado con el hecho. A veces una acción específica de parte de la dictadura ha enfurecido a la población de tal manera que ésta se ha precipitado a la acción, sin tener la menor idea de cómo podía acabar la insurgencia. Otras veces, un individuo valiente o un pequeño grupo, puede haber iniciado una acción que atrajo apoyo. Un malestar específico puede ser reconocido por otros como semejante a las injusticias que ellos han experimentado, y éstos también podrán, en consecuencia, sumarse a la lucha. A veces un llamado a la resistencia por parte de un pequeño grupo o de una persona puede encontrar inesperadamente una inmensa acogida.

Aunque la espontaneidad tiene algunas cualidades valiosas, a menudo ha ofrecido desventajas. Con frecuencia los de la resistencia democrática no han previsto las brutalidades de la dictadura. En consecuencia, han tenido que sufrir gravemente, y la resistencia se ha desplomado. A veces, la falta de planificación por parte de los demócratas ha dejado las decisiones cruciales al azar, con resultados desastrosos. Aún cuando el sistema represivo haya sido derribado, la falta de planificación en cuanto a cómo manejar la transición a un sistema democrático ha facilitado el surgimiento de una nueva dictadura.

Planificación realista

En el futuro, la acción popular no planificada indudablemente va a jugar un papel importante en los movimientos contra las dictaduras. Sin embargo, ahora ya es posible calcular los modos más efectivos de dar al traste con una dictadura, determinar cuando la situación política y el sentir popular están maduros, y cómo decidir la manera de comenzar una campaña. Se requiere un juicio muy cauto, basado en un cálculo realista de la situación y de las capacidades del pueblo, para seleccionar la manera más efectiva de conquistar la libertad en tales circunstancias.

Si uno desea lograr algo, es de sabios planear cómo hacerlo. Mientras más importante sea la meta, o mayor la gravedad de las consecuencias en caso de fracaso, más importante resulta la planeación. La planificación estratégica aumenta la probabilidad de que todos los recursos que puedan conseguirse se movilicen y empleen de la manera más efectiva. Esto es especialmente cierto cuando se trata de un movimiento democrático—que dispone de recursos materiales limitados y cuyos colaboradores están en peligro— que esté tratando de derribar una potente dictadura. Por el contrario, la dictadura por lo general tiene acceso a muchos recursos materiales, fuerza organizativa y capacidad de cometer barbaridades.

"Planificar una estrategia" aquí quiere decir calcular un curso de acción que hará factible pasar de una situación presente a un futuro deseado. En los términos de esta discusión, significa pasar de la dictadura a un sistema democrático en el futuro. Un plan para alcanzar esos objetivos por lo general consiste en una serie, en distintas etapas, de campañas y otras actividades, organizadas y diseñadas para fortalecer a la población y la sociedad oprimidas y para debilitar la dictadura. Adviértase aquí que el objetivo no es simplemente destruir la dictadura en curso, sino establecer un sistema democrático. Una gran estrategia que limite su objetivo sólo a destruir la dictadura en boga corre un terrible riesgo de producir otro tirano.

Obstáculos a la planificación

Algunos partidarios de la libertad, en diversas partes del mundo, no ponen toda su capacidad al servicio de cómo alcanzar la liberación. Sólo raramente esos abogados de la causa reconocen plenamente la importancia de una meticulosa planificación estratégica antes de actuar. Por lo tanto, casi nunca lo hacen. ¿Por qué será que las personas que tiene la visión de traer la libertad política a su pueblo, tan raramente preparan un plan estratégico global a fin de alcanzar esa meta? Desafortunadamente, con frecuencia la mayoría de los miembros de un grupo democrático de oposición no entienden la necesidad que hay de planear o no están acostunbrados o capacitados a pensar estratégicamente. Esta es una tarea difícil. Constantemente acosados por la dictadura y agobiados por sus responsabilidades inmediatas, los líderes de la resistencia no tienen ni la seguridad ni el tiempo para desarrollar las destrezas de cómo pensar en base a lo estratégico.

Por el contrario, el patrón común es simplemente reaccionar a las iniciativas de la dictadura. Así la oposición está siempre a la defensiva, tratando de defender libertades limitadas o los bastiones de la libertad; en el mejor de los casos, demorando el avance de los controles dictatoriales, u ocasionándoles problemas a las nuevas políticas del régimen.

Algunos individuos o grupos, por supuesto, no ven que haya necesidad de una amplia planificación a largo plazo para un movimiento de liberación. En cambio, piensan ingenuamente que si ellos simplemente se abrazan a sus ideales con fuerza y tesón du-rante un tiempo suficiente, de alguna manera acabarán por realizarlos. Otros asumen que porque simplemente viven y dan tes-timonio de sus principios e ideales frente a las dificultades, están haciendo cuanto pueden para implementarlos. El compromiso con los objetivos humanitarios y la lealtad a los ideales son admirables pero inadecuados para acabar con una dictadura y conquistar la libertad.

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