Authors: Michelle Nielsen
Una página cada vez...
Cuando ella -una terapeuta de éxito con una carrera meteórica y unos niños muy energéticos- sintió la inspiración de escribir un libro sobre curación angélica, decidió progresar diariamente hacia su visión. No esperó a que se despejara su agenda ni a que aterrizaran en su regazo semanas de tranquilidad. Más bien, usó el tiempo de que disponía para hacer un progreso lento y constante.
Cuando los niños se acostaban por la noche, trabajaba un rato en su libro antes de ir a dormir. A lo largo de un año completó su manuscrito tal como hacen todos los autores: una página tras otra. Su libro,
Healing with the Angels,
se convirtió en un éxito de ventas en su género, lo mismo que algunos de los siguientes libros de la doctora Doreen Virtue.
Resumen: Quinto Paso
Para completar el Cuarto Paso, piensa en las acciones que vas a emprender de una manera nueva, piensa en ellas más como una inversión en el "Plan del Universo para igualar tu inversión" que como un "trabajo". Haz una tormenta de ideas sobre las acciones que te sientes inspirado a emprender en nombre de tu visión, así como las preguntas y pensamientos que quieres clarificar. Estima el tiempo que cada una de estas tareas requiere, después dobla tu estimación y anótala. Prográmalo todo en tu agenda o calendario. Después juega a "Ganarle al plan".
A lo largo del proceso, recuerda que lo que verdaderamente importa es el hecho de ponerse en marcha y actuar, más que las acciones específicas. La energía que dirijas hacia tu visión producirá directa o indirectamente resultados positivos.
Ahora bien, si has hecho aunque sólo sea un plan simple y te has puesto en marcha de algún modo para que tu visión avance, estás preparado para limpiar tu mente y tu vida de los bloqueos que consumen tu tiempo y energía en el Quinto Paso: despeja un espacio en tu mente y en tu vida.
En sólo una semana he clarificado mi visión para Matisse, he creado un escrito y un collage para su manifestación, y he desarrollado un plan de manifestación. Y todo ello mientras cuido de mis pacientes, dirijo mi negocio, superviso mis inversiones, pago mi condena de ser la mayor irritación de mi hijo (y su persona menos favorita), procurando que la pequeña Tahlia no se pierda en todo este torbellino, y hago malabarismos con otra docena de compromisos y responsabilidades. ¡Y me siento agotada!
Tengo cada vez más claro que debo liberar más espacio en mi vida para dedicarlo a cada aspecto de la manifestación de Matisse, y cuidar de mí misma, de mi familia y de mis pacientes simultáneamente.
Aunque ya tengo instalados varios sistemas de gestión eficaz en casa y en el trabajo, estoy gastando energía física y mental a un ritmo que no puedo mantener mucho más tiempo. De modo que me siento y hago una lista de todas las actividades de mi vida que puedo eliminar, delegar o minimizar sin comprometer mis valores.
Pero no me voy a detener ahí. A lo largo de las próximas semanas y meses, Adrian y yo vamos a examinar detenidamente nuestra vida familiar y eliminar cualquier cosa que pueda obstaculizar esta manifestación. Tendremos que tomar algunas decisiones duras, pero cuando comparemos su costo con el valor de la libertad de Matisse, comprobaremos que podemos tomarlas.
Sí, me siento agotada, pero no podría ser más feliz. El tartamudeo constante de Matisse, nuestro constante compañero desde que hizo sus primeros intentos de hablar, ha desaparecido casi completamente. ¡Desaparecido!
Su vocabulario está aumentando a un ritmo que no podría creer si no lo oyera cada día con mis propios oídos. Cada noche, Adrian y yo comparamos notas sobre las nuevas palabras que dice Matisse. Sigue teniendo dificultades de pronunciación, pero la mejoría es más que notable, es milagrosa.
Incluso pienso que se siente más feliz, un poco menos frustrado, un poco menos enfadado. ¡Y sólo llevamos una semana!
"No hay cosa más difícil para un pintor verdaderamente creativo que pintar una rosa, porque antes de poder hacerlo tiene que olvidar todas las rosas que jamás hayan sido pintadas."
Henri Matisse
QUINTO PASO: DESPEJA ESPACIO EN TU MENTE Y EN TU VIDA
Crea espacio físico y mental para tu visión gestionando con decisión las tareas y actividades a medida que surjan, despejando tu vida y diseñando sistemas de apoyo.
¿Está tu mente inundada por un aluvión de recordatorios como: "¡No te olvides de recoger la ropa de la limpieza en seco!", "¡Oh, no, tenía que haberlo hecho ayer", y "¡Realmente necesito instalar ese nuevo sistema informático en la oficina!"
Si es así, tu mente no está gestionando tu vida; tu
vida
está gestionando tu
mente.
Tu sistema nervioso simpático, diseñado para mantenerte en marcha cuando tienes cosas que atender, está haciendo su trabajo y acosando tu cerebro con impulsos eléctricos incesantes y estresantes secreciones hormonales. Quiere que
prestes atención.
Quiere que te mantengas en un estado de alerta, en un estado de "lucha o huida" característico de las situaciones de supervivencia, de modo que tu entorno no te sorprenda, agobie o dañe. Cree que te está salvando la vida llevando a primer plano de tu atención tan frecuentemente como puede todo lo que necesitas hacer para sobrevivir (¡o eso es lo que interpreta!).
Bombardeada por impulsos eléctricos y estallidos de cortisol y otras hormonas estresantes una y otra vez a lo largo del día, ¿cómo podría tu mente estar en paz, y mucho menos ser libre para crear y transformar?
No puede.
Piensas aproximadamente entre 60.000 y 80.000 pensamientos al cabo del día. Como manifiestas tu realidad a través de ellos, su mero número representa un potencial co-creativo asombroso. Pero si tu cerebro está al cargo de tu mente (¡en lugar de ser al revés!), estás perdiendo casi todo ese potencial en distracciones, frustraciones y tensiones.
Para llevar tu visión a la realidad, necesitas limpiar tu mente de estos recordatorios indómitos y repetitivos, y de todo el tumulto físico y emocional que les acompaña.
Puedes hacerlo gestionando los detalles de tus operaciones diarias de un modo pro-activo y sistemático.
Pero eso sólo es el principio. Si eres como la mayoría de nosotros, tienes demasiados compromisos y actividades que compiten por tu atención para poder darle a tu visión el espacio que necesita para manifestarse en tu vida. No tienes
tiempo
para sacar el máximo partido de tu proceso de manifestación, ni tendrás
energía
para disfrutar de tu manifestación cuando llegue.
Piénsalo: si tu visión llamara a tu puerta y se anunciara dentro de cinco minutos, ¿podrías darle la bienvenida en tu vida? ¿O tendrías que darte la vuelta porque no estás preparado o tienes que asistir a una reunión?
Bien, ¡es posible que estés haciendo eso ahora mismo! ¿Y para qué? Lo más probable es que sólo unas pocas de tus actividades y compromisos reflejen lo que realmente te importa: tus valores y tus visiones para ti mismo y para el mundo.
El gran artista Matisse nunca pensaría en pintar una obra maestra en un lienzo sucio, o en uno que ya estuviera cubierto de imágenes. Como artista de la manifestación, necesitas un lienzo limpio, en blanco, sobre el que crear tu obra maestra.
Ahora bien, aquí es donde la cosa se complica un poco a corto plazo. Estoy segura de que has oído el dicho: "¡Tienes que gastar dinero para hacer dinero!" El mismo principio es aplicable a tus pensamientos, tiempo y energía. A menos que ya seas un muy hábil gestor de tu vida, el Quinto Paso te exigirá una significativa inversión inicial
de los tres.
¿La buena noticia? Tu inversión te dará rápidamente un rédito sustancial. Abrirá un camino a tu mente y a tu vida para la visión que estás manifestando ahora mismo, y empezarás a hacer sitio para visiones aún más interesantes en el futuro.
¿La noticia estupenda? Sólo tienes que destinar al Quinto Paso un esfuerzo concentrado durante unas pocas semanas, mientras construyes nuevo hábitos y te libras de lo que más agota tu tiempo y energía. Posteriormente bastará con dedicar un poco de energía al mantenimiento y un pellizco aquí o allí, y siempre tendrás un lienzo limpio y preparado sobre el que pintar tus nuevas visiones.
Los eruditos dicen... ¡Deja de hacer malabarismos! La atención concentrada es atención eficaz
"Cuando intentas hacer "dos cosas a la vez", tu atención, en cualquier momento dado, se dirige a una u otra actividad, en lugar de ambas al mismo tiempo. Y, lo que es más importante: estos cambios reducen tu eficiencia en lugar de incrementarla. Agotan tu tiempo y energía. Con cada cambio de atención, tus lóbulos frontales -los centros del control ejecutivo en la parte frontal de tu cerebro- deben cambiar de objetivo y activar nuevas normas operativas."
Richard Restak, MD
The New Brain: How the Modern Age is Re-Wiring Your Mind (55)
Gestiona con decisión tus tareas y actividades potenciales:
Empieza a evaluar inmediatamente las tareas y actividades potenciales a la luz de tus valores y visiones. Cuando recibas esa llamada pidiéndote un favor, abras ese email con una petición de un cliente o encuentres ese anuncio de un seminario en tu buzón de correo, pregúntate:
• "¿Necesito hacer esto para potenciar mis valores y mis visiones?"
•
"¿Necesito
hacerlo?"
Si la respuesta a estas dos preguntas es "sí", plantéate:
• ¿Puedo emprender la siguiente acción asociada con esta cuestión en los próximos dos minutos?
• ¿Puedo emprender la siguiente acción asociada con esta cuestión sin interrumpir mi flujo?
Si la respuesta a cualquiera de estas preguntas es "sí", realiza esa acción inmediatamente. Hazla y quítatela de en medio, despejando tu mente.Cada vez que haces algo que tienes que hacer
sin invertir tiempo en planificarlo o gestionarlo,
ahorras un poco (de tiempo) de tu vida, o tal vez mucho. Recuperas tu serenidad mental, tu espacio y tu tiempo para dedicarlos a lo que realmente te importa, incluyendo tus visiones.
Si tienes que emprender una acción que requiere más de unos minutos de tiempo, pero no es imprescindible que la hagas personalmente, delégala.
Pide o contrata a alguien que se encargue de ello en tu lugar y siéntete satisfecho con un trabajo notable o excelente. Sí, tú podrías haberlo hecho mejor en casi todos los casos, pero, ¿merecerá la pena el rédito de tu inversión?
Si eres tú quien debe hacer el trabajo pero no tienes tiempo para ello ahora mismo, prográmalo para más adelante. Escribe una nota y ponla en un lugar donde lo vayas a encontrar naturalmente en el momento adecuado:
• Anota una "tarea pendiente" es un espacio adecuado de agenda.
• Envíate un email-recordatorio que mantendrás sin leer en tu buzón hasta que hayas hecho esa acción.
• Márcalo sobre un calendario de papel o haz una entrada en tu agenda electrónica.
• Adosa el recibo o invitación al monitor del ordenador o al espejo del baño.
Realiza algún acción que te
asegure
que volverás a encontrarte con esa información en el momento óptimo. Desde ese instante tu cerebro no seguirá sintiendo la necesidad de recordarte que "lidies con ello o que sufras las duras consecuencias".
Si no te va a ayudar a llevar adelante tus visiones o tus valores, di "no" grácilmente. Haz la acción mínima que se requiera para sacártelo de la conciencia tan rápidamente como puedas. Llama con tu queja, escribe un email diciendo que te encantaría pero no puedes, o tira el tríptico a la papelera y después
déjalo que se vaya de tu mente.
No pierdas tiempo preguntándote: "¿He hecho lo correcto?" Si lo has hecho, no hay nada más pensar. Si no lo has hecho, pensar en ello sólo te hará perder el tiempo. Seguramente lamentarás algunas de tus decisiones rápidas, pero las ventajas intensamente positivas (paz mental, tiempo, ahorro de energía) que obtendrás a cambio compensarán con mucho los errores ocasionales y las oportunidades perdidas. Una parte significativa de alcanzar la maestría de la manifestación es ser capaz de decir "no" y mantenerlo.
Crea una carpeta y ponle por título "Depende"; incluye en ella todos los proyectos que no tengas claros y revísala cada semana. Si a pesar de tus mejores esfuerzos no puedes tomar una decisión sobre una tarea o actividad potencial, toma el camino de salida más fácil. Pon una nota-recordatorio o una hoja en tu carpeta "Depende", creada especialmente para este propósito (uno de los mayores inventos para gestionar el tiempo conocido por el ser humano).
Destina tiempo a revisar tu carpeta "Depende" a la misma hora cada semana, tal vez mientras limpias tu escritorio para el fin de semana o mientras haces las cuentas. Cuando revises la carpeta, si no sientes un "sí" claro que te impulse a seguir adelante con una tarea o actividad potencial,
no la hagas.
Puedes tirar la nota u hoja a la basura, o guardarla en la carpeta para la próxima revisión, cuando tal vez tengas más información.
A nuestra familia le encanta ir al Cirque du Soleil, el gran espectáculo gimnástico, cada año. Este año, cuando recibí su folleto promocional, vi que iban a ofrecer su espectáculo durante una época en la que yo estaría muy ocupada. Pero a todos nos encanta tanto la experiencia que no quería tirarlo a la basura. (Después de todo, podríamos acabar teniendo tiempo para ir.)
Como tenía mi carpeta Depende para poder postergar la decisión, pude poner el folleto allí para considerarlo más adelante sin que ocupase sitio en mi mente ni en mi escritorio. ¡Y al final pudimos ir!
Hagas lo que hagas, no dejes que ninguna tarea o actividad potencial se quede dando vueltas en tu cabeza, saltando a tu conciencia una y otra vez y robándote atención de las actividades que son verdaderamente importantes para ti.
Toma decisiones rápidas y claras, y actúa a partir de ellas sabiendo que cometerás errores, pero que ese intercambio merece mucho la pena. Harás todo lo que realmente necesitas hacer. De hecho, harás mucho más de lo necesario a medida que adquieras destreza en la toma de decisiones rápida.
Despeja tu vida:
De modo que este proceso se hará cargo de las tareas y actividades potenciales que fluyan hacia tu vida a partir de este día. Pero, ¿qué pasa con todos los cabos sueltos del pasado que aún tienes que abordar? ¿Qué pasa con los ladrones del pensamiento, los agotadores del tiempo y los desperdiciadores de energía que están minando tu proceso de manifestación ahora mismo? También tienes que limpiarlos.
Para ayudarte a hacerlo, he clasificado en cuatro categorías las principales áreas de la vida en las que la gente tiende a acumular "trastos viejos", tanto físicos como emocionales. Y para facilitarte que puedas recordarlo en el futuro, he creado un acrónimo: E.F.R.E.
Limpia las cuatro áreas de tu vida (E.F.R.E)
• Espacios de vida y de trabajo.
• Flujo de información y papeleo.
• Relaciones con familiares y amigos.
• Expectativas y compromisos.
Espacios de vida y de trabajo: des-congestiona y despeja.
Líbrate de tantos trastos como puedas de tu hogar y de tu espacio de trabajo. Si tienes muy poco tiempo, haz lo que puedas en unas pocas horas. Sácate de en medio lo más grande en la próxima semana o dos, y después, en cuanto dispongas de tiempo, aborda las cosas pequeñas. La mayoría de la gente puede limpiar sus espacios vitales y de trabajo de aproximadamente el 80 por 100 de los trastos que le distraen y le agotan en aproximadamente el 20 por 100 del tiempo que haría falta para limpiarlo todo. Te sorprenderá cuánto puedes conseguir en una tarde.
En cuanto a tu trabajo, ten una hoja de papel a mano y haz una lista de todas las tareas incompletas que ocupan tu mente ahora mismo. Añade nuevos elementos a tu lista conforme se te ocurran.
Lleva una caja contigo de una habitación a otra y llénala con toda la información suelta y los papeles que tienes por allí: recordatorios, notas, folletos, tarjetas de visita sueltas, notas escolares para los niños, notas de encuentros, todo.
Reúne toda la ropa que no has vestido a lo largo del último año y regálala. Tira todas las viejas cintas VHS a la basura y recicla tus pilas de revistas. Saca todos los "extras" de la cocina (cuencos de mezcla, procesadores de alimento, etc.) y dáselos a personas que realmente puedan usarlos, tal vez una pareja de recién casados o un estudiante universitario. Paga a tu hijo adolescente o a los niños del vecino para que te limpien el garaje de las cosas que no usas, reparas o acabas nunca.
Si tu hogar está lleno de recuerdos que no quieres, o incluso te disgustan, pero no has sido capaz de separarte de ellos porque te los dio un ser querido, ahora es el momento de eliminarlos. Toma fotos de ellos y encuéntrales nuevos hogares amorosos, o simplemente regálalos a una tienda de artículos de segunda mano. Seguro que los encuentra alguien que los aprecia verdaderamente. Mientras limpias, recuérdate que no estás diciendo adiós a la gente que amas. Estás diciendo adiós a cosas que sabotean tu energía regularmente.
Termina cualquier pequeño recado molesto, tareas o reparaciones que compiten por tu atención. Si te altera una tarea inacabada y aparentemente sin importancia que has de hacer en tu casa o en la oficina, entonces no es tan intrascendente. Da prioridad a su resolución, aunque sientas que no es suficientemente importante como para abordarla inmediatamente (¡mientras estás tan ocupado con cosas más importantes!). Sácala de tu camino, de tu mente y de tu
vida
a la primera oportunidad que tengas.
Cambia esa bombilla fundida que tanto te molesta cada vez que la ves y reabastécete de material de oficina. Devuelve a la biblioteca ese libro que has ojeado por encima y el pañuelo a tu amiga antes de que termine el día. Contrata a alguien para que clasifique tus fotos familiares que tienes en una caja en el rincón de tu escritorio y te produce culpabilidad cada vez que la miras.
Seguidamente, continúa progresando cada semana y limpia las cosas menos obvias y apremiantes que sabotean el espacio (pero sigue siendo implacable). Concierta una cita contigo mismo para archivar los documentos de tu ordenador. Contrata a alguien para que limpie los matorrales que crecen detrás de tu casa. Despeja tus espacios vitales y laborales para hacer sitio a tu visión.
Información y papeleo: reúne, clasifica y recicla.
Una vez que hayas descongestionado tus espacios en el hogar y en el trabajo, toma la lista de "tareas por hacer" que has elaborado durante el proceso, junto con la caja de objetos diversos y los papeles que has reunido. Clasifica las cosas de la lista y el material que tienes delante de ti planteándote estas preguntas:
•
¿Puedo simplemente deshacerme de ello? (Aún mejor: recíclalo si es posible).
Tacha de la lista aquellos elementos que no potencian tus valores y visiones. Tira todos los papeles que puedas. Con Internet, el 99 por 100 de los materiales de referencia, tarjetas de visita y folletos son redundantes. Simplemente son obstáculos en tu camino. ¡Purga, purga, purga!
•
¿Puedo hacerlo ahora, en cinco o diez minutos, o incluso menos?
Ahora mismo apúntate al seminario, envía la donación, paga esa factura suelta, haz la nota para tu hijo (o pégala en su puerta). Pon los recibos de gastos del año pasado en un sobre y envíalos a tu contable con una nota indicándole la siguiente acción que tenéis que hacer juntos. ("Para mis impuestos. Por favor, llámame para hablarme de la nueva normativa impositiva").
•
¿Puedo programarlo con antelación?
Reserva una tarde de la próxima semana para limpiar las carpetas y reorganizar tu calendario. Reserva en tu agenda algún momento cada semana para llamar a tu abuela, de modo que los pensamientos recordatorios no te incordien. (Sí, los nietos perfectos nunca se olvidan, pero no hay nietos perfectos.) Pon cualquier papel asociado con las actividades que están programando en un archivo de "Cosas por hacer" que puedas guardar con tu calendario o agenda hasta ponerte al día.
•
¿Puedo ponerlo en la pila de cosas "por archivar"?
Conforme clasifiques las cosas que tienes en esa caja y encuentres papeles e información que tienes que archivar para futuras consultas, ponlas en la pila de cosas "por archivar" que tienes a tu lado. Cuando hayas revisado todas las cosas de la lista y de la caja, tómate una respiración y después aborda directamente la pila de cosas "por archivar".
Familiares y amigos: acaba los asuntos inconclusos.
Las relaciones limpias y claras conllevan manifestaciones limpias y claras. ¿Qué altera tus emociones o inunda tu mente cada vez que piensas en una persona concreta de tu familia? ¿Qué pasa con tu nivel de estrés cuando ves aparecer el número de teléfono de ese amigo tan negativo en la pantalla de tu teléfono móvil? ¿Queda algo por decir o hacer entre tú y algún ser querido? ¿Tienes que excusarte por algo que hayas hecho? ¿Tienes pendiente decir algún "adiós"? ¿A quién tienes que perdonar?
Programa esa "tarde de compras" que continúas prometiendo a tu madre y concierta una cita con un terapeuta para hablarle del asunto familiar que no puedes resolver por ti mismo. Dile a tu amigo negativo que quieres que vuestras conversaciones sean más positivas y reafirmantes, en bien de ambos, y después niégate a participar en sus chismorreos y conversaciones amargas.
En general, acaba tantos asuntos inconclusos con tus familiares y amigos como puedas en las próximas semanas, y programa el resto en tu agenda o calendario para abordarlo las semanas o meses siguientes. (Las prácticas que aprenderás en los pasos siguientes te ayudarán a prepararte para esas conclusiones.)
Expectativas y compromisos: elimina los "extras".
Es posible que tu visión sólo requiera unas pocas horas de tu tiempo semanal para manifestarse en tu vida. ¿Qué te impide destinarles ese tiempo actualmente?
¿Hay expectativas ajenas (justas o no) que necesitas reevaluar o abordar? ¿Tienes compromisos sociales que no están al servicio de tus valores o visiones? ¿Mantienes compromisos con grupos u organizaciones que te consumen horas pero no merecen mucho la pena?
Ahora es el momento de concluir los compromisos a corto plazo o basados en tareas que hayas contraído y de deshacerte de los compromisos a largo plazo que ya no te resultan útiles: delégalos a otras personas o renuncia completamente a ellos.
Acaba esas llamadas personales que prometiste hacer para tu organización de caridad, esas que sabes que sólo tú puedes hacer. Después, emplea esa enorme sensación de satisfacción que sientes al acabar como vara de medir para otros (futuros) compromisos.
Envía a tu asistente a la comida mensual de la Cámara de Comercio en tu nombre. Si funciona, conviértela en tu representante en la Cámara, y al mismo tiempo le estarás ayudando a progresar profesionalmente. Programa un encuentro con esa pupila que consume tanto de tu tiempo para explicarle que vas a limitar cuándo puede llamarte y los ratos que compartirás con ella.
Dimite grácilmente de la junta de la asociación de propietarios. Envía notas de agradecimiento lamentando no poder ir cuando personas que apenas conoces te inviten a fiestas que supuestamente son "buenas para los negocios", pero en realidad restan tiempo y energía de lo que es importante para ti. Informa a tus compañeras de la hermandad femenina que este año no planificarás la reunión, de modo que alguna otra miembro tendrá que ofrecerse voluntaria y asumir la responsabilidad.