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Authors: Maurice Nicoll

Tags: #Autoayuda, #Esoterismo, #Psicología

Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky (35 page)

BOOK: Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky
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Uno de los problemas del esoterismo estriba en cómo elevar el
nivel de ser
de un hombre además de su nivel de conocimiento —es decir, elevarlo en el sentido del
bien,
porque la bondad pertenece al ser y el conocimiento a la mente. El hombre ya no puede ver el bien directamente o ser enseñado directamente desde el bien. Primero su mente debe cambiar, de modo tal que le permita asimilar el conocimiento o la verdad acerca de un nivel superior de ser. Pero el objeto del conocimiento es el de elevar el nivel de ser del hombre.

En el mes de septiembre de 1942, el Dr. Nicoll prosiguió escribiendo sus comentarios sobre los Evangelios.

Birdlip, 2 de octubre, 1942
Nueva nota sobre el conocimiento y el Ser

I

Empezaremos esta noche nuestra charla con nuevos pensamientos sobre los dos aspectos del hombre que se llaman en el Trabajo el lado del Conocimiento y el lado del Ser. Como he comprendido que esos dos aspectos no fueron suficientemente examinados, les haré esta pregunta: Tomemos una persona muy primitiva, nada desarrollada en el sentido ordinario de la palabra, muy supersticiosa, es decir, más parecida a un animal que a un ser humano. Supongamos ahora que su tarea consiste en elevar esa persona a un mejor estado. ¿Cómo empezarán a hacerlo? Ahora bien, si examinan bien el tema se darán cuenta de que tienen que enfrentarse con dos tareas —y, de hecho, empezarán a comprender por qué el Trabajo dice que un hombre tiene dos lados. Conocimiento y Ser. Comprenderán que cuando el Trabajo dice que los
dos
lados de una persona deben ser desarrollados, dice la verdad misma. Ahora bien, esa persona con quien tienen que entenderse no sabe nada: y también esa persona miente y roba y se comporta de una manera deshonesta. ¿Por qué lado van a empezar? Deben pensar por sí mismos acerca del lado por el que empezarán. ¿Empezarán enseñándole algún Conocimiento o actuando sobre su Ser con, digamos, un buen bastón? ¿Comprenden ahora más claramente que esos dos lados, el estado, de su Conocimiento y el estado de su Ser, representan al hombre en un sentido psicológico —y que si nosotros deseamos crecer sólo es posible que lo hagamos a lo largo de esas dos líneas?

II

Hablemos ahora de los niveles de Ser. ¿Cuáles son los signos del nivel de Ser en un hombre en el sentido del Trabajo? ¿Cómo podemos comprender el significado de que cada hombre está en un nivel superior o en un nivel inferior de Ser? Todos podemos comprender, al menos hasta cierto punto, lo que es un hombre que está en un nivel superior de Conocimiento. Es decir, podemos comprender la Relatividad del Conocimiento. No es difícil darse cuenta de que un hombre
conoce más o conoce menos
algún tema que nosotros. Digo aquí, a propósito, que podemos comprenderlo hasta
cierto punto.
Y con ello quiero decir que no estamos hablando de la
calidad
del conocimiento, sino simplemente y en sentido general de todo conocimiento. Hoy, por el método de los exámenes, se prueba el grado de conocimiento de un hombre, ya sea científico o comercial, matemático, clásico, etc. Todos estamos de acuerdo en admitir que los conocimientos de un hombre acerca de, digamos, astronomía, o finanzas, o del idioma francés, o automóviles, o literatura, pueden estar en un nivel superior al de los nuestros. Y esta
norma de conocimientos,
verificada por los exámenes, es hoy la norma de mayor importancia
en la práctica
por la cual se juzga a la gente. Pero en el Trabajo esto es diferente. La gente en el Trabajo no es estimulada sólo por el Conocimiento, sino por el Ser. En el Trabajo, la cuestión no radica meramente en
lo que un hombre conoce
sino en
lo que un hombre es.
Lo que un hombre
conoce
pertenece al lado del Conocimiento: lo que un hombre
es
pertenece al lado de su Ser. Y del mismo modo que el Conocimiento es relativo, así es el Ser —es decir, el ser de un hombre puede estar relativamente en un nivel superior al de otro. A este respecto, como ya saben, el Trabajo dice que un hombre debe estar en ese nivel de Ser llamado el
Buen Amo de Casa
antes de que se lo considere como perteneciendo realmente al Trabajo. Por lo tanto, empecemos con el hombre llamado
"Buen Amo de Casa".
Presten atención a la palabra
buen,
porque el Ser tiene que ver con la Bondad. No se puede aplicar esta palabra al Conocimiento. El Conocimiento es exacto o equivocado, verdadero o falso. Se puede aprender la verdad acerca del modo de fabricar un automóvil. Este es un conocimiento verdadero. Pero también se puede tener un Conocimiento falso o equivocado. Así los términos
verdad
y
falsedad
pertenecen al campo del Conocimiento. Pero en el caso del Ser estas palabras no pueden emplearse del mismo modo. Un hombre es un
buen
Amo de Casa o un
mal
Amo de Casa. Un hombre bueno y un hombre malo son términos más distintos que los de exacto o equivocado, verdadero o falso, tal como se los aplica al Conocimiento. Un hombre puede ser, en un sentido muy común, un buen hombre, y tener un conocimiento muy equivocado, digamos sobre el modo de fabricar un automóvil. Por otra parte, puede ser, en un sentido común, un mal hombre, hasta un criminal y tener un muy buen conocimiento acerca de cómo fabricar un automóvil. En otras palabras, no es sólo el
Conocimiento
lo que define a un hombre en el Trabajo. Es también definido en función de su
Ser
—y, de hecho, como punto de partida en el Trabajo, se lo toma ante todo en función de su Ser. Es decir, no se lo toma en el punto de partida, en función de su nivel de Conocimiento, sino en función de su nivel de Ser. Esto no quiere decir que el Conocimiento de un hombre sea inútil en el Trabajo. En el Cuarto Camino, que es el que estamos estudiando, el Conocimiento de un hombre puede resultar muy útil. Pero lo que ante todo se toma en consideración es su
nivel de Ser
—la clase de hombre que
es.
Debe estar, o estar cerca, del nivel del
Buen Amo de Casa,
y si no está, no importa lo que conozca, es inútil para el Trabajo. Pero ya que hemos hablado varias veces de lo que significa el
Buen Amo de Casa,
esta noche hablaremos de los
niveles de Ser
y lo que significan. Empezaré con esta frase del Trabajo: "Un hombre al escuchar por primera vez este Trabajo, lo comprende, y sólo lo puede comprender,
en su nivel de Ser."
Este Trabajo penetra en ustedes como Conocimiento. Pero Conocimiento y Comprensión son dos cosas diferentes. Se puede
conocer
mucho y no
comprender
nada de lo que se conoce. Ahora bien, este Trabajo, que penetra en ustedes como un nuevo Conocimiento, será comprendido exactamente según su nivel de Ser, y esto dependerá de sí tienen o no un
Centro Magnético.
Esto es el segundo signo de Ser en el Trabajo.

Ahora prosigamos más lentamente y recapitulemos, con el fin de que la enseñanza sobre el Ser pueda ser captada. Primero, respecto al Ser, un hombre debe estar en el nivel medio del Buen Amo de Casa. Debe ser una persona responsable y decente. No debe ser ni un
vagabundo
ni un
lunático
—y en cuanto al significado de esos términos técnicos ya hemos hablado bastante en otro lugar. El segundo signo de Ser, en el comienzo, es la posesión del Centro Magnético. En lenguaje ordinario, esto significa que un candidato para la enseñanza es un hombre que ha reflexionado sobre la vida y desea saber el significado de su presencia en la tierra y cuya manera peculiar de pensar lo condujo a sentir confusamente que debe haber algún otro sentido en las cosas, algún otro significado en la vida que aquellos que le fueron enseñados, por así decir, en la escuela. Para decirlo más sencillamente, sin apelar al lenguaje técnico, es preciso que sea un hombre no muy satisfecho con su posición, dinero, posesiones, éxito, etc., y que ha visto algo tras el mundo de los sentidos, tras el mundo de las apariencias. O, para expresarlo más técnicamente, un hombre con un Centro Magnético en su Ser es un hombre que en algunos momentos siente que la vida no puede ser interpretada ni comprendida simplemente en términos de sí misma. Algunas veces en el campo, en los bosques, en las praderas, hemos visto algo que nos hizo sentir que estábamos muy lejos no sólo de nosotros mismos sino de todo significado auténtico. O algunas palabras leídas en los Evangelios en la capilla de la escuela nos hicieron retener el aliento. O la súbita vista de alguien ha despertado el extraño sentimiento de que hemos olvidado algo que hubiéramos debido siempre recordar. O dimos en algún libro con un pensamiento que parecía pleno de un significado que no podíamos alcanzar y empero lo reconocíamos. Ahora bien, cuando un hombre está convencido en sus pensamientos más interiores y más ocultos —los pensamientos que le cuesta traducir en palabras— de que debe haber algo
más
tras la vida, y sin embargo cumple con su deber en la vida y realiza su trabajo y llega a ser lo que debe ser —soldado, marinero, médico, sacerdote, abogado, etcétera—, es al mismo tiempo un
Buen Amo de Casa
y un hombre que tiene vestigios de Centro Magnético. Pero —para decirlo del modo más brutal posible— si un hombre no cree en nada más que en el éxito en la vida y ve la vida como la satisfacción de todas sus necesidades y ninguna otra cosa le importa, entonces no tiene Centro Magnético. Tal vez sea un Buen Amo de Casa, pero no en el sentido del Trabajo. Porque en el pleno sentido del Trabajo un Buen Amo de Casa es el hombre que aunque ha cumplido con su deber en la vida de una manera responsable,
ya no cree más en la vida.
Ya no cree más que la vida por sí misma lo lleve a alguna parte, pero cree que, bajo las circunstancias, debe cumplir con su deber. Ahora bien, no creer más que la vida es capaz de satisfacer todo lo que buscamos es una cosa: y creer que hay alguna otra cosa que debemos buscar es otra, porque esto significa que un hombre tiene un Centro Magnético —algo en él que señala cierta dirección y no obedece a las leyes comunes de la brújula.

Recapitulemos otra vez la enseñanza sobre el Ser. Primero, un hombre debe estar en la vida y haberse ocupado de la vida y haber llegado a alguna posición adecuada en la vida y al conocimiento de la vida y así ser un Buen Amo de Casa, capaz de habérselas con las dificultades comunes y los problemas de la existencia humana —es decir, el Trabajo no es para la gente que busca escapar de las cargas normales de la vida. Es para la
gente normal
y
decente
y se inicia desde ese nivel de Ser. Es muy importante que todos lo entiendan. Segundo, el Ser de un hombre debe tener algunos vestigios de Centro Magnético. Esto significa que en la enseñanza del Trabajo sobre lo que significa el
Ser
un hombre que no tiene Centro Magnético, quienquiera que sea y sea cual fuere su posición en la vida, está en un
nivel
de Ser inferior que el hombre que tiene un Centro Magnético. Aquí, todos ustedes lo verán, la enseñanza del Trabajo sobre el Ser se aparta por completo de cualquier concepto común del Ser. Un hombre que está en el nivel general de Ser llamado el Buen Amo de Casa y
tiene
un Centro Magnético está en un nivel superior de Ser que el hombre que en sentido general es sencillamente un Buen Amo de Casa. Y además, un hombre que tiene un Centro Magnético pero
no
está en el nivel general del Buen Amo de Casa sino que pertenece a la categoría llamada "vagabundo" o "lunático" está en un
nivel inferior
de Ser que el Buen Amo de Casa
sin
Centro Magnético. Otra vez hago hincapié en la importancia de comprender esta primera enseñanza del Trabajo sobre el Ser.

Podríamos agregar aquí muchas cosas, a este respecto, pero analizaremos ahora lo que el Trabajo dice sobre los signos del Ser y su desarrollo.

Ahora bien, la próxima precisión que haremos respecto de la calidad o nivel de Ser de un hombre, fuera de la posesión del Centro Magnético, es que lo caracteriza el hecho de ser
múltiple.
Y es exactamente por medio de la
multiplicidad del Ser del Hombre
como se puede comprender su desarrollo. El Hombre tiene muchos "Yoes" diferentes en sí y este rasgo es una característica de su Ser. El
Hombre llega al más elevado Ser
sólo cuando reina en él un "Yo" permanente. Es decir, todo el desarrollo del Ser apunta en la dirección de una creciente unión a la que se llega finalmente por la
unidad de Ser
que reemplaza a la multiplicidad de Ser. La totalidad del hombre ha de formar
un
hombre. Pero tal como somos, no somos
uno
sino
muchos.
El hombre se asemeja a una asamblea en la cual ahora una persona, ahora otra, se levanta y habla, y no hay acuerdo alguno entre esas diferentes personas. Un hombre es como una casa llena de sirvientes que se pelean y usan el único teléfono y todos hablan en nombre del señor. Un hombre es una casa desordenada. Un hombre es una legión. Sin embargo por encima de él, en un nivel superior de sí mismo, hay un
verdadero "Yo",
cuya existencia a veces siente, en especial en condiciones de gran peligro o de gran cansancio. Este único "Yo" real y permanente es el Ser más elevado del hombre y cada hombre lo tiene en él. Así todo
desarrollo del Ser,
en el sentido del Trabajo, se define por la aproximación a este verdadero "Yo" que une todo lo que está en él y está oculto en todas las personas, en las profundidades de sí mismo, y tras todas las cosas tediosas que hace y dice con su otro lado; ese yo sólo empieza a realizarse a través de la observación de sí. Ahora bien, la gente que empieza a sentirlo en el Trabajo, tiene ya más unidad de Ser. ¿Por qué ocurre así? Es porque siguen algo que los une. Si varias personas piensan y practican la misma cosa están en una unión más estrecha; y no sólo esto, la unión es más estrecha dentro de ellas mismas. Sólo una enseñanza que tenga la calidad del Trabajo puede efectuar esta suerte de unión, ya sea en uno mismo, ya sea en relación con los otros. Si ven la verdad de una u otra enseñanza del Trabajo serán llevados internamente al
comienzo de la unidad
en sí mismos, pues este Trabajo conduce a la unión con el verdadero "Yo" y está concebido para ello. Y ustedes empezarán a ver por sí mismos que no deben dejarse llevar por malos consejeros —es decir, los estados negativos— porque el verdadero "Yo" nunca se aproximará a ustedes si no fueron puestos a prueba respecto de las emociones de sí.

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