[89]
Tolkien parece sugerir que los peces han sido convertidos por la magia de Artajerjes en criaturas no plenamente marinas (el propio Artajerjes tampoco lo es). En realidad, la mayoría de éstos corresponden, a pesar de sus nombres, a especies reales de la fauna marina.
[90]
Una silla grande sobre ruedas para inválidos.
[91]
Los trece párrafos que siguen a la petición de Roverandom fueron en su mayor parte un añadido a la segunda versión (primer original mecanografiado). En el primer borrador el brujo simplemente «atrapó a Roverandom y le dio tres vueltas y dijo “Gracias, esto va a funcionar estupendamente”, y Roverandom comprobó que volvía a ser como antes de tropezar con Artajerjes aquella mañana en el césped». Pero esto habría presentado a Artajerjes como algo más que un «artífice de conjuros» (y habría destruido también sus hechizos en esta versión); véase nota de pág. 72.
[92]
Azúcar confitado que se vende tradicionalmente sujeto a un palito en las playas británicas. La variante más conocida es blanca por dentro con una fina capa exterior pegajosa de color rosado y a me nudo el nombre de la playa (en este caso tal vez PAM) escrito en el núcleo blanco con azúcar confitado de otro color.
[93]
En la década de 1920, por motivos de pudor, nadie se cambiaba de ropa y se ponía el traje de baño en la playa. Unos se cambiaban en tiendas, otros en vehículos que los bañistas acercaban a la orilla del mar. El bañista entraba en él por una puerta que daba a tierra, se cambiaba dentro y salía por otra puerta que daba directamente al mar.
[94]
Motor
equivale aquí a motorcar, que significa automóvil. En las páginas de
Roverandom
Tolkien expresa su preocupación por la contaminación ambiental y los efectos de la industrialización. El hombre que sube al Snowdon ensucia el lugar; el aceite combustible provoca una tos horrible a Niord; Artajerjes se cuida de retirar las basuras que sus clientes dejan en la playa; y el tráfico, aunque mucho menor en los tiempos de Roverandom que en la actualidad, era ya excesivo para los gustos de Tolkien. Véase también su poema
Progress in Bimble Town [Progreso en Bimble Town],
publicado en 1931, que, de acuerdo con Carpenter (
Biografía
, pág. 123), refleja los sentimientos de Tolkien hacia Filey después de la visita que hizo a esta localidad en 1922. En los escaparates de las tiendas de Bimble Town vio: cigarrillos
y
goma de mascar (envueltos en papel, empaquetados en cajas de cartón, para que la gente los tire en la hierba y en la playa); garajes ruidosos, donde gente muy trabajadora, mugrienta, golpea y grita, y los motores zumban y las luces permanecen encendidas durante toda la noche, ¡ruido jubiloso! A veces, en medio de él (cosa rara) se pueden oír los gritos de los chicos; a veces, tarde, cuando las motocicletas no pasan con un chillido, uno oye débilmente (si le gusta) el mar tranquilo en la playa. ¿Cómo? Removiendo cáscaras de naranja, amontonando pieles de plátano, retirando papel, tratando de triturar una masa de botellas, paquetes, latas, antes de que llegue un nuevo día con más, antes de que, a la mañana siguiente, los autocares, tras parar junto a la puerta del viejo albergue con humo y estruendo, con resoplidos y rugidos, lleven más gente a dios-sabe-donde y a-ellos-no-les-preocupa, a Bimble Town, donde la calle, que una vez fue hermosa, con muchas casas desciende en escalones.