Read Papelucho en vacaciones Online

Authors: Marcela Paz

Tags: #Infantil

Papelucho en vacaciones (9 page)

BOOK: Papelucho en vacaciones
6.89Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

Y contestamos que sí. El hombre quedó contento y nos convidó a dormir al fondo del bote.

Yo le conté la historia de mi gente perdida y entonces nos convidó a llevarnos a Niebla de paseo, por si los encontraba. Nos tapó con la lona y nos dormimos.

A la mañana siguiente, antes de que amaneciera, remolcamos el bote hasta la orilla, echamos dentro el canasto y nos acomodamos para remar por turnos. De repente me di cuenta de que no estaba el Pellín. Miré a la orilla, y allá lo divisé con su manito gorda y morena diciéndonos adiós. No había querido dejar sola a su Chuchu…

Era tan lindo ver la luz que iba derritiendo la noche y dándole cancha al sol que ni se hacía pesado tanto remar. Tampoco daba congoja pensar que a lo peor se habían terminado de verdad las vacaciones y lo íbamos a saber de un porrazo, al llegar a la orilla. Yo rezaba porque Niebla fuera más desconocido y más despistado y solitario que Mancera… Si hubiera sabido cómo era, yo no habría rezado. Dios no puede estar cambiando las cosas por darle gusto a cada uno que reza…

El sol nos rasguñaba las orejas y cogotes cuando llegamos a Niebla.

Unos pescadores amigos del viejujo nos llevaron a comer un caldito en una hostería de playa. Estaba súper. Pero entre los pescadores había un gallo que le tenía miedo al Bartolo y mal ojo al Caupolicán. Además, le dio con hablarle en secreto con cara de Judas al viejo de los piuris, y yo me empecé a dar cuenta que rotundamente lo quería asesinar. Porque tenía un olor de lámpara y unos ojos de camarón y le silbaban las eses como microfilm.

Le dije al Japo que estaba a mi lado:

—Corre la voz que nos conviene desaparecer. Este gallo tiene pinta de traidor…

Japo corrió la bola y entonces preguntamos en secreto dónde era la «casita» y salimos disparados uno por uno. Pero el gallo traidor las paró al tiro, nos siguió y se chantó en la puerta cruzando los brazos.

Nadie se atrevía a salir, hasta que él le dio una patada a la puerta. Como era tan enclenque se cayó y nadie alcanzó a arrancar. El gallo encendió un pitillo, nos miró de hipo en hipo y con su modito microfílmico dijo con lengua traposa:

—Ningunito «ze mezcapa» —se acomodó la lengua que se le había enredado, y siguió diciendo—: «Zoy encargao de degor degor degorverlos a los mamitos que le que le buzcan puahí. Tengum micro listo» —y nos pescó de un brazo, de una oreja, de un cinturón o una pata y salió con toditos a la rastra. El judas era un gigante. Yo me acordé de los cuentos de cuando era chico. Por suerte en el micro había más gente y un chofer con cara de ídem.

Y cuando el judas nos quiso quitar al Bartolo y al Caupo, el chofer se enojó:

—¡Son mascotas! —dijo y partió a todo chancho sin que pudiéramos despedirnos del viejito de los piuris, del castillo de Mancera, del Pellín y de nuestras vacaciones…

BOOK: Papelucho en vacaciones
6.89Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

Other books

The Lawman's Christmas Wish by Linda Goodnight
Finding Abigail by Carrie Ann Ryan
Blood of the Faithful by Michael Wallace
Red Baker by Ward, Robert
Cargo of Eagles by Margery Allingham
Shared Skies by Josephine O Brien