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Authors: Anton Szandor LaVey

Tags: #Filosofía, #Esoterismo

La biblia satánica (11 page)

BOOK: La biblia satánica
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En la mayoría de las religiones, la muerte es considerada como un gran despertar espiritual —para el cual uno se prepara durante toda la vida. Este concepto es muy atractivo para alguien que no haya tenido una vida satisfactoria; pero para quien haya experimentado todos los placeres que la vida tiene para ofrecer, hay un inmenso temor a la muerte. Así es como debería ser. Éste anhelo y deseo de vivir es el que permitirá a la persona vital seguir viviendo, después de la muerte inevitable de su envoltura corporal.

La historia nos muestra que los hombres que han entregado sus vidas en pro de un ideal han sido deificados por su martirio. Los líderes políticos y religiosos han sido muy cuidadosos a la hora de trazar sus planes. Al ensalzar a los mártires ante sus semejantes como ejemplos brillantes, eliminan la reacción de sentido común de que la autodestrucción voluntaria va en contra toda lógica animal. Para el Satanista, el martirio y el heroísmo no-individualizado han de asociarse no con la integridad, sino con la estupidez. Obviamente, esto no se aplica a situaciones que impliquen la seguridad de un ser querido. Pero el dar la vida por algo tan impersonal como un asunto político religioso es ya masoquismo supremo.

La vida es la gran indulgencia, la muerte la gran abstinencia. Para una persona que esté satisfecha con su vida terrena, la vida es como una fiesta, y a nadie le gusta irse de una buena fiesta. Por la misma razón, si una persona está pasando bien aquí en la tierra, no dejará esta vida tan fácil por la promesa de una vida futura de la que no sabe nada.

Las creencias místicas orientales enseñan a los humanos a disciplinarse a sí mismos contra cualquier voluntad consciente de mejorar o sobresalir en la vida, para que puedan disolverse en una «Conciencia Cósmica Universal» —¡cualquier cosa con tal de evitar la saludable sensación de auto satisfacción u orgullo honesto que se siente por los logros terrenales!

Es interesante anotar que las áreas donde prosperan este tipo de creencias son aquellas donde el éxito material es difícil de obtener. Por este motivo la creencia religiosa predominante debe ser una que elogie a sus seguidores por su rechazo de los bienes materiales y el que eviten utilizar cualquier clase de títulos que de alguna importancia a los logros materiales De esta manera la gente puede ser inducida pacíficamente a que acepte lo que tiene, no importa cuan poco sea.

El Satanismo utiliza muchos títulos. Si no fuera por los nombres, muy pocos podríamos entender algo en la vida, y mucho menos darle algún significado a ésta —y el significado lleva al reconocimiento, que es algo que todo el mundo quiere, especialmente el místico oriental, que trata de probar a todo el mundo que puede meditar o soportar más dolor y privaciones que cualquier otro de sus semejantes.

Las filosofías orientales predican la disolución del Yo del hombre antes de que pueda cometer algún pecado. Para el Satanista, resulta imposible concebir un Yo que prefiera voluntariamente el negarse a sí mismo.

En países donde esta creencia es utilizada como un paliativo para los que se empobrecen voluntariamente, es comprensible que una filosofía que enseña la negación del Yo sea utilizada para un propósito útil —por lo menos para los que tienen el poder, para quienes seria terrible si su pueblo fuera infeliz. Pero cualquiera que tiene toda oportunidad de lograr el éxito material, el escoger esta forma de religión seria algo que en realidad parecería tonto.

El místico oriental cree firmemente en la reencarnación. Para una persona que virtualmente no tiene nada en esta vida, la posibilidad de que pudo haber sido un rey en una vida pasada o puede serlo en una futura es muy atractiva, es muy útil para llenar su necesidad de auto respeto. Si no hay nada de lo que puedan enorgullecerse en esta vida, pueden consolarse a sí mismos pensando: «bueno, ya habrá otras vidas». Pero al creyente en la reencarnación nunca se le ha pasado por la cabeza que si su padre, abuelo, bisabuelo, etc. han desarrollado «buen karma», por seguir las mismas creencias y la misma ética —entonces ¿Por qué está viviendo una vida de privaciones, en lugar de vivir como un maharajá?

La creencia en la reencarnación ofrece un bello mundo de fantasía en el cual una persona puede hallar una manera apropiada para expresar su Yo, a la vez que dice haber disuelto su Yo. Esto está respaldado por los papeles que escogen para sí mismos en sus vidas pasadas o futuras.

Los creyentes en la reencarnación no siempre escogen un personaje honorable. Si la persona es de naturaleza altamente conservadora o es alguien muy respetado, casi siempre escogerá un villano o gángster, satisfaciendo así su
alter–ego
. O bien, una mujer de status social puede elegir una prostituta o cortesana famosa, como imagen de sí misma en una vida anterior.

Si la gente fuera capaz de separarse a sí misma del estigma que trae consigo la satisfacción del Yo, no tendrían necesidad de estos juegos para engañarse a sí mismos, como la reencarnación, como una manera de satisfacer su necesidad natural de darse gusto.

El Satanista cree en la gratificación total de su Yo. De hecho, el Satanismo es la única religión que defiende la intensificación o gratificación del Yo. Solo si el Yo de una persona está lo suficiente satisfecho puede permitirse ser amable y lisonjero con otros, sin privarse por ello de su autoestima. Generalmente pensamos que alguien jactancioso y fanfarrón es una persona con un ego muy grande; cuando en realidad, su actitud es consecuencia de una necesidad de satisfacer su ego empobrecido.

Los religiosos han mantenido a raya a sus seguidores reprimiendo sus egos. Al hacer que sus seguidores se sientan inferiores, la superioridad de su dios queda mas que asegurada. El Satanismo alienta a sus miembros a desarrollar un ego bien fuerte ya que este les da la autoestima necesaria para una existencia plena en esta vida.

Si una persona ha vivido a plenitud y ha luchado por su existencia terrena hasta el fin, es su Yo el que se negará a morir, aun después de que la carne que le sirvió de alojamiento expire. Hay que admirar a los niños por su constante entusiasmo por la vida. Un ejemplo de esto es el niño pequeño que se niega a ir a la cama cuando algo bueno esta pasando, y una vez que lo ponen a dormir, bajará por las escaleras a hurtadillas para atisbar a través de la cortina y dar un vistazo. Es esta vitalidad infantil la que permitirá al Satanista asomarse a través de la cortina de la oscuridad y la muerte y permanecer unido a la tierra.

El autosacrificio no es fomentado por la religión Satánica. Por lo tanto, a menos que la muerte llegue como una indulgencia debido a circunstancias extremas que hacen del acabar con la vida una liberación bienvenida de una existencia terrena insoportable, el suicidio es desaprobado por la religión Satánica.

Los mártires religiosos han tomado sus propias vidas, no porque la vida fuese insoportable para ellos, sino para utilizar su supremo sacrificio como una herramienta para promover una creencia religiosa. Debemos suponer entonces, que el suicidio, si se comete en pro de la iglesia, es permitido y hasta fomentado —aunque las escrituras lo llamen pecado —porque los mártires religiosos del pasado siempre han sido deificados.

Resulta bastante curioso que la única vez que el suicidio es considerado pecaminoso por otras religiones es cuando llega como indulgencia.

CELEBRACIONES RELIGIOSAS

A celebración religiosa más importante de la Lreligión Satánica es la fecha de nacimiento de uno mismo. Esta es una contradicción directa a los días más sagrados de otras religiones, las cuales divinizan un dios en particular que ha sido creado bajo la forma antropomorfa de su propia imagen, mostrando así que el ego no ha sido enterrado del todo.

El Satanista piensa: «¿Por qué no ser honestos, y si vas a crear un dios a tu imagen y semejanza, por qué no crear tal dios como si fueras tú?» Todo hombre es un dios, si elige reconocerse como tal. Así, el Satanista celebra su día de cumpleaños como la celebración más importante del año. ¿Acaso no eres más feliz por el hecho de haber nacido, que por el nacimiento de alguien a quien ni siquiera has conocido? O si es el caso, aparte de las celebraciones religiosas, ¿Por qué rendir un tributo más alto a la fecha de nacimiento de un presidente, o a una fecha de la historia, que al día en el que arribamos al mejor de todos los mundos?

A pesar del hecho de que puede algunos de nosotros no hayamos sido deseados, o por lo menos no éramos lo que tenían planeado, ¡estamos contentos, así otros no lo estén, de estar aquí! Deberías felicitarte a ti mismo, comprarte lo que quieras, tratarte como el rey (o dios) que eres, y celebrar tu cumpleaños con tanta pompa y ceremonia como sea posible.

Después del cumpleaños de uno mismo, las dos celebraciones Satánicas principales son la Noche de Valpurgis (
Valpurgisnacht
) y
Halloween
, o Día de las Brujas.

Santa Valpurgis, —o Walpurga, o Walburga, depende de la época y lugar en el cual se le haga referencia— nació en Susse, Inglaterra, a fines del siglo VII o principios del siglo VIII, y fue educada en Winburn, Dorset, donde residió por más de veinte años después de haber tomado los hábitos. Luego, por insistencia de su tío, San Bonifacio, y su hermano, San Wilibald, partió con otras monjas a fundar conventos religiosos en Alemania. Su primera parada fue en Bischofsheim, situado en la diócesis de Mainz, y dos años después (754 DC) se convirtió en la abadesa del convento benedictino de Heidenheim, localizado en la diócesis de su hermano San Wilibald, en Eichstadt, Baviera, donde otro hermano, Winebald, era así mismo cabeza de otro monasterio.

A la muerte de Winebald, acaecida en 760, ella le sucedió en el cargo, teniendo bajo su supervisión ambos claustros hasta el 25 de Febrero de 779 fecha en la que murió. Sus restos fueron trasladados a Eichstadt, donde fue puesta en una cripta, de donde emanaba una especie de óleo, conocido posteriormente como Óleo de Walpurga, del cual se aseguraba que poseía propiedades milagrosamente eficaces contra la enfermedad. La cueva se convirtió en lugar de peregrinación, y sobre el sitio se construyó una enorme iglesia. Su día se conmemora en diversas fechas, pero suele celebrarse el 1.º de mayo, sustituyendo la fecha de una vieja festividad Pagana. Aunque parezca sorprendente, fue necesaria toda esta parafernalia para condonar la continuidad del festival Pagano más importante del año —¡el gran clímax del equinoccio de primavera!

La Víspera de Mayo ha sido recordada como la noche en la que todos los demonios, espectros duendes y hadas emergían de lo profundo y llevaban a cabo sus francachelas, simbolizando la fertilidad del equinoccio de primavera.

Halloween
, o Víspera de Todos Los Muertos, Día de Todos los Santos —se celebra en la noche del 31 de Octubre al 1.º de Noviembre. Originalmente, la Víspera de Todos los Muertos era, en la época de los Druidas uno de los festivales de fuego más famosos en Gran Bretaña. En Escocia, se pensaba que esta era la época en la que los espíritus de los muertos, los demonios, las brujas y hechiceros eran más activos y propicios que de costumbre. Paradójicamente, la víspera de todos los santos era la noche en la que los jóvenes llevaban a cabo rituales mágicos para determinar cual sería su pareja de matrimonio. Los jóvenes de los pueblos eran quienes más festejaban, hacían algarabía y se divertían, mientras que los más ancianos se refugiaban en la seguridad de sus hogares de todos los malos espíritus, brujas y demonios, quienes esa noche gozaban de poderes excepcionales.

Los solsticios y equinoccios también se tenían como celebraciones religiosas, ya que anunciaban el primer día de las estaciones. La diferencia entre un solsticio y un equinoccio es semántica y define la relación entre el sol, la luna y las estrellas. El solsticio de verano es en junio y el solsticio de invierno es en diciembre. El equinoccio de otoño es septiembre y el equinoccio de primavera es en marzo.

Tanto los equinoccios como los solsticios varían de fecha uno o dos días cada año, dependiendo del ciclo lunar del momento, pero casi siempre caen el 21 o 22 del mes. Cinco o seis semanas después de estos días se llevan a cabo los grandes jolgorios satánicos.

LA MISA NEGRA

NINGÚN elemento ha sido asociado asociado con el Satanismo tanto como la misa negra. El decir que la más blasfema de todas las ceremonias religiosas no es mas que una invención literaria es, de hecho, una afirmación que necesita evaluarse —pero nada podría ser mas cierto.

El concepto popular de la misa negra es el siguiente: Un sacerdote excomulgado se halla ante un altar que consiste en una mujer desnuda, sus piernas abiertas de par en par y su vagina expuesta, sosteniendo con cada uno de sus puños cerrados una vela negra hecha de la grasa de niños sin bautizar y reposando sobre su vientre un cáliz que contiene la orina (o la sangre) de una prostituta. Sobre el altar cuelga una cruz invertida, y hostias triangulares hechas de pan quemado o de nabo ahumado son bendecidas metódicamente a medida que el sacerdote las unge obedientemente deslizándolas dentro y fuera de los genitales de la mujer que sirve de altar. A continuación, se nos dice, se hace una invocación a Satán y a varios demonios, seguida por una cantidad impresionante de oraciones o salmos cantados al revés o repletos de obscenidades intercaladas… todo ello realizado dentro de los confines de un pentagrama «protector» trazado en el suelo. Si el Diablo aparece, lo hace invariablemente bajo la forma de un hombre bastante deseoso que sobre sus hombros porta la cabeza de un chivo negro. A continuación sigue un popurri de flagelaciones, quema de libros de oración, cunnilingus, felaciones, y besuqueo general de cuartos traseros —¡todo hecho teniendo como trasfondo recitaciones obscenos de la Sagrada Biblia y expectoraciones continuas bastante audibles sobre la cruz! Si durante el ritual puede sacrificarse un bebé, tanto mejor; porque como todo el mundo sabe, ¡éste es el deporte favorito del Satanista!

Si esto suena repugnante, entonces es fácil entender el éxito que tuvieron los reportes sobre misas negras en mantener a los fieles devotos en el seno de la iglesia. Ninguna persona «decente», al enterarse de tales blasfemias, podría dejar de tomar partido por los inquisidores. Los propagandistas de la iglesia hicieron bien su trabajo, informando al público a su debido tiempo de las herejías y actos horrendos de los paganos, cátaros, bogomilos, templarios y muchos otros quienes, debido a sus filosofías dualistas y su —a veces— lógica Satánica, tenían que ser erradicados.

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